jueves, 28 de abril de 2022

CONOZCAN A SU ÙNICO DIOS UNO Y TRINO- EL ANTICRISTO

 20 de agosto

Dice Jesús:

«Si se observara bien cuanto sucede desde hace algún tiempo, y especialmente desde los

inicios de este siglo que precede al segundo milenio, se debería pensar que los siete sellos

han sido abiertos. Nunca como ahora Yo me he inquietado por volver entre vosotros con mi

Palabra y reunir las tropas de mis elegidos para marchar con ellos y con mis ángeles a

presentar batalla a las fuerzas ocultas que trabajan para excavar las puertas del abismo a la

humanidad.

Guerra, hambre, pestilencias, instrumentos de homicidio bélico -que son más que las

bestias feroces mencionadas por el Predilecto- terremotos, señales en el cielo, erupciones de

las vísceras del suelo y llamadas milagrosas a vías místicas de pequeñas almas movidas por

el Amor, persecuciones contra mis seguidores, elevación de las almas y bajezas de los

cuerpos, no falta nada de los signos por los cuales puede pareceros próximo el momento de

mi Ira y de mi Justicia.

En el horror que tenéis, exclamáis: "¡El tiempo ha llegado; más tremendo de esto no puede

ser!". Y llamáis con gran voz al final que os libere. Lo llaman los culpables, mofándose y

maldiciendo como siempre; lo llaman los buenos que ya no pueden más de ver al Mal triunfar

sobre el Bien.

¡Paz, elegidos míos! Todavía un poco y después vendré. La suma de sacrificio necesaria

para justificar la creación del hombre y el Sacrificio del Hijo de Dios no está cumplida aún.

Todavía no ha terminado la formación de mis cohortes y los ángeles del Signo aún no han

puesto el sello glorioso sobre todas las frentes de quienes han merecido ser elegidos para la

gloria.

El oprobio de la tierra es tal que su humo, en poco diferente del que mana de la morada de

Satanás, sube hasta los pies del trono de Dios con sacrílego ímpetu. Antes de la aparición de

mi Gloria es necesario que oriente y occidente sean purificados para ser dignos del aparecer

de mi Rostro.

Incienso que purifica y aceite que consagra el gran, infinito altar donde la última Misa será

celebrada por Mí, Pontífice eterno, servido en el altar por todos los santos que tendrán en

aquella hora el cielo y la tierra, son las oraciones y los sufrimientos de mis santos, de los

dilectos de mi Corazón, de los que ya están señalados con mi Signo: de la Cruz bendita,

155antes de que los ángeles del Signo les hayan contraseñado.

El signo se graba sobre la tierra y vuestra voluntad es quien lo graba. Después los ángeles

lo llenan con un oro incandescente que no se borra y que hace resplandecer como el sol

vuestra frente en mi Paraíso.

Grande es el horror de ahora, dilectos míos; pero ¡cuánto, cuánto, cuánto tiene que

aumentar todavía para ser el Horror de los últimos tiempos! Y si parece verdaderamente que

el ajenjo se haya mezclado con el pan, con el vino, con el sueño del hombre, mucho, mucho,

mucho más ajenjo debe gotear aún en vuestras aguas, sobre vuestras mesas, sobre

vuestros lechos antes que hayáis alcanzado la amargura total que será la compañera de los

últimos días de esta raza creada por el Amor, salvada por el Amor y que se ha vendido al

Odio.

Que si Caín anduvo vagando por la tierra por haber matado una sangre, inocente, pero

siempre sangre contaminada por el pecado original, y no encontró quien le quitase el

tormento del recuerdo porque el signo de Dios estaba sobre él para su castigo -y generó en

la amargura y en la amargura vivió y vio vivir y en la amargura murió- ¿qué debe sufrir la raza

del hombre que mató de hecho y mata, con el deseo, la Sangre inocentísima que le ha

salvado?

Por lo tanto pensad que éstos son los síntomas, pero aún no es la hora.

Están los precursores de aquel que he dicho pueda llamarse: "Negación", "Mal hecho

carne", "Horror", "Sacrilegio", "Hijo de Satanás", "Venganza", "Destrucción", y podría

continuar dándole nombres de indicación clara y pavorosa. Pero él no ha llegado aún.

Será persona que estará muy en alto, en lo alto como un astro. No un astro humano que

brille en un cielo humano. Sino un astro de una esfera sobrenatural, el cual, cediendo al

halago del Enemigo, conocerá la soberbia después de la humildad, el ateísmo después de la

fe, la lujuria después de la castidad, el hambre de oro después de la evangélica pobreza, la

sed de honores después de la ocultación.

Será menos espantoso ver caer una estrella del firmamento que ver precipitar en las

espirales de Satanás a esta criatura ya elegida, la cual copiará el pecado de su padre de

elección. Lucifer, por soberbia, se convirtió en el Maldito y el Oscuro. El Anticristo, por sober-

bia en esta hora, se convertirá en el maldito y el oscuro después de haber sido un astro de mi

ejército.

Como premio por su abjuración, que sacudirá los cielos bajo un estremecimiento de horror

y hará temblar las columnas de mi Iglesia en el temor que suscitará su precipitar, obtendrá la

ayuda completa de Satanás, quien le dará las llaves del pozo del abismo para que lo abra.

Pero que lo abra del todo para que salgan los instrumentos de horror que Satanás ha

fabricado durante milenios para llevar a los hombres a la total desesperación, de tal modo

que, por sí mismos, invoquen a Satanás como Rey y corran al séquito del Anticristo, el único

que podrá abrir de par en par las puertas del abismo para hacer salir al Rey del abismo, así

como Cristo ha abierto las puertas de los Cielos para hacer salir la gracia y el perdón, que

hacen a los hombres semejantes a Dios y reyes de un Reino eterno en el que Yo soy el Rey

de los reyes.

Así como el Padre me ha dado a Mí todo poder, Satanás le dará a él todo poder, y

especialmente el poder de seducción, para arrastrar a su séquito a los débiles y a los

corrompidos por las fiebres de las ambiciones como lo está él, su jefe. Pero en su

desenfrenada ambición aun encontrará demasiado escasas las ayudas sobrenaturales de

Satanás y buscará otras ayudas en los enemigos de Cristo, los cuales, armados con armas

cada vez más mortíferas, cuanto les podía inducir a crear su libídine hacia el Mal para

sembrar desesperación en las muchedumbres, le ayudarán hasta que Dios no diga su

156"Basta" y les aniquile con el fulgor de su figura. 86

Mucho, demasiado -y no por sed buena y por deseo honesto de repararse del mal

apremiante, sino más bien tan sólo por curiosidad inútil- mucho, demasiado se ha cavilado a

lo largo de los siglos, sobre cuanto Juan dice en el capítulo 10 del Apocalipsis. Pero sabe,

María, que Yo permito que se sepa cuanto puede ser útil saber y oculto cuanto encuentro útil

que no sepáis.

Sois demasiado débiles, pobres hijos míos, para conocer el nombre de honor de los "siete

truenos" apocalípticos. Mi ángel ha dicho a Juan: "Sella lo que han dicho los siete truenos y

no lo escribas". Yo digo que no es aún la hora de que se abra lo que está sellado y que si

Juan no lo escribió Yo no lo diré.

Por lo demás no os toca a vosotros probar ese horror y por ello... Sólo os queda orar por

aquellos que lo deberán padecer, para que la fuerza no naufrague en ellos y no pasen a

formar parte de la turba de quienes bajo el azote del flagelo no conozcan penitencia y blasfe-

men a Dios en lugar de llamarle en su ayuda. Muchos de éstos están ya en la tierra y su

semilla será siete veces siete más demoníaca que ellos.

Yo, no mi ángel, Yo mismo juro que cuando haya terminado el trueno de la séptima

trompeta y se haya cumplido el horror del séptimo flagelo 87 , sin que la raza de Adán

reconozca a Cristo Rey, Señor, Redentor y Dios, e invoque su Misericordia, su Nombre en el

cual está la salvación, Yo, por mi Nombre y por mi Naturaleza, juro que pararé el instante en

la eternidad. Cesará el tiempo y comenzará el Juicio. El Juicio que divide para siempre el

Bien del Mal después de milenios de convivencia sobre la tierra. 88

El Bien volverá al manantial del que ha venido. El Mal precipitará donde ya precipitó desde

el momento de la rebelión de Lucifer y de donde salió para turbar la debilidad de Adán en la

seducción del sentido y del orgullo.

Entonces se cumplirá el misterio de Dios. Entonces conoceréis a Dios. Todos, todos los

hombres de la tierra, desde Adán hasta el último nacido, reunidos como ,granitos de arena

sobre la duna de la playa eterna, verán a Dios Señor, Creador, Juez, Rey.

Sí, veréis a este Dios que habéis amado, blasfemado, seguido, escarnecido, bendecido,

vilipendiado, servido, huido. Lo veréis. Sabréis entonces cuánto merecía vuestro amor y

cuánto mérito era servirle.

¡Oh! ¡alegría de quienes se hayan consumado a sí mismos en el amarle y en el

obedecerle! ¡Oh! ¡terror de quienes han sido sus Judas, sus Caínes, de quienes han

preferido seguir al Antagonista y al Seductor en lugar de al Verbo humanizado en quien está

la Redención; de Cristo: Camino hacia el Padre; de Jesús: Verdad santísima; del Verbo: Vida

verdadera!».


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

CONOZCAN A SU ÙNICO CREADOR DIOS UNO Y TRINO-Al vencedor le daré a comer del árbol de vida.. .". y tal pensamiento se ha aplicado a Mí.

 18 de agosto

Dice Jesús:

«Continúo explicándote los pasajes que creo oportunos.

Está dicho: “Al vencedor le daré a comer del árbol de vida.. .". y tal pensamiento se ha

aplicado a Mí.

Sí, soy árbol de vida eterna y me doy a vosotros como alimento en la Eucaristía y mi visión

será alimento gozoso de los vencedores en la otra vida. Pero hay otro significado que

muchos ignoran precisamente porque muchos que me comentan no son "vencedores".

¿Quién es vencedor? ¿Qué es necesario para serlo? ¿Obras resonantes de heroísmo?

No. Entonces serían demasiado pocos los que vencen. Son vencedores quienes vencen en

sí a la Bestia que quisiera someterles. En verdad entre el martirio atroz pero breve, ayudado

por coeficientes sobrenaturales y naturales, y la lucha secreta, oscura y continua, tiene

mayor peso sobre las balanzas de Dios, o al menos un peso de distinto género, pero

precioso, esta última.

No hay mayor tirano que la carne y el Demonio. Y quienes saben vencer la carne y el

Demonio y hacer de la carne un espíritu y del demonio un vencido, son los "vencedores".

Pero para serlo es necesario haberse dado totalmente al Amor. Totalmente: quien ama

con todas sus fuerzas no reserva nada para sí mismo, y no reservando para sí mismo no lo

hace para la carne ni para el demonio. Lo da todo a su Dios y Dios lo da todo a su amador.

Le da su Verbo. Esto es lo que da de comer al vencedor, ya desde esta tierra, no podía

darle nada mayor. Le da a Mí, Verbo del Padre, para ser alimento del espíritu consagrado al

cielo.

Mi Palabra desciende a nutrir las almas que se han dado totalmente a su Dios y Señor. Mi

Palabra viene para seros sacerdote y guía a quienes buscáis la guía verdadera y veis tantas

guías débiles para las turbas que perecen sin guía verdadera. Vosotros que habéis entendido

la Verdad, sabéis que sólo esto es necesario: vivir de mi Palabra, creer en mi Palabra,

caminar según mi Palabra.

¿Qué pensarías de uno que quisiera vivir a base de golosinas, licores y tabaco? Dirías

que moriría porque ése no es el alimento que se necesita para vivir sanos. Lo mismo sucede

a quien se afana con miles de exterioridades y no se preocupa de lo que es el núcleo de toda

la vida del alma: mi Palabra.

153¿Por qué la Misa, por qué la Eucaristía, por qué la Confesión no os santifican como

debería suceder? Porque para vosotros son formalismos, no las hacéis fecundas atendiendo

a mi Palabra. Peor aún: sofocáis mi Palabra, que Yo lanzo desde el alto del Cielo para

llamaros e iluminaros, bajo la tibieza, la hipocresía, la culpa, más o menos grave.

No me amáis: eso es todo. Amar no quiere decir hacer de vez en cuando una visita

superficial de cortesía mundana. Amar quiere decir vivir con el alma unida, fundida,

encendida con un único fuego que alimenta a otra alma. Entonces en la fusión se realiza

también la comprensión.

Yo hablo, no ya lejos, desde lo alto de los cielos, sino que hago morada -y conmigo el

Padre y el Espíritu, porque somos una cosa sola- Yo hago morada en el corazón que me

ama y mi palabra ya no es un susurro, sino Voz plena, ya no es aislada, sino continua.

Entonces soy el "Maestro" verdadero. Soy Aquél que hace ahora 20 siglos hablaba a las

muchedumbres incansablemente y que ahora encuentra su delicia en hablar a sus

predilectos que le saben escuchar y de los cuales hago mis canales de gracia.

¡Cuánta Vida os doy! Vida verdadera, Vida santa, Vida eterna, Vida gozosa con mi

Palabra que es Palabra del Padre y Amor del Espíritu. Sí, en verdad, al "vencedor" Yo le doy

de comer el fruto del árbol de la Vida. Os lo doy ya en esta tierra con mi doctrina espiritual

que vuelvo a traer entre los hombres a fin de que no todos los hombres perezcan. Os la doy

en la otra vida con mi estar entre vosotros para siempre.

Yo soy la Vida verdadera. Permaneced en Mí, amados míos, y no conoceréis la muerte».


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

miércoles, 27 de abril de 2022

02 - REGRESO AL ORIGEN.

CONOZCAN A SU ÙNICO CREADOR DIOS TRINO- «Temen la muerte quienes no conocen el amor y no tienen la conciencia tranquila. ¡Y son la mayoría!

 9 de agosto

Dice Jesús:

«Temen la muerte quienes no conocen el amor y no tienen la conciencia tranquila. ¡Y son

la mayoría! Éstos, cuando por enfermedad o por edad o por cualquier otro hecho, se sienten

amenazados por la muerte, temen, se afligen, se rebelan. Intentan también, con todas las

fuerzas y medios, huir de ella. Inútilmente, porque cuando la hora está señalada ninguna

precaución sirve para hacer retroceder a la muerte.

La hora de la muerte siempre es justa porque es dada por Dios. Sólo Yo soy el Dueño de

la vida y de la muerte y si bien no son míos ciertos medios de muerte, usados por el hombre

por incitación demoníaca, siempre son mías las sentencias de muerte, dadas para quitar a un

alma de demasiado tormento terreno o para impedir mayores culpas de aquella alma.

Ahora observa: el don de la vida, de una larga vida, ¿por qué puede ser dado por Mí? Por

dos motivos.

El primero: porque la criatura que goza de él es un espíritu iluminado que tiene misión de

faro para otros espíritus aún envueltos en las nieblas de la materialidad. Muchos de mis

santos han llegado a la ancianidad precisamente por esto. Y sólo Yo sé cómo anhelaban en

cambio venir a Mí.

Segundo: doy larga vida para proveer el medio, todos los medios, a una criatura informe

para formarse. Estudios, amistades, encuentros santos, dolores, alegrías, lecturas, castigos

de guerras o de enfermedades, todo viene dado por Mí para tratar de que un alma crezca en

mi Edad que no es como la vuestra. Porque Yo quiero decir que crecer en mi Edad quiere

decir crecer en mi Sabiduría, y se puede ser adultos en mi Edad teniendo la edad de niños

en la vuestra, o viceversa ser niños en mi Edad teniendo cien años en la vuestra. Yo no miro

la edad de vuestra carne que muere: miro vuestro espíritu, ¡y quisiera que fuerais espíritus

que saben caminar, hablar, actuar seguros, y no balbucientes, tambaleantes e incapaces de

hacer como niños!

Esto explica el por qué Yo diga mi "Basta" muy rápidamente para criaturas que encuentro

adultas en la Fe, en la Caridad, en la Vida. Un padre desea siempre reunirse con sus hijos y

¡con cuánta alegría, terminada la educación o el servicio militar, les estrecha contra su

corazón! ¿Hará de otro modo el buen Padre que tenéis en los cielos? No. Cuando ve que

una criatura es adulta en el espíritu, arde por el deseo de tomarla consigo y si, por piedad del

pueblo, deja algunas veces a sus siervos sobre la tierra a fin de que sean imán y brújula para

los demás, otras no resiste y se da la alegría de poner una nueva estrella en el Cielo con el

alma de un santo.

Son dos atracciones y dos aspiraciones que vienen de un agente único: el Amor. El alma,

aquí donde tú estás, atrae a sí a Dios, y Dios desciende a encontrar sus delicias junto a la

criatura amante que vive de Él. El alma aspira a subir para estar eternamente y sin velos con

su Dios. Dios, desde el centro de su ardor, atrae a Sí al alma así como el sol atrae la gota de

rocío, y aspira a tenerla junto a Sí, gema encerrada en su triple fuego que da la

Bienaventuranza.

Los brazos levantados del alma encuentran los brazos tendidos de Dios, María. Y cuando

se tocan, se rozan velozmente, es el éxtasis sobre la tierra; cuando se aprietan

duraderamente es la Bienaventuranza sin fin del Cielo, de mi Cielo que he creado para voso-

tros, amados míos, y que me dará un sobreabundar de alegría cuando esté colmado de

todos mis dilectos.

138¡Qué eterno día de inmensurable alegría, de nosotros que nos amamos: Nosotros, Dios

Uno y Trino; y vosotros, los hijos de Dios!

Pero los que para su desgracia no han entendido mi Amor, no me han dado su amor, no

han entendido que sólo una ciencia es útil: la del Amor, para aquellos la muerte es temor.

Tienen miedo. Más miedo tienen aún si sienten que han actuado poco bien o mal del todo.

La boca mentirosa del hombre -porque raramente la boca del hombre dice la verdad tan

bella y bendita, la verdad que Yo, Hijo de Dios y Palabra del Padre, os he enseñado a decir

siempre- la boca mentirosa del hombre dice, para engañar y consolar a sí mismo y engañar a

los demás: "Yo he actuado y actúo bien". Pero la conciencia, que está como un espejo de

dos caras bajo vuestro yo y bajo el ojo de Dios, acusa al hombre de no haber actuado y de

no actuar para nada bien, como proclama.

.

Por lo tanto un gran miedo les oprime: el miedo del juicio de Aquél a quien los

pensamientos, los actos, los afectos del hombre, no le están ocultos. Pero si me teméis tanto

como Juez, oh desgraciados, ¿por qué no evitáis tenerme como Juez? ¿Por qué no me ha-

céis vuestro Padre? Pero si me teméis, ¿por qué no actuáis según mis órdenes? ¿No me

sabéis escuchar cuando os hablo con voz de Padre que os guía, hora tras hora, con mano de

amor? Pero al menos obedecedme cuando os hablo con voz de Rey. Será obediencia menos

premiada, porque es menos espontánea y dulce a mi Corazón. Pero será siempre

obediencia. Y ¿por qué entonces no la hacéis?

La muerte no se evita. Bienaventurados los que vendrán en aquella hora con vestiduras

de amor al encuentro de Aquel que llega. Plácida como el tránsito de mi padre de la tierra,

que no conoció sobresaltos porque fue un justo que no tenía en su vida ningún reproche, así

será la muerte de éstos. Gozosa como el sueño de mi Madre que cerró los ojos en la tierra

sobre una visión de amor, ya que de amor fue toda su vida que no conoció pecado, y los

abrió en el Cielo despertándose sobre el Corazón de Dios, así será el fin de los amantes.

¿Sabes, alegría mía, que bonito será también para ti? Esta mañana, cuando Yo Eucaristía

venía, tu has tenido un sobresalto de éxtasis porque me has visto darte a Mí mismo. Pero

esto no es nada. Un granito de éxtasis puesto en tu corazón. Uno sólo, para no destruirte,

porque lo has notado... has creído morir en la emoción. Pero cuando sea el momento verteré

un río de alegría, porque no será ya necesario mantener tu vida humana y nos iremos juntos.

Ánimo, aún un poco de dolor por amor de tu Jesús y después tu Jesús abolirá para ti el

dolor para darte a Sí mismo, completamente, a Sí mismo, alegría sin medida».

En efecto esta mañana he tenido una impresión tan viva que he estado a punto de gritar.

Porque se grita no. sólo por miedo o por dolor, sino también por demasiada alegría. He

creído que el corazón cediera en la alegría y yo muriera así, con la hostia aún sobre la

lengua.


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

jueves, 21 de abril de 2022

CONOZCAN A SU CREADOR Y ÙNICO DIOS TRINO- LIBRO DE CIELO

 11-12

Marzo 15, 1912

Quien hace la Voluntad de Dios obra a lo Divino. La

Divina Voluntad es la Santidad de las santidades.

(1) Continuando mi habitual estado, me sentía un gran deseo de hacer la Voluntad Santísima de Jesús

bendito, y Él al venir me ha dicho:

(2) “ Hija mía, mi Voluntad es la Santidad de las santidades, así que el alma que hace mi Voluntad, por

cuanto fuera pequeña, ignorante, ignorada, deja atrás a todos los demás santos, a pesar de los

portentos, de las conversiones estrepitosas, de los milagros que hayan hecho, es más, confrontándolos,

las almas que hacen mi Voluntad son reinas, y todas las demás están como a su servicio. El alma que

hace mi Voluntad parece que no hace nada, pero hace todo, porque estando en mi Voluntad obran a lo

divino, ocultamente y en modo sorprendente, así que son luz que ilumina, son vientos que purifican, son

fuego que quema, son milagros que hacen hacer los milagros, y quienes los hacen son sólo los canales,

porque en ellas es donde reside la potencia para hacerlos, así que son el pie del misionero, la lengua de

los predicadores, la fuerza de los débiles, la paciencia de los enfermos, el régimen de los superiores, la

obediencia de los súbditos, la tolerancia de los calumniados, la firmeza en los peligros, el heroísmo de

los héroes, el valor de los mártires, la santidad de los santos, y así de todo lo demás, porque estando en

mi Voluntad concurren a todo el bien que puede haber en el Cielo y en la tierra. He aquí porqué puedo

decir que son mis verdaderas hostias, pero hostias vivas, no muertas, porque los accidentes que forman

la hostia no están llenos de vida ni fluyen a mi Vida, en cambio el alma está llena de vida, y haciendo mi

Voluntad fluye y concurre a todo lo que hago Yo, he aquí por qué me son más queridas estas hostias

consagradas por mi Voluntad que las mismas hostias sacramentales, y si tengo alguna razón de existir

en éstas, es para formar las hostias sacramentales de mi Voluntad. Hija mía, es tanto el placer que

tomo de mi Voluntad, que al sólo oír hablar de Ella me estremezco de alegría y llamo a todo el Cielo a

hacer fiesta; imagínate tú misma qué será de aquellas almas que la hacen. Yo encuentro todos los

contentos en ellas y doy todos los contentos a ellas, su vida es la vida de los bienaventurados,

solamente dos cosas les interesan, desean, añoran: Mi Voluntad y el Amor. Poco tienen que hacer,

mientras hacen todo, las misma virtudes quedan absorbidas en mi Voluntad y en el Amor, así que no

tienen más qué hacer con ellas, porque mi Voluntad contiene, posee, absorbe todo, pero en modo

divino, inmenso e interminable; esta es la vida de los bienaventurados”.

miércoles, 20 de abril de 2022

CONOZCAN A SU CREADOR SU ÙNICO DIOS TRINO.

Los jefes cometen pecados, pero es la masa la que, con sus pecados menores, lleva a los jefe al gran pecar.

 

Fuente: cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

CONOZCAN A SU CREADOR Y ÙNICO DIOS TRINO-

 Los demonios... ¡oh! los demonios están ya donde castigaré. Los demonios son quienes, asentados como señores en los corazones, llevan a muerte a las naciones. Y hay pueblos en los que pocos son los corazones que no sean aún morada de los demonios: legiones y legiones demoniacas mueven, como títeres, naciones completas. ¿Y como puedo reinar allí donde los corazones se han hecho morada de los hijos de Lucifer?

 

Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

CONOZCAN A SU VERDADERO CREADOR- EL CREER

 Creer es signo de pureza además que de fe. Creer es inteligencia además de fe. Quien cree con pureza y con inteligencia distingue mi Voz y la recoge.
 Los demás rebuscan, discuten, critican, niegan. ¿Y por qué? Porque viven de la pesantez y no del espíritu. Están anclados en las cosas que han encontrado y no piensan que son cosas venidas de los hombres, los cuales no siempre han visto justamente, e incluso si han visto justo y escrito justo han escrito para su tiempo y han sido mal entendidos por los posteriores. No piensan que Yo puedo tener algo más que decir, adecuado a las (Se refiere a la madre de la escritora
Padre Migliorin), necesidades de los tiempos, y que soy Dueño de decirlo cómo y a quien me parece, porque Yo soy el Dios y el Verbo eterno que no deja nunca de ser Palabra del Padre.
Hago las últimas tentativas para inflamar las almas que no son ya almas vivas sino
autómatas dotados de movimiento, pero no de inteligencia y caridad. Mi actuar, desde el principio de este siglo, el último de este II° milenio, es un milagro de Caridad para intentar la salvación del género humano, especialmente de las almas sacerdotales sin las cuales la salvación de muchos es imposible. Me pongo Yo en los púlpitos vacíos o en los que se oyen palabras sin verdadera vida. Pero pocos son los dignos de entenderme. Pocos incluso entre mis ministros.
Por eso, que el Padre se organice. Que coja y se informe de mi decir para sí, para todos, pero trate sobre todo de encender caridad en los corazones, incluso de los hermanos de comunidad.
Menos ciencia y más caridad. Menos libros y más Evangelio. Y luz en las almas porque Yo soy Luz. Desocuparlo todo para hacer sitio a la Luz.
¿Dice el Padre que son terreno inaccesible? Dice poco: son terreno enemigo, y es un gran dolor para Mí».
 

Dice Jesús:
«Te dije que te habría explicado cómo nuestro Amor aumenta de peso de hora en hora.
No caigas en un error de interpretación. En Dios todo es un eterno presente. Y todo está perfecto y acabado. Pero Dios nunca está inactivo. Él genera continuamente. Te mostraré comparaciones humanas para iluminarte mejor.
Las Tres Personas que se aman, y que aman su obra, son como fuentes de calor que convergen en un solo punto, desde el cual después se desbordan sobre el universo. Ahora bien, ¿qué produce el calor de tres bocas de fuego, que continuamente emanan olas del mismo calor (el mismo por tener igual potencia desde el inicio)? Un aumento de calor en el ambiente en el que se introducen las tres corrientes. Si éste es recogido por instrumentos preparados para recibirlo, permanece el equilibrio entre producción y efusión. Pero si los
instrumentos, obstruidos por otros cuerpos, se niegan a recogerlo, el equilibrio se altera. Y en la vida natural pueden incluso sobrevenir catástrofes.
También sobrevienen en la vida sobrenatural. ¿Acaso no lo experimentas? ¿Tu amor, no reconocido y no aceptado, no te aumenta en el corazón oprimiéndolo tanto que a veces explota en un arrebato de justa indignación? Digo: justa, porque soy justo. Digo también: pero supéralo por la Caridad. Y si tanto puede en vosotros, que tenéis un amor relativo ¿qué no sucederá en Dios, en quien todo es infinito? Nuestro Amor, que el hombre rechaza, crece, crece, crece...
¡Oh, hombres desgraciados! Sobre ellos está el momento en que el Amor bramará con ira preguntando el por qué del desprecio. Y los tiempos actuales son ya los primeros sobresaltos de este Amor vilipendiado que, por justicia y respeto de su Perfección, no puede soportar más la afrenta. De ahí que Yo vaya como un mendigo pidiendo que alguien abra el corazón a nuestro Amor intensísimo y se haga víctima, aceptando ser consumada para aliviar al Amor.
Lo que ofrezco es la hoguera, lo sé, lo advierto. Pero no huyáis de ella, vosotros que aún no estáis vendidos al Enemigo.
Nadie, por pequeño y mezquino que sea, nadie, por pecador que haya podido ser, puede creerse rechazado por nuestro Amor. Él es Misericordia. Y puede y quiere hacer de las almas más miserables estrellas fulgurantes de su Cielo.


domingo, 17 de abril de 2022

CONOZCAN A SU CREADOR Y APRENDERAN DESDE AQUÌ IR AL CIELO DE LA HUMANIDAD DE JESUS Y LUEGO AL CIELO DE LA DIVINIDAD DE JESUS

 Dice Jesús:
 

«Ha venido, estableciéndose en las ciudades y en los pueblos más importantes, una asociación benéfica llamada de los "Donadores de sangre", la cual consiste en voluntarios que dan, a petición de los médicos, sangre para los desangrados civiles o militares. Muchas
vidas se han salvado así, y estos generosos son alabados, señalados como ejemplo ante la Nación, ayudados a superar la debilidad consecuente al acto. Están, en fin, considerados en una atmósfera de privilegio.
Es justo. La suya es una gran caridad, y si Yo he prometido un premio a quien da un vaso de agua en mi Nombre, sabré ciertamente tener un gran premio para quien sabe dar su sangre por caridad hacia el prójimo y no extingue el mérito de su caridad con culpas graves.
¿Pero no os dais cuenta de que Yo os he dado toda mi Sangre, y no para dar salvación a una carne que de todas formas morirá, sino para dar salvación de vida eterna a la parte que no muere nunca?
Os he dado mi Sangre, y era la de un Dios, entre dolores inauditos e inauditas ofensas. Os la he dado sin que se me pidiera. Os la he dado por amor. Me he vestido de carne para podérosla dar. Me he exiliado de los Cielos para podérosla dar. He sufrido por treinta y tres años hambre, frío, cansancios, vejaciones, burlas, para podérosla dar. He terminado mi vida soportando la traición, que es tormento mayor que una herida, el beso infame abrasante más que una hoguera, las torturas de mentirosos sacerdotes, de insano s gobernantes, de una plebe sin reconocimiento y sin honradez, soportando los escarnios de soldadescas paganas,las torturas de una ley humana, una sentencia vergonzosa, una muerte horrible, todo para daros mi Sangre.
Las últimas gotas de mi Sangre -que había mojado las calles y las cortes de Jerusalén y había dejado sus huellas en el palacio donde existía un poder mal interpretado y un corazón sólo temeroso de perder el poder- se habían situado entre el corazón y el pulmón privados de
movimiento, y me fueron quitadas con violencia. Pero en la separación de mi Espíritu de la carne ya apagada, Yo me he alegrado de que también esas últimas gotas fueran derramadas.
Había venido para daros toda mi Sangre y os la he dado, y os la doy, continuamente, en los sagrados misterios. Pero si supiera que con una nueva venida mía vosotros os convertiríais, ¡oh perfectos paganos!, ¡oh duros renegadores de vuestro Dios Crucificado!,
vendría para daros mi Sangre en forma humana, como es necesario para vosotros que vivís sólo de carne y sangre, y habéis matado o entorpecido el espíritu y con el espíritu el amor y la fe.
Pero no serviría para nada. Aumentaríais vuestro peso de culpas ante los ojos del Padre, y si entonces tuve uno que me vendió por treinta denarios, ahora tendría mil y cien mil que me cambiarían por el beso de una pecadora, por la utilidad de una promoción, y aún por
menos.
Deciros que sois y vivís de carne y sangre, es haceros todavía un elogio. Vivís de fango y en el fango, nuevos fariseos que os golpeáis el pecho y simuláis una religión y una fe, pero os hacéis de ello sólo un trampolín para utilidad vuestra, utilidad terrena. Vivís no sólo en el fango, sino en materia aún más cenagosa, vosotros que ni siquiera tenéis la falsa piedad de los nuevos fariseos y sois peor que los paganos de hace veinte siglos, y mezcláis delito con lujuria, ladronería de toda clase con vicio de toda medida.
Pero, según la antigua ley, quien utiliza algo malvado de lo mismo morirá. Vosotros vivís en el fango y en el fango moriréis. Precipitaréis desde el fango de la tierra al fango del infierno, porque habéis destruido mi Ley en vuestros corazones, mi nueva Ley de piedad, de amor, de pureza, de bondad.
Pero por la millonésima vez os digo, en verdad, que sólo aquellos que están señalados por mi Sangre y que viven no como enemigos sino como amigos del Cristo Crucificado, verán en la hora de la muerte surgir la aurora del día eterno, donde toda tribulación termina y es
sustituida por la bienaventuranza de poseer para siempre a Dios, sin velos y sin
limitaciones».

jueves, 14 de abril de 2022

CONOCE AL VERDADERO DIOS CONOCIENDO A JESÙS- EL VERDADERO PADRE NUESTRO QUE ENSEÑO JESÙS-

 7 de julio
 

Dice Jesús:
 

«En el Pater noster está la perfección de la oración.
 

Observa: ningún acto está ausente en la brevedad de la fórmula. Fe, esperanza, caridad,obediencia, resignación, abandono, petición, contrición, misericordia, están presentes.
Diciéndola, oráis con todo el Paraíso, durante las cuatro primeras peticiones, después,dejando el Cielo, que es la morada que os espera, volvéis sobre la tierra, permaneciendo con los brazos alzados hacia el Cielo para implorar por las necesidades de aquí abajo y para pedir ayuda en la batalla que hay que vencerse para volver allá arriba.
 

"Padre nuestro que estás en los cielos".
 

¡Oh María! Sólo mi amor podía deciros: decid: "Padre nuestro". Con esta expresión os he investido públicamente con el título sublime de hijos del Altísimo y hermanos míos. Si alguno, aplastado por la consideración de su nulidad humana, puede dudar de ser hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza, pensando en esta palabra mía no puede ya dudar. El Verbo de Dios no yerra y no miente. Y el Verbo os dice: decid: "Padre nuestro". Tener un padre es algo dulce y una gran ayuda. Yo, en el orden material, he querido tener un padre sobre la tierra para tutelar mi existencia de niño, de muchacho, de joven. Con esto
he querido enseñaros, sea a los hijos que a los padres, cuán grande sea la figura moral del padre. Pero tener un Padre de perfección es el Padre que está en los Cielos, es dulzura de las dulzuras, ayuda de las ayudas. Mirad a este Padre Dios con temor santo, pero siempre más fuerte que el temor sea el amor agradecido por el Dador de la vida en la tierra y en el cielo.
 

"Santificado sea tu Nombre".
 

Con el mismo movimiento de los serafines y de todos los coros angélicos, a los cuales y con los cuales os unís al exaltar el nombre del Eterno, repetid esta exultante, agradecida, justa alabanza al Santo de los Santos. Repetidla pensando en Mí que antes que vosotros, Yo, Dios hijo de Dios, la he dicho con suma veneración y con sumo amor. Repetidla en la alegría y en el dolor, en la luz y en las tinieblas, en la paz y en la guerra. Bienaventurados los hijos que nunca han dudado del Padre y siempre, en cada circunstancia, han sabido decide:
"¡Bendito sea tu Nombre!". "Venga tu Reino".
Esta invocación debería ser el latido del péndulo de toda vuestra vida, y todo debería gravitar sobre esta invocación al Bien. Porque el Reino de Dios en los corazones, y desde los corazones en el mundo, querría decir: Bien, Paz, y todas las demás virtudes. Escandid por ello vuestra vida de innumerables imploraciones por la llegada de este Reino. Pero imploraciones vivas, es decir actuar en la vida aplicando vuestro sacrificio de cada momento, porque actuar bien quiere decir sacrificar la naturaleza, con esta finalidad.
 

"Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo",
 

El Reino del Cielo será de quien ha hecho la Voluntad del Padre, no de quien haya
acumulado palabras sobre palabras, y después se ha rebelado al querer del Padre,
mintiendo a las palabras antes dichas. También aquí os unís a todo el Paraíso que hace la Voluntad del Padre. Y si tal Voluntad la hacen los habitantes del Reino, ¿no la haréis vosotros para haceros, a su vez, habitantes de allá arriba? ¡Oh! ¡alegría que os ha sido preparada por el amor uno y trino de Dios! ¿Cómo podéis vosotros no afanaros con perseverante voluntad para conquistada?
Quien hace la Voluntad del Padre vive en Dios. Viviendo en Dios no puede errar, no puede pecar, no puede perder su morada en el Cielo, porque el Padre no os hace hacer más que lo que es el Bien, y que, siendo Bien, salva del pecar, y conduce al Cielo. Quien hace suya la Voluntad del Padre, anulando la propia, conoce y gusta ya en la tierra la Paz que es la dote de los bienaventurados. Quien hace la Voluntad del Padre, matando la propia voluntad perversa y pervertida, ya no es un hombre: ya es un espíritu movido por el amor y viviente en el amor.
Debéis, con buena voluntad, arrancar de vuestro corazón vuestra voluntad y poner en su lugar la Voluntad del Padre.
Después de haber provisto a las peticiones para el espíritu, porque sois pobres, vivientes entre las necesidades de la carne, pedís el pan a Aquél que provee de alimento a los pájaros del aire y de vestidos a los lirios del campo. "Danos hoy nuestro pan cotidiano".
He dicho hoy y he dicho pan. Yo no digo nunca nada inútil.
Hoy. Pedid día tras día las ayudas al Padre. Es medida de prudencia, justicia, humildad.
Prudencia: si lo tuvierais todo de una vez, desperdiciaríais mucho. Sois eternos niños y caprichosos por añadidura. Los dones de Dios no deben desperdiciarse. Además, si lo tuvierais todo, olvidaríais a Dios.
Justicia: ¿Por qué deberíais tenerlo todo de una vez cuando Yo tuve, día a día, la ayuda del Padre? ¿Y no sería injusto pensar que está bien que Dios os dé todo junto, pensando por los adentros con cuidado humano que, nunca se sabe, está bien tenerlo hoy todo en el temor de que mañana Dios no dé? La desconfianza, vosotros no reflexionáis en esto, es un pecado. No hay que desconfiar de Dios. Él os ama con perfección. Es el Padre perfectísimo.
Pedirlo todo junto choca con la confianza y ofende al Padre.
Humildad: el deber pedir día a día os refresca en la mente el concepto de vuestra nada, de vuestra condición de pobres, y del Todo y de la Riqueza de Dios.
Pan. He dicho "pan" porque el pan es el alimento rey, el indispensable para la vida. Con una palabra y en la palabra he encerrado, para que las pidierais todas, todas las necesidades de vuestra permanencia terrena. Pero al igual que son distintas las temperaturas de vuestra espiritualidad, así son distintas las extensiones de la palabra.
"Pan alimento" para quienes tienen una espiritualidad embrional hasta el punto de que es ya mucho si saben pedir a Dios el alimento para saciar su vientre. Hay quien no lo pide y lo coge con violencia, maldiciendo a Dios y a los hermanos. Éste es mirado con ira por el Padre porque pisotea el precepto del que proceden los demás: ''Ama a tu Dios con todo tu corazón, ama a tu prójimo como a ti mismo".
"Pan ayuda" en las necesidades morales y materiales para quien no vive sólo para el vientre, sino sabe vivir también para el pensamiento, teniendo una espiritualidad más formada.
"Pan religión" para aquellos que, aún más formados, anteponen a Dios a las
satisfacciones del sentido y del sentimiento humano y ya saben mover las alas en lo sobrenatural.
"Pan espíritu, pan sacrificio" para quienes, alcanzada la edad plena del espíritu, saben vivir en el espíritu y en la verdad, ocupándose de la carne y de la sangre sólo cuanto es estrictamente necesario para continuar existiendo en la vida mortal, hasta que sea la hora de ir a Dios. Éstos ya se han cincelado a sí mismos sobre mi modelo y son copias vivientes de Mí, sobre las cuales el Padre se inclina con abrazo de amor.
 

"Perdónanos nuestras deudas como nosotros las perdonamos a nuestros deudores".
 

No hay, en el número de los creados, ninguno, excepto mi Madre, que no haya tenido que hacerse perdonar por el Padre culpas más o menos graves según la propia capacidad de ser hijos de Dios.
Rogad al Padre que os borre del número de sus deudores. Si lo hacéis con ánimo
humilde, sincero, arrepentido, inclinaréis al Eterno a vuestro favor.
Pero condición esencial para lograrlo, para ser perdonados, es perdonar. Si sólo queréis y no dais piedad a vuestro prójimo, no conoceréis perdón del Eterno. Dios no ama a los hipócritas y a los crueles, y aquel que rehúsa perdonar al hermano rechaza el perdón del Padre para sí mismo.
Considerad además que, por cuanto podáis haber sido heridos por vuestro prójimo, vuestras heridas a Dios son infinitamente más graves. Que este pensamiento os impulse a perdonarlo todo como Yo perdoné por mi Perfección y para enseñaros a vosotros el perdón.
 

"No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal".
 

Dios no os induce en tentación. Dios os tienta solamente con dones de Bien, y para atraeros a Sí. Vosotros, interpretando mal mis palabras, creéis que ellas quieran decir que Dios os induce en tentación para probaros. No. El buen Padre que está en los Cielos permite el mal, pero no lo crea. Él es el Bien del que brota todo bien. Pero el Mal existe. Existió desde el momento en que Lucifer se levantó contra Dios. A vosotros os corresponde hacer del Mal un Bien, venciéndolo e implorando al Padre las fuerzas para vencerlo.
He aquí lo que pedís con la última petición. Que Dios os dé tanta fuerza como para saber resistir a la tentación. Sin su ayuda la tentación os podría porque es astuta y fuerte, y vosotros sois torpes y débiles. Pero la Luz del Padre os ilumina, pero la Potencia del Padre os fortalece, pero el Amor del Padre os protege, por lo cual el Mal muere y vosotros osquedáis liberados de él.
Esto es cuanto pedís con el Pater que Yo os he enseñado. En él está todo comprendido, todo ofrecido, todo pedido de cuanto es justo que sea pedido y dado. Si el mundo supiera vivir el Pater, el Reino de Dios estaría en el mundo. Pero el mundo no sabe orar. No sabe amar. No sabe salvarse. Sólo sabe odiar, pecar, condenarse.
Pero Yo no he dado y hecho esta oración para el mundo que ha preferido ser reino de Satanás. Yo he dado y he hecho esta oración para aquellos que el Padre me ha dado porque son suyos, y la he hecho para que sean uno con el Padre y conmigo desde esta vida, para alcanzar la plenitud de la unión en la otra».

 

FUENE: Marìa Valtorta- cuaderno del año 1943

miércoles, 13 de abril de 2022

SI NO CONOCEN A QUIEN NOS HA CREADO Y SU FINALIDAD NO SABRÀN QUIENES SON Y NO SABRÀN EL SENTIDO DE SUS VIDAS.

 Dice Jesús:

En el dictado del 29 de junio
 
«No debe sorprender el que un alma sienta tentaciones. Mejor dicho la tentación es más violenta cuanto más adelantada está la criatura en mi Camino.
Satanás es envidioso y astuto. Por lo tanto despliega su inteligencia donde es necesario más esfuerzo para arrancar un alma al Cielo. A un hombre del mundo, que vive para la carne, no es necesario tentarle. Satanás sabe que ya él trabaja por su cuenta para matar su alma y lo deja. Pero un alma que quiere ser de Dios atrae toda su perversidad.
Pero las almas no deben temblar, no deben desanimarse. Ser tentados no es un mal. Es un mal ceder a la tentación.
Están las grandes tentaciones. Ante ellas las almas rectas se ponen enseguida a la
defensiva. Pero están las pequeñas tentaciones que pueden haceros caer sin daros cuenta.
Son las armas refinadas del Enemigo. Las usa cuando ve que el alma es precavida y atenta para las grandes. Entonces pasa por alto los grandes medios y recurre a éstos, tan sutiles que entran en vosotros por cualquier parte. ¿Por qué permito esto? ¿Dónde estaría el mérito si no hubiera lucha? ¿Podríais deciros míos si no bebierais mi cáliz? ¿Qué creéis? ¿Qué mi cáliz haya sido solamente el del dolor? No, criaturas que me amáis. Cristo -Él os lo dice para daros ánimo- ha probado antes que vosotros la tentación. ¿Creéis vosotros que fue sólo la del desierto? No. Entonces Satanás fue vencido con grandes medios opuestos a sus grandes intentos. Pero en verdad os digo que Yo, Cristo, fui tentado otras veces. El Evangelio no lo dice. Pero como dice el Predilecto: "Si se tuvieran que narrar todos los milagros hechos por Jesús, la tierra no bastaría para contener los libros".
Meditad, discípulos queridos. ¿Cuántas veces Satanás habrá tentado al Hijo del hombre para persuadirlo a desistir de su evangelización? ¿Qué sabéis vosotros de los cansancios de la carne fatigada en el continuo peregrinar, en el continuo evangelizar, y de los cansancios del alma, que se veía y sentía rodeada de enemigos y de almas que lo seguían por curiosidad o por esperanza de un provecho humano? ¡Cuántas veces, en los momentos de soledad, el Tentador me envolvía con el desaliento! Y en la noche del Getsemaní, ¿no os dais cuenta con cuánta finura él ha tratado de vencer la última batalla entre el Salvador del
género humano y el infierno? No está dado a la mente humana conocer y penetrar en el secreto de aquella lucha entre lo divino y lo demoníaco. Sólo Yo que la he vivido la conozco y por ello os digo que Yo estoy donde está quien sufre por el Bien. Yo estoy donde hay un continuador mío. Yo estoy donde hay un pequeño Cristo. Yo estoy donde el sacrificio se consuma.
Y os digo, almas que expiáis por todos, os digo: No temáis. Hasta el fin Yo estaré con vosotros. Yo, Cristo, he vencido al mundo, la muerte y el demonio con el precio de mi Sangre. Pero os doy a vosotros, almas víctimas, mi Sangre contra el veneno de Lucifer».
 
Dice Jesús:

«A vuestras capacidades intelectuales muy limitadas, a vuestra espiritualidad embrional, no le está concedido conocer el misterio de la naturaleza de Dios. Pero a los espirituales, entre la masa de los así llamados espirituales, el misterio se hace más cognoscible. A los amantes del Hijo, a aquellos que están verdaderamente signados por mi Sangre, el misterio se revela con mayor claridad porque mi Sangre es Ciencia y mi predilección es Escuela.
Hoy 45 hay gran fiesta en el Cielo porque todo el Cielo canta hoy el Sanctus al Cordero cuya Sangre fue derramada para la Redención humana. Tú eres una de las pocas, demasiado pocas criaturas que veneran mi Sangre como debe venerarse. Pero a quienes la veneran, desde que fue esparcida, esa Sangre habla con palabras de vida eterna y de 1° de julio, fiesta de la Preciosísima Sangre ciencia sobresensible. Si mi Sangre fuera más amada y venerada, más invocada y creída, mucho mal que os lleva al abismo sería evitado.
Habló, esta Sangre, cuando todavía no existía bajo la figura del cordero mosaico, bajo el velo de las proféticas palabras en el signo del Tau preservador; habló, tras ser derramada, por boca de los apóstoles; grita su poder en el Apocalipsis; invita con su llamar desde la boca de los místicos. Pero no es amada. No es recordada. No es invocada. No es venerada. Mi Iglesia tiene tantas fiestas. Pero falta una fiesta solemnísima para mi Sangre. iY en mi Sangre está la salvación!
Hoy, fiesta de mi Sangre, te ilumino un misterio. Di: "Gloria al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo", porque te quiero hablar de Nosotros. Por vuestra condición humana necesitáis figuras para pensar en el Padre y en el Espíritu, seres incorpóreo s de infinita belleza, pero que vosotros no concebís con vuestros sentidos humanos. Tanto es así que difícilmente os dirigís a Ellos con toda la plenitud del pensamiento, para invocarles como me invocáis a Mí que me pensáis como Hombre Dios. No comprendéis por ello ni siquiera lejanamente el
incomparable misterio de nuestra Trinidad.
Para pensar en Dios no hay que hacer comparaciones con seres creados. Dios no se compara. Él es. En el ser está todo. Pero el ser no tiene cuerpo, y el Ser eterno no tiene cuerpo.
Mira: Dios es luz. Esto es lo único que puede en cierto modo representar a Dios sin estar en antítesis con su espiritual Esencia. La luz es, y también es incorpórea. Tú la ves pero no la puedes tocar. Ella es.
Nuestra Trinidad es luz. Una luz ilimitada. Manantial de Sí misma, viviente de Sí misma,
obrante en Sí misma. El universo no es tan grande cuanto Ella es infinita. Su esencia llena los Cielos, corre sobre lo Creado, domina sobre los atrios infernales. No los penetra -habría terminado el Infierno- pero les aplasta con su resplandor que es beatífico en el Cielo, confortador sobre la tierra, terrorífico en el Infierno. Todo es Trino en Nosotros. Las formas,
los efectos, los poderes.
Dios es luz. Una luz vastísima, majestuosa y sosegada es dada por el Padre. Círculo infinito que abraza toda la Creación, desde el instante en que fue dicho “¡Hágase la luz",
hasta los siglos de los siglos, porque Dios, que es eterno, abraza la Creación, desde que ella existe, y continuará abrazando, cuanto, en la última forma, la eterna, después del Juicio, quedará de lo Creado. Abrazará a quienes son eternos con Él en el Cielo.
Dentro del círculo eterno del Padre hay un segundo círculo, generado por el Padre, que obra de un modo distinto pero no contrario, porque la Esencia es una. Ese es el Hijo. Su luz, más vibrante, no da solamente la vida a los cuerpos, sino que da la Vida a las almas, que la habían perdido, mediante su Sacrificio. Es un difundirse de rayos potentes y suaves que nutren vuestra humanidad e instruyen vuestra mente.
En el interior del segundo círculo, producto de los dos obrar de los primeros círculos, hay un tercer círculo de luz aún más vibrante y encendida. Es el Espíritu Santo. Es el Amor producto de las relaciones del Padre con el Hijo, tránsito entre los Dos, y consecuencia de los Dos, maravilla de las maravillas.
El Pensamiento creó la Palabra y el Pensamiento y la Palabra se aman. El Amor es el Paráclito. Él obra en vuestro espíritu, en vuestra alma, en vuestra carne. Porque consagra todo el templo, creado por el Padre y redimido por el Hijo, de vuestra persona, creada a imagen y semejanza de Dios Uno y Trino. El Espíritu Santo es crisma sobre la creación, hecha por el Padre; de vuestra persona, es gracia para gozar del Sacrificio del Hijo, es Ciencia y Luz para comprender la Palabra de Dios. Luz más restringida, no porque sea limitada respecto a las otras, sino porque es el espíritu del espíritu de Dios, y porque, en sucondensación, es potentísima como es potentísima en sus efectos.
Por esto Yo dije: "Cuando venga el Paráclito os instruirá". Ni siquiera Yo, que soy el Pensamiento del Padre hecho Palabra, puedo haceros entender cuanto puede, con un sólo destello, haceros entender el Espíritu Santo. .
Si ante el Hijo toda rodilla se debe plegar, ante el Paráclito se debe inclinar todo espíritu, porque el Espíritu da vida al espíritu. Es el Amor que ha creado el Universo, que ha instruido a los primeros Siervos de Dios, que ha impulsado al Padre a dar los Mandamientos, que ha iluminado a los Profetas, que ha concebido con María al Redentor, que me ha puesto a Mí sobre la Cruz, que ha sostenido a los Mártires, que ha regido la Iglesia, que obra los prodigios de la gracia.
Fuego blanco, insostenible a la vista y a la naturaleza humana, concentra en Sí al Padre y al Hijo y es la Gema incomprensible, que no puede mirarse, de nuestra eterna Belleza. Fija en el abismo del Cielo, atrae a Sí todos los espíritus de mi Iglesia triunfante y aspira hacia Sí
a quienes saben vivir del espíritu en la Iglesia militante.
Nuestra Trinidad, nuestra triple y única naturaleza se fija en un único resplandor en aquel punto del que se genera todo cuanto existe, en un eterno ser.
Di: "Gloria al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo"».
Dice aún: «No he pretendido, diciendo: diez justos, aludir a que será salvado el lugar en que haya diez justos. Pero se puede entender sin error que si diez almas justas y generosas se reúnen en oración, con fin santo, para pedir piedad para un lugar, Yo no rechazaré su oración. ¿No he dicho que Yo escucharé las oraciones hechas por varias personas en mi Nombre? Mis palabras y mis promesas no decaen.
¿Pero serían constantes en la fe, en el sacrificio, en la pureza espiritual y en la pureza de intención las personas que se reunieran ahora para orar con esta finalidad? Si las hubiera y fueran como deben ser: verdaderos sacerdotes (son sacerdotes quienes oran por los hermanos y se inmolan) Yo las bendeciría y daría lo que se pide en mi Nombre». Escribo esta mañana mientras le espero a usted porque ayer estaba demasiado agotada para añadir algo.
No se puede describir lo que he visto. Falta la palabra. Mientras Jesús hablaba yo veía, pero no lo puedo volver a decir, de manera que otro vea, cuanto mi mente ha visto. Podría hacer la figura de esto, incluso siendo un asno en el dibujo. Bastaría hacer tres círculos concéntricos con un punto en el medio. Pero no significaría nada. Faltaría la Luz y faltaría la intuición de las relaciones entre los tres círculos y el punto que los centra. Por ello sería un signo muerto, mientras es tan vivo, operador, beatífico. Cierto, aunque viviera mil años, ya no olvidaré la belleza de esta visión intelectual. Me será ayuda, consuelo, fuerza, defensa, todo, en todas las circunstancias. Y es imán superpotente que me atrae a sí y me da un ansia indescriptible de alcanzarla. Me parece vivir bajo el sol. Pero ¿qué digo el sol? El sol es un astro apagado y frío respecto al Fuego divino engarzado en la profundidad del Empíreo, tan lejano y tan cercano...
Sí. Tengo la impresión de su desmesurada lejanía, a través de la cual corre todo el
Universo que se moja y vive de su Luz, y al mismo tiempo siento que cada ser, el mío especialmente por bondad de Dios que me ha permitido tener esta alegría, que no tiene comparaciones, está cerca de este Punto de Vida que es Dios, y bajo su rayo que lo tiene recogido, reparado, vital, como una campana de vidrio sobre una delicadísima planta. (Y con esta banal comparación deterioro todo, pero no encuentro nada mejor). En fin me siento bajo el Ojo de Dios. Y es una sensación de alegría, de calor, de fuerza,
de paz infinita, indescriptible, alegre. Vivir así, bajo la incomprensible Gema (¡cómo ha dicho justamente mi Maestro!) de la Belleza divina, Gema que reúne en un único insostenible Resplandor a las Tres Personas divinas y hace una Unidad de Luz Divina, es una tal bienaventuranza por la cual se anula todo lo sufrido y lo que tendré que sufrir... Ahora entiendo realmente qué quiera decir: Paraíso. Quiere decir vivir viendo siempre ese Sol Uno y Trino.

CONOZCAN A SU PADRE JESÙS Y SERÀN LIBRES Y PODRÀN REINAR CON ÈL AQUÌ EN LA TIERRA CÒMO EN EL CIELO

 30 de junio
 

Dice Jesús:
«¿Sabes qué quieren decir mis manos atadas, sabes quien me las ata? ¿Sabes por qué hay tanto dolor en mi mirada, tanto cansancio sobre mi Rostro? ¿Sabes qué pido a aquellos que me saben mirar?
Mis manos están atadas por Satanás a través de los pecadores. No has entendido mal.
Repito: están atadas por Satanás a través de los pecadores.
76Tú dirás: "Pero, Señor, ¿cómo puede ser así si Tú eres Dios?". Yo soy el Dios de la Misericordia y del Perdón, Yo soy el Dios poderoso, el Padre de las gracias. Pero el pecado paraliza mi Potencia de gracias, mi Misericordia, mi Perdón. Porque, aunque soy Misericordia, Gracia, Perdón, soy también Justicia. Doy por ello a cada uno lo que se merece. Y si tú consideras, con justicia, debes decir que doy siempre más gracias de las quemerecéis.
Si a una autoridad de la tierra, incluso a un simple mozo municipal, vosotros hicierais las ofensas que me hacéis a Mí, seríais castigados con la prisión. Si se tratara de una autoridad mayor, seríais castigados incluso con la pérdida de la vida. Y son, las autoridades, pobres
hombres como vosotros, que permanecen autoridad en tanto que Yo permito que lo sean para vuestro mérito, para su prueba, y casi siempre para su castigo. Vuestro mérito: obedecer y tener paciencia. Su prueba: no abusar del poder, no ensoberbecerse creyéndose semidioses, o dioses, porque ven las muchedumbres atentas a su gesto y a gritar "Hosanna".
Uno sólo es dios: Dios. Su castigo: porque es todavía más difícil que una autoridad
permanezca honesta, en las mil formas de la honestidad, que no que un rico se salve. Por ello su gloria humana es la única gloria que tienen. La eterna bien pocas autoridades la alcanzan.
Las continuas culpas, cada vez más pérfidas, que los hombres comenten, por incitación del Enemigo mío y vuestro, atan mi Misericordia, mi Gracia, mi Perdón. He aquí lo que son mis manos atadas y quiénes son aquellos que las atan con la soga del Mal: Satanás y sus hijos. Y mis manos quisieran en cambio estar libres para perdonar, curar, consolar, bendecir.
¡Oh vosotros que me amáis, desatad con vuestro amor mis manos atadas! Reparad, reparad, o mis dilectos, amigos e hijos míos queridísimos, el ultraje causado a las manos de vuestro Dios, Padre y Redentor. El amor es llama que consuma las cadenas y quema los cordeles dando libertad a mis manos atadas. Tened piedad, vosotros que me amáis, de mi dolor, y piedad de vuestros hermanos leprosos que sólo mis manos pueden curar.
Mi mirada está llena de dolor por todos los ultrajes que Me vienen causados en el
Sacramento y en mi Ley. Ley pisoteada, Sacramento profanado. ¿Has leído? ¿Has
escuchado? ¿Has notado? El altar del Sacramento está siempre herido. ¿No ves en ello el signo de Satanás? Y piensa esto, para tu alegría. Donde entre las ruinas se puede encontrar intacto el Copón que me contiene y recogerlo con los debidos honores, es porque un corazón, o muchos corazones, lejos de aquel lugar golpeado, pero que me adoran en la
Eucaristía, han desviado, con su orar, el golpe dirigido por Satanás. Aquellas Hostias que salváis, almas humildes y amorosas que oráis por mi Sacramento, infunden en vosotros los mismos frutos de una Comunión de amor.
El cansancio está en mi Rostro porque constato cada vez más hasta qué punto he muerto en vano por tanta humanidad, porque me doy cuenta cada vez más que nada -ni palabras, ni milagros, ni castigos, ni gracias- sirve para hacer pensar que Yo soy Dios y que sólo en Dios está el Bien y la Paz. Cuando uno está cansado y afligido, aquellos que le aman le dan afecto para consolarle, reposo para aliviarle. Esto es lo que Yo te pido y pido a los que me aman.
Estoy desterrado de las iglesias y de los corazones. Cuando era peregrino sobre la tierra no tenía, el Hijo del Hombre, una piedra propia sobre la cual apoyar la cabeza. Pero ahora que los corazones de los hombres son de piedra, ¿tengo acaso dónde apoyar la cabeza? Sólo algún raro, rarísimo corazón fiel. Los otros son hostiles a su Amigo y Redentor.
Abridme por lo tanto el corazón, vosotros que me amáis. Dad asilo a vuestro Dios que llora de dolor sobre la humanidad culpable, confortad a Aquel que se da a sí mismo en sacrificio eterno y que no es comprendido. Yo Jesús, vendré con todas mis gracias y haré del corazón fiel un pequeño Paraíso».
 

Dice aún Jesús:
«Entre las "riquezas" a entregar para seguirme y que te he enumerado, 44 hay todavía otra. Aquella que es la más ligada al espíritu y que para arrancarla se siente más dolor que para arrancar la carne. Son los afectos, esta riqueza tan viva. Y en cambio, por amor mío, hay que saber entregar también éstos.
Yo no condeno los afectos. Más aún los he bendecido y santificado con la Ley y los
Sacramentos. Pero estáis sobre la tierra para conquistar el Cielo. Aquélla es la morada verdadera. Cuanto Yo he creado para vosotros aquí abajo debe mirarse a través de la lente de allí arriba. Cuanto Yo os he donado debe tomarse con agradecimiento, pero devolverse con prontitud cuando lo solicito.
Yo no destruyo vuestra riqueza afectiva. La quito de la tierra para transplantarla en el Cielo. Allí serán reconstruidas eternamente las santas convivencias familiares, las puras amistades, todas esas formas de afecto honesto y bendito que Yo, Hijo de Dios hecho hombre, he querido incluso para Mí mismo y que sé cuán queridas son. Pero si son queridas, tan queridas, no son más queridas que Dios y la vida eterna.
Pero no demuestran una verdadera fe en el dulce Padre que está en los Cielos aquellos que ante un afecto que se rompe no saben pronunciar la palabra más bella de la filiación en Dios, sino se rebelan. ¡Y no piensan que si Yo doy aquel dolor es ciertamente para evitar dolores más grandes y para proporcionar un mérito mayor! Tú, también tú no has sabido decir: "¡Hágase como Tú quieres!". Han tenido que pasar años antes de que tú me dijeras: "Gracias, Padre, por aquel dolor". ¿Pero tú crees que tu Jesús te lo habría dado si no hubiera sido un bien dártelo? Ahora piensas y entiendes. ¡Pero cuánto te has resistido a hacerlo! Yo te llamaba, trataba de hacerte entender la razón. Pero no oías a tu Dios. Era la hora de las tinieblas para la mente y para el alma.
No me preguntes: "¿Por qué lo has permitido?". Si lo he permitido no ha sido sin un motivo. Te hablo de ello en esta noche en la que sufres más. Yo estoy contigo precisamente porque sufres. Te hago compañía. Pero recuerda que Yo no tuve a ninguno en la hora de la tentación. He debido superarla por Mí mismo. Tú en cambio me has tenido siempre cerca, incluso cuando no me veías porque el Espíritu del Mal te molestaba hasta el punto de impedirte ver y oír a tu Jesús.
Ahora, si Yo te dijera que la adhesión de un hijo a la muerte de un padre abrevia al mismo el Purgatorio, que el perdón de un hijo a las culpas, más o menos reales, de un padre, es alivio para aquel alma, creerías. Pero entonces no te dabas paz y desperdiciabas el bien que hacías.
Renunciar a la riqueza de un afecto, para seguir mi Voluntad sin añoranzas humanas, es la perfección de la renuncia aconsejada al joven del Evangelio.
Recuérdalo para todo el resto de la vida. Un padre como Yo soy nunca da nada nocivo a sus hijos. Aunque la apariencia sea de una piedra para quien pide un beso, esa piedra es oro puro y eterno. Está al alma el reconocerlo y mantenerlo tal, pronunciando la palabra que me atrajo de los Cielos al seno de María y me puso en la Cruz para redimir el mundo: fiat».

 

Fuente: El Evangelio còmo me hasido Revelado. -El Hombre Dios- Marìa Valtorta cuaderno del año 1943