sábado, 16 de octubre de 2021

El Divino Querer tiene el poder de volver infinito todo lo que entra en la Divina Voluntad.

12-77 Enero 8, 1919 (1)Continuando mi habitual estado, estaba muy afligida, privada de mi dulce Jesús; pero de improviso ha venido, cansado y afligido, casi buscando refugio en mi corazón para sustraerse de las graves ofensas que le hacían, y dando un suspiro me ha dicho: (2) “ Hija mía, escóndeme, ¿no ves cómo me persiguen? ¡Ay de Mí! Me quieren echar fuera, o bien darme el último lugar. Hazme desahogar, desde hace muchos días no te he dicho nada de la suerte del mundo ni de los castigos que me arrancan con su maldad, y toda la pena está concentrada en mi corazón. Quiero decírtela para que tomes parte en ella y así dividiremos juntos la suerte de las criaturas, para poder rezar, sufrir y llorar juntos por el bien de ellas. (3)¡Ah, hija mía, habrá contiendas entre ellas, la muerte cosechará muchas vidas, aun de sacerdotes! ¡Oh! cuántas mascaras vestidas de sacerdotes, las quiero quitar antes de que surja la persecución a mi Iglesia y las revoluciones, tal vez se conviertan en el momento de la muerte; de otra manera, si las dejo, estas mascaras en la persecución se las quitarán, se unirán a los sectarios y serán los más fieros enemigos de la Iglesia, y su salvación resultará aún más difícil”. (4)Y yo muy afligida he dicho: “¡Ah mi Jesús! Que pena oírte hablar de estos benditos castigos, ¿pero los pueblos cómo harán sin sacerdotes? Ya son demasiado pocos y quieres quitar otros, ¿quién administrará los sacramentos, quién enseñará tus leyes?” (5)Y Jesús: “Hija mía, no te aflijas demasiado, lo escaso del número es nada, Yo daré a uno la gracia, la fuerza que doy a diez, a veinte, y uno valdrá por diez o por veinte, Yo a todo puedo suplir; y además, los muchos sacerdotes no buenos son el veneno de los pueblos, en lugar de bien hacen mal, y Yo no hago otra cosa que quitar los elementos primarios que envenenan a las gentes”. (6)Jesús ha desaparecido y yo he quedado con un clavo en el corazón por lo que me ha dicho, y casi inquieta al pensar en las penas de mi dulce Jesús y en la suerte de las pobres criaturas. Y Jesús ha regresado, y poniéndome su brazo en el cuello ha agregado: (7) “ Amada mía, ánimo, entra en Mí, ven a nadar en el mar inmenso de mi Querer, de mi amor; escóndete en el Querer y en el amor increado de tu Creador; mi Querer tiene el poder de volver infinito todo lo que entra en mi Voluntad y de elevar y transformar los actos de las criaturas en actos eternos, porque lo que entra en mi Voluntad adquiere lo eterno, lo infinito, lo inmenso, perdiendo el principio, lo finito, la pequeñez; tal como es mi Querer así vuelve los actos de ellas. Por eso di, grita fuerte en mi Querer: “Te amo”. Yo escucharé la nota de mi amor eterno, sentiré el amor creado escondido en el Amor increado y me sentiré amado por la criatura con amor eterno, infinito, inmenso, y por tanto un amor digno de Mí, que me suple y puede suplirme al amor de todos”. (8)Yo he quedado sorprendida y encantada, y le he dicho: “Jesús, ¿qué dices?” (9)Y Él: “Amada mía, no te asombres, todo es eterno en Mí, ninguna cosa tiene principio ni tendrá fin,tú misma y todas las criaturas son eternas en mi mente; el amor con el cual formé la Creación, y que hice salir de Mí para dotar a cada corazón, es eterno. ¿Qué maravilla entonces que la criatura dejando el propio querer, entra en el mío y uniéndose al amor con el cual la cortejaba y amaba desde la eternidad, y concatenándose con el amor eterno del que salió, hace sus actos, me ama, adquiere el valor y poder eterno, infinito, inmenso? ¡Oh, qué poco se conoce mi Querer, por eso no es amado ni apreciado, y por esto la criatura se contenta con estarse en lo bajo y obra como si no tuviera un principio eterno, sino temporal!” (10)Yo misma no sé si estoy diciendo disparates. Mi amable Jesús pone tal luz en mi mente acerca de su Santísimo Querer, que no sólo no puedo contenerla, sino que me faltan las palabras justas para expresarme. Entonces, mientras mi mente se perdía en esta luz, el bendito Jesús me ha dado una semejanza diciéndome: (11) “ Para hacerte comprender mejor lo que te he dicho, imagínate un sol, este sol desprende muchas pequeñas luces que difunde sobre todo lo creado, dándoles plena libertad de vivir, o esparcidas en lo Creado, o bien en el mismo sol del que han salido; ¿no es justo que las pequeñas luces que viven en el sol, sus actos, su amor, adquieran el calor, el amor, el poder, la inmensidad del mismo sol? Además, ellas estaban en el sol, son parte del sol, viven a expensas del sol y hacen la misma vida del sol. A este sol en nada lo acrecientan o disminuyen, porque lo que es inmenso no está sujeto ni a crecer ni a decrecer, sólo recibe la gloria, el honor de que las pequeñas luces regresen a él y hagan vida común con él, y esto es todo el cumplimiento y la satisfacción del sol. El Sol soy Yo, las pequeñas luces que se salen del Sol es la Creación, las luces que viven en el Sol son las almas que viven en mi Voluntad. ¿Has ahora entendido?” (12) “ Creo que sí”. ¿Pero quién puede decir lo que comprendía? Habría querido callar, pero el Fiat de Jesús no ha querido y yo he besado su Fiat y he escrito en su Querer. Sea siempre bendito.

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