viernes, 17 de abril de 2020

LA RESURRECCION



Colosenses 3
 Capítulo 3

La vida de algunos está escondida con Cristo en Dios — Se exhorta a los miembros de la Iglesia a ser santos y a servir al Señor Jesucristo.

1 Si habéis, pues, aresucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

2 Poned la amira en blas cosas de arriba, no en las de la ctierra.

3 Porque ahabéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

4 Cuando Cristo, nuestra avida, bse manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en cgloria.

5 Haced morir, pues, lo terrenal en avuestros miembros: bfornicación, impureza, cpasiones lascivas, malos deseos y davaricia, que es eidolatría;

6 cosas por las cuales la aira de Dios viene sobre los hijos de bdesobediencia.

Libro de Cielo (Escritos de Luisa Picarreta)
12-98

Abril 15, 1919



Las cosas mayores son hechas después de las menores,y son cumplimiento y corona de éstas.  La Humanidad resucitada de Jesús, símbolo de quien viviráen el Querer Divino.

 (1)Estaba fundiéndome en el Santo Querer de mi siempre amable Jesús, y junto con Él mi inteligencia se perdía en la obra de la Creación, adorando y agradeciendo por todo y por todos a la Majestad Suprema, y mi Jesús, todo afabilidad me ha dicho:

(2)“Hija mía, al crear el cielo, primero creé las estrellas como astros menores, y después creé el sol, astro mayor, dotándolo de tal luz, de eclipsar a todas las estrellas, como escondiéndolas en sí, constituyéndolo rey de las estrellas y de toda la naturaleza.  Es mi costumbre hacer primero las cosas menores, como preparativo a las cosas mayores, y éstas como corona de las cosas menores.  El sol, mientras es mi relator, al mismo tiempo simboliza a las almas que formarán su santidad en mi Querer; los santos que han vivido al reflejo de mi Humanidad y como a la sombra de mi Voluntad, serán las estrellas; y aquellas, si bien han venido después, serán los soles.  Este orden lo tuve también en la Redención:  Mi nacimiento fue sin estrépito, más bien ignorado; miinfancia, sin esplendor de cosas grandes ante los hombres; mi Vida de Nazaret fue tan oculta, que viví como ignorado por todos, me adaptaba a hacer las cosas más pequeñas y comunes a la vida humana; en la vida pública hubo alguna cosa de grande, pero sin embargo, ¿quién conoció mi Divinidad? Ninguno, ni siquiera los apóstoles, pasaba en medio de las multitudes como otro hombre, tanto que todos podían acercárseme, hablarme y hasta despreciarme”.

(3) Y yo, interrumpiendo el hablar de Jesús he dicho: “Jesús, amor mío, qué tiempos felices eran aquellos, más feliz aquella gente que podía, con sólo quererlo, acercarse a Ti, hablarte y estar Contigo”.

(4) Y Jesús: “¡Ah! hija mía, la verdadera felicidad la lleva mi Voluntad, sólo Ella encierra todos los bienes en el alma, y haciéndose corona en torno al alma, la constituye reina de la verdadera felicidad; solamente ellas serán reinas de mi trono, porque son parto de mi Querer. Tan es verdad esto, que aquella gente no fue feliz, muchos me vieron, pero no me conocieron, porque mi Querer no residía en ellos como centro de vida, por tanto, a pesar de que me vieron permanecieron infelices, y sólo aquellos que tuvieron el bien de recibir en sus corazones el germen de mi Querer, se dispusieron a recibir el bien de verme resucitado. Ahora, el portento de mi Redención fue la Resurrección, –que más que refulgente sol coronó mi Humanidad, haciendo resplandecer aún mis más pequeños actos con un esplendor y maravilla tal, que hicieron quedar estupefactos a Cielo y tierra–, que será principio, fundamento y cumplimiento de todos los bienes, corona y gloria de todos los bienaventurados; mi Resurrección es el verdadero sol que glorifica dignamente a mi Humanidad, es el sol de la Religión Católica, es la verdadera gloria de cada cristiano; sin la Resurrección habría sido como el cielo sin sol, sin calor y sin vida. Ahora, mi Resurrección es símbolo de las almas que formarán la santidad en mi Querer; los santos de los siglos pasados son símbolos de mi Humanidad, que si bien resignados, no han tenido actitud continua en mi Querer, por tanto no han recibido la marca del sol de mi Resurrección, sino la marca de las obras de mi Humanidad antes de la Resurrección, por eso serán muchos, casi como estrellas me formarán un bello ornamento al cielo de mi Humanidad, pero los santos del vivir en mi Querer, que simbolizarán mi Humanidad resucitada, serán pocos; en efecto, mi Humanidad antes de morir, fue vista por muchas turbas y multitudes de gentes, pero mi Humanidad resucitada la vieron pocos, solamente los creyentes, los más dispuestos, y podría decir que sólo aquellos que contenían el germen de mi Querer, porque si no lo hubieran tenido, les habría faltado la vista necesaria para poder ver a mi Humanidad gloriosa y resucitada, y por tanto ser espectadores de mi subida al Cielo.

(5) Ahora, si mi Resurrección simboliza a los santos del vivir en mi Querer, es con razón, porque cada acto, palabra, paso, etc., hecho en mi Querer es una resurrección divina que el alma recibe, es la marca de gloria que recibe, es un salir de sí para entrar en la Divinidad y esconderse en el refulgente sol de mi Querer, y ahí ama, obra, piensa; ¿qué maravilla entonces si el alma queda toda resucitada y fundida en el mismo sol de mi gloria y simboliza mi Humanidad resucitada? Pero pocos son los que se disponen a esto, porque las almas, en la misma santidad, quieren alguna cosa de bien propio; en cambio la santidad del vivir en mi Querer, nada, nada tiene de propio, sino todo de Dios, y para disponerse las almas a despojarse de los bienes propios, se necesita demasiado, por eso no serán muchos. Tú no eres del número de los muchos, sino de los pocos; por eso está siempre atenta a la llamada y a tu vuelo continuo”.

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19-10
Abril 4, 1926



Todo lo que Nuestro Señor hace en el alma que vive en su Voluntad,supera a todo lo que hizo en la Creación.  La Divina Voluntad formala completa resurrección del alma en Dios.



(1)Encontrándome en mi habitual estado, me sentía toda inmersa en mi amable Jesús, y mi pobre mente se perdía en los conocimientos divinos, pero todo era silencio por parte mía y por parte de Jesús, ni yo sé decir lo que mi mente comprendía.  Poco después me ha hablado de nuevo y me ha dicho:

(2)“Hija mía, todo lo que hago en el alma, ¡oh, cuánto supera a todo lo que hice en la Creación!  Mira, cada conocimiento que manifiesto sobre mis perfecciones, cada verdad que pertenece a la Divinidad, es un nuevo cielo que extiendo en el alma, y conforme el alma se eleva en las verdades conocidas para semejarse a su Creador, son nuevos soles que vengo a formar en el espacio de estos cielos; cada gracia que Yo vierto y cada vez que renuevo la unión Conmigo, son mares que se extienden en el alma, y su amor y su correspondencia forman el dulce murmullo en estos mares y las olas impetuosas que se elevan hasta el Cielo, que van a descargarse a los pies del trono divino.  En cuanto el alma practica sus virtudes, como el cuerpo contribuye junto al ejercicio de ellas, éste se puede llamar el pequeño terreno del alma, donde Yo extiendo los más bellos prados floridos, donde Yo me deleito en crear siempre nuevas flores, plantas y frutos.

(3)Si Yo soy un acto solo, y hecho una vez está hecho para siempre, también la Creación debía ser un acto solo, y así como en la Creación mi acto solo continúa conservándola siempre nueva, íntegra y fresca, en las almas mi crear es continuo, no lo interrumpo jamás, siempre, siempre estoy en acto de formar cosas más bellas, cosas sorprendentes y nuevas, a menos que encuentre almas que me cierren las puertas y detengan mi acto continuo de la creación, y entonces busco otro medio de dar, abundo, multiplico mi acto continuado en las almas que tienen las puertas abiertas y con ellas me deleito y continúo el oficio de Creador.  ¿Pero sabes tú dónde no se interrumpe jamás este mi acto continuado?  En el alma que vive en mi Voluntad, ¡ah! sí, sólo en ella puedo hacer libremente lo que quiero, porque mi Voluntad que contiene el alma me la prepara para recibir mi Fiat que salió fuera en la Creación, así que mi Voluntad poseída por el alma y aquélla que tengo Yo, se dan la mano, se besan y forman los más grandes portentos, por eso sé siempre atenta y tu vuelo sea siempre en mi Querer”.

(4)Después de esto estaba pensando en la Resurrección de Nuestro Señor, y Él, regresando de nuevo ha agregado:

(5)“Hija mía, mi Resurrección completó, selló, me restituyó todos los honores y llamó a vida a todas mis obras que hice en el curso de mi Vida sobre la tierra, y formó el germen de la resurrección de las almas, y hasta la de los cuerpos en el juicio universal; así que sin mi Resurrección, mi Redención habría sido incompleta y mis más bellas obras habrían sido sepultadas.  Así el alma, si no resurge del todo en mi Voluntad, todas sus obras quedan incompletas, y si el frío en las cosas divinas serpentea, las pasiones la oprimen, los vicios la tiranizan, todo eso formará la tumba donde sepultarla, porque faltando la Vida de mi Voluntad faltará quién haga resurgir el fuego divino, faltará quién de un solo golpe elimine todas las pasiones y haga resurgir todas las virtudes.  Mi Voluntad es más que sol que eclipsa todo, fecunda todo, convierte todo en luz y forma la completa resurrección del alma en Dios”.



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21-17
Abril 18, 1927



La Resurrección de Nuestro Señor ha dado a las criaturas el derechode resucitar.  Diferencia que hay entre quien obra en el Divino Querer y entre quien obra fuera de Él.



(1)Estaba siguiendo los actos del Santo Querer Divino cuando Jesús resucitó del sepulcro, glorioso y triunfante, y mi amable Jesús saliendo de dentro de mi interior me ha dicho:

(2)“Hija mía, con el resucitar, mi Humanidad dio el derecho a todas las criaturas de hacer resucitar no sólo sus almas a la gloria y a la bienaventuranza eterna, sino también a sus cuerpos.  El pecado había quitado estos derechos de resucitar a las criaturas; mi Humanidad con resucitar los restituyó.  Ella encerraba el germen de la resurrección de todos, y en virtud de este germen encerrado en Mí, todos tuvieron el bien de poder resucitar de la muerte.  Quien hace el primer acto debe tener la virtud de encerrar en sí todos los demás actos que deben hacer las otras criaturas, de modo que en virtud del primer acto, los demás puedan imitarlo y hacer el mismo acto.  ¿Cuánto bien no llevó la Resurrección de mi Humanidad dando el derecho a todos de resucitar?  Para el hombre, porque se había sustraído de mi Voluntad, la gloria, felicidad, honores, todo le había quedado malogrado, había roto el eslabón de unión que uniéndolo con Dios le daba los derechos a todos los bienes de su Creador, y mi Humanidad con resucitar enlazó el eslabón de unión, restituyéndole los derechos perdidos, dándole virtud de resucitar.  Toda la gloria, todo el honor es de mi Humanidad, si Yo no hubiera resucitado, ninguno podría resucitar.  Con el primer acto viene la sucesión de los actos semejantes al primero.  Mira qué cosa es la potencia de un primer acto, mi Mamá Reina hizo el primer acto de concebirme; Ella para poder concebirme a Mí, Verbo Eterno, encerró en Sí todos los actos de las criaturas para corresponder a su Creador en modo de poder decirle:  ‘Soy Yo que te amo, te adoro, te doy satisfacción por todos.’  Entonces, encontrando a todos en mi Mamá, a pesar de que fue una mi concepción, pude darme a todos como vida de cada criatura.  Así tú hija mía, con hacer tus primeros actos en mi Voluntad, las otras criaturas reciben el derecho de entrar en Ella y de repetir tus actos para recibir los mismos efectos.  Cómo es necesario que aunque sea uno solo haga el primer acto, porque esto sirve para abrir la puerta, preparar las materias primas, para formar el modelo para dar vida a ese acto.  Cuando el primero está hecho, a los demás les resulta más fácil imitarlo.  Esto sucede aun en el bajo mundo, quien es el primero en formar un objeto debe trabajar más, sacrificarse más, debe preparar todas las materias que se necesitan, debe hacer tantas pruebas y cuando el primero está hecho, no sólo adquieren el derecho de poderlo hacer los demás, sino que les resulta más fácil el repetirlo, pero toda la gloria es de quien ha hecho el primero, porque si no hubiese hecho el primero, los otros actos semejantes jamás habrían podido tener existencia.  Por eso sé atenta a formar tus primeros actos si quieres que el Reino del Fiat Divino venga a reinar sobre la tierra”.

(3)Después de esto estaba fundiéndome en el Santo Querer Divino, llamando a todos los actos de las criaturas para que todos resurgieran en Él, y mi dulce Jesús me ha dicho:

(4)“Hija mía, que gran diferencia hay entre un acto hecho en mi Voluntad y un acto, aun bueno, hecho fuera de Ella.  En el primero corre una Vida Divina dentro de él y esta Vida llena Cielo y tierra, y ese acto recibe el valor de una Vida Divina; en el segundo corre un acto de vida humana y éste es limitado, restringido, y muchas veces su valor termina cuando termina el acto, y si algún valor hay dentro, es valor humano sujeto a perecer”.

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