domingo, 18 de diciembre de 2011

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS


Al Viernes Santo siguió el alba gloriosa del Domingo de
Resurrección... Si no He decidido destruir al mundo, quiere decir que
deseo renovarlo y rejuvenecerlo. Los árboles viejos necesitan ser
deshojados y podados para que echen nuevos brotes. Y las ramas viejas,
las hojas secas, se queman.
Separar a los cabritos de los corderos para que estos puedan encontrar, a
punto y bien preparados, fértiles pastos dónde poder apacentarse a su
gusto y beber de las límpidas fuentes del agua de salvación... Es Mi
Sangre redentora, que riega las áridas tierras que han quedado desiertas del
mundo de las almas; y correrá siempre sobre la tierra esta Sangre, mientras
haya un hombre que salvar.
Amada esposa, quiero lo que tú no quieres, pero puedo lo que tú no
podrías conseguir. Tu misión es hacerme amar por las almas, enseñarles a
vivir Conmigo. Yo no He muerto en la Cruz entre mil tormentos para
poblar de almas el infierno, sino de elegidos el Paraíso.






Del libro La Pasión, Catalina Rivas, Cochabamba 1997

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