lunes, 20 de abril de 2015

Marcando el Norte: Nueva religiosidad, esoterismo y ocultismo

Marcando el Norte: La Masonería en la II República

la masonería en la ONU


Juan Claudio Sanahúja sobre el rol de la masonería en la ONU

El fundador de Noticias Globales, Juan Claudio Sanahúja, desvela en esta entrevista, las claves para entender los objetivos del Nuevo Orden Mundial y las verdaderas pretensiones de la ONU.

Noticias Globales es una referencia para entender más allá lo que ocurre a nivel mundial. ¿Cómo nació la iniciativa?
Noticias Globales nació en 1998. Hacía falta informar: no se conocía el mecanismo interno de la ONU; se confundían, por ejemplo, las asambleas generales o las conferencias internacionales, con las reuniones de comisiones. Nosotros teníamos mucha información y comenzamos.
Juan C Sanahuja_thumb[1]A la información del boletín, le añadimos los libros: El Gran Desafío. La Cultura de la Vida contra la Cultura de la Muerte, anterior a comenzar con el boletín; El Desarrollo Sustentable. La Nueva Ética Internacional; y Poder Global y religión universal. Ahora, está por salir una edición corregida y aumentada de El Gran Desafío.

ÉTICA SIN DIOS

Una de las insistencias de la modernidad es la gran ética laica mundial ¿Es posible una ética sin Dios?
Es imposible que sin Dios se pueda edificar una ética sólida, la ética hace referencia a unos principios transcendentes y estos principios sólo pueden provenir de Dios. Hay intentos de edificar “éticas laicas”, pero todos estos proyectos están al servicio de ideologías neo-paganas, son fácilmente rebatibles, aunque con el apoyo de los medios de comunicación parezcan imponerse, terminan por caer dejando un tendal de personas desvalidas, a la deriva, que buscan creer en algo.
¿Es compatible el respeto a los principios no negociables sin una cosmovisión cristiana?
No es imposible, pero sí es muy difícil. Tiene que haber por detrás siempre una cosmovisión trascendente. Yo diría que los principios no negociables, son fruto de una visión judeo-cristiana.

ESTERILIDAD

¿Qué buscan los neo-malthusianos en realidad? ¿Podríamos decir que la palabra que sintetiza los esfuerzos de la ONU es “esterilidad”?
La Organización Mundial de la Salud estableció, a principios de los 90 cuando se presentó el nuevo paradigma de la salud, que el ciudadano del nuevo orden mundial es el adulto sano y productivo. Los que son o puedan llegar a ser sanos y productivos, son los únicos que tienen derechos humanos. A todos los que no alcancen ese estándar hay que dejarlos al margen de la historia, evitar que nazcan; y si nacen, no invertir en su bienestar ni un céntimo. Desde ese punto de vista se podría decir que los esfuerzos de la ONU se pueden sintetizar en la palabra “esterilidad” o, mejor, “esterilidad selectiva”.
¿Hasta qué punto la incorporación de la mujer a la vida profesional forma parte de esa estrategia mundialista de esterilidad?
Esto es evidente. Desde la Conferencia de Dacca, en 1969, figura en los planes de la International Planned Parenthood Federation, a propuesta del presidente del Population Council, Dr. Berelson.
En concreto, las conclusiones de esa conferencia dicen: “alterar la imagen de la familia, volcando a las mujeres al mercado laboral”. Por supuesto, que también en esas conclusiones figura “el alentar la homosexualidad”. Llevan casi 50 años trabajando con esos objetivos
Habla usted mucho del ecologismo. ¿Cuál es la amenaza del ecologismo en la antropología modernista?
Para la ONU y otras organizaciones, el ecologismo es un buen sucedáneo. Por ejemplo, no se le puede decir a la gente que no existen los 10 Mandamientos sin sustituirlos por algo. Con la presión de los medios de comunicación pueden inculcarle que una persona que cuida de no arrojar papeles en la calle, diferencia la basura o se alimenta de determinada manera se hace solidaria con el mundo, con las generaciones futuras, en definitiva, que está cuidando la Tierra, que en su lenguaje quiere decir está justificado. Y así, la tierra ocupa el lugar de Dios.
Ecologiablog_FestivalBigGreenGNo quiero decir que no tenga importancia cuidar el mundo en el que vivimos. Tiene importancia. Pero primero están los Mandamientos de la Ley de Dios.

GOBIERNO MUNDIAL

¿Existe un plan de gobierno mundial? ¿La masonería es activa en este tema?
Los planes de gobierno mundial, en los que la masonería tiene un papel importante, vienen desde finales de la Primera Guerra Mundial o quizás de poco antes.
¿Cuál es el papel del sionismo internacional en ese plan?
En esos planes se integran una cantidad enorme de lo que se puede llamar mesas de consenso, el sionismo puede influir en alguna ellas.
Precisamente, yo me fijaría en las redes de organizaciones no-gubernamentales que marcan la agenda de la ONU, y por ejemplo, en el Club de Madrid, el Club de Budapest, el grupo The Elders, las mesas de consenso relacionadas con la Carta de la Tierra, el grupo Bilderberger, la organización multirreligiosa Religiones para la Paz, y la United Relgions Iniciative, el Foro sobre el Estado del Mundo, la Comisión de Gobernabilidad Global, y por supuesto, el Consejo de Relaciones Exteriores, la Unión Internacional de Parlamentarios, y podríamos seguir.
En todas tiene un papel importante la masonería, alguna de estas organizaciones son más dialogantes que otras, pero todas tienen la misma finalidad: concentrar el poder en pocas manos aboliendo las soberanías nacionales e instrumentalizar las religiones, es decir, ponerlas al servicio de sus propios dictados.
¿Cree que hay ingenuidad o “candidez” entre los católicos sobre lo que representa la ONU?
Se lo respondo citando a Mons. Luigi Negri, Arzobispo de Ferrara: Amplísimos sectores católicos están minados por “demasiado irenismo que los atraviesa desde hace décadas, por el cual la preocupación fundamental no es nuestra identidad sino el diálogo a toda costa, estar de acuerdo con las posiciones más distantes.
Este respeto de la diversidad de las posiciones culturales y religiosas, sostenido por la idea de una sustancial equivalencia entre las diversas posiciones y religiones, es el que hace perder al catolicismo su absoluta especificidad. Un irenismo, un aperturismo, una voluntad de diálogo a toda costa, que es recompensada de la única manera en que el poder humano recompensa siempre estas desordenadas actitudes de compromiso: el desprecio y la violencia”.
Por eso, el peligro está en la situación interna de la Iglesia y no fuera. Hace mucho tiempo, le oí decir a San Josemaría Escrivá, “si el mundo está en tinieblas es porque la Iglesia ha dejado de ser luz”.
Hay una exagerada búsqueda de “signos de los tiempos”, generalmente contrarios a la doctrina católica. En lugar de procurar la conversión de las personas, de uno en uno, pretenden que la doctrina se adapte a esas situaciones, a veces lamentables, como el caso de los divorciados vueltos a casar. No digamos nada de los homosexuales, que parecerían intocables.
De modo acrítico se acepta cualquier cuestión como verdadera: las supuestas cifras catastrofistas de los ecologistas; las falsedades sobre el número de muertes por aborto; o sobre el contagio de SIDA. Lo que lleva, también acríticamente, a hacer causa común detrás de metas inicuas como son los Objetivos del Milenio para el Desarrollo y la futura agenda para el desarrollo sustentable o sostenible.
Esa estrategia mundialista, ¿tiene aliados dentro de la Iglesia Católica?
Sí, de una u otra manera. Hay en la Iglesia infiltrados y hay “tontos útiles”.
 Hay cierta preocupación entre algunos cardenales por la exposición que Walter Kasper hizo en el consistorio de febrero. ¿Cree que la Iglesia acabará dando la comunión a los divorciados vueltos a casar por lo civil?
No creo que la Iglesia llegue a autorizar la comunión a los divorciados vueltos a casar civilmente. Si lo hace, dejaría de ser la Iglesia de Jesucristo.
El Catecismo de la Iglesia Católica es muy claro: “Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales. La reconciliación mediante el sacramento de la penitencia no puede ser concedida más que aquellos que se arrepientan de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo y que se comprometan a vivir en total continencia”, (n. 1650)

LOBBY HOMOSEXUAL

Decía usted que el lobby gay trata de incluir en España sus postulados en la asignatura de religión… ¿Cree usted que hay una importante presencia del lobby gay en la Iglesia en España? ¿Y en la Santa Sede?
Al lobby gay lo hemos dejado crecer, en gran parte, nosotros. Me remito a la respuesta que di a la pregunta sobre la ingenuidad de los católicos. Es inaudito que hoy, en muchos ambientes, no se pueda decir que la homosexualidad es una tendencia “objetivamente desordenada”, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el n°2358. Y prácticamente se ocultan los documentos de la Iglesia que comienzan con la Declaración Persona Humana de 1975, bajo el pontificado de Pablo VI, en adelante.
A la vez, se relajó la disciplina eclesiástica. Ciertas jerarquías católicas dejaron que personas con esa tendencia se ordenaran sacerdotes o accedieran a cargos de cierta responsabilidad en la estructura eclesial, en la catequesis, en los colegios católicos, etc. Y así, se fue extendiendo una especie de mala tolerancia, de falsa caridad, que nos ha llevado a la situación actual.
Por supuesto, que además existe la presión exterior a la Iglesia para aceptar ese tipo de comportamientos. El cardenal Ratzinger lo advertía en 1995, diciendo que había grupos de presión que pretendían cambiar la opinión pública para que la homosexualidad fuera considerada una forma normal de sexualidad y, a la vez, exigían que la Iglesia revirtiera su juicio sobre ella. Esos grupos, decía el cardenal, acusan de discriminación a todos los que no estuvieran de acuerdo con ellos.
En España pedían prisión para el Cardenal Sebastián por recordar que la homosexualidad es una enfermedad. ¿Hay esperanza? ¿Qué nos depara el futuro a los católicos?
Personalmente aconsejo leer, meditándolo con frecuencia en número 675 del Catecismo de la Iglesia Católica, en el que se habla de la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo. “Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el ‘misterio de iniquidad’ bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad”. No digo que estemos en vísperas de la segunda venida de Cristo, pero este texto ayuda a ubicarse; ayuda a pensar que no estamos destinados para lo que los hombres llaman éxito o para ser aclamados por las multitudes.
Nuestro triunfo es otro, es unirnos a la Cruz de Cristo, configurarnos con El, y después de la muerte, llegar al Cielo. Nuestra esperanza está en la Cruz y la Resurrección.
JCS con JPII 2001
*Juan Claudio Sanahuja nació en Buenos Aires en 1947. Estudió Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Cursó estudios de Teología en Roma, y obtuvo el grado de Doctor en Teología en la Universidad de Navarra en 1973. Fue ordenado sacerdote en 1972 y pertenece al clero de la Prelatura del Opus Dei. Es profesor del Studium Generale de la Prelatura del Opus Dei en Argentina.
En enero de 2011, Benedicto XVI le otorgó el título de Capellán de Su Santidad, por su trabajo en favor de la vida y la familia, al que se dedica desde hace más de treinta años.
Es autor de El Gran Desafío: la Cultura de la Vida contra la Cultura de la Muerte, El Desarrollo Sustentable. La nueva ética internacional y Poder Global y religión universal, y de otros cinco libros en colaboración con varios autores.
Desde 1998 edita por correo electrónico el boletín Noticias Globales, que provee material de investigación sobre políticas relacionadas con la vida humana y la familia, y desde 2001 comenzó por el mismo medio, el servicio Notivida, dedicado a los mismos temas, pero enfocado a Argentina.
Miembro correspondiente de la Pontificia Academia Pro-Vita (1998-2011). Es Asesor Eclesiástico de la Fundación Nueva Cristiandad y Vice-asesor del Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires. Ha colaborado en distintos emprendimientos del Pontificio Consejo para la Familia.

Marcando el Norte: Hay que crear un hombre nuevo

150 futuros exorcistas en Roma

Cómo reconocer al demonio

150 futuros exorcistas en Roma, porque «el demonio no es un mito», según el Papa Francisco

Aprender a distinguir y tratar los casos de posesión demoniaca de los casos de enfermedad psíquica es el objetivo del curso ‘Exorcismo y oración de liberación’ celebrado del 13 al 18 de abril en Roma y organizado por la Universidad Europea, promovido por el Instituto de Sacerdos y apoyado por la Congregación para el clero del Vaticano.
20/04/15 3:40 AM | Imprimir | Enviar
(Aleteia) «Sin embargo a esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios!» dijo el Papa Francisco en una homilía de Santa Marta (RV-30/10/2014).

La posesión, manifestación del mal absoluto

Justamente, siguiendo la advertencia del Papa, se ha creado un itinerario de formación de seis días para ilustrar a los sacerdotes, laicos, médicos, psicólogos, enseñantes y operadores pastorales sobre los instrumentos para realizar un exorcismo, además de «evitar los peligros del ocultismo y del satanismo entre los jóvenes» aseguran los organizadores.
De hecho, el mal «se hace particularmente visible, y por tanto, identificable gracias al ministerio del sacerdote exorcista cuando, especialmente en el caso de la posesión el demonio presentándose, muestra la propia deliberada e implacable voluntad de asesinar y de poseer, de engañar, de usurpar, de humillar y de ofender», sostuvo el cardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor, en el mensaje enviado a los más de 150 participantes al curso internacional reunidos en Roma.
El diablo conduce una guerra contra la Iglesia desde hace dos mil años, indicó monseñor Piacenza, con los artificios de siempre, «como callar sobre las exigencias de la verdad, de la justicia y de la infinita misericordia de Dios». Además de «la reivindicación de derechos inexistentes», «atacar con la mentira para debilitar el anuncio luminoso de la verdad de la creación y de la salvación», agregó.

El bien que se prepara para vencer el mal

El curso se abrió el pasado lunes con las palabras del rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, padre Jesús Villagrasa que confirmó la cita como una respuesta «teórica y práctica a la invitación del Pontífice a vigilar y al mismo tiempo a mantener la confianza en el bien que vence el mal».
La presentación del programa fue explicada por el padre Pedro Barrajón, mexicano, director del Instituto Sacerdos, que ha enfatizó que el «exorcismo y la oración de liberación representan un acto de misericordia del Señor hacía el hombre», constatando, además, la coincidencia de la apertura del curso con la llamada a la misericordia del Jubileo Extraordinario instado por Papa Francisco.
Después de la introducción del cardenal Mauro Piacenza y la lección magistral del arzobispo italiano de Ferrara-Comacchio, monseñor Luigi Neri sostuvo que el «mal no es un problema metafísico, sino un desafío a la inteligencia, a la sensibilidad, a la capacidad de construir y de amar al hombre».

La complicidad del hombre ante el mal

Por ende, «el mal existe y el hombre tiene una lamentable complicidad porque lo persigue como si fuera el camino del bien». «El demonio en su presencia articulada puede intervenir en la vida de los hombres y hace de todo para que la fe disminuya, desaparezca» dijo el arzobispo Neri.
De esta manera, la Iglesia ante la marcha insistente del mal responde «expresando el poder de Cristo sobre el mal, es decir con la caridad, que significa anunciar Cristo como único salvador del hombre, acoger y jamás marginar a los demás hace parte de la misión».

Los sacerdotes exorcistas expresan el amor de Cristo

Por ello, Neri se refirió a la atención especial a los «hermanos poseídos que necesitan de la caridad de la Iglesia porque llevan consigo el sufrimiento de esta nueva lepra y que traen beneficio del exorcismo». Así, los sacerdotes que los practican son «defensores del amor de Dios para los hombres hoy».
Los organizadores del curso también alertaron sobre otras formas de religiosidad o sustitutos de la fe con alternativas como el vampirismo, al ocultismo, el esoterismo, la ufología, la magia, entre otras. La alarma está dirigida a los jóvenes y el impacto que pueden tener en sus vidas debido a la dominación de las conciencias y la libertad, negando Cristo.
Es probable que las advertencias del Papa sobre las insidias del diablo estén teniendo un efecto en las Iglesias locales. Lo cierto es que, el curso se encuentra en la décima edición y ha tenido un éxito internacional demostrado además por el número de inscritos y las solicitudes de admisión, según informó la Universidad Europea a Aleteia.
Entretanto, este sábado al final del curso se realizará una mesa redonda dirigida por exorcistas expertos para profundizar sobre aspectos teológicos sobre la acción de ángeles y demonios, el rito de la liturgia de la práctica del exorcismo y el diálogo indispensable con la psicología, la jurisdicción y la medicina.

(317) La Eucaristía y la comunión en el año 155

(317) La Eucaristía y la comunión en el año 155

Sta. Constanza, Roma 350
San Justino (100?-168?), nació en Samaría, de familia pagana de habla griega. Filósofo, pasa del platonismo a la fe cristiana, hace escuela en Roma, y muere mártir. A él le debemos la descripción más valiosa de la Eucaristía antigua, escrita en su I Apología en defensa de los cristianos (66-67), dirigida en 155 al emperador Antonino Pío (138-161).
A nadie es lícito participar de la Eucaristía si no cree que son verdad las cosas que enseñamos, y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó.
[Es decir, para participar en la Misa, y «a fortiori» para comulgar, la Iglesia antigua exige 1) fe ortodoxa, no estar en la herejía, 2) bautismo sacramental, haberse incorporado a Cristo y a la Iglesia, y 3) vida ortopráctica, no vivir en el pecado, como, por ejemplo, los adúlteros, que no «viven como Cristo nos enseñó»].
Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria sino que, así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne por la Palabra de Dios y tuvo carne y sangre a causa de nuestra salvación [encarnación], de la misma manera hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias que contiene las palabras de Jesús, y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente [trans-substanciación] la carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó.
Los apóstoles, en efecto, en sus tratados, llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias, dijo: Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo; y luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias, y dijo: Esta es mi sangre, dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos recordándonos siempre unos a otros estas cosas; y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de los que no los tienen, y permanecemos unidos. Y siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.
El día llamado del sol [sun-day] se reúnen todos en un lugar, lo mismo los que habitan en la ciudad que los que viven en el campo, y, según conviene, se leen los tratados de los apóstoles y los escritos de los profetas, según el tiempo lo permita [liturgia de la Palabra].
Luego, cuando el lector termina, el que preside se encarga de amonestar, con palabras de exhortación, a la imitación de cosas tan admirables [homilía].  
Después nos levantamos todos a la vez y recitamos preces [oración de los fieles]; y a continuación, como ya dijimos, una vez que concluyen las plegarias, se trae pan, vino y agua: y el que preside pronuncia con todas sus fuerzas preces y acciones de gracias [liturgia sacrificial: plegaria eucarística y consagración], y el pueblo responde «Amén». Tras de lo cual se distribuyen los dones sobre los que se ha pronunciado la acción de gracias, comulgan todos [comunión eucarística], y los diáconos se encargan de llevárselo a los ausentes.
Los que poseen bienes de fortuna y quieren, cada uno da, a su arbitrio [colecta de limosnas], lo que bien le parece, y lo que se recoge se deposita ante el que preside, que es quien se ocupa de repartirlo entre los huérfanos y las viudas, los que por enfermedad u otra causa cualquiera pasan necesidad, así como a los presos y a los que se hallan de paso como huéspedes; en una palabra, él es quien se encarga de todos los necesitados.
Y nos reunimos todos el día del sol [Misa dominical, norma apostólica primordial], primero porque este día, es el primero de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia; y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos. Le crucificaron, en efecto, la víspera del día de Saturno [satur-day], y al día siguiente del de Saturno, o sea el día del sol, se dejó ver de sus apóstoles y discípulos y les enseñó todo lo que hemos expuesto a vuestra consideración.

 
 

Reafirma la fe católica sobre Matrimonio y Eucaristía

Reafirma la fe católica sobre Matrimonio y Eucaristía

Card. Brandmüller: «Quienes quieren cambiar la enseñanza de la Iglesia son herejes incluso si llevan la púrpura romana»

El cardenal Walter Brandmüller ha sido una de las principales voces críticas de propuestas surgidas en el Sínodo extraordinario sobre la Familia del año pasado que amenazan con subvertir la doctrina católica sobre los sacramentos y la moral. Fue uno de los cinco cardenales que escribieron el libro «Permaneciendo en la verdad de Cristo: Matrimonio y comunión en la Iglesia Católica», centrado en rebatir la propuesta del cardenal Walter Kasper de abrir la comunión a quienes viven en adulterio.
16/04/15 8:35 AM | Imprimir | Enviar
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Sínodo familia
(LSN/InfoCatólica) El Dr. Maike Hickson, colaborador de LifeSiteNews ha entrevistado al cardenal Brandmüller:

¿Podría presentar una vez más a nuestros lectores claramente la enseñanza de la Iglesia Católica, lo que se ha enseñado constantemente a lo largo de los siglos sobre el matrimonio y su indisolubilidad?

La respuesta se puede encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica números 1638 a 1642.

¿Puede la Iglesia admitir a la Sagrada Comunión a parejas vueltas a casar, a pesar de que su segundo matrimonio no es válido?

Sería posible hacerlo si las parejas interesadas tomaran la decisión de vivir en adelante como hermano y hermana. Esta solución vale la pena considerarla especialmente cuando el cuidado de los hijos no les permite separarse. La decisión de tomar este camino sería una expresión convincente del arrepentimiento por la situación anterior y prolongada de adulterio.

¿Puede la Iglesia tratar el tema del matrimonio de una manera pastoral que se aparte de la enseñanza constante de la Iglesia? ¿Puede la Iglesia cambiar su propia enseñanza, sin caer ella misma en herejía?

Es evidente que la práctica pastoral de la Iglesia no puede permanecer en oposición a la doctrina vinculante ni simplemente ignorarla. Con una comparación: Un arquitecto quizás pueda construir un puente más hermoso que los anteriores, pero si no presta atención a las normas de la ingeniería estructural, corre el riesgo de que su construcción se derrumbe. De igual modo, cada práctica pastoral tiene que seguir la Palabra de Dios si no quiere fracasar. Es impensable un cambio de la doctrina, del dogma. Quien, pese a todo, lo hace, conscientemente, o lo exige insistentemente, es un hereje, incluso si lleva la púrpura romana.

¿No es también toda la discusión sobre la admisión a la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar una expresión del hecho de que muchos católicos no creen en la presencia real sino que más bien creen que lo que reciben en la Comunión no es más que un pedazo de pan?

De hecho, existe una contradicción interna indisoluble en alguien que quiere recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo y unirse con Él, y al mismo tiempo ignora conscientemente sus mandamientos. ¿En qué consiste? San Pablo dice sobre este asunto: «el que lo come y bebe indignamente, se come y bebe su propia condenación». Pero ¡tiene Vd. razón! No todos los católicos creen en la presencia real de Cristo en la hostia consagrada. Uno puede ver este hecho ya en la forma en que muchos –incluso sacerdotes– pasan ante el Sagrario sin hacer la genuflexión.

¿Por qué existe en la actualidad un ataque tan fuerte de este tipo sobre la indisolubilidad del matrimonio dentro de la Iglesia? Una posible respuesta podría ser que el espíritu de relativismo ha entrado en la Iglesia, pero debe haber más razones. ¿Podría enumerar algunas? ¿Y no son todas estas razones una señal de crisis de la fe dentro de la Iglesia misma?

Por supuesto, si ciertas normas morales que han sido válidas en general, siempre y en todas partes, dejan de ser aceptadas, entonces todo el mundo se hace su propia ley moral. Esto tiene como consecuencia que se hace lo que a cada uno le plazca. Se puede añadir el enfoque individualista de la vida, que la considera unicamente como una oportunidad para la auto-realización, y no como una misión del Creador. Es evidente que este tipo de actitudes son la expresión de una pérdida muy arraigada de la fe.

En este contexto, se puede afirmar que se ha enseñado poco en las últimas décadas la doctrina sobre la naturaleza humana caída. La impresión dominante era que el hombre, en general, es bueno. En mi opinión, esto ha llevado a una actitud laxa hacia el pecado. Ahora que vemos el resultado de una actitud tan laxa –una explosión de conductas inhumanas en todas las áreas posibles de la vida humana– ¿no es razón para que la Iglesia vea que esta enseñanza ha sido confirmada y que por lo tanto, debe proclamarla de nuevo?

Es cierto lo que dice. El tema pecado original, con sus consecuencias, la necesidad de la redención a través del sufrimiento, muerte y resurrección de Cristo ha sido suprimido y olvidado en gran medida durante un largo periodo de tiempo. Sin embargo, no se puede entender la historia del mundo –y la propia vida– sin estas verdades. Es inevitable que hacer caso omiso de las verdades esenciales conduce a desórdenes morales. Tiene usted razón: verdaderamente se debe volver a predicar sobre este tema, y ​​con claridad.

El elevado número de abortos, especialmente en Occidente, ha hecho mucho daño, no sólo a los bebés muertos, sino también a las mujeres (y hombres) que decidieron matar a sus hijos. ¿No deberían los prelados de la Iglesia tomar una postura firme sobre esta terrible verdad y tratar de sacudir las conciencias de aquellos hombres y mujeres, también por el bien de su salvación? ¿Y no debería la Iglesia defender con insistencia a los pequeños que no pueden defenderse porque no se les permite vivir? «Dejad que los pequeños vengan a mí...»

Se puede decir que la Iglesia, sobre todo con los últimos papas, también con el Papa Francisco, no deja lugar a dudas sobre el carácter abominable de la matanza en el vientre materno de los niños por nacer. Esto se aplica sin duda también a todos los obispos. Sin embargo, otra pregunta es, si y en qué forma, la enseñanza de la Iglesia ha sido predicada y presentada en el ámbito público. Ahí es donde la jerarquía sin duda podría hacer más. No hay más que pensar en la participación de los cardenales y obispos en las marchas pro-vida.

¿Qué medidas recomendaría usted en la Iglesia para fortalecer la llamada a la santidad y para mostrar el camino para alcanzarla?

Ciertamente hay que dar testimonio de la fe de la manera apropiada para cada situación específica. En qué forma se puede hacer esto, depende de las circunstancias propias. Se abre todo un campo para la imaginación creativa.

¿Qué diría sobre las recientes declaraciones del obispo Franz-Josef Bode de que la Iglesia Católica tiene que adaptarse cada vez más a las «realidades de la vida» de la gente de hoy en día y ajustar en consecuencia su enseñanza moral? Estoy seguro de que usted, como historiador de la Iglesia, tiene ante sus ojos otros ejemplos de la historia de la Iglesia, en la que fue presionada desde fuera para cambiar la enseñanza de Cristo. ¿Podría enumerar algunos, y cómo la Iglesia respondió  en el pasado a este tipo de retos?

Está claro y no es una novedad que la proclamación de la doctrina de la Iglesia ha de adaptarse a las situaciones concretas de la vida de la sociedad y del individuo, para que el mensaje sea escuchado. Pero esto sólo se aplica a la forma de la proclamación, y de ninguna manera a su contenido inviolable. No es aceptable la adaptación de la enseñanza moral. «No os conforméis con el mundo», dijo el apóstol san Pablo. Si el obispo Bode enseña algo diferente, se encuentra en contradicción con la doctrina de la Iglesia. ¿Es consciente de eso?

¿Es aceptable que a la Iglesia católica en Alemania se le permitiera seguir su propio camino en la cuestión de la admisión de las parejas vueltas a casar a la Santa Eucaristía y con ello decidir de manera independiente de Roma, como el cardenal Reinhard Marx declaró después de la reciente reunión de la Conferencia Episcopal Alemana?

Las bien conocidas declaraciones del cardenal Marx están en contradicción con el dogma de la Iglesia. Son irresponsables desde el punto de vista pastoral, porque exponen a los fieles a la confusión y la duda. Si él piensa que puede tomar a nivel nacional un camino independiente, pone en riesgo la unidad de la Iglesia. Sigue manteniéndose firme que el magisterio claramente definido es vinculante para la enseñanza y la práctica en toda la Iglesia.