Ago 19_12 Lo prometido ya está a vuestro alrededor, lo profetizado ya está sobre vosotros. |
Rosario vespertino
DIOS PADRE nos llama la atención a que hay que pedirLe que haga Su Obra en todo lo Creado, en todo lo visible e invisible -> Ver oración en: http://www.diospadresemanifiesta.com/index.php?option=com_weblinks&catid=280&Itemid=132
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: No temáis el venir hacia Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Dios de Amor, siempre estaré con vosotros, pero dejadMe, dejadMe actuar, haced la prueba Mis pequeños, dejadMe actuar en vuestra vida. Hijitos Míos, Yo Soy todo Amor, os prometí enviar a Mi Hijo para reparar el daño que habían causado vuestros Primeros Padres, y Lo tuvisteis entre vosotros. Ciertamente, el pueblo judío, duro de cerviz, se oponía continuamente a Mis Ordenes. Yo tenía que ser duro también para que éste pueblo entendiera y se Me conoció en el Antiguo Testamento como el Dios Guerrero, el Dios de temor, el Dios al que no se le podía ver Cara a cara, porque inmediatamente morirían. Se Me tenía más temor que amor y Yo no Soy así, Mis pequeños y por eso os envié a Mi Hijo Jesucristo, para que Lo tuvierais entre vosotros, para que pudierais gozar Mi Presencia entre vosotros y Me conocierais como realmente Soy, como un Dios de Amor y así el hombre pudo ver a su Dios de frente, a los Ojos, gozar con Su Presencia amorosa, gozar de Sus Milagros, gozar a Mi Hijo y con Él, a Mí Mismo, porque Yo también se lo dije a los apóstoles, aquél que ve a Mi Hijo, Me ve a Mí.
Mis pequeños, Yo Soy todo Amor y Yo quiero que vosotros entréis a Mi Corazón a través de Mi Hijo Jesucristo. Él ha dado un Ejemplo Santo y Vivo, sobre todo, porque convivió entre vosotros, convivió con el género humano y sigue conviviendo cuando vosotros Lo dejáis vivir enteramente en vosotros.
Yo estoy en medio de vosotros, pero vosotros tenéis la última palabra, tenéis la libertad de dejarMe entrar en vuestro ser o dejarMe fuera. Vosotros gozaréis realmente cuando Me tengáis en vuestro interior. Yo no limito a las almas en su actuar, vosotros, al dejarMe entrar en vuestro corazón, en vuestro ser, vengo a actuar en vuestra vida plenamente y entonces veis cómo todo os sale mejor, porque Yo estoy obrando por vosotros, os estoy aconsejando, os estoy llevando a que vuestros actos, pequeñitos, se vuelvan actos Divinos, porque estáis compartiendo vuestra vida y vuestro quehacer Conmigo, vuestro Dios.
Cuando vosotros Me sacáis de vuestra vida, erráis, caéis, os llenáis de problemas, porque todo lo queréis hacer por vuestras propias capacidades, y debéis estar seguros que vuestras capacidades son muy pequeñas, no tenéis las capacidades Divinas que tengo Yo ni la Sabiduría Divina que os va a llevar por caminos de perfección.
Os digo esto, Mis pequeños, para que Me dejéis vivir en vuestra vida, que Yo pueda hacer vuestras obras, que Yo os pueda aconsejar en todo momento, para que vuestra vida sobre la Tierra se desarrolle lo más perfectamente posible y deis mucho fruto, como el fruto que dio Mi Hijo y de ahí crecieron muchas otras más almas, al tomar Su ejemplo y Su vivir.
Sed sabios, Mis pequeños, tenéis al Maestro entre vosotros, seguidLo y así aseguraréis que vuestra vida se perfeccione y fácilmente podréis tener vuestro premio final y eterno.
No temáis el venir hacia Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Dios de Amor, siempre estaré con vosotros, pero dejadMe, dejadMe actuar, haced la prueba Mis pequeños, dejadMe actuar en vuestra vida y veréis una gran diferencia de cómo eráis antes a lo que se os vendrá después, cuando Yo os ayude en todo lo que vosotros hagáis, penséis, obréis, habléis. Os amo, Mis pequeños, os quiero Conmigo y quiero que dejéis mucho ejemplo y muchas obras sobre la Tierra, como Mi Hijo las dejó.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Yo quiero que vosotros tengáis ésa seguridad de que os podáis abandonar plenamente a Mis Brazos, a Mi Voluntad a lo que Yo quiera para vosotros, porque siempre se va a desarrollar en el Amor. Hijitos Míos, cuando Yo os hablo, cuando Yo os guío, cuando Yo os llevo en lo profundo de Mi Corazón, para que vosotros trabajéis por Mí, no debe haber duda en vuestro corazón,no debe haber duda en que es Mi Presencia, en que es Mi Vida en vosotros.
Primeramente, para que vosotros estéis seguros de lo que vosotros estáis recibiendo de Mí, vuestro Dios, es la paz que habrá en vuestro corazón y ésa paz os asegurará que Yo estoy Presente.
Mis pequeños, Conmigo, con vuestro Dios, no debe haber ningún tipo de duda, porque Yo Vivo en la Verdad. Vosotros dudáis, porque estáis rodeados de mentira, no entendéis todavía lo que es Mi Presencia en la vida del hombre. ¿Por qué dudáis?, porque a lo largo de vuestra existencia, satanás os ha atacado tanto, que sufrís con las mentiras, con la maldad con la que os ataca satanás a través de hermanos vuestros.
Cuando Yo estoy con vosotros, vosotros debéis estar alegres, y es porque ésa alegría se desarrollará por la paz que, primeramente, tendréis en vuestro corazón. Agradeceréis grandemente el ser escogidos como hijos Míos pero, también, sabréis que tenéis un compromiso porque, al ser escogidos, deberéis mantener ésa paz y ésa alegría con vosotros y eso Yo se lo pedí, primeramente, a través de Mi Hijo, a los apóstoles y a todos aquellos primeros cristianos que recibieron el Mensaje de Mi Hijo y lo llevaron a cabo en su vida. Se les reconocía a ésos primeros cristianos por la alegría que irradiaban, pero es una alegría Divina, Mis pequeños, es una alegría que los envuelve, que la gozan y transmiten. Cuando hay verdad en vuestra vida, en vuestras palabras, en vuestros hechos, es cuando vosotros debéis voltear hacia Mí, primeramente reconocer que vuestra vida se está llevando a cabo en esa forma porque Me dejasteis entrar a vuestro corazón. No os imagináis, Mis pequeños, el gozo que Me dais, vosotros, pequeñitas creaturas, cuando Me hacéis feliz a Mí, vuestro Dios Omnipotente, Inmenso, con vuestros pequeños actos, pero sobre todo, con vuestra confianza plena en Mí.
Cuando vivís en la Verdad, cuando vivís en la alegría, Me dais un gran gusto, como el gusto que le dan los pequeños hijos a sus padres, porque ellos saben que el hijo está confiando plenamente en ellos y además, que le aman inmensamente. El padre goza con el abrazo del hijo, pequeñito, que ya reconoce de sus padres, ésa protección inmensa que viene de ellos.
Mis pequeños, Yo quiero que vosotros tengáis ésa seguridad de que os podáis abandonar plenamente a Mis Brazos, a Mi Voluntad a lo que Yo quiera para vosotros, porque siempre se va a desarrollar en el Amor. Yo no creo a un alma ni le doy vida a una persona para que viva sobre la Tierra, para llevarla hacia el mal. Ciertamente, el mal os rodea y estáis en la Tierra para producir amor, ciertamente sufriréis, porque hasta Mi Hijo sufrió por llevaros Mi Amor, pero siempre, al estar Conmigo, aún a pesar de que sufrís, gozáis, porque estáis haciendo Mi Voluntad.
Mis pequeños, Yo quiero que os envolváis en Mi Amor y cuando lo hagáis, reconoceréis Mis Potencias, Mi Amor Infinito sobre vosotros, Mis Cuidados Celestiales para con vosotros, los vuestros y todos aquellos por los cuales oráis. Cuando un alma está plenamente Conmigo, ésa alma puede hacer grandes milagros, que son Mis Milagros, pero que vosotros, en confianza, Me pedís y Yo los realizo, porque os amo, porque vosotros amáis a aquellos por quienes vosotros pedís.
¿Os dais cuenta, Mis pequeños, el poder que tenéis sobre Mí, cuando vivís en el Amor, cuando Me pedís con confianza? Yo no puedo negar nada a un alma cuando se acerca a Mí y en confianza Me pide por los demás, no pide por sí misma, simplemente se abandona a Mis Brazos, se abandona hacia Mi Amor y pide por sus hermanos, porque reconoce que ellos necesitan de Mi Vida. Dadles Vida a vuestros hermanos, ayudadles en lo que podáis y tomad de Mí todo lo que necesitéis para darles a vuestros hermanos Mi Vida y con ello alegraréis Mi Vida, Mis pequeños. Yo os Bendigo y quiero estar siempre con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Me habéis hecho a un lado de vuestra vida y no Me pedís a Mí, vuestro Dios, que haga Mi Obra en todo lo Creado, en todo lo visible e invisible. Hijitos Míos, contrariamente a lo que muchos creen de Mí, siempre están brotando Bendiciones para todos vosotros, Soy una Fuente Inagotable de Bendiciones, de vida espiritual, de Amor.
Ved a un foco y ved la luz que irradia. Mi Luz va por todos lados, todo lo que está alrededor recibe Mi Luz y todo cambia, las tinieblas se van y todo queda claro alrededor de donde brota Mi Luz.
Así Soy Yo, Mis pequeños, de Mi irradia una Luz tremenda, bella, saludable, santa y todo lo que va tocando lo va transformando.
Mis pequeños, (Lenguas…) todo debió haber quedado ya purificado desde hace mucho tiempo si el hombre no se hubiera apartado de Mí. Cuando vosotros no estáis Conmigo, porque no hay oración ni amor en vuestro corazón, Mi Luz, transformadora, purificadora, santificadora, no puede llegar a donde debiera llegar, porque vuestra negación impide que alcance a todo aquello y a todos aquellos que debiera transformar. Vosotros mismos detenéis Mi Obra purificadora y santificadora, porque Me habéis hecho a un lado de vuestra vida y no Me pedís a Mí, vuestro Dios, que haga Mi Obra en todo lo Creado, en todo lo visible e invisible, estáis distraídos con vuestras propias cosas, con vuestro mundo, con vuestros intereses, que no necesariamente son Mis intereses y, muchas veces, por ser instrumentos del mal, atacáis hasta Mi Obra en el corazón de vuestros hermanos. Vosotros mismos os volvéis traidores, destructores de Mi Obra de Amor transformadora sobre vosotros y sobre el Universo entero.
Aunque Soy vuestro Dios, respeto vuestro libre albedrio y Yo no os presiono ni os obligo, porque deseo que entendáis, hasta en lo más profundo de vuestro ser, lo que es la realidad Divina en vuestra vida.
Yo Soy vuestro Dios y Creador y necesito de vuestra libertad para que apoyéis todo lo bueno que he creado, pero que tiene que ser purificado, porque satanás lo afectó con su mal.
Mis pequeños, si no os acercáis a Mí, si no Me pedís a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, que transforme y purifique todo aquello que ha sido afectado por el mal, Mi gozo sobre la Tierra, sobre vuestra vida, tardará en llegar.
Entended, Mis pequeños, que el poder de lograr todo esto, éste cambio que tanto necesitáis, solamente os lo puedo dar Yo, pero si no Me dais el permiso para hacerlo, Yo no os voy a obligar, porque os respeto, y daos cuenta, Mis pequeños que vosotros mismos estáis alargando vuestra agonía, porque no Me estáis dejando purificar todo lo que os rodea y que ya debierais estar gozando, porque va a ser para vosotros, el Cielo sobre la Tierra.
PedidMe Mis Bendiciones, pedidMe Sabiduría, pedidMe Discernimiento para que entendáis lo que debéis pedirMe, para que entendáis que Me debéis dejar obrar en vuestra vida, a vuestro alrededor, en el Universo entero, para que gocéis lo que Yo tenía pensando para vosotros desde el Principio del Tiempo pero que quedó trunco, quedó detenido y no se ha logrado llevar a cabo, en totalidad, por el Pecado Original.
Si vosotros no entendéis esto, que debe haber un cambio total en vuestra vida a favor Mío, que es el dejarMe actuar en plena libertad, vosotros no gozaréis pronto lo que debierais ya estar gozando. Vosotros mismos, al detener Mi Obra, sufrís y vosotros Me culpáis a Mí, vuestro Dios de lo que sucede en vuestro mundo y en vuestra propia vida y, esto quiero que lo entendáis perfectamente, que no Soy Yo el que produce el mal, sino vosotros no lo estáis deteniendo porque no estáis viviendo en el Bien ni para el Bien. El mal, lo tenéis en vuestro corazón, en vuestros actos, en vuestros pensamientos y si no os volvéis hacia el Bien, que Soy Yo, para que os purifique y os santifique, no podréis nunca actuar ni discernir de acuerdo a Mis Planes Divinos.
Sois pequeños, no tenéis Sabiduría Divina, debéis entender esto perfectamente bien, Mis pequeños. Aprended a ser humildes, para que Me dejéis actuar, en vosotros, a Mí, vuestro Dios, que Soy Perfecto.
Haceos pequeñitos y sed obedientes a lo que Yo os pida, que siempre será para vuestro bien. Yo Soy el Bien Supremo y Yo quiero el Bien para los Míos, para los que viven para el Amor, para los que quieren ser transformados por Mí, vuestro Dios. Yo quiero ya, Mis pequeños que el mal termine, porque os quiero ver gozar. Olvidaos de vosotros mismos y dejadMe actuar a Mí, es para vuestro Bien, entendedlo. Yo ya tengo todo, porque Soy el Bien Supremo, vosotros necesitáis de Mi Bien, pero necesitáis entender que en vuestro libre albedrío, Me debéis llamar y humildemente dejarMe actuar en lo que Yo quiera para vosotros. No detengáis Mi Obra ya, Mis pequeños, quiero lo mejor para vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: No entendéis Mi Amor y lo desperdiciáis, sed humildes, pedidMe que entendáis estos Misterios de Amor con que todo un Dios os regla en todo momento. Hijitos Míos, habláis mucho del cambio que se tiene que venir sobre la Tierra, habláis de los signos visibles, del Apocalipsis prometido en las Escrituras, estáis esperando que llegue, pero estáis ciegos, Mis pequeños. Lo prometido ya está a vuestro alrededor, lo profetizado ya está sobre vosotros, ¿qué estáis esperando para vuestro cambio?, ¿qué estáis esperando para vuestra conversión total?
No queréis entender que el mal que os rodea ya también está dentro de vosotros. Vosotros sois parte de ése mal, vosotros mismos estáis incrementando ése mal, con el que satanás os ha atacado, pero que vosotros no habéis detenido y hasta lo habéis prodigado.
¿No entendéis, Mis pequeños, que el ser parte de ése mal que os rodea, vosotros alargáis el tiempo de Mi Triunfo sobre las fuerzas de satanás? Ciertamente su mal tendrá un final, como prometido y profetizado está. Ciertamente, Yo os estoy protegiendo, aún ha pesar del mal que vosotros anidáis en vuestro corazón, en vuestra mente, en todo vuestro ser.
¿De qué ha servido la predicación de todo un Dios para vuestro cambio, para vuestra salvación? Palabras Divinas, se las ha llevado el viento, porque vosotros no las tomasteis ni las llevasteis a lo más profundo de vuestro ser, para que ellas os transformaran y vivierais ya de acuerdo a Mi Voluntad y así estuvierais ya gozando de Mis Bienes en la Tierra, los Bienes Divinos de las almas que ganaron su lugar en el Reino de los Cielos, en el Paraíso, en el cual vivieron por un tiempo vuestros Primeros Padres, en un Paraíso Terreno, pero que lo gozaban como si fuera el Reino de los Cielos. Y vosotros estáis llamados a eso, Mis pequeños, también en la Tierra, a recibir los gozos del Cielo.
Pero en vez de ayudarMe con vuestro cambio total, y que ya empezarais a gozar con todo esto, ha sido todo lo contrario, habéis abierto vuestro corazón y vuestra mente a satanás y él es el que está dominando vuestra vida y vosotros no lucháis por erradicarlo de vuestro ser.
Tanto que podríais ya estar gozando, Mis pequeños y seguís en el fango. Vosotros no debéis ser los puercos con que se ejemplifica a las almas malvadas en las Sagradas Escrituras, vosotros, sois hijos del Rey y como hijos del Rey debéis de buscar nuevamente vuestra dignidad, luchar por ella, porque todo lo bueno cuesta y os tiene que costar el regresar a ésa dignidad de hijos de todo un Rey, pero muy superior a los reyes de la Tierra, que Soy Yo, vuestro Dios. Al alcanzar ésa dignidad estaréis gozando de los bienes del Cielo y también de la Tierra, pero ya no queréis luchar, ya os habéis acostumbrado a donde os ha llevado satanás. Como vivís con el mal que os rodea y lo aceptáis en vuestra vida, no entendéis que hay una Vida muy superior a lo que vosotros estáis viviendo y que no habéis buscado para vuestra vida y para los vuestros.
Los padres buscan lo mejor para sus hijos, se sacrifican por ellos, dan su tiempo, dan su cansancio, dan su vida con tal de que los hijos vivan mejor que aún ellos mismos. Los padres sufren, los padres se dan por el bienestar de los hijos. Yo Me di, como Padre que Soy en Mi Hijo Jesucristo, para que sufriera hasta la muerte por el bien vosotros, para que os rescatara de las garras de satanás. Pero vosotros no habéis respondido como debisteis haber respondido a ése Bien Divino que Yo os di a través de Mi Hijo, habéis desperdiciado los bienes del Cielo que son vuestros también. Y seguís sufriendo y Me echáis a Mí la culpa de vuestro sufrimiento, es injusto lo que hacéis Conmigo, Mis pequeños, Yo que solamente os quiero dar Amor, os doy protección contra satanás, os cuido, a pesar de vuestro descuido hacia Mí, os amo a pesar del odio y la maldad con la que Me pagáis todo Mi Bien y aún así os cuido y os amo, Mis pequeños.
Tiempo vendrá en que entenderéis todo esto y lloraréis vuestros errores, pero Me lo agradeceréis, Mis pequeños, porque ahora vivís en las tinieblas, en las tinieblas de vuestra vida y de vuestra mente, porque así os ha querido llevar satanás, para que no veáis la realidad que os rodea, que es Mi Verdad, pero que vosotros no queréis tomar. No sólo el mal es el que os rodea, también Mi Bien os rodea y os protege de ése mal de satanás, porque si Mi Bien no estuviera deteniendo el mal de satanás, no sobreviviríais, Mis pequeños, su poder es inmenso sobre vosotros, pero Mi Bien es infinitamente superior, pero no lo queréis tomar.
De vosotros depende vuestro cambio, de vosotros depende el que, al pedirMe con humildad y que reconozcáis vuestro pecado, Yo Me pueda derramar sobre vosotros y os consienta, como hijos Míos que sois.
No entendéis Mi Amor y lo desperdiciáis, sed humildes, pedidMe que entendáis estos Misterios de Amor con que todo un Dios os regla en todo momento. Quiero que estéis Conmigo plenamente, como plenamente Yo estoy con vosotros y con vuestra vida. Mi Hijo os dijo, amaos los unos a los otros, como Mi Padre os ama, pero no lo entendéis ni queréis entenderlo. Vivís en el mal y en lugar de levantaros os quedáis en el fango.
El hijo desobediente del rey lo entendió después de que sufrió y se levantó para pedirle perdón a su padre el rey y él lo perdonó. Entended ésta Parábola, Mis pequeños, ponedla en vuestra vida, levantaos, no os quedéis en el fango, que es el pecado con que os ha manchado inmensamente satanás, levantaos, como hijos del Rey que sois para que tenéis los derechos Divinos de poseer Mis Bienes, tomadlos ya, Mis pequeños, y no sigáis desperdiciando ni rechazando el Bien que os pertenece.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Quiero que seáis pequeños, humildes, para que alcancéis ésa grandiosidad, porque Yo habitaré en vosotros. Hijitos Míos, hay una gran diferencia entre un alma humilde y un alma soberbia. Cuando un alma reconoce sus pecados, reconoce sus errores, su pequeñez, su maldad, la poca donación de su vida a lo que Yo os pido, la humildad lleva a ésa alma a mirar el panorama alrededor de ella de una forma total. Con Sabiduría Santa puede darse cuenta plenamente de sus errores, de la maldad que le rodea, y la bondad que también está a las puertas de su vida, para que sea purificada y santificada.
La humildad os abre muchas puertas, Mis pequeños, hacia el Bien. El alma humilde está muy cerca de Mi Corazón y con el alma humilde Yo puedo trabajar plenamente, porque el alma humilde Me da Mi lugar como Dios, como Salvador, como Donador de una vida profunda espiritual, una vida profunda y se podría decir, secreta, entre el alma y su Dios. El alma humilde tiene un acercamiento muy grande a Mi Corazón. El alma humilde Me va conociendo mucho más que las otras almas soberbias y malas.
Y lo permito así, Mis pequeños, para que el alma humilde crezca y al crecer, dé mucho fruto y al dar mucho fruto, recibirá de Mí grandes Bendiciones, porque cuando vosotros dais mucho fruto, que es el hacer Mi Voluntad y sobre todo, salvando almas y regresándoMelas a Mí, Yo le agradezco con un derrame de Bendiciones, para que no se salga de ésa situación humilde en la que vive, que le traerá muchas más Bendiciones.
En cambio el alma soberbia, se ciega, no sabe ver a su alrededor ni menos en su interior. El alma soberbia, al cegarse en sí misma, no crece, y hasta disminuye, se llena con más mal y acaba perdiéndose. El alma soberbia ni hace el bien para sí misma ni ayuda a sus hermanos, es más, en su presunción, las ataca, se cree mejor que los demás, presume y destruye, no soporta al alma humilde y no entiende cómo ésa alma humilde, a la que ve pequeña, insignificante y no la respeta, puede ser superior a ella, porque se siente con más capacidades, se siente ser mejor. El alma soberbia ataca en todo momento, no ayuda a sus hermanos, ve solamente lo material, lo humano, lo del mundo, lo que le rodea para su bienestar. Al alma soberbia no le gusta el sufrimiento y trata de evitarlo a toda costa y, a veces, sacrificando el bienestar de los que le rodean, sin sacrificar su propio bienestar. El alma soberbia no pide ayuda ni consejo, no confía en nadie, más que en ella misma y menos en Mí, vuestro Dios. El alma soberbia, no crece, al contrario, decrece, a tal grado, de que luego no podrá hacer nada bueno, ni por ella misma ni por los demás. El alma soberbia no mejora, porque Mi Sabiduría, Mis Bendiciones, no pueden anidar en ella. El alma soberbia acaba perdiéndose, en la mayoría de los casos, porque no reconoce Mis Verdades, no reconoce Mi Palabra, no pide Mi ayuda para reconocerse que vive en el mal, que vive necesitada de Mi Consejo, de Mi ayuda, de un cambio radical para su mejora. El alma soberbia no se doblega, siempre quiere mantenerse derecha, aparentando poseer el bien, aparentando tener el conocimiento total.
Ya que Mi Sabiduría y Mis Bendiciones no están con las almas soberbias, estad seguros, Mis pequeños, que es solamente apariencia lo que tienen éstas almas, porque la Verdad no anida en su corazón.
Por eso os pido, Mis pequeños, que la humildad habite siempre en vosotros, la humildad os hace aceptar vuestra pequeñez y con eso, os da la Sabiduría necesaria para que vosotros os acerquéis a Mí y pidáis constantemente Mi ayuda. La humildad os lleva a reconocer vuestra pequeñez y vuestra imperfección y os hace reconocer también que Me necesitáis en todo momento de vuestra vida. Sois pequeños, muy pequeños y toda vuestra vida lo seréis, pero si no os acercáis a Mí, os perderéis y el alma humilde acepta ésta Verdad y por eso el alma humilde es tan grande ante Mis Ojos.
Quiero que seáis pequeños, humildes, para que alcancéis ésa grandiosidad, porque Yo habitaré en vosotros y así se reconocen las almas en el Reino de los Cielos. Llegan ahí, por su pequeñez, por su humildad y por su confianza en Mí, vuestro Dios, sabiendo que sin Mí, no sois nada.
Gracias, Mis pequeños. |