La Virgen María: Odio es odio. No hay dos tipos. Son lo mismo.
Sábado, 4 de febrero del 2012, a las 10:09 hrs.
Mi niña, el mal se está esparciendo en ciertos sectores del mundo, rápidamente.
Mientras las guerras están siendo orquestadas con odio en las
almas, El Espíritu Santo, al mismo tiempo, inunda las almas de otros en
diferentes partes del mundo.
La batalla de las almas ha empezado. Dios contra el mal.
Mi niña, nunca asumas que esas almas endurecidas son aquellas sin creencias o con una fe tibia.
Muchos compasivos creyentes en Mi Hijo, Jesucristo, serán ahora volcados por la tentación.
Sus mentes serán llenadas de dudas, que les enceguecerá a la Palabra de Mi amado Hijo, mientras El habla al mundo a través tuyo, Mi niña.
Su odio, mientras se vuelcan de Su Santa Palabra, será tan
poderoso como el odio mostrado por los asesinos hacia sus víctimas.
El odio proviene del engañador.
Las mentiras son esparcidas por el maligno, quien usa a las
almas débiles, para socavar la verdad. El odio es odio. No hay dos
tipos. Son lo mismo.
El orgullo de esas almas leales será ahora agitado como un
intento final es hecho por el mal para evitar que estos mensajes mas
importantes para el mundo, sean difundidos.
Mi Hijo necesita el apoyo de Sus amados seguidores, para formar
su ejército en la Tierra. Este ejército, provendrá de sus seguidores
leales.
Asegúrense de que sea este grupo cuyos corazones sean endurecidos en primer lugar.
No pueden endurecer un alma que ya está en tinieblas. Y así serán
las almas que están en la Luz, quienes serán tentadas por el
engañador.
Ellos esparcirán mentiras para herir a Mi Hijo y retrasar su obra.
Ellos no entenderán, que esto está les sucediendo, porque piensan
que será su deber defender la verdadera Palabra de Mi Hijo.
Encontrándole defecto a estos mensajes que El te da, Mi niña, Mi Hijo será atormentado.
El verdadero fundamento de Su Iglesia les hará volver sus
espaldas a El en breve. Ellos le negarán y Le crucificarán de nuevo.
El orgullo les impide abrir sus ojos cuando El se ponga de pie delante de ellos ahora, amorosos y con brazos abiertos.
Mi niña, te urjo a que todos los hijos de Dios se unan como uno solo y luchen por la salvación de todas las almas.
Mi niña, muchos no están escuchando estos mensajes ahora, pero después de que el GRAN AVISO se lleve a cabo, ellos lo harán.
Reza, reza, reza por esas pobres almas que infligen dolor, calumnias y difunden falsedades acerca de ti.
Ahora te daré una Cruzada de Oración (25), para
pedir protección para todos los visionarios y para aquellos elegidos
por Dios Padre, para difundir Su Santísima Palabra en la Tierra, en
estos tiempos:
“Oh Dios Altísimo, Te suplico que ofrezcas protección a todos Tus santos mensajeros en el mundo.
Te pido que ellos sean protegidos del odio de otros.
Te pido que Tu Santísima Palabra sea difundida rápidamente sobre todo el mundo.
Protege a Tus mensajeros de la calumnia, el abuso, mentiras y todo tipo de peligro.
Protege a sus familias y cúbrelos con el Espíritu Santo en todo
momento, para que estos mensajes, que ellos dan al mundo, sean
escuchados con corazón contrito y humilde. Amén.”
Mi niña, el orgullo es una característica que es la más desagradable ante los ojos de Mi Padre. Es
más doloroso para El cuando lo pecados de orgullo, invaden las almas
de los devotos y santos, cuando ellos rehúsan aceptar la verdad de Su
Santa Palabra dada al mundo hoy día, a través de sus mensajeros.
Ellos deben pedir el don del verdadero discernimiento, el cual serpa solo concedido por el Espíritu Santo a las almas humildes con corazón puro, vacías de orgullo y arrogancia.
Su amada Madre, Madre de la Salvación
www.jesushabla.com
Ser ignorante no es pecado, pero se puede volver, pues si uno puede salir de ello en lo que concierne al bien eterno y no lo hace, la persona puede morir eternamente. Pues hoy dia la gente se preocupa por no ser ignorante al mundo pero si a las cosas de Dios, y esta ignorancia no la va a justificar Dios el día de su juicio, por eso los Apóstoles decían que era mejor hacerse necios ante las cosas del mundo que pasan, para ser agradable a Dios.