06-Dic-96 (Cuando salía luego de la Santa Misa. El Señor |
Pequeña Mía, Yo Me siento muy triste con las ofensas del mundo pero, al mismo tiempo, ustedes reparan con su fervor tantas heridas que lastiman Mi Corazón Eucarístico.
Yo quiero que digas a Mis hijos que, efectivamente, ya casi no queda tiempo. Sin embargo, mucho más importante que vivir encerrados en una Comunidad, en este momento, es el que traten de ganar el mayor número posible de almas. Yo no voy contra sus planes de vivir en Comunidad, vayan preparándolo en la medida de sus posibilidades, sin que les resulten de ello grandes sacrificios económicos.
Antes de un año, no podrán irse. Lo más urgente en este momento es evangelizar. Ir preparándose y preparando a la gente para el éxito espiritual del Congreso Eucarístico Mariano. Sin embargo, Yo necesito de todos Mis hijos aquí puesto que del éxito del Congreso depende el triunfo de Mi Corazón Eucarístico con la conversión de muchos hijos. Gracias, pequeña por la renovación de tu ofrecimiento de vida. ¡Yo valoro tanto tu desprendimiento!…
Pronto deberán dejar sus actuales actividades para dedicarse sólo a Mi causa, pero no dispersen esfuerzos, por favor… Te amo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario