-Así que la voluntad humana obra, respira late como quiere y la mía esta solo para servirla para contribuir a sus actos y están dentro de esos actos, agonizante sofocada, bajo el estertor de una agonía de largos siglos.
Mi Voluntad se agita en la criatura bajo la opresión de una agonía desgarradora y su agitarse son los remordimientos de conciencia las desilusiones, los reveces, las cruces, y cansancio de la vida y todo lo que puede dar molestias a las pobres criaturas, porque es justo que teniendo ellas a una voluntad Divina en la Cruz, y siempre bajo el estertor de la agonía, Ella con Su agitarse las llama; no pudiendo hacer diversamente porque no tiene dominio, quien sabe que entrando en ellas mismas, al ver la infelicidad que les da su mala voluntad, puedan darle un poco de respiro y de tregua a su dolorosa agonía.
No nos conmueve la agonía de la divina voluntad en nosotros, pero si nos conmueve los efectos que eso produce en nosotros, cuando hay una desilusión cuando hay una traición, cuando hay algún problema del tipo social, de tipo familiar, cuando hay todo lo que nos pueda dar molestia por nuestras acciones eso es el estertor de esta agonía de la Divina Voluntad, que reporta en nosotros y nos hace recapacitar y que hacemos cuando estamos bajo una opresión de estas.
Vamos y clamamos piedad, vamos y pedimos que nos ayude, y si nos ayudan y salimos de esa opresión, ¿que pasa?, seguimos igual.
La depresión es casi la muerte de la divina voluntad en la criatura. Cuando el hombre fue creado con un don que es el don de la integridad con Dios, Dios y el hombre estaban prácticamente fundidos; en Dios no hay depresiones,no hay crisis existenciales, no hay temores, ni terrores; en Dios no hay un subconsciente que lo aterrorice, no tiene un inconsciente donde guarde todo lo que le hace daño.
Cuando el hombre de sale de la voluntad de Dios ese don lo pierde y se queda solo en un mundo que no lo conoce que no entiende, y le es contrario, porque el mundo fue creado para servir a Dios en la criatura no a la criatura. El mundo no encontrando a su destinatario ahora el mundo se le pone en contra a la criatura.
Toda la naturaleza ya no reconoce a la criatura, a quien debería servir, sino reconoce a una criatura mas.
El propio hombre perdiendo la integridad con Dios, perdiendo el amor de Dios, esa necesidad de compañía, ese unirse con todos ahora el hombre deja salir de si lo propio y lo propio es la soberbia; porque nos espesamos a creer algo y porque voy a soportar a eta persona si ella me tiene que soportar a mi y yo hago lo imposible para sobreponerme a ella y porque esta otra persona va a ganar mas que yo, cosas de nuestras miserable vida cotidiana. Si es menos que yo y es ignorante y yo tengo que tener esto y la aplasto.
Toda esta soberbia que va naciendo en nosotros y excitada por el otro, es lo que me lleva a im momento dado a la depresión, la depresión es la criatura que no obtiene lo que cree que debe tener; y siempre es sumirse en su interior, y nos quieren hacer creer que es un problema cerebral, que hay un sustancia que se desequilibra que es lo que produce la depresión.
Existen niños con depresión; que esta pasando, es la insatisfacción de la soberbia que tenemos.
Cual es el remedio?, encontrar el centro y el centro es Dios, pero ese centro no lo queremos encontrar, ese centro esta muy trillado, desgastado y por eso no queremos recurrir a ese centro.
Mi alma estuvo inquieta hasta que te encontró, dice San Agustín.
El alma anda inquieta buscando que?, analicemos.... Porque actuamos como actuamos. queremos mas y mas y para que?