lunes, 30 de enero de 2023

La Iglesia no morirá porque Yo estaré con ella. Pero conocerá horas de tinieblas y horror semejantes a las de mi Pasión, multiplicados en el tiempo porque así debe de ser.




23 de julio

Dice Jesús:

«Cuando llegue la hora, muchas estrellas serán arrolladas por las espirales de Satanás,

que para vencer necesita disminuir las luces de las almas.

Esto podrá suceder porque, no sólo los laicos sino también los eclesiásticos, han perdido y

pierden cada vez más la firmeza de fe, de caridad, de fuerza, de pureza, de desapego de las

seducciones del mundo necesarias para permanecer en la órbita de la luz de Dios.

¿Comprendes quienes son las estrellas de las que hablo? Son aquellos que he definido

como sal de la tierra y luz del mundo: mis ministros.

El esmero de la aguda malicia de Satanás es apagar, arrollándolas, estas lumbreras que

117 son luces que reflejan mi Luz para las muchedumbres. Si a pesar de tanta luz como todavía

emana la Iglesia sacerdotal, las almas se están hundiendo en las tinieblas cada vez más, se

puede intuir cómo será la tiniebla que aplastará a las muchedumbres cuando muchas

estrellas se apaguen en mi cielo.

Satanás lo sabe y siembra sus semillas para preparar la debilidad del sacerdocio, a fin de

poderlo enredar fácilmente en pecados, no tanto de sentido cuanto de pensamiento. En el

caos mental para él será fácil provocar el caos espiritual. En el caos espiritual los débiles,

ante el aluvión de las persecuciones, cometerán pecado de vileza, renegando de la fe.

La Iglesia no morirá porque Yo estaré con ella. Pero conocerá horas de tinieblas y horror

semejantes a las de mi Pasión, multiplicados en el tiempo porque así debe de ser.

Debe de ser que la Iglesia sufra cuanto sufrió su Creador, antes de morir para resucitar en

forma eterna. Debe de ser que la Iglesia sufra durante mucho más tiempo porque la Iglesia

no es, en sus miembros, perfecta como su Creador, y si Yo sufrí horas ella debe sufrir

semanas y semanas de horas.

Como surgió perseguida y alimentada por poder sobrenatural en los primeros tiempos y en

sus mejores hijos, lo mismo ocurrirá con ella cuando vengan los últimos tiempos en los que

existirá, subsistirá, resistirá a la marea satánica y a las batallas del Anticristo con sus mejores

hijos. Selección dolorosa, pero justa.

Es lógico que en un mundo en el que tantas luces espirituales se habrán muerto se

instaure, abiertamente, el reino breve pero tremendo del Anticristo, generado por Satanás,

así como Cristo fue generado por el Padre. Cristo hijo del Padre, generado por el Amor con

la Pureza. Anticristo hijo de Satanás, generado por el Odio con la triple Impureza.

Como aceitunas entre las ruedas del molino, los hijos de Cristo serán perseguidos,

exprimidos, triturados por la Bestia voraz. Pero no engullidos, porque la Sangre no permitirá

que sean corrompidos en el espíritu. Como los primeros, los últimos serán segados como

puñados de espigas en la persecución extrema y la tierra beberá su sangre. Pero

bienaventurados para siempre por su perseverancia quienes mueren fieles al Señor»

Usted me había dicho que para entender a Juan había que leer sus epístolas y el

Apocalipsis. He tomado la Biblia y he abierto al azar donde están los escritos del Predilecto.

Se me ha abierto en el cap. 12°. El Maestro me lo explica así.

Me doy cuenta de que hace días Jesús dijo una frase parecida al comentario acerca de la

maternidad espiritual de María 61 , que se quiere ver simbolizada en la mujer vestida de sol.

Pero hoy Jesús no habla de ello, de María. Habla de la condición de la Iglesia militante en los

últimos tiempos. Leeré atentamente el Apocalipsis esperando en Jesús, que me sea luz para

entenderlo.

24 de julio

Dice Jesús:

«Ya te he dicho 62 que todo el mal que ahora os oprime es el fruto del abandono de mi Ley

por parte de los individuos y de la sociedad. La falta de fe, la falta de caridad, la falta de

esperanza, la falta de toda virtud, tienen un único origen: la deserción de mi milicia, de la

milicia cristiana.

Como de una cepa de raíces venenosas, han brotado, en lugar de mis virtudes,

tendencias, vicios, pasiones peores que humanas: demoniacas. La planta de la vida cristiana

ha muerto en casi todos los corazones, en muchos vegeta a duras penas, en pocos está aún

En el dictado del 6 de julio

Sobre todo en los dictados del 21 y del 22 de julio

118 floreciente, nutrida por el jugo de Vida, adornada con hojas robustas.

No hay que esperar que las cosas cambien, al contrario cada vez irán más a peor porque,

como un bosque invadido por plantas parásitas y por insectos nocivos se desnuda cada vez

más de hojas y frutos y termina muriendo, así sucede con la sociedad de ahora, cada vez

más quemada, sofocada, corrompida por mil tendencias viciosas y por mil pecados.

Los principales: odio, lujuria, prepotencia, fraude. Las primeras: negación de Dios,

doctrinas contrarias a la mía, culto exagerado de sí mismos y otras más.

Mi Palabra no puede descender -semilla y agua de Vida y Vida verdadera- a las almas.

Están demasiado ocupadas en otras cosas. La mayoría de los cristianos ha rechazado a

Cristo, porque en el lugar de Cristo ha puesto a sí misma o al poder, el dinero, la carne.

Quien peca menos, también peca, porque no tiene misericordia verdadera de su prójimo.

¿Quien es aquel que no maldice, reniega, en el día de hoy?

Pero tú no maldigas, no reniegues, hija que amo. Deja a tu Dios la tarea de castigar. Tú

ama y ten misericordia, de todos. También de los primeros culpables.

¡Son unos desgraciados, son unos desgraciados! Han estropeado todo lo bueno que

tenían al acoger el mal de Satanás. Han cambiado una eternidad de gloria por una hora de

gloria terrena. Han vendido por treinta monedas su alma a Satanás. Son los Judas de su

alma. Me indignan y me dan pena. Sí, también pena, porque Yo soy el Dios de la

misericordia y siento piedad de mis hijos extraviados.

Ayúdame a salvarles de la última culpa. ¡Cómo quisiera poderles perdonar! Tú, hija que

amo, perdona. Que de tu corazón que me posee a Mí y a mi Palabra no salgan más que

palabras de paz y de perdón. Sé que es difícil para vuestra humanidad. Pero por encima de

ella está el espíritu, y el espíritu es el reino del Señor. Entonces ¿cómo podéis tener al Señor

en vosotros si vuestro espíritu no tiene las mismas pasiones que su Rey?

y mis pasiones, como mis palabras, son santas, misericordiosas, buenas. Todas tienen el

sello del Amor, del Amor verdadero que nunca es tanto amor como cuando se inmola por los

hermanos y les perdona» .

Dice aún:

«No me gustan quienes gritan: "¡A muerte!" después de haber gritado: "¡Hosanna!".

Si aquellos a quienes se lanza el grito de condena os hubieran dado ese botín y ese

bienestar, arrebatado injustamente, que Yo no he podido permitir que os dieran para no

llevarles a ellos, y a vosotros, a un perfecto orgullo, les aclamaríais. No pensaríais que otros

sufrirían en vuestro lugar y que, como vosotros, son mis hijos.

Dejadme a Mí el juzgar, el castigar, el premiar. Tratad sólo, para vosotros mismos, de

merecer mi premio. Y sed coherentes y honestos.

Es incoherencia, deshonestidad, vileza, ensañarse con los vencidos, sea cual sea su

derrota, por justa que sea como castigo o dolorosa como fruto de circunstancias inmerecidas.

Es incoherencia porque no va al hombre, sino a la acción del hombre, acción -repito- que

hubierais aprobado, aún cuando no fuera buena, si os hubiera dado un beneficio.

Es, por la misma razón, deshonesta: todos, recordadlo bien, tenéis vuestra parte de culpa

en el momento actual. Quien tiene menos que nadie, porque no ha cometido pecado de

adoración de un hombre y no le ha seguido contra la Ley, tiene el de no haber rezado por él

mañana y noche. Los grandes necesitan las oraciones de los pequeños para permanecer

grandes en el Bien.

Y, en fin, vileza porque enseñarse con quien ya no tiene poder, sino que al contrario es el

más desgraciado de todos, odiado por el mundo, alcanzado por Dios, es la misma culpa que

la de quien oprime a un débil.

119 Estas cosas, inconcebibles para la masa, son siempre el jugo de mi Ley. Y el que mi Ley

sea seguida superficialmente, y no sustancialmente, lo prueba el hecho del modo en que las

masas se revuelven contra quienes no os han dado lo que esperaba vuestro egoísmo».


Fuente; Cuadernos del año 1943, de Maria Valtorta

 

A LOS QUE AMAN SU PATRIA


22 de julio

Dice Jesús:

«Continuamos con la referencia entre el pasado y el presente, que en el eterno ser de

Dios es siempre "presente". Y hoy te haré mirar lo que está más cerca de tu corazón.

Yo no niego el amor de Patria. Yo, el eterno Hijo de Dios, hecho hombre, he tenido una

Patria y la he amado con amor perfecto. He amado a mi Patria terrena, hubiera querido

saberla digna de la protección de Dios y, sabiéndola en cambio indigna, he llorado sobre ella.

Por eso entiendo el dolor de un corazón leal que ve la Patria no sólo en peligro, sino

condenada a días de un dolor tal que respecto a él la muerte es un don.

Pero dime, María, ¿vosotros podéis decir que Yo no he amado a esta tierra que es vuestra

patria y a la cual envié a mi Pedro para erigiros la Piedra que no se derrumbará con el soplar

de los vientos; esta tierra a la que, en un momento de cautela humana, Yo vine para

confirmar a Pedro en el martirio, porque esa sangre se necesitaba en Roma para hacer de

Roma el centro de la Catolicidad?

¿Podéis decir que Yo no he amado a esta tierra en la que mis confesores cayeron a

manojos como espigas de un grano eterno, segadas por un Eterno Segador, para hacer de

ello nutrición para vuestro espíritu?

¿Podéis decir que Yo no he amado a esta tierra a la que he traído las reliquias de mi vida

y de mi muerte: la casa de Nazaret donde fui concebido en un abrazo de luminoso ardor

entre el Divino Espíritu y la Virgen, y la Sábana Santa donde el sudor de mi Muerte ha

impreso el signo de mi dolor, sufrido por la humanidad?

¿Podéis decir que Yo no he amado a esta tierra en la que han florecido los más grandes

santos, los semejantes a Mí por el don de las heridas, los que no han tenido velos para ver

nuestra Esencia, los que ayudados por Mí, han creado obras que repiten a lo largo de los

siglos el milagro del pan y del pez multiplicados para las necesidades del hombre?

¿Podéis decir que Yo no he amado a esta tierra a la que he dado tantos genios, tantas

victorias, tanta gloria, tanta belleza de cielo, de tierra, de mar, de flores, de montes, de

bosques?

¿Podéis decir que Yo no he amado a esta tierra ayudándoos para haceros libres y

unidos? En las guerras contra enemigos diez veces mayores que vosotros, en empresas

locas, a juicio humano, Yo estaba con mis ángeles entre vuestras tropas. Era Yo, era Yo que

iluminaba a los caudillos, que protegía a los secuaces, que evitaba las traiciones, que os

daba Victoria y Paz. Era Yo que os daba la alegría de la conquista, cuando ésta no era obra

de prepotencia, sino que podía ser obra de civilización, o de redención de vuestras tierras de

un dominio extranjero.

¿Podéis decir que Yo no os he concedido la Paz más necesaria: la de mi Iglesia que

vuestros padres habían ofendido y que ha perdonado para que Italia fuera realmente una y

grande?

¿Y no he venido a daros agua para las mieses sedientas, sol para los campos mojados,

salud en las epidemias?

¿Y no os he dado la Voz que habla en mi Nombre, que os habla a vosotros antes que a

los demás, porque también en mi Vicario, Pastor universal, está el amor de Patria, y mi

Vicario desde hace siglos es italiano? Desde el corazón de Italia se expande la Voz sobre el

mundo y vosotros recibís la onda antes, incluso la más leve.

¿Y para qué ha servido todo esto?

115 Habéis prevaricado. Habéis creído que todo era lícito porque neciamente habéis pensado

que teníais a Dios a vuestro servicio. Habéis pensado que mi Justicia avalase vuestras

culpas, vuestras prepotencias, vuestra idolatría. Cuanto más bueno y longánime era Dios,

más os aprovechabais de Él. Sistemáticamente habéis rechazado el Bien y abrazado el Mal

convirtiéndolo en culto.

¿Entonces? ¿De qué os quejáis?

Pero el "abominio de la desolación" ¿no está acaso prácticamente a las puertas de la

sede de Pedro? ¿No impulsa sus ondas fétidas de vicio, concupiscencia, fraude, idolatría del

sentido, de las riquezas injustas, del poder ladrón y rapaz, contra los propios escalones de la

Cátedra de Pedro? ¿Qué más queréis?

Leed con atención las palabras de Juan y no pidáis saber más.

De Dios nadie se mofa y no se le tienta, ¡oh hijos! Y vosotros le habéis tentado mucho y le

tentáis continuamente. En el interior de vuestras almas, de vuestras mentes, de vuestros

cuerpos, en el interior de vuestras casas, en el interior de vuestras instituciones. Por todas

partes lo tentáis y os burláis de Él.

Mis ángeles se cubren el rostro para no ver vuestro comercio con Satanás y sus

precursores. Pero Yo lo veo y digo: ¡Basta!

Si Jerusalén fue castigada por sus delitos ¿no lo será acaso la segunda Jerusalén que

después de 20 siglos de cristianismo alza, sobre altares falaces, nuevos dioses impuestos

por amos aún más signados con el signo de la Bestia de cuanto no lo seáis vosotros, los de

Italia, y cree que engaña a Cristo con un fingido presente a su Cruz y a su Iglesia, seguido

tan sólo de refinada hipocresía que esconde, bajo la sonrisa y la reverencia, la espada del

sicario?

Sí. Llevad a cabo el último delito. Perseguidme en mis Pontífices y en mis fieles

verdaderos. Pero hacedlo abiertamente y hacedlo pronto. También pronto Yo proveeré.

Hablar así es doloroso, y hablar a los que son menos culpables. Pero en los otros no

tengo oídos que me oigan. Caen y caerán maldiciéndome. ¡Si al menos, si al menos bajo los

azotes del flagelo, en la agonía que oprime corazones y patria, supieran convertirse y pedir

piedad!

Pero no lo harán. Y no habrá piedad. La piedad plena que quisiera daros. Son demasiado

pocos quienes la merecen, respecto de los infinitos que desmerecen hora tras hora cada vez

más. Si los buenos fueran un décimo de los malvados, lo que está signado podría tener

alguna modificación. En cambio la justicia sigue su curso. Vosotros sois quienes la obligáis a

seguirlo.

Pero si no habrá ya piedad colectiva, habrá justicia individual. Quienes se mortifican a sí

mismos por amor a la patria y a los hermanos serán juzgados con inmenso amor. Los otros

con rigor. En cuanto a los mayores culpables, hubiera sido mejor para ellos no haber nacido.

Ni una gota de sangre arrebatada a las venas de los hombres, ni un gemido, ni un luto, ni

una desesperación arrebatada a un corazón, ni un alma raptada a Dios, quedará sin peso en

su juicio.

Perdonaré a los humildes que pueden desesperarse ante el horror de los acontecimientos.

Pero no perdonaré a quienes les han inducido a la desesperación obedeciendo a los deseos

de la Bestia».


Fuente: Cuaderno del año 1943, Marìa Valtorta

 

EL AMOR NACE DEL SUFRIR


                                                           8 de agosto de 1904

 Buscar a Jesús en el interior de nosotros, no en el exterior.Todo debe estar encerrado en una palabra: “Amor”.

Quien ama a Jesús es otro Jesús.

(1) Continuaba esperando, y en cuanto ha venido mi adorable Jesús, si bien lo sentía cercano,

pero hacía por tocarlo y huía, y casi me impedía salir fuera de mí misma para ir en su busca.

Después de haber esperado mucho, en cuanto se ha hecho ver me ha dicho:

(2) “ Hija mía, no me busques fuera de ti sino dentro de ti, en el fondo de tu alma, porque si

sales fuera y no me encuentras sufrirás mucho y no podrás resistir; si me puedes encontrar con

más facilidad, ¿por qué quieres fatigarte?”

(3) Y yo: “Creo que si no te encuentro rápido en mí, puedo encontrarte fuera, es el amor lo que

a esto me empuja”.

(4) Y Él: “¡Ah! ¿Es el amor lo que a esto te empuja? Todo, todo debería estar encerrado en

una sola palabra: “Amor”, y quien no encierra todo en esto, se puede decir que del amarme el

alma no conoce ni siquiera una jota, y a medida que el alma me ame, así le engrandezco el don

del sufrir”.

(5) Y yo interrumpiendo su hablar, toda sorprendida y afligida he dicho: “Vida mía y todo mi

bien, entonces yo poco o nada sufro, por consiguiente poco o nada te amo, qué espanto, al sólo

pensar que no te amo mi alma siente por ello un vivo disgusto, y casi me siento ofendida por Ti”.

(6) Y Él ha agregado: “Yo no intento disgustarte, tu disgusto oprimiría más mi corazón que el

tuyo, y además no debes mirar sólo los sufrimientos corporales, sino también los espirituales, la

voluntad verdadera que tienes de sufrir, porque el querer el alma verdaderamente sufrir, ante Mí

es como si el alma lo hubiera sufrido, por eso tranquilízate y no te turbes, y déjame continuar mi

decir: ¿No has visto alguna vez a dos íntimos amigos? ¡Oh! Cómo tratan de imitarse el uno al

otro y de retratar en sí mismo al amigo, por lo tanto imitan la voz, los modos, los pasos, las obras,

los vestidos, así que el amigo puede decir: ‘Aquél que me ama es otro yo mismo, y siendo yo

mismo no puedo hacer menos que amarlo”. Así hago Yo por el alma que se encierra a toda sí

misma como dentro de un breve giro de amor, todo Yo me siento como retratado en ella misma, y

encontrándome Yo mismo, de todo corazón la amo, y no puedo hacer otra cosa que estarme con

ella, porque si la dejo me dejaría a Mí mismo”.

(7) Mientras esto decía ha desaparecido.


Fuente; Volumen 6, del libro de Cielo, dictado por Jesucristo a Luisa Picarreta.

Dialogo Divino entre Guillermina y Salvador sobre este capitulo:

-Si lo amo mucho, El me da el don del sufrir mucho, estas son frases que impactan.

Jesús es un Maestro insuperable, nos ha ido llevando de Su mano, poco a poco, al ir entendiendo que el amor, nace en el sufrir, porque el sufrir es el desapego, el sufrir es el abandonarse, el abandonarme es tener una confianza plena en El que no me va a fallarme, no tiene limite en Su Poder, no importa lo que se presente, me va a sacar adelante, esa cognotaciòn de confianza, de fè de arrojo en los Brazos de Dios, el desapego, pero el desapego es Cruz, el desapego duele, y eso me lo da gracias a que lo amo, porque ahora como yo lo amo, El sabe que no lo puedo amar, sino lo poseo, y nadie puede amar lo que no posee.

El quiere que yo lo posea, a El, y El quiere poseerme a mi, pero para eso necesito quitar lo mio, y ese es el punto del porque me aumenta el don del sufrir.

¿Que tanto debemos sufrir?, a mas  sufrimientos, mas Vida Divina, a menos sufrimientos, mas vida humana, a mas vida humana, mas purgatorio nos espera, a menos vida humana, menos purgatorio vamos a tener. Si logramos llegar a la totalidad de la vida humana, vamos a llegar a la condenación eterna.

Si logramos llegar a la totalidad de la Vida Divina, vamos a tener la Vida Divina sin pasar por el purgatorio. Nosotros escogemos, que si hay que sufrir, hay que sufrir en la tierra o después de esta vida.

Y ese es el sufrimiento querido por Dios, que es el sufrimiento del desapego, el abandonarnos en sus Brazos como si fuéramos bebes y dependiéramos de nuestra madre.

El sufrimiento de la confianza en Dios y hay que entenderlo,  y si yo confío en Dios, hay sufrimientos.

Se deja de confiar en las criaturas,  y en mi. El sufrir aquí en la tierra nos va a llevar a conquistar los bienes de la Vida Divina. ¿y cuales son los bienes de la Vida Divina?, El Querer Supremo, El Acto único de Dios, eso es lo que vamos a conquistar, pero en el purgatorio ya no; allí vamos a conquistar la Vida Divina por medio de sufrimiento que yà no puede ser meritorio, y que únicamente nos dará el pase al cielo.

La Vida es una escuela de amor, Dios es Amor, nada puede habitar en Dios que no sea Amor.

Nosotros seres creados libres, ese es el punto, tenemos que decidir si aprendemos o no aprendemos a amar. Entonces la vida se vuelve una escuela de amor. Primero amo como hijo, luego amo como hermano, luego amo como amigo, amo en la escuela primaria y si sigo en la escuela secundaria y si sigo en la universidad y así; luego amo con sentimientos en el noviazgo, aprendemos a amar como esposos o esposas, y como padres. Y todos estos amores que vamos aprendiendo en la vida, nos va llevando a Dios, entonces la vida es un continuo aprendizaje de amor pero amor quiere decir DARSE,  entonces es un continuo sufrimiento, el amor duele, porque el amor implica renuncia.


 

miércoles, 18 de enero de 2023

El Amor en Dios no es sentimiento, es Donarse y ser correspondido con Su mismo Amor.

6 de enero de 1944
1 Macabeos 3, 18. 19. 21.
Dice Jesús:
“Más y más veces he dicho y hoy en el día de la manifestación de Cristo 1 os lo digo una vez más, que
cuando Dios está con vosotros todas las fuerzas de la tierra juntas son como humo que un viento impetuoso
disipa.
La potencia no consiste en las armas ni en el número de los que van armados. La potencia reside en esa
parte que Dios lleva consigo. Dios está donde hay una vida honrada, amor al Señor, justicia.
1
Mateo 2, 1-12.
6En vano esperar que Dios esté donde las culpas van más allá del límite que mi Misericordia admite,
porque se acuerda de haber sido Hombre, de haber soportado los ataques del Enemigo y de haberlos vencido
porque era uno con la voluntad del Padre, esa voluntad que no quiere que el hombre se pierda, que quiere
verle vencer para salvarse. Dios no está donde la prepotencia permite el abuso y la arbitrariedad. Dios no está
donde no existe el amor hacia Él, y no hay amor donde se vive una vida culpable y no se practica la caridad
hacia el prójimo.
No mintáis asegurando: “Amo a Dios, pero no puedo amar a mi prójimo porque ha hecho esto o aquello
contra mí”. No es así. Es que no amáis.
Si os hubierais nutrido de caridad hasta el punto de convertirla en vuestra misma carne, en vuestra misma
sangre, no podríais distinguir y separar, y pasaríais sin discontinuidad del excelso amor a Dios al santo amor
a vuestro prójimo. Si en vosotros viviera la Caridad, cubriría como un manto divino las miserias de vuestros
hermanos y os los haría ver como copias menores de Dios, de quien son hijos tanto como vosotros. Si la
Caridad fuera vuestra misma vida, seríais felices al amar a quien no os ama, sabiendo que de ese modo
alcanzaríais el amor perfecto, que no obra a la espera de la recompensa del beneficiado porque cree, con fe
absoluta, que el Magnánimo registra vuestros afectos y los transforma en riquezas eternas, que vais a
encontrar cuando restéis en el Reino.
Y Yo, ¿qué he hecho, qué hago por vosotros? ¿Amo a quien me ama? No, amo también, con doliente
amor, a quien me ofende. Os amé antes de que existierais, aun sabiendo que me habríais ofendido y si bien es
cierto que conservo predilecciones celestes para quienes me aman porque ellos son el consuelo de mi
corazón, albergo una desbordante misericordia para con vosotros, los que me fustigáis y, cual fuente
inagotable, derramo sobre vosotros la ola del amor para llamaros a Mí, para salvaros para Mí, para donaros
ese goce que sólo en Mí podéis hallar, y espero penetrar en vosotros y mitigar vuestra dureza y haceros
buenos, ¡oh, hijos que me habéis costado tanto y que no queréis creer en Mí!
No rechacéis mi mano que se tiende hacia vosotros; mi mano que conoció el dolor que causa ser herida,
pero que sufre mucho más con vuestro rechazo que con la la creación. Leve habría sido la herida si hubiera
sabido que con ella obtendría vuestra salvación. Caricias habrían sido las infinitas heridas y besos las espinas
y un abrazo la cruz, si mi omnividente pensamiento hubiera sabido que con mi Sacrificio obtendría redención
para todo el género humano. Ahora, mi mano se desploma agobiada por el peso de la misericordia que
encierra y que no puede derramar.
Las plegarias de los santos me dan el oro; el holocausto de las víctimas, el incienso; pero la mirra, la
mirra tan amarga, me la dais vosotros, los que no me amáis y que con vuestro desamor me hacéis beber otra
vez el cáliz del Getsemaní y probar la esponja del Calvario. Son muy preciosos, por cierto, el oro y el
incienso depositados a mis pies, que afanosos corrieron a la muerte por vosotros. Pero son poco, poco,
demasiado poco comparados con los cúmulos de mirra que recubren la Tierra, desde lo alto de los cuales ríe
Satanás burlándose de Mí, pues me cree vencido por la inutilidad del sacrificio.
Pero no estoy vencido. Los vencidos serán siempre y únicamente los siervos de Satanás. Los victoriosos
por la eternidad seremos Yo y los que habré salvado y desde nuestra pacífica, fúlgida y eterna gloria veremos
desaparecer en la Muerte eterna a los que mi Nombre, el Nombre santo y terrible, abatió.
Hijos que aún me amáis, no tengáis miedo. Yo soy el Salvador. Y vosotros, los que no me odiáis pero
que, aun sin odiarme, no sabéis amar, sacudíos, venid a Mí. Os llamo en torno a mi signo. Venid. Creed.
Purificaos, inflamaos, esperad. Abatid a vuestros enemigos espirituales y a vuestros enemigos materiales con
la espada del amor”.




 Fuente; Cuaderno año 1944, de Maria Valtorta

martes, 17 de enero de 2023

NO CONOCEMOS A JESUS-

8 de enero de 1944

Dice Jesús:

<<Entre las muchas cosas que el mundo actual –henchido de orgullo y de incredulidad– niega están el

poder y la presencia del demonio. Es lógico que el ateísmo que niega a Dios niegue también a Lucifer, aquel a quien Dios creó, el que se rebeló a Dios, el adversario de Dios, el Tentador, el Envidioso, el Astuto, el Incansable, el Simulador de Dios.Ya os he dicho 1 que Satanás –transformado en demonio por haber cometido pecado de soberbia y tras haberse precipitado, desde el reino celeste que había osado atacar, al profundo abismo donde sólo hay tinieblas y horror– se ha obstinado en instaurar en esas profundidades una copia de la corte del Altísimo, con sus ministros y sus ángeles, sus súbditos y sus hijos, y se manifiesta simulando ser un espíritu de luz, cubriendo su aspecto y sus intenciones de Bajísimo con engañosos atavíos copiados de los del Altísimo para haceros errar.

Mas quienes de verdad viven con el espíritu vivificado por la Gracia, advierten su sonido falso y ven más allá de las apariencias y, por una intuición interior, reconocen al Seductor tras el aspecto larvado con que se muestra. Naturalmente, esto les sucede sólo a quienes están vivificados por la Gracia y protegidos por las triples virtudes con sacrosanta defensa. Los demás –no sólo los ateos que niegan, sino también los tibios que se adormecen, los indiferentes que no observan, los distraídos que no reflexionan, los imprudentes que van tras sus locuras– no pueden descubrir a Satanás tras la apariencia inocua, tras la apariencia hipócrita y, por tanto, se convierten en su fantoche.

¡Oh, hijos que perecéis porque negáis siempre, porque lo negáis todo!, no neguéis la existencia de

Satanás. No se trata de patrañas de chismosas; no es una superstición medieval. Es autentica realidad.

Satanás existe. Y no se cansa nunca de obrar. En lo alto, Dios no se cansa nunca de hacer el bien. En las

profundidades, Satanás no se cansa nunca de hacer el mal. La palabra del salmo no es una bella frase piadosa, así como no es una bella frase oratoria la palabra del Apóstol 2 . Satanás merodea a vuestro rededor como un león rugiente y obra en las tinieblas para llevaros consigo. Aunque, en vedad vuestra incredulidad, vuestra indiferencia, vuestro ateísmo le permitirán obrar abiertamente, en plena luz, pues vosotros mismos le abrís de par en par las puertas del alma y le decís a través de vuestros deseos desenfrenados: “Entra. Con tal de que en esta hora terrena yo pueda lograr lo que deseo, te hago dueño de mi yo”. Si no fuera así, no podríais haber llegado a esa forma de vida que habéis alcanzado y que horroriza a Dios y a sus santos, a sus siervos y a sus hijos.

Mas acordaos de que Satanás, ya sea metafóricamente, artificialmente o realmente, cumple su acción

solapada en las tinieblas. Os asedia con sus enredos y sutilezas de serpiente al acecho en un tupido matorral.

Y porque sabe sois viles tanto en el mal como en el bien, aunque os vea ya muy alejados de Dios no osa aún presentarse ante vosotros cara a cara y deciros: “Aquí estoy. Sígueme”. Son pocos todavía los audaces que entre vosotros osarían decirle en este encuentro manifiesto: “Vengo”. Sois hipócritas también en el mal y aunque anheléis su ayuda, no osáis confesarlo.

Pero Satanás no necesita palabras. Su mirada, como la mía, os traspasa el corazón. Yo veo vuestro anhelo de satanismo; él ve lo mismo que veo Yo y obra.

Después de haber intentado destruir a Cristo con las tentaciones 3 ; a la Iglesia deparándole épocas

oscuras; el Cristianismo por medio de los cismas; la sociedad civil con las sectas, ahora que está en vísperas de la manifestación preparatoria para la final, intenta destruir vuestras conciencias tras haber destruido vuestro pensamiento. Sí, es así, Lo ha destruido no como capacidad de pensar como hombres sino de pensar como hijos de Dios. El racionalismo, la ciencia que se aparta de Dios, ha destruido vuestro pensamiento de índole divina y ahora pensáis como sólo el fango puede pensar: por tierra. En las cosas que ve, vuestro ojo no advierte a Dios, no advierte su sello. Para vosotros son solamente astros, montes, piedras, aguas, hierbas,

El 19 de junio y el 22 de agosto de 1943 en los “cuadernos 1943”.

Salmo 109; 1Pedro 5,8 3

Mateo 4, 1-11; Marcos 1, 12-13; Lucas 4, 1-13 1 2

9 animales. Para el creyente son obras de Dios y no necesita más para sumergirse en la contemplación y la alabanza del Creador ante los innumerables signos de su poder, que os circundan y embellecen vuestra existencia y son útiles para vuestra vida.

Ahora Satanás ataca las conciencias. Ofrece el antiguo fruto 4 : el placer, el ávido deseo de saber, la

arrogante y sacrílega esperanza de llegar a ser dioses, a fuerza de morder en la carne y en la ciencia. Y así, el placer os convierte en fieras consumidas por la lujuria, repelentes, enfermas, condenadas tanto en ésta como en la otra vida a los morbos de la carne y a la muerte del espíritu. Y así, el ávido deseo de saber os entrega al Simulador pues, al intentar imponer a Dios vuestra voluntad de saber debido a la ilícita sed de conocer los misterios de Dios, hacéis de modo que Satanás os atrape con sus engaños.

Me causáis piedad. Me causáis horror. Siento piedad porque sois locos. Siento horror porque queréis

serlo y os marcáis la carne del alma con el signo de la Bestia y rechazáis la Verdad para acoger la Mentira.

¿Pensáis que Satanás os sirve? No. Es mucho más fácil que Dios os conceda lo que pedís, si es lícito, que no que os lo conceda Satanás. Satanás se hace servir. Y os aseguro que por una hora os exige toda la vida; por una victoria, toda la eternidad.

¿Pensáis que si decís: “Quiero”, Dios querrá? No. Dios quiere lo que es para vuestro bien, no todo lo que queréis. ¿Os hacéis la ilusión que, si lo mandáis, Dios y sus ministros vendrán a vosotros? No. Sólo a través de una vida casta y pía; de una vida aureolada por las tres antorchas de la fe, la esperanza y la caridad; de una vida defendida por las otras virtudes que se practican contra Satanás, el mundo y la carne; de una vida vivida en mi Ley en mi doctrina, que existe desde hace veinte siglos (y existirá hasta que exista la tierra y el hombre) y que está encerrada en mi cuádruple Evangelio; de una vida “cristiana”, que significa vida semejante a la de Cristo, vida de reverencia, de obediencia, de fidelidad al Padre constante generosidad, vuestro espíritu obtendrá esa purificación, esa sensibilidad, que os permitirán recibir a Dios y a sus ministros de modo tan evidente que tendréis el gozo de la visión y el gozo de la palabra, ya sea simplemente inspirada o realmente pronunciada.

Ya os lo he dicho: “No se puede servir conjuntamente a Dios y a Satanás” 5 . No. Donde está el uno, no

está el otro. Vuestra vida es un signo de Dios o vuestra vida es un signo de Satanás.

Si tenéis la capacidad de reflexionar –suponiendo que exista aún en vosotros una brizna de alma libre del dominio que mata-, juzgaos y juzgad vuestras obras y las inspiraciones que recibís. Si las consideráis honestas, aunque sea sólo desde el punto de vista humano, decid: “Aquí puede existir el poder de Dios”. En cambio, si son contrarias a la moral humana y están en las antípodas de la moral sobrehumana, decid: “Aquí no puede estar Dios; está su Enemigo”.

Y vosotros, los que ya estáis desviados hasta el punto que habéis abrazado la infame religión que Yo

llamo “satanismo” –esa parodia de la religión que es un sacrilegio y un delito-, recordad que Yo no tengo necesidad de tinieblas, ni de soledad o de magnetismo para venir. Yo soy Luz y mis santos son luz. Yo no temo el sol ni la multitud. Yo sé extasiar aun en medio de una multitud y brillar como un Sol en el sol.

Mis discípulos pueden explicar de qué modo simple, dulce, espontáneo y absoluto vengo hacia ellos;

cómo les elevo por sobre todo lo que les circunda y les sumerjo en un abismo de luz y de sonidos, o sea, en el Cielo venido a ellos.

Ellos pueden explicar cómo, tras cada contacto, sienten que la propia materia pierde peso y adquiere

espiritualidad; cómo, tras cada fusión, la carne muere un poco más y Yo vivo siempre con más fuerza en

ellos. Porque Yo soy el Vencedor de la carne –instrumento de Satanás– y, por tanto, soy el vencedor de

Satanás. Ellos pueden explicar cómo, al renovarse cada vez más profundamente, mueren místicamente y resurgen más espiritualizados cada vez.

45

Génesis 3, 1-15

Mateo 6,24; Lucas 16, 13

10 Ellos pueden explicaros qué paz, qué serenidad, qué equilibrio albergan en sí, y qué inteligencia, qué

amor, qué pureza. No son valores humanos, son más que sobrehumanos. Son míos, porque Yo me convierto en ellos y ellos en Mí. La criatura ya no existe. Existo Yo. Yo les hago dioses porque les hago a mi semejanza.

A mis discípulos les doy lo que Satanás no da, lo que no puede dar: la semejanza con Dios, porque les

fundo conmigo y con esa fusión les convierto en dioses”.


Fuente:  Los evangelios como me han sido revelados por Maria Valtorta año 1943

 

jueves, 12 de enero de 2023

"Pedros" siempre han existido y existen tantos. "Conozcamos al Verdadero Jesucristo"



29 de septiembre
Dice Jesús:
«"Pedros" siempre han existido y existen tantos. Ellos quisieran de Mí dones de bienestar
terreno que nunca he prometido dar, porque Yo os encamino al Cielo y no a las cosas de
aquí abajo, y todo cuanto os doy de felicidad terrena es una añadidura que no merecéis y no
podéis exigir, y que doy únicamente porque el noventa por ciento de los hombres es de tan
carne y sangre que sin tener dones de esta tierra se rebelarían todos.
210De todas formas os rebeláis, hijos ingratos, dándome la culpa del mal creado por vosotros
mismos. ¡Si al menos supierais soportar con resignación el mal que es obra de vuestras
malvadas acciones, de vuestras lujurias, de vuestras prepotencias y desenfrenos, de vues-
tros intereses y fraudes! Si supierais soportarlo diciendo: "Nos lo hemos merecido" ese mal
se mutaría en bien, porque Dios tendría piedad de vuestra irreflexión.
Sí, si os viera humildes en el reconocimiento de vuestros errores, resignados a sufrir las
consecuencias, filiales en el dirigir hacia Mí la mirada lagrimosa y la palabra suplicante, Yo
que soy el Dios de la Misericordia y del Perdón, Yo que he venido a buscar y a salvar lo que
estaba perdido, y que no he perdido ni perderé en el transcurrir de los siglos -átomos de mi
eternidad- mi sed de traeros salvación y bien, intervendría para salvaros aún, haciendo
desbordar mi Amor y mi Misericordia sobre mi Justicia que me hiere antes a Mí que a
vosotros, creedlo, pobres hijos míos, porque el deberos castigar, el deber dejar que vosotros
mismos os castiguéis con sufrimientos creados por vuestro duro corazón y necio intelecto, es
lo que constituye el dolor de vuestro Jesús, cuyo nombre es "Salvador" y no Justiciero, de
Jesús que con tal de salvaros ha obrado, con el Padre y el Espíritu, ese milagro de
indescriptible, inmensurable amor, ese milagro que ha dejado inmóviles con reverente
estupor a los Cielos, que ha hecho temblar de ira a los abismos infernales y parar por una
hora el curso de los astros y las leyes del universo, ese milagro que ha sido la separación de
la segunda Persona de la divina Trinidad para descender: Luz eterna, Corazón de Dios, para
hacerse corazón de hombre en el seno de una Virgen y luz para los hombres que habían
apagado en ellos la luz.
Estos numerosos y nuevos Pedros -y nunca como ahora el mundo está lleno de ellos-
cuando ven que no les doy lo que su humanidad desea, llegan a creer que Yo no soy lo que
digo ser: es decir el Potente. Y ante esta creída impotencia mía, juzgan que no merece la
pena seguirme y reniegan de Mí, exactamente como Pedro en aquella hora en que las
apariencias estaban contra Mí.
Sin embargo, pobres hijos míos, son precisamente los momentos en los que,
humanamente, parece que Yo esté ausente, aquellos en los que estoy inclinado sobre mis
hijos y trabajo por ellos. Si no tuvierais en vosotros un espíritu contrario a Dios, y muchas
veces ya en posesión de Satanás, sentiríais mi invisible Presencia y mi deseo de ayudaros.
Pero huís de Mí. Preferís daros al amigo de un momento que seduce vuestra carne con
satisfacciones dulces sólo en la superficie, pero después atosigantes en lo profundo y
dañosas como un veneno mortal. Preferís daros, atados de pies y manos, al Enemigo en
acecho.
Renegáis no sólo de Mí, vuestro Dios, sino de vuestra dignidad de hombres, vuestra
inteligencia que os hace semejantes a Dios por encima de todos los animales creados por el
Padre, únicos capaces de pensar y actuar no con el rudimental instinto de las bestias, sino
con un fulgor de inteligencia que os alza a esferas muy próximas a Nosotros. ¡Oh! ¡esto sí
que os hace semejantes a Nosotros, y no el conocimiento del Mal! Pero vosotros escucháis
siempre el silbido de la Serpiente y queréis conocer también el Mal para ser semejantes a
Dios. ¡Oh necios, necios, necios!
Dios en su esencia perfecta puede conocer el Mal, porque el mal no tiene poder sobre
Dios. Pero vosotros no. Vosotros no sois perfectos y el Mal no os deja indiferentes cuando lo
queréis investigar, conocer y probar. El haber masticado esa experiencia trajo la condena del
hombre al trabajo, de la mujer a la maternidad dolorosa, de la raza al Dolor y a la Muerte.
Pero vosotros, no persuadidos aún, queréis siempre ese alimento de infierno, que se
desarrolla en vosotros cada vez más en obras malditas que aumentan dolor y muerte, fati-
gas, hambre y todo castigo sobre esta tierra y más allá, porque, repito, me acusáis hacedor
211del mal que creáis, y me maldecís por lo que soy inocente.
Salís de Dios con ira, hijos cegados por vuestro rencor, y caéis en el barrizal de Satanás.
Estáis en el barrizal hasta el cuello y no queréis agarraros a la Fe, amarra espiritual que os
lanza a vosotros, náufragos, la Bondad eterna.
Si tuvierais esa Fe verdadera, como Yo os dije que deberíais tener, ninguna prueba
contraria podría hacérosla perder, y venceríais los sucesos adversos porque forzaríais las
puertas de la Misericordia, tan poco cerradas y que no piden sino ser abiertas y atrin-
cheraríais las de la Justicia, abiertas para castigar vuestros delitos y que, por el amor infinito
que os tenemos, deseamos cerrar.
¿ Qué debéis hacer con mis renegadores? Lo que Yo hice por Pedro. Llorar y orar para
reconducirlos a Mí.
No os toca elegir un puesto en el Cielo, se lo he dicho a Santiago y a Juan y os lo digo
también a vosotros. Y sabéis cuáles son las obras que hay que cumplir para merecerlo. Sólo
tenéis que mirar a vuestro Jesús para saber cómo debéis actuar. Caridad, caridad, sobre
todo caridad. En todos verme a Mí, vuestro Dios, servir a los hermanos como Yo os he
servido hasta el holocausto de mi vida para arrancar almas a Satanás.
Almas, he dicho. Con esto no quiero decir que no debáis tener caridad también por los
cuerpos de vuestros hermanos. Las obras de misericordia corporales sirven para preparar el
camino a la más alta obra de misericordia que es la de dar de beber, de comer, vestir, cuidar
las almas desnudas y pobres, hambrientas y sedientas de vuestros pobres hermanos,
alejados de mi Redil o crecidos fuera de él, y que mueren en el desierto.
Os toca a vosotros, cristianos, y sobre todo a vosotras, mis amorosas, benditas,
dilectísimas víctimas, flores vivas que exhaláis para Mí todo vuestro espíritu de flor y que
viviréis como eternas rosas en el Cielo, os toca a vosotros, mis verdaderos amigos, recon-
ducir hasta Mí a los errantes, sin juzgar si merecen ser dignos del Cielo.
No os toca a vosotros juzgar sobre el premio o el castigo. Sólo Yo soy Juez. A vosotros
sólo os concierne reconducir, con mis mismas armas: oración y sacrificio, y después por
último la palabra, a los pródigos a la casa del Padre; para poder colmar de júbilo el Corazón
de Dios y llenar de gozo los Cielos por un nuevo pecador que se convierte, deja las tinieblas
y vuelve a la Luz, a la Verdad, al Amor».




Fuente; Cuadernos del año 1943 de Maria Valtorta.
 

lunes, 9 de enero de 2023

¿De qué muere la gente desde 2020 hasta hoy?- Dr. Manuel José Rodríguez


El  medico forence, Dr. Jose Manuel Rodriguez, prestigioso por sus autopsias realizadas, y denunciantes de estas mal llamadas vacunas que son inoculo con tóxicos con metales pesados que potencian al verdadero causantes de las enfermedades múltiples y muertes súbitas que es el oxido de grafeno que se vincula con las frecuencias en teraherzios y atraviesa la masa encefálica y activa al grafeno.
Este doctor dice que el responsable es el Arnm, pero después se contradice que dicho Arnm  no puede atravesar la masa encefálica y desconoce que es lo que atraviesa la masa encefálica.  Parece que no ha observado bajo microscopio óptico como el científico Pablo Campra, que en el año 2021 de noviembre  ha hecho una investigación en cuatro marcas de estos inoculo, que son Astrazeneca, Moderna, Jansen Sinofarm, y Pfizer. 
El estudio e investigación a pedido de la Quinta Columna que preside el Bioestadistico Ricardo Delgado Martín y el Dr. Josè Luis Sevillano, ha observado bajo microscopio óptico y por espectroscopia Micro_raman. la presencia de oxido de grafeno. 
Resulta que en mas de 30 países han llegado a la misma evidencias como la Dra. Lorena DiBlasi y la Dra Sangorrin y el Biólogo Molecular Juan Garbiere que presentaron las evidencias observadas en microscopio electrónico y citando al Dr. Pablo Campra en las audiencias realizadas en el Juzgado Federal Nro 4 de Mar del Plata el 2 y 15 de noviembre del año 2022, con la presencia de funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación y dicho Juez Lopez emitio una sentencia de no promover la campaña de vacunacion covid-19 en todo el territorio Nacional Argentino, 
El gobierno argentino no a obedecido esa sentencia, que luego fue enviada por el juez federal Lopez a la cámara Penal federal y dicha cámara revoco dicha sentencia,  habilitando al juez Lopez que inicie el proceso de juicio y debate científicos con ambas partes.
Cuando el Dr. Jose Manuel Rodriguez cita las muertes de los ancianos, no conoce que cerca de los asilos y hospitales se hallan las antenas de frecuencia de telefonía, o sobre sus azoteas o distancias cortas. También ocurre en los accidentes de salida de vias en las carreteras por las antenas de telefonía 5G y anteriores.
El gobierno argentino y los medios de comunicación han sido cómplices de este exterminio, genocidio y traición al pueblo argentino. es denunciado en el Juzgado Penal de Comodoro Py. Por desobedecer una orden judicial, y por no informar a los padres de 6 meses a 16 años de los efectos adversos de las mal llamadas vacunas que matan y enferman- Todas ellas hace tiempo no han curado a nadie, han y producen enfermedades como autismo, guillen barre, abortos, sida, ceguera, esterilidad en varones y mujeres, muertes súbitas, arritmias, embolias y es una lista larguísima.
Cabe informar que en el 2021 un Juez de Texas, Estados Unidos, le ordeno a la FDA y a Pfzer,, que de información de sus viales, y el primer informe de 53 paginas, declaro mas de 1291 efectos adversos de sus vacunas.
Esto es un sin fin de información y evidencias ya conocidas. Cada dia se van descubriendo nuevos efectos de este genocidio. Investigar y difundir y prevenir de esta locura.