miércoles, 1 de febrero de 2012

MARIA DE LA DIVINA MISERICORDIA


Un llamado al clero: Preparen Mi rebaño para Mi tan esperada Segunda Venida a la Tierra

Viernes, 27 de enero del 2012, a las 23:15 hrs.

Yo soy tu amado Jesús, Hijo del Dios Altísimo y nacido de la Inmaculada Virgen María.

Mi muy querida y amada hija, nunca olvides que cuando tu trabajas para Mí, serás perseguida, porque a la Humanidad no le gustará oír la verdad, como Yo la revelo a ti en estos, los tiempos del fin.

Mi Santa Palabra ha sido anulada por tanto tiempo, pero este no será más el caso. Mi voz será oída por todo el mundo. Mi amor será revelado en toda Mi Gloria y el hombre será capaz, finalmente, de liberarse de los grilletes del mal, puestos alrededor de sus tobillos, por Satán.

A como la verdad penetre las almas de Mis hijos y les traiga la libertad que han estado esperando, por tantísimo tiempo, esto, desafortunadamente, causará división.

Mis amados siervos sagrados, sacerdotes y clero religioso, dentro de la Santa Iglesia Católica, sepan que Yo les amo a todos ustedes.

Muchos de ustedes han renunciado a sus vidas por Mí, con generosidad de corazón. Ustedes necesitarán apoyarse en Mí ahora.

Deben rezar pidiendo dirección para permanecer fuertes en su fe y por discernimiento, en todo momento.

Nunca aparten sus ojos de Mí ni por un momento.

Necesito que ustedes preparen Mi rebaño, con el fin de darme la bienvenida, durante la tan esperada Segunda Venida a la Tierra.

Necesitarán perseverar y no permitir que su amor por Mí sea disuadido, no importa bajo cuánta presión sean puestos.

Ustedes son Mis verdaderos discípulos y Yo debo urgirles a que tomen sus armas para salvar Mi Iglesia. Esta misma Iglesia fundada sobre la roca de Mi amado discípulo Pedro, nunca fallará.

El enemigo puede creer que esta puede ser destruida, pero eso sería una tonta suposición. Nadie podrá o puede, destruir Mi Iglesia. De estas cenizas esta surgirá para proclamar Mi Gloria, mientras regrese a salvar Mi Reino en la Tierra.

Ustedes nunca deben abandonarse de Mí, su amado Salvador, nunca.

Porque sin Mí no hay Luz, sin Luz no hay futuro.

Hija Mía, le doy al mundo esta Cruzada de Oración (22) para que el clero católico la rece:

“Oh mi Amado Jesús,
Mantenme a mi fuerte y a la llama de mi amor por Ti encendida,
en todo momento de mi día.
Nunca permitas que esta llama de amor por Ti parpadee o muera.
Nunca permitas que me debilite ante la presencia de la tentación.
Dame las gracias necesarias para honrar mi vocación, mi devoción, mi lealtad y de defender las enseñanzas de la Iglesia Católica y Romana. Te ofrezco a Ti mi lealtad en todo momento.
Yo me comprometo a luchar en Tu ejército.
Para que así la Iglesia Católica pueda levantarse otra vez en gloria
para darte la bienvenida a ti, querido Jesús, cuando vengas de nuevo. Amen.”
Su amado Salvador, Jesucristo, Rey de toda la Humanidad


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