jueves, 2 de febrero de 2023

«Nunca como en este momento debo repetir a quien me representa: “Apacienta mis corderos".

 9 de diciembre

Zacarías 11, 4-7-10-13-14-15-17.


Dice Jesùs; 

«Nunca como en este momento debo repetir a quien me representa: “Apacienta mis

corderos".

Muchos de ellos se han vuelto salvajes. Pero toda la culpa no es de ellos y por esto me

producen piedad.

Los había confiado a los poderosos para que los cuidasen. Había dado ya tanto a los

poderosos para que no quisieran aún más y fueran buenos con los súbditos porque son

potentes sólo por mandato de Dios. En realidad son grey de Dios, son hijos de Dios y

deberían ser cuidados con respeto pensando en el Rey verdadero: el Eterno, de quien son

pueblo.

En cambio les han usado como rebaño sin amo. Les han empujado donde han querido,

les han alimentado con la comida que les ha parecido, con tal de nublarles el pensamiento y

hacerles olvidar el Bien corrompiéndoles con doctrinas que Yo maldigo, se han hecho

esclavos a los que se les niega hasta la libertad de pensamiento, y como ovejas les han

empujado al matadero para sus fines delictivos hacia toda la humanidad. Toda. La que para

ellos es "Patria" y la que es "Patria de los demás". Se han hecho ricos explotando el sacrificio

de los sujetos, ladrones de los bienes de Dios y del hombre que son Alma y Existencia,

343 asesinos de la una y de la otra.

Pues bien: desde lo alto del Cielo, por toda la amargura que han dado como alimento a las

gentes y que les lleva a desesperar hasta de Dios, por todo el hambre que sufren los cuerpos

y las almas de mis hijos, por aquellos que en esta ruina permanecen siendo los corderos de

Dios y ninguna pasión 207 transforma en rebeldes a Dios, como sus seductores y jefes, hijos

del Mal y precursores del Anticristo, Yo vengo con mi Palabra y mi Amor para apacentar a los

pobres de mi rebaño y te repito a ti que eres mi Vicario:

“Apacienta mis corderos dándoles la incansable palabra y la bendición de la que he

colmado tu mano inocente, que no conoce otra sangre fuera de mi Sangre que elevas en el

altar como rito de propiciación, y otro gesto aparte del que fue mío de bendecir aquellos de

los que tú, como Yo, tienes piedad.

He dado dos varas a tu mano, y te aprecio porque usaste la del amor. Pero el amor, que

es potente también sobre la Potencia de Dios, cae como piedrecilla lanzada contra la roca

cuando se dirige a algunos que tienen la apariencia de hombre, pero son demonios con el

corazón de piedra. Golpea pues con la. otra vara, y que sepan los fieles que tú no eres

cómplice de las culpas de los grandes. Uno se hace cómplice también cuando no osa bramar

contra sus infamias. A tu Maestro no le gustan las maldiciones y los fulgores. Pero hay

momentos en los que hay que saberlos usar para persuadir no a los poderosos, cuyos ánimo

poseído por Satanás es incapaz de persuasión, sino a los pobres del mundo de que Dios, y

los justos de Dios, no comparten ni apoyan los métodos y las prepotencias de quien ha

superado toda medida y se cree un dios mientras que es sólo una fiera inmunda.

Habla, en nombre de la Justicia que representas. Es la hora. Y que las multitudes sepan

que mi Doctrina no ha cambiado y que una es la Ley, que existe un solo Dios, que su primer

mandamiento es el amor, que Él, aún, como en los siglos de los siglos precedentes a mi

venida, en la que he confirmado la Ley, ordena no robar, no fornicar, no matar, no coger las

cosas de los demás. Dilo a los ladrones de ahora, que no se conforman con una bolsa sino

que roban almas a Dios y tierras a los pueblos; dilo a los fornicadores, a los grandes

fornicadores de ahora, cuya fornicación no es la animal con una hembra sino la demoníaca

con la potencia política; dilo a los asesinos de ahora, que se arrogan el derecho de matar a

pueblos enteros después de haber matado en otros pueblos -los suyos- la fe en Dios,

cualquier forma de honestidad, el amor al bien; dilo a los insaciables de ahora que, ávidos

como chacales, asaltan donde está lo que les gusta y se permiten cualquier delito con tal de

coger lo que no les pertenece.

Hablar quiere decir 'dolor' ya veces 'muerte'. Pero acuérdate de Mí. Yo soy más precioso

que la 'alegría' y que la 'vida', porque doy a quien me es fiel una alegría y una vida que no

conoce fin ni medida. Acuérdate de Mí que supe purificar mi Casa de las suciedades y seguir

de frente un solo fin: 'la gloria de mi Padre'. Esto me consiguió el odio, la venganza, la

muerte, porque los que fueron tocados por mi furor encontraron un vendido que por treinta

denarios me puso en su poder.

Siempre, entre los más fiables, tenemos un enemigo, un vendido. Pero no importa. El

discípulo no es más que el Maestro y si Yo, sabiendo que el látigo de mis palabras, más que

el látigo de cuerdas -medio simbólico más que real- me procuraba la muerte, he hablado,

habla. Y si por amor hacia los hombres, y hacia ti, Yo he soportado un enemigo y un vendido

y el horror de un beso de traición, tú, mi primero entre los hijos de ahora, no debes retraerte

ante lo que ha sufrido el Maestro antes que tú.

Que si después, a pesar de todos los medios, la Justicia tuviera que perecer y, arrastrados

207

pasión podría también leerse presión

344cada vez más por Satanás, los dominadores y los dominados, por un mimetismo maléfico,

se. separaran cada vez más de Dios, entonces quitaré la Luz y la Verdad. Y esto sucederá

también cuando en mi morada -la Iglesia- haya demasiados que, por intereses humanos y

por indigna debilidad, estén entre los dominados por los sembradores del Mal en sus

distintas doctrinas. Entonces conoceréis al pastor que no se cuida de las ovejas abando-

nadas, al pastor inútil del que habla Zacarías.

Recuerda el Apocalipsis de Juan. Recuerda el dragón: el Mal generador del Anticristo

futuro, que le prepara el reino no sólo desconcertando las conciencias sino envolviendo en

sus espirales la tercera parte de las estrellas y convirtiendo a los astros en fango. Cuando

esta demoníaca vendimia se produzca en la Corte de Cristo, entre los grandes de su Iglesia,

entonces, en la luz reducida apenas a resplandor y conservada como única lámpara en el

corazón de los fieles a Cristo -porque la Luz no puede morir, Yo lo he prometido, y la Iglesia,

incluso en los periodos de horror, conservará cuanto es necesario para volverse resplandor

tras la prueba- entonces vendrá el pastor ídolo, que será y estará donde quieran sus dueños.

Quien tenga oídos para entender, entienda. Para los vivos de aquel tiempo la muerte será

un bien"».

Más tarde

Dice Jesús:

«Me parece haber repetido muchas y muchas veces que o se cree o no se cree, que mi

tiempo no se mide con vuestra medida, que serán bienaventurados los que crean sin exigir

pruebas.

Ahora añado que la profecía puede tener periodos de repetición o de aparente negación

que en cambio después resultan ser tan sólo una prueba dada por Dios para la fe de los

hombres.

Todas las profecías antiguas y modernas (digo antiguas aquellas desde Adán hasta mi

venida y modernas las que van desde mi venida hasta el momento presente, porque vuestros

veinte siglos son una fracción de hora respecto a mi Eternidad) presentan puntos en los que

parecen erradas, porque según vosotros debían suceder en un determinado periodo y no se

han producido. Pero el ojo de mi siervo ve con mi Ojo. Vosotros en cambio veis con el

vuestro. Lo que mi siervo habla o repite en mi Nombre, y lo que vosotros creéis ya superado,

puede ser aún un acontecimiento que se cumpla en el futuro. Esto para todas las profecías,

hasta las de los mayores espíritus.

A quien mira con sus ojos humanos le puede parecer equivocada y contradecida por los

hechos hasta la Profecía perfecta: la mía. ¿No parecería, leyendo los evangelios, que el fin

del mundo va poco después de la destrucción de Jerusalén? ¿Pero cuántos siglos han pasa-

do desde entonces? Y sin embargo el fin del mundo será precedido por los signos que digo y

que vuestra ignorancia y vuestro miedo han visto cercanos ya tantas veces. Sólo Yo sé el

momento en que tendrán inicio y no considero necesario decirlo. Incluso por bondad hacia

los vivientes de aquel momento.

¡Ciertamente no querréis pensar que Yo, Profeta perfecto porque depositario de los

secretos de la Divinidad, me haya equivocado! Como no querréis creer que se hayan

equivocado Pedro, Pablo y sobre todo Juan, que se había quedado unido al Maestro incluso

más allá del tiempo de mi estancia entre los hombres. ¿Y no dice Pedro: "El fin de todo está

cercano',? (Pedro I epístola Cap. 4 v. 7). Y Pablo: "...Nosotros permaneceremos vivos hasta

345la venida del Señor" 208 , y aún: "Bien sabéis vosotros que quien lo retiene es el Señor, para

que se manifieste en su momento oportuno. Porque el misterio de la impiedad ya está

actuando". Parecería, pues, que el Anticristo estuviese en acción ya desde entonces, sólo

que Dios no le permitiese manifestarse plenamente para ser reducido a cenizas por Mí. Y

exhorta a los cristianos de entonces a permanecer firmes en la fe para resistir la iniquidad en

acción. y. mi Juan, en fin, el más iluminado, aquél a quien se le dieron a conocer los Cielos

con las perspectivas de los tiempos futuros conocidos sólo por Dios, y le fue abierto mi

Corazón con todos sus secretos más secretos, ¿no termina el Libro tan excelso que parece

escrito con pluma raptada a un arcángel: ".. .el tiempo está cerca... Sí, vengo pronto. Dice el

que da testimonio de todo esto: Sí, vengo pronto''?

Ahora, por tanto, os digo a vosotros las mismas palabras de mis santos: “Ante el Señor un

día 209 es como mil años y mil años como un día. No es que tarde el Señor, pero ten

paciencia... Hay cosas difíciles de entender que los ignorantes y los pocos estables enredan

para su perdición".

¡Oh! ¡bienaventurados los creyentes y los satisfechos sin necesidad de demasiadas

pruebas, bienaventurados quienes descansan sobre la palabra del Señor aunque sea oscura

para ellos y no se procuran los tormentos de Tomás, que sufrió más días que los demás por

no creer en mi Resurrección, y después otros días por el arrepentimiento de no haber creído

hasta haber constatado!

"Huid de las cuestiones estúpidas, las genealogías, las disputas y las batallas, pues son

inútiles y vanas" como dice Pablo (a Tito v. 9 210 ). Recordad que Juan pocas líneas después

dice: "... ya ahora han aparecido muchos anticristos, por lo cual nos damos cuenta que es ya

la última hora... No os he escrito a vosotros (para vosotros) como a quien no conoce la

verdad, sino como a quien la conoce y sabe que ninguna mentira puede venir de la verdad"

(I a de S. Juan v. 18-21 211 ). En fin os recuerdo que quien repite las palabras de Dios o habla

directamente, no lo hace por querer humano "sino inspirado por el Espíritu Santo" como dice

Pedro en su II a epístola (v. 21) 212 .

Por su cuenta mi portavoz es una pobre nada, que nunca siente tanto esta nada que es

como cuando le pongo delante un punto escriturario y le digo: "Interprétalo". Entonces parece

un pajarito caído en una red y asustado. Yo, que escudriño su corazón, lo veo deshacerse en

estupor y temblor como el de un estudiante obligado a responder al examinador sobre lo que

no sabe. Y me gusta su no saber porque me lo mantiene bajo y doblegable como un velo de

seda.

Respecto a los textos, es inútil esparcidos como alimento de los reptiles, que pueden

utilizados como arma nociva y contra mis pequeños cristos. Ya he dicho 213 y repito que se

requiere mucha prudencia porque vivís entre reptiles venenosos. ¿Por qué queréis saciar su

estúpida curiosidad? No dicto lo que dicto para vuestro entretenimiento ni para doblegarme a

vuestra morbosa sed de conocimientos futuros. Cuando sabéis, ¿acaso cambiáis? No. No

seáis mentirosos o ingenuos. No cambiáis. Los espíritus rectos tienen ya más que suficiente

con lo que he dicho para todos sin alzar los velos más profundos. Los otros... ¡oh! ¡los otros!

208

Remitiendo a este punto y al inicio de la cita siguiente, la escritora anota a pie de página: Pablo epístola 19 a los Tesalonicenses cap. 4

v. 14 (pero se trata del versículo 15) y epístola lI a los Tesalonicenses cap. 11 v. 6-7

209

Remitiendo aquí, la escritora anota a pie de página: S. Pedro III epístola (pero se

trata de la 2" epístola) cap. 3 v. 8-9-16

210

mejor: Tito 3, 9

211

mejor: 1 Juan 2, 18-21

212

mejor: 2 Pedro 1, 21

213

Las disposiciones sobre los escritos valtortianos, a las que se nos remite aquí y más adelante, se encuentran en los dictados del 15 de

agosto, del 23 de agosto y del 26 de octubre

346 Cuando no lo convierten en instrumento para dañar a muchos, lo hacen instrumento para

dañarse a sí mismos, porque estudian, no acogen, estudian mi nueva Palabra, únicamente

con luz y método humano. ¿Y no he dicho que este método es asesino?

He dicho -y si no me canso de repetir mi Doctrina, me canso de repetir las indicaciones

respecto al "portavoz"- que sólo cuando ya no esté en el mundo será conocido todo su

esfuerzo. No tengáis prisa de hacer exposiciones generales. Él no la tiene. No le importa ser

conocido, admirado, por el esfuerzo y la mole de trabajo. Con lágrimas de sangre os permite

usar estas páginas "tan suyas" por el bien de muchos y por mi amor. No quiere más porque

Yo no quiero, y en mi "portavoz" sólo hay una voluntad: la mía.

En los dictados tenéis cofres de piedras preciosas suficientes para iluminar el mundo.

¿Por qué queréis extraer también los diamantes que sólo dentro de algunos años podrán ser

manejados sin que las fuerzas del Mal se apropien de ellos para destruidos? ¿No os dais

cuenta de que estáis en mano de los enemigos de Cristo?

Quien escribe es conducido. Pero quien copia 214 debe saber comprender lo que se

mantiene a disposición de uno solo el cual, porque a su vez está guiado por Mí, puede

entender y bendecir. Conservad, pues, para la hora que Yo señalaré, todo el trabajo de mi

"portavoz" y dad a los pobres del mundo, según su condición, lo que debe ser dado. Y orad

para no dejaros arrastrar de lo humano en vuestra elección.

Por hechos del día, P. M. ha podido ya notar la coincidencia y puede testimoniado. Por lo

demás, repito, lo utilice como hizo el director de Benigna, que se encontraba en tiempos

mejores que éstos y tenía entre las manos una materia menos explosiva, diría por el carácter

del tiempo presente lleno de explosiones no tanto de pólvoras químicas cuanto de sustancias

infernales.

No repitáis las preguntas porque no responderé. No queráis salir de la regla porque no lo

bendeciré. Tomad vuestro trabajo y dadlo a mi Portavoz. Él os dirá los puntos que no deben

ser puestos a disposición de los curiosos y los malvados. Yo le llevaré de la mano en la

elección.

Los pequeños son los que sienten el peligro por instinto, como los pajarillos. Y mi

"portavoz" no es menos pequeño de cuanto lo fuese Yo en el seno de mi Madre. Por esto le

amo».


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Maria Valtorta- Iglesia regenerada.