miércoles, 20 de abril de 2022

CONOZCAN A SU CREADOR SU ÙNICO DIOS TRINO.

Los jefes cometen pecados, pero es la masa la que, con sus pecados menores, lleva a los jefe al gran pecar.

 

Fuente: cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

CONOZCAN A SU CREADOR Y ÙNICO DIOS TRINO-

 Los demonios... ¡oh! los demonios están ya donde castigaré. Los demonios son quienes, asentados como señores en los corazones, llevan a muerte a las naciones. Y hay pueblos en los que pocos son los corazones que no sean aún morada de los demonios: legiones y legiones demoniacas mueven, como títeres, naciones completas. ¿Y como puedo reinar allí donde los corazones se han hecho morada de los hijos de Lucifer?

 

Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

CONOZCAN A SU VERDADERO CREADOR- EL CREER

 Creer es signo de pureza además que de fe. Creer es inteligencia además de fe. Quien cree con pureza y con inteligencia distingue mi Voz y la recoge.
 Los demás rebuscan, discuten, critican, niegan. ¿Y por qué? Porque viven de la pesantez y no del espíritu. Están anclados en las cosas que han encontrado y no piensan que son cosas venidas de los hombres, los cuales no siempre han visto justamente, e incluso si han visto justo y escrito justo han escrito para su tiempo y han sido mal entendidos por los posteriores. No piensan que Yo puedo tener algo más que decir, adecuado a las (Se refiere a la madre de la escritora
Padre Migliorin), necesidades de los tiempos, y que soy Dueño de decirlo cómo y a quien me parece, porque Yo soy el Dios y el Verbo eterno que no deja nunca de ser Palabra del Padre.
Hago las últimas tentativas para inflamar las almas que no son ya almas vivas sino
autómatas dotados de movimiento, pero no de inteligencia y caridad. Mi actuar, desde el principio de este siglo, el último de este II° milenio, es un milagro de Caridad para intentar la salvación del género humano, especialmente de las almas sacerdotales sin las cuales la salvación de muchos es imposible. Me pongo Yo en los púlpitos vacíos o en los que se oyen palabras sin verdadera vida. Pero pocos son los dignos de entenderme. Pocos incluso entre mis ministros.
Por eso, que el Padre se organice. Que coja y se informe de mi decir para sí, para todos, pero trate sobre todo de encender caridad en los corazones, incluso de los hermanos de comunidad.
Menos ciencia y más caridad. Menos libros y más Evangelio. Y luz en las almas porque Yo soy Luz. Desocuparlo todo para hacer sitio a la Luz.
¿Dice el Padre que son terreno inaccesible? Dice poco: son terreno enemigo, y es un gran dolor para Mí».
 

Dice Jesús:
«Te dije que te habría explicado cómo nuestro Amor aumenta de peso de hora en hora.
No caigas en un error de interpretación. En Dios todo es un eterno presente. Y todo está perfecto y acabado. Pero Dios nunca está inactivo. Él genera continuamente. Te mostraré comparaciones humanas para iluminarte mejor.
Las Tres Personas que se aman, y que aman su obra, son como fuentes de calor que convergen en un solo punto, desde el cual después se desbordan sobre el universo. Ahora bien, ¿qué produce el calor de tres bocas de fuego, que continuamente emanan olas del mismo calor (el mismo por tener igual potencia desde el inicio)? Un aumento de calor en el ambiente en el que se introducen las tres corrientes. Si éste es recogido por instrumentos preparados para recibirlo, permanece el equilibrio entre producción y efusión. Pero si los
instrumentos, obstruidos por otros cuerpos, se niegan a recogerlo, el equilibrio se altera. Y en la vida natural pueden incluso sobrevenir catástrofes.
También sobrevienen en la vida sobrenatural. ¿Acaso no lo experimentas? ¿Tu amor, no reconocido y no aceptado, no te aumenta en el corazón oprimiéndolo tanto que a veces explota en un arrebato de justa indignación? Digo: justa, porque soy justo. Digo también: pero supéralo por la Caridad. Y si tanto puede en vosotros, que tenéis un amor relativo ¿qué no sucederá en Dios, en quien todo es infinito? Nuestro Amor, que el hombre rechaza, crece, crece, crece...
¡Oh, hombres desgraciados! Sobre ellos está el momento en que el Amor bramará con ira preguntando el por qué del desprecio. Y los tiempos actuales son ya los primeros sobresaltos de este Amor vilipendiado que, por justicia y respeto de su Perfección, no puede soportar más la afrenta. De ahí que Yo vaya como un mendigo pidiendo que alguien abra el corazón a nuestro Amor intensísimo y se haga víctima, aceptando ser consumada para aliviar al Amor.
Lo que ofrezco es la hoguera, lo sé, lo advierto. Pero no huyáis de ella, vosotros que aún no estáis vendidos al Enemigo.
Nadie, por pequeño y mezquino que sea, nadie, por pecador que haya podido ser, puede creerse rechazado por nuestro Amor. Él es Misericordia. Y puede y quiere hacer de las almas más miserables estrellas fulgurantes de su Cielo.