sábado, 4 de diciembre de 2010

CAÍN Y ABEL

16.08.87

-¡Mi Dios, yo Te amo! -Vassula, eres grata a Mis Ojos, escucha y escribe. El Abel de hoy vivirá. Solamente confía en tu Dios, Abel vivirá, Abel vivirá esta vez. Bienamada, el mundo en su debilidad está lleno de Caínes. ¿Iba Yo a tolerar para siempre el ver a Mis Abeles condenados y muertos por los Caínes? ¿Cuántos más deberían todavía perecer bajo Mis Ojos? No, Vassula, Yo tengo Mis Llagas de nuevo abiertas; esta generación es una raza de Caínes. Bienamada, cada vez que surgió un Abel, un Caín repetía su crimen sin la menor vacilación, ¿lo ves pequeña?
(Dios parecía triste al decirme esto y yo me puse triste también.)

-¿Por qué pasa esto? -Es porque los Abeles son Mi Semilla. Vienen de Mí. -¿Y los Caínes? -¿Los Caínes? Ellos pertenecen al mundo, vienen de los hombres. Esta vez Yo Me voy a interponer entre Caín y Mi Abel. Extirparé todo lo que viene de Caín, arrojaré lejos de las manos de Caín sus armas, dejándole desnudo. Tendrá que enfrentarse a Abel desarmado. Vassula, te voy a explicar todo esto. Mira hacia Mí y al hacerlo observa Mis Labios y comprenderás. ¿Quieres todavía trabajar por Mí? -Sí, Dios mío, si Tú me lo permites. ¿Jesús? -Yo soy Jesucristo, Hijo predilecto de Dios y Salvador. 
-¿Nosotros? 
-Sí, Señor.
(¡Me siento feliz y Él sonríe!)

-Ven, pues, vamos a trabajar juntos. 

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