miércoles, 28 de diciembre de 2011

PADRE LORING

Acabo de llegar del magnífico Congreso CATÓLICOS EN LA VIDA PÚBLICA que desde hace una docena de años organiza LA ASOCIACIÓN CATÓLICA DE PROPAGANDISTAS (ACDP) que congrega a una gran multitud de personas y ofrece ponencias de grandes personalidades internacionales.
El tema de este año ha sido LIBERTAD RELIGIOSA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN.
En él se ha desarrollado la idea de que el derecho a que cada persona practique su religión es un derecho humano, no una concesión del Estado.
El poder político no puede impedirlo, sino por el contrario debe facilitarlo.
Y en esta misión el gobierno debe colaborar con la Iglesia Católica, pues las dos instituciones se dirigen al ciudadano para imponerle deberes orientados al bien común.
Combatir la fe católica es una equivocación.
Primero, porque nadie puede vencer a la Iglesia católica, pues Cristo-Dios ha prometido que durará hasta el fin del mundo.
Por eso todos los perseguidores de la Iglesia han ido a la tumba, y la Iglesia católica sigue en pie: desde Nerón y Diocleciano hasta Hitler y Stalin.
Tuvo gracia una pintada curiosa. Nietzsche habló de la MUERTE DE DIOS, y uno escribió en una pared:
DIOS HA MUERTO: Nietzsche
Y debajo:
NIETZSCHE HA MUERTO: Dios.
Aunque lamentablemente los perseguidores de la Iglesia hacen bajas y corrompen la sociedad.
La falta de fe has sido la ruina de la sociedad:
Destrucción de la familia (la gran trasmisora de valores), millones de personas que viven solas y abandonadas, taras psíquicas por mala conducta, violencia injustificable, libertinaje sexual, embarazos adolescentes, millones de abortos, eutanasia a los que estorban, etc., etc.
Mucho de esto se debe a la falta de fe.
Un buen católico practica la virtud y el servicio al prójimo.
Si todos practicáramos la virtud, este mundo sería un pedazo de cielo.
Y sin fe es raro practicar la virtud en casos difíciles.
No hay motivación.
El miedo a la policía no basta para hacer mejores a las personas.
Sin embargo la fe católica es muy combatida: desde ridiculizar su moral hasta el martirio de católicos.
La fe haría un MUNDO MEJOR. Decía Pío XII: “Si queremos un mundo mejor, hagamos mejores a los hombres”.
Lo que hace mejor al mundo no son las estructuras, sino los hombres.
Con hombres corruptos el mundo no puede mejorar.