Mensaje del 2 de enero de 2015 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina

«Queridos
hijos, estoy aquí entre ustedes como una Madre que desea ayudarlos a
conocer la verdad. Mientras vivía en la Tierra la vida de ustedes, yo
tenía el conocimiento de la verdad y con eso, un pedacito del Paraíso en
la Tierra. Por eso a ustedes, mis hijos, les deseo lo mismo. El Padre
Celestial desea corazones puros, colmados del conocimiento de la verdad.
Él desea que amen a todos aquellos que encuentran, porque yo también
amo a mi Hijo en todos ustedes. Este es el inicio del conocimiento de la
verdad. A ustedes les ofrecen muchas verdades falsas. Las podrán
superar con un corazón purificado por medio del ayuno, la oración, la
penitencia y el Evangelio. Esa es la única verdad y es la verdad que mi
Hijo les ha dejado. No deben analizarla mucho. Se pide de ustedes, como
yo también lo hacía, que amen y den. Hijos míos, si aman, su corazón
será una morada para mi Hijo y para mí, y las palabras de mi Hijo, serán
guía para la vida de ustedes. Hijos míos, me serviré de ustedes,
apóstoles del amor, para ayudar a mis hijos a conocer la verdad. Hijos
míos, yo siempre he orado por la Iglesia de mi Hijo, por eso, a ustedes
les pido que hagan lo mismo. Oren para que sus pastores resplandezcan
con el amor de mi Hijo. ¡Les doy las gracias!»