domingo, 11 de marzo de 2012

MARIA DE LA DIVINA MISERICORDIA


Mi Segunda Venida no puede ser evitada, ni puede ser detenida.

Miércoles, 7 de marzo del 2012, a las 20:30 hrs. 

Mi muy querida y amada hija, te protegeré con gracias especiales necesarias para darte la fortaleza para tratar con las fuerzas del mal, que están en marcha para detener esta santa misión.

Es importante entender que la opinión humana no es importante.

Todo lo que importa es Mi Santísima Palabra.

Mi Palabra es la Verdad. Yo soy la Verdad. Cualquiera que te diga que estos mensajes no están de conformidad con Mis enseñanzas, es un mentiroso.

Ellos no Me conocen. Ellos pueda que piensen que lo hacen, pero solo pueden conocerme si ellos permanecen humildes de corazón.

Aquellos cuya opinión contradiga Mi Palabra, son culpables del pecado de orgullo.

El orgullo enceguece, incluso a Mis siervos sagrados, a la verdad de Mi Santa Palabra.

Mis promesas a la Humanidad de venir otra vez en gloria a juzgar a los vivos y a los muertos, tienen que suceder.

Esta, Mi Segunda Venida, no puede ser evitada, ni puede ser detenida.

Mis advertencias a la Humanidad, dadas a ellos porque Yo amo a cada alma, son importantes. Yo debo preparar a todos los hijos de Dios adecuadamente para este tan glorioso evento.

Muchos intentarán bloquearte. Muchos tratarán de socavar Mi Santa Palabra y muchos tratarán de dañarte, con el fin de evitar que Mi Santa Palabra sea oída.

Todos estos intentos serán inútiles.

Solo Yo, Jesucristo, tengo el poder de proveer la salvación eterna a toda la Humanidad.

Solo Yo tengo el poder de preparar las almas de toda la Humanidad para su herencia en el Paraíso.

Nadie, ni incluso Satán el rey de las tinieblas o sus secuaces, pueden detener que esto suceda.  

Siempre recuerden esto. Yo protegeré a todos aquellos que acaten Mi Santa Palabra. Ustedes pueden estar atemorizados por los eventos globales mientras las fuerzas de las tinieblas envuelven sus países.

Los eventos les angustiarán, pero ustedes nunca deben temer, porque Yo les traeré a Mi Nuevo Reino en la Tierra.

Todo lo que pido es que ustedes confíen en Mí.

Déjenme guiarles!

Permítanme mostrarles la manera para purificar sus almas a través de la Cruzada de Oraciones que les doy.

Luego déjen todo a Mí.

Recuerden que Mi amor por todos ustedes, es tan fuerte que ningún hombre jamás puede diluir este puro amor y compasión, que tengo por cada uno de los hijos de Dios, en Mi Sagrado Corazón.  
Su amado Jesús, Redentor de la Humanidad

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