martes, 21 de abril de 2020

“Cómo es que Adán de un puesto tan alto cuando fue creado por Dios, cayó tan abajo después del pecado”.


(5)Después de esto pensaba entre mí:  “Cómo es que Adán de un puesto tan alto cuando fue creado por Dios, cayó tan abajo después del pecado”.  Y mi siempre amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

(6)“Hija mía, en la Creación una fue la Voluntad que salió en campo al crear todas las cosas, y con derecho sólo a ésta le correspondía el dominio, el régimen y el desarrollo de su misma Vida en cada cosa y ser por Ella creados.  Ahora, el hombre con sustraerse de nuestra Voluntad, no fue más una la voluntad que reinaba sobre la tierra, sino dos, y como la humana era inferior a la Divina, se vació de todos los bienes de este Fiat Supremo y haciendo la suya quitó el puesto a la Voluntad Divina, y esto fue el más grande de los dolores, mucho más que esta voluntad humana había salido y había sido creada por la Voluntad Divina para que todo fuese propiedad suya, dominio suyo.  Ahora, el hombre con sustraerse de la nuestra, se hizo reo por robar los derechos divinos, y haciendo su voluntad, nada más le pertenecía de las cosas creadas por este Fiat, así que debía encontrar un lugar donde no se extendiera nuestra obra creadora, pero esto le era imposible, este lugar no existe, y mientras no estaba con nuestra Voluntad, tomaba de sus cosas para vivir, se servía del sol, del agua, de los frutos de la tierra, de todo, y éstos eran robos que nos hacía.  Así que el hombre con no hacer nuestra Voluntad se volvió el ladronzuelo de todos nuestros bienes.  Cómo fue doloroso el ver que la Creación debía servir a tantos desertores, a tantos que no pertenecían al Reino del Fiat Divino, y por cuantas criaturas debían venir a la luz y no debían vivir en nuestro Reino y hacerse dominar por nuestra Voluntad, tantos puestos perdía sobre la tierra.  Sucedió como en una familia que en vez de que mande y domine el padre, mandan y dominan todos los hijos, los cuales ni siquiera están de acuerdo entre ellos, quién manda una cosa y quién otra; ¿cuál es el dolor de este pobre padre al verse quitado el dominio por los hijos y ver la confusión y el desorden de esta familia?  Mucho más doloroso fue para mi Fiat Supremo que la obra de sus mismas manos creadoras le quitaba el dominio, y haciendo su voluntad se puso en contra de la mía quitándole el derecho de reinar.  Hija mía, el no hacer mi Voluntad es el mal que encierra a todos los males, es el desplome de todos los bienes, es destrucción de la felicidad, del orden, de la paz, es la gran pérdida de mi Reino divino”.