COLOQUIO DE AMOR DIVINO ENTRE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Y SU HIJA AMADA LUZ DE MARÍA
21 DE OCTUBRE DEL 2011
Hermanos
(as), en la Unidad de la Santísima Trinidad:
He
recibido esta Palabra Divina, y no siento que me la
deba dejar para mí, mientras el mundo se ahoga en su
propia despreocupación.
Como bien
lo reitera Nuestro Señor Jesucristo, no es el causar
temor lo que nos mueve para atraer almas, ni lo que
nos mueve a compartir esta Palabra, sino el que
todos conozcamos ese Amor que guarda
la Trinidad
Sacrosanta para con nosotros, la humanidad.
Si cada
uno clamara al Cielo por ayuda, y no negara lo que
no deberíamos negar, si cada uno se arrepintiera en
lugar de aprovecharse de la Misericordia Divina para
pecar, si cada uno en lugar de pretender limitarle
al Cielo el poder sobre todo lo creado, lo
reconociera, si el hombre no continuara sumido en la
degeneración… ¡Qué diferente sería nuestro futuro!
Si no nos
masacráramos unos a otros, no sólo físicamente sino
en el espíritu, con luchas vanas que no conducen a
nada, sino solo a la desunión de los hijos de Dios.
Si dejáramos de sentirnos dueños de los grupos
evangelizadores, dueños del Pueblo de Dios y si
dejáramos de dividirnos… ¡Qué diferentes seríamos!
Un Jesús
amante de Su Pueblo,
que mira la terquedad humana, que mira que Su Pueblo
no despierta. Un Dios que ve que Su Pueblo le
humilla, que le ultraja, que le profana….
Siento que
éste es de los pocos llamados urgentísimos para que
el hombre no continúe, olvidando que Dios es Dios y
nosotros Sus criaturas.
Un llamado
a la Iglesia para que los Pastores cuiden de su
rebaño, y le hablen del pecado que sobreabunda, y de
las múltiples máscaras con que éste es disfrazado
por las grandes transnacionales y los mismos
gobiernos.
El Señor
pide un instante de valentía a Su Iglesia, y que se
llame al pecado, pecado y no de otra forma.
El Señor
pide a los padres y madres de familia un instante de
valentía para iluminar a nuestros hijos, para que no
se pierdan. Un instante de lucidez al ser humano
para que haga un alto en el camino. Y a quien no le
parezca la Palabra del Señor, que recapacite y rece,
que se salga de su propia miseria, e inicie un
cambio radical, recordando, que no existe pecador
arrepentido al que Jesús no le abra Su Corazón.
En esto
radica el gran MISTERIO DEL AMOR INFINITO DE DIOS, y
por eso el hombre no lo comprende.
Mi amado
Jesús amablemente me ha compartido Sus Divinos
sentimientos y me ha dicho:
Los medios que di al hombre para su supervivencia
los ha usado mal convirtiéndolos en un medio de
autodestrucción, no sólo físico, sino moral y por
ende espiritual.
La nube
de la violencia se esparce por todas las Naciones. Y
éstas a su vez, rechazan la obediencia y la pureza,
acarreando el dolor a cada Región, a través de
medios naturales. El agua mantiene un gran
significado en la historia de la humanidad. El agua
purifica, y en este instante purifica también a la
humanidad, para que una vez lavado lo más posible el
pecado de la Tierra y llevándolo a sus entrañas, se
puedan gestar los hechos decisivos a los que Me voy
a referir:
La humanidad espera un ser que diga: “yo soy el
anticristo” y que se proclame a sí mismo como el
anticristo. Esperan a que aparezca haciendo
prodigios. Pero los prodigios ya los está ejecutando
poco a poco mediante todas las metodologías
modernas, como la tecnología, la ciencia mal
empleada, la energía nuclear, los proyectos para
destruir el planeta y la alteración de la biología
humana. Ha utilizado a los gobiernos poderosos
para crear sus redes y estrategias para manipular a
las masas, acercándolas cada vez más a la
guerra. Su más grande aparición ha sido llevar a
cabo su plan de anularme de todo lugar y cerrar Mis
Templos. La siguiente estrategia, será cerrar Mis
Santuarios y lugares de aparición de Mi Madre
Santísima.
La humanidad ha sucumbido en la negación espiritual,
en la negación de Mi Entrega y de Mi Cruz. Los
vicios de esta generación no se combaten con armas
físicas. Éstos deben ser combatidos con la oración,
la penitencia, el ayuno, el ofrecimiento, los
Sacramentos y el Santo Rosario. En este instante
la batalla es espiritual, no de armas.
El mundo vivirá de angustia en angustia, el calor
será llevado a donde hacía frío y el frío a donde
hace calor. Los animales, al cambiar sus costumbres
y morir de improviso, pondrán a pensar al hombre,
pero los hombres se quedarán sin mirar la realidad.
Gran parte de la humanidad seguirá de cerca los
acontecimientos que suscitará el mal. En el furor
del momento se verán envueltos en las seducciones, y
como autómatas seguirán a las masas, incorporando a
su vida el sello del maligno, en una humanidad
irreconocible, desgastada y envejecida.
El viento contaminado llevará muerte. Mis hijos
padecerán carestía, la que no sería tan funesta si
existiera más fe y se abrieran al auxilio de Mi
Casa.
Mi Madre peregrina sin descanso, y Sus llamados no
son escuchados, sino burlados y perseguidos. El
anuncio del Aviso causa risa a algunas criaturas
humanas, pero esto, hijos, es una verdad, como
verdad es la Palabra de Mi Madre que proclama los
decretos Trinitarios. Cuando esto suceda, aquellos
que se burlaron de este Decreto Divino, sentirán
consumirse en su propio pecado. Les hemos llamado a
concientizar en la seriedad del instante en que se
mueven. Pero como aquellos que se burlaron de Noé,
así gemirán.
El Aviso, cósmico y espiritual, no se hace esperar,
y se dará a cumplimiento. Invito a Mis fieles
Sacerdotes a llamar a sus ovejas a recapacitar y a
reconocer y evitar con cuidado el pecado que hunde,
esclaviza y lleva a la muerte eterna.
¡Cuántos darán explicaciones muy científicas, una
vez pasado el Aviso… y continuarán en el mal!
Será necesario, entonces,
un nuevo escarmiento para que el hombre no se pierda
más.
La fe de Mis hijos será probada y Mis Legiones
Angélicas acudirán presurosas a rescatarles. No les
dejaré, no les dejaré solos, Me mantendré junto a
los Míos.
Todo instante se ha acortado, preparando Mi Segunda
Venida. Vendré con gloria y majestad, con todo Mi
Poder, con Mis Legiones… Los Cielos se estremecerán,
la tierra se moverá, las aguas se agitarán,
anunciando Mi Venida a toda la Creación, a toda la
Humanidad.
Todo lo que existe en los Cielos, en la tierra y
debajo de la tierra, en el mar y debajo del mar, los
astros y todo lo visible e invisible: SABRÁ QUE
EL REY VIENE.
Les llamo a proclamar Mi Nombre, a amar a Mi Madre,
a ser bendición en la tierra para sus hermanos y
para todo lo creado.
La humanidad no persevera en la fe ni en el amor al
prójimo y causa gran dolor a Mi Corazón y al de Mi
Madre.
Mi Resto Santo será victorioso conducido por Mi
Madre. Mi Iglesia triunfará y purificada desde
arriba hacia abajo y desde abajo hacia arriba;
será renovada. El mal no prevalecerá ante Mi
Iglesia. El justo vivirá para siempre, vendrá a Mi
Mesa a cenar Conmigo.
Tu, hija, repara, repara y únete a Mí en Mí Pasión
para que unidos, seamos un solo eco de Amor por toda
la humanidad. Ven a Mi Cruz y en Ella reparemos por
los pecados de todos los hombres.
BENDITO
SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR QUE HIZO EL CIELO Y LA
TIERRA
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