lunes, 6 de mayo de 2019

La humanidad en estos momentos

Abril 20, 1905
La humanidad en estos tiempos se encuentra
como un hueso fuera de lugar. Cómo conocer
si se han dominado las pasiones.
(1) Encontrándome en mi habitual estado, cuando
apenas ha venido el bendito Jesús, casi en acto de
castigar a las gentes, me ha dicho:
(2) “Hija mía, las criaturas me laceran la carne,
pisotean mi sangre continuamente, y Yo permitiré
que sus carnes sean laceradas y su sangre
derramada. La humanidad en estos tiempos se
encuentra como un hueso fuera de lugar, fuera de su
centro, y para ponerlo en su lugar y hacerlo entrar
nuevamente en su centro, es necesario que lo
destruya”.
(3) Después, calmándose un poco ha
continuado: “Hija mía, el alma puede conocer si ha
dominado sus pasiones, si cuando es tocada por las
tentaciones o por las personas, no las toma en
cuenta, como por ejemplo: Es tentada por la
impureza; si ha dominado esta pasión el alma no
hace caso y la misma naturaleza queda en su
puesto; si no la ha dominado, el alma se acongoja,
se aflige, y en su cuerpo siente correr un río
purulento. O bien una persona mortifica, injuria a
otra; si ésta ha dominado la pasión de la soberbia se
queda en paz, si no es así, siente correr un río de
fuego, de desprecio, de altanería, que la pone toda
alterada, porque la pasión cuando existe, al llegar la
ocasión sale, y así de todo lo demás”.
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Las almas víctimas son hojas de la misericordia

Las almas víctimas son hijas de la Misericordia.
(1) Después de haber esperado mucho, en
cuanto ha venido el bendito Jesús me ha dicho:
(2) “Hija mía, ha llegado a tanto la perfidia
humana, de agotar por su parte mi misericordia, pero
mi bondad es tanta, de constituir las hijas de la
misericordia, a fin de que también por parte de las
criaturas no quede agotado este atributo, y éstas son
las víctimas que están en plena posesión de la
Voluntad Divina por haber destruido la propia,
porque en éstas, el recipiente dado a ellas por Mí al
crearlas está en pleno vigor, y habiendo recibido la
partícula de mi Misericordia, siendo hija la suministra
a otros. Se entiende sin embargo que para
administrar la misericordia a otros se debe encontrar
ella en la justicia”.
(3) Y yo: “Señor, ¿quién se puede encontrar en la
justicia?”
(4) Y Él: “Quien no comete pecados graves y
quien se abstiene de cometer pecados veniales
ligerísimos, por propia voluntad”.