viernes, 2 de diciembre de 2011

Los Nephilim I

La Sagrada Escritura está plagada de textos que son un misterio porque van más allá de la capacidad humana de entendimiento; es que la Biblia no es un libro de historia ni de biología ni de ciencia, es un libro teológico que como tal se estudia y explica, pero como dos mil años de Iglesia no han sido suficientes para comprender todo lo que de la Revelación allí está escrito, aun hay textos con elementos que permanecen pendientes por descubrir. Si no fuese así, el trabajo teológico y escriturístico ya habría cesado y la investigación ya se habría acabado… pero debe continuar, pues como bien indica el Salmo  89: “Mil años en tu presencia son un ayer que pasó, una vigilia nocturna”.

Los Nephilim II

En remotos tiempos pasados hubo gigantes en la tierra, así lo afirma la Sagrada Escritura y lo confirma en los libros del Génesis, de los Números, de Baruc y de Samuel. No hay motivo para dudar de la existencia de estos personajes a los que la Biblia se refiere, en algunos textos, como Nephilim; pero una equivocada, y a veces irresponsable interpretación de la Escritura ha provocado afirmaciones que no corresponden a la verdad y que han originado diversas fantasías en las que se afirma que los nephilim resultaron de relaciones sexuales entre demonios y mujeres, o que Dios envió el Diluvio para acabar con ellos, pero no es así.

Dios no envió el Diluvio para exterminar a los nephilim; el libro de Baruc lo deja claro cuando enseña que “Allí nacieron los famosos gigantes de antaño, de gran estatura y diestros en la guerra. Pero no los eligió Dios ni les enseñó el camino de la ciencia; y perecieron por no tener prudencia, por su locura perecieron” (Ba 3, 26-28). Es decir que los nephilim no fueron eliminados por Dios sino que desaparecieron por sí mismos, a consecuencia de sus propias imprudencias.