12-8
Mayo 10, 1917
Con su respiro Jesús da movimiento y vida a todas las criaturas.
(1)Continuando mi pobre estado, según mi costumbre buscaba fundirme en mi dulce Jesús, pero por
cuanto me esforzaba todo me resultaba inútil, el mismo Jesús me distraía, y suspirando fuerte me ha
dicho:
(2) “ Hija mía, la criatura no es otra cosa que mi respiro. Conforme respiro así doy vida a todo; toda la
vida está en el respiro, si falta el respiro el corazón no late más, la sangre no circula, las manos quedan
inertes, la mente se siente morir la inteligencia, y así de todo lo demás; así que toda la vida humana
está en el recibir y dar este respiro, pero mientras con mi respiro doy vida y movimiento a todas las
criaturas, y con mi santo respiro las quiero santificar, amar, embellecer, enriquecer, etc., ellas al darme
el respiro que de Mí reciben me mandan ofensas, rebeliones, ingratitudes, blasfemias,
desconocimientos, y todo lo demás. Así que mando el respiro puro y me regresa impuro, lo mando
bendiciendo y me regresa maldiciendo, lo mando todo amor y me regresa ofendiéndome hasta en lo
íntimo de mi corazón, pero el amor me hace continuar enviando mi respiro para mantener estas
máquinas de vidas humanas, de otra manera no funcionarían más y terminarían por deshacerse. ¡Ah!,
hija mía, ¿has visto cómo es mantenida la vida humana? Por mi respiro, y cuando encuentro un alma
que me ama, cómo es dulce su respiro, cómo me recrea, me consuela; entre ella y Yo se forma un eco
de armonías, así que quedan distintas de las otras criaturas, y serán distintas también en el Cielo. Hija
mía, no podía contener mi amor y he querido desahogarme contigo”.
(3)Así hoy no he podido fundirme en Jesús, porque Él mismo me ha tenido ocupada en su respiro.
Cuántas cosas he comprendido, pero no sé decirlas bien y por eso mejor callo.