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Enero 3, 1932
Certeza de la venida del reino de la Divina Voluntad a la tierra. Todas
las dificultades se derretirán como nieve frente a un sol ardiente.
La voluntad humana es la estancia oscura de la criatura.
(1) Mi abandono continúa en el Fiat Divino, pero me sentía preocupada por el pensamiento, ¿cómo
podrá venir este reino de la Voluntad Divina? El pecado abunda, los males empeoran, las criaturas me
parecen indispuestas para recibir un bien tan grande, tanto, que no hay alma, por cuan buena fuera, que
verdaderamente quiera ocuparse en hacer conocer lo que respecta a la Divina Voluntad. Si Dios no
obra un prodigio de su Omnipotencia, el reino del Fiat Divino podrá estar en el Cielo, pero para la tierra
es inútil pensarlo. Mientras esto y otras cosas pensaba, mi amado Jesús haciendo su acostumbrada
visita a mi alma me ha dicho:
(2) “ Hija mía, todo es posible para Nosotros. Las imposibilidades, las dificultades, los obstáculos
insuperables de las criaturas, se disuelven ante nuestra Majestad Suprema como nieve frente a un sol
ardiente; todo está en si Nosotros queremos, todo lo demás es nada. ¿No sucedió así en la
Redención? El pecado abundaba más que nunca, apenas un pequeño núcleo de gente suspiraba al
Mesías, y en medio de este núcleo, cuántas hipocresías, cuántos pecados de todas las especies,
frecuentemente idolatraban, pero estaba decretado que Yo debía venir a la tierra, y frente a nuestros
decretos, todos los males no pueden impedir lo que queremos hacer. Un acto solo de nuestra Voluntad
nos glorifica más de lo que nos ofenden todos los males y pecados que cometen las criaturas, porque
nuestro acto de Voluntad es divino e inmenso, y en su inmensidad abraza toda la eternidad, todos los
siglos, se extiende a todos; por eso no es de nuestra infinita sabiduría el no dar vida a un solo acto de
nuestra Voluntad por los males de las criaturas, Nosotros nos ponemos de nuestro lado divino y
hacemos lo que debemos hacer, y a las criaturas las dejamos en el lado humano, y haciendo de
Soberanos, señoreamos todo y a todos, aun sobre el mal, y ponemos fuera nuestros decretos.
(3) Ahora, así como fue decreto nuestro mi venida sobre la tierra, así es decreto nuestro el reino de
nuestra Voluntad sobre la tierra, más bien se puede decir que el uno y el otro es un solo decreto, y que
habiendo cumplido el primer acto de este decreto, nos queda por cumplir el segundo. Es verdad que
nos sujetamos a la buena disposición de las criaturas para dar el gran bien que puede producir un actode nuestra Voluntad, y por eso, a lo más tomamos tiempo y nos abrimos camino en medio a sus males
para disponerlos. Es verdad que los tiempos son tristes, los mismos pueblos están cansados, se ven
cerrados todos los caminos, no encuentran caminos de salida, aun para los necesarios medios
naturales, las opresiones, las exigencias de los gobernantes son insoportables, justa pena por haber
elegido por gobernantes hombres sin Dios, de mala vida, sin justo derecho para ser cabezas, que
merecían más una cárcel que el derecho de regir. Muchos tronos e imperios han sido arrollados, y los
pocos que han permanecido están todos vacilantes y a punto de destruirse, así que la tierra
permanecerá casi sin rey, en manos de hombres inicuos. Pobres pueblos, pobres hijos míos, bajo el
régimen de hombres sin piedad, sin corazón, y sin la gracia de poder servir de guía a sus dependientes;
se está repitiendo la época del pueblo hebreo, que cuando Yo estaba próximo a venir sobre la tierra,
estaba sin rey, y estaba bajo el dominio de un imperio extranjero, hombres bárbaros e idólatras que ni
siquiera conocían a su Creador, sin embargo era esta la señal de mi próxima venida en medio a ellos.
Entre aquella época y ésta, en muchas cosas se dan la mano, y la desaparición de los tronos y de los
imperios, es el anuncio de que el reino de mi Divina Voluntad no está lejano. Debiendo ser una reino
universal, pacífico, no habrá necesidad de rey que lo domine, cada uno será rey para sí mismo; mi
Voluntad será para ellos ley, guía, sostén, vida y Rey absoluto de todos y de cada uno, y todas las
cabezas arbitrarias y sin derecho se reducirán a pedazos, como polvo al viento. Las naciones
continuarán debatiéndose entre ellas, quién para guerra, quién para revoluciones entre ellas y contra mi
Iglesia, tienen un fuego que las devora en medio a ellas que no les da paz, y no saben dar paz, es el
fuego del pecado y el fuego del hacer sin Dios lo que no les da paz, y no harán jamás la paz si no
llaman a Dios en medio a ellos, como régimen y vínculo de unión y de paz, y Yo los dejo hacer, y haré
tocar con la mano qué significa hacer sin Dios. Pero esto no impide que venga el reino de mi Fiat
Supremo, estas son cosas de la criatura, del bajo mundo, que mi potencia cuando quiere, arroja por
tierra y destruye, y hace surgir de la tempestad el cielo más sereno y el sol más refulgente. En cambio,
el reino de mi Divina Voluntad es de lo alto, de los Cielos, formado y decretado en medio a las Divinas
Personas, ninguno nos lo pueda tocar ni destruir. Primero lo trataremos con una sola criatura, formando
el primer reino en ella, después con pocos, y después, haciendo uso de nuestra Omnipotencia lo
divulgaremos por todas partes. Estate segura, no te preocupes porque los males empeorarán, nuestra
potencia, nuestro amor vencedor que tiene virtud de siempre vencer, nuestra Voluntad que todo puede y
que con paciencia invicta sabe esperar incluso siglos, pero lo que quiere y debe hacer vale más que
todos los males de las criaturas; ante su potencia invencible y su valor infinito, serán como gotitas de
agua los males de ellas, como tantas pequeñeces que servirán al triunfo de nuestro amor y a la mayor
gloria de nuestra Voluntad cumplida. Y después, cuando tengamos la gran gloria de formar este reino
dentro de una sola criatura, ella será como sol, que todos tienen derecho de gozar y poseer su luz, más
que sol dará el derecho a todas las criaturas de hacer poseer un reino tan santo, y Nosotros con
sabiduría infinita abundaremos de gracias, de luz, de ayudas, de medios sorprendentes, para que hagan
reinar el reino de mi Voluntad en medio a ellos. Por eso déjame hacer, si te lo ha dicho Jesús, es
suficiente, es como si ya estuviera hecho. Todas las criaturas y todos los males juntos no tienen poder
ni derecho sobre nuestra Voluntad, ni pueden impedir un solo acto de nuestra Voluntad querida con
decretos de nuestra sabiduría”.
(4) Después seguía pensando en el Fiat Divino, y mi dulce Jesús ha agregado:
(5) “ Hija mía, mi Voluntad es luz, la voluntad humana es la estancia oscura en la cual vive la pobre
criatura; en cuanto mi Querer entra en esta estancia oscura, así queda toda investida de esta luz que
todo ilumina, incluso los más remotos y pequeños escondites del alma. Se hace luz del pensamiento,
de la palabra, de las obras, de los pasos, pero con una diversidad maravillosa; el pensamiento toma una
variedad de colores animados por la luz, la palabra toma otra variedad de colores, la acción, el paso,
otras variedades de colores, y conforme repite el pensamiento, la palabra, la acción, el paso, animados
por la luz de mi Voluntad, así se forman los matices de los colores divinos, y la belleza es que todos los
colores están animados por la luz. ¡Oh! cómo es bello ver a la criatura animada por el arco iris de
nuestros colores divinos, es una de las escenas más bellas que ella nos presenta, y nos hace gozar, la
miramos y vemos que no son otra cosa que los reflejos de nuestros pensamientos, de nuestras
acciones, y así de lo demás, que ha formado la variedad de nuestros colores divinos, y nuestraVoluntad que hace alarde de luz en los actos de la criatura, que con su dulce encanto nos rapta y nos
hace espectadores de nuestros actos, y ¡oh! cómo esperamos con todo amor la repetición de estas
escenas tan bellas y deleitables”.
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