Es importante darnos cuenta de lo poco que somos humanamente y de lo
frágil que es la vida para que no seamos soberbios y podamos vivir
humildemente agradecidos a Dios por cada momento de nuestra existencia,
sin tratar de acumular tesoros en este mundo.
Un día un turista fue a visitar a un maestro espiritual y quedó
estupefacto al ver que su casa sólo tenía una estancia llena de libros
con una mesita y un banco, que eran sus únicos muebles. Y le preguntó:
- Maestro, ¿dónde tienes tus muebles?
- Y los tuyos, ¿dónde están?, replicó el maestro.
- ¿Los míos? Yo sólo estoy de paso.
- Yo también, respondió el maestro.
Por eso, no hay que pensar tanto en tener y tener cosas materiales.
No hay que alardear de lo que somos o tenemos. Hay que vivir para la
eternidad y ser humildes.
Ser ignorante no es pecado, pero se puede volver, pues si uno puede salir de ello en lo que concierne al bien eterno y no lo hace, la persona puede morir eternamente. Pues hoy dia la gente se preocupa por no ser ignorante al mundo pero si a las cosas de Dios, y esta ignorancia no la va a justificar Dios el día de su juicio, por eso los Apóstoles decían que era mejor hacerse necios ante las cosas del mundo que pasan, para ser agradable a Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario