viernes, 28 de septiembre de 2012

Impresionante testimonio de una mujer que fue lesbiana durante 20 años y ahora es heterosexual

Impresionante testimonio de una mujer que fue lesbiana durante 20 años y ahora es heterosexual [2012-09-26]


Ofrecemos un excelente artículo testimonio de una mujer de 34 años que vivió 20 años como lesbiana, y cuenta como fue cayendo en ese estilo de vida, como fueron sus experiencias en tal ambiente y con sus parejas, y como ha vuelto a la heterosexualidad.
La información, originalmente editada por Religión en Libertad, incluye una serie de evaluaciones sobre la homosexualidad que hace Doreena Paz (la lesbiana que volvió) que es realmente atrapante.

Muchas preguntas sin respuesta desde niña

«Mis recuerdos lésbicos comienzan ya a los 5 años. Recuerdo que me gustaba una vecinita de mi misma edad en aquel entonces y también me gustaban algunas nenas de mi barrio. La situación se extendió también para mis compañeras de escuela, con las maestras de turno.
»Fui criada la mayor parte de mi infancia en un colegio católico. Y si bien en mi hogar había problemas matrimoniales de mis padres, eso no me creaba conflictos con Dios.
»Fue al llegar a los 11 años cuando descubrí que me gustaban las mujeres. Pero lo confirmé recién al llegar a los 14 años. Tuve una crisis religiosa y de identidad bastante importante. Mis pensamientos iban y venían tratando de entender cómo era posible que yo naciera así, puesto que mis recuerdos de lesbiana eran de una edad muy tierna.

Aparece la depresión

»No lograba resolver el conflicto. Para colmo, mis padres peleaban con una violencia sostenida casi todos los días. Pasaba mis días encerrada en mi habitación pensando en lo que me pasaba, de que si sólo a mi me pasaba lo que sentía, cuestionando a Dios hasta extenuarme. Mis notas se estampillaron. Era visible que padecía una depresión cósmica. Me acuerdo que se llamó a mis padres y les hablaron. Pero nadie tenía idea de lo que me pasaba. Le había insinuado algo a mi madre a los 12 años, pero ella pensó que se trataba de algo pasajero. Yo sufrí por meses en silencio, recluida en mi cuarto.

El psicólogo y la “variedad sexual”

»Hasta que me llevaron al psicólogo, por supuesto. Y el psicólogo, siguiendo la línea de todos los métodos psicológicos actuales, me dijo que lo que yo tenía era una ”variedad sexual”, que era como una lámpara al revés, que seguía iluminando (no comprendo por qué mi sentido común no me dijo que ese ejemplo no era aplicable a todos los objetos: por decir, una olla al revés no sirve para olla). Y yo le creí. Y me sentí libre.
Después de eso pasé mi tiempo debatiéndome qué debía hacer. Me había enamorado de una compañera de la escuela. Y ella no iba a acceder a mí. Además, no tenía idea de cómo hacerlo.

Carácter masculino

»Cumplí 15 años. Y a mí se me hacía que ya era demasiado tiempo sin probar “el amor”. Además, podía sentir que mi personalidad se configuraba al carácter masculino: la audacia, la arrogancia, la palabra fácil, la temeridad, el pensar sólo en sexo…
»Claro que nadie podía decirme que era sólo un tierno pollito, tan vulnerable como cualquier niña de 15 años. Y que además era bastante ingenua e inocente.

Antros gays-lésbicos

»Les mentía a mis padres acerca de mis salidas. Y dado mis rasgos físicos y robustez, fue fácil que pudiera entrar en antros gays-lésbicos. En aquella época se los mezclaba a todos en la misma bolsa, no como ahora que van separados.
»Yo ni siquiera había ido a una disco “normal”. No tenía idea de cómo eran. Y nunca había sido de andar mucho fuera de casa. Así que ir a esos lugares fue como lanzarme al vacio sin alas
»Era notorio cómo yo podía ir tranquilamente a esos lugares sin que ni siquiera me pidieran el documento. Es más, al hacer las averiguaciones para dar con alguna disco alternativa, no tuve ningún problema. Me facilitaron el dato con un par de preguntas a personas concretas.

“Ella 30 años… y yo con 15″

»Así fue como conocí a Martina. Ella tenía 30 años. Y yo 15, con todo lo que eso significa. Antes de eso había bailado con otras, pero no me atreví a nada más. Me sentía como un pez pequeño en medio de tiburones. Intuía cosas malas. Pero Martina parecía ser buena. De hecho, ella misma me advirtió que tuviera cuidado de otras, que sólo querían fiesta…

Con 15 años y viviendo con Martina

»La situación en mi casa se tornó insostenible. Y yo, a mis 15 años, cargaba con una ingenuidad cercana a la estupidez; agarré mis cosas y me fui sin más, a vivir con Martina.
»Pero Martina no era tan buena como yo creía. Tenía un verdadero problema con el alcoholismo. Además tenía un amigo entrometido que no me caía bien para nada. Además Martina era celosísima. Con esos celos que te golpean y lastiman.

Una relación al borde del sadomasoquismo

»Yo pensaba que así era el amor entre mujeres. Es lo que me decía Martina. Pero mi relación con ella bordeó el sadomasoquismo. Y yo me fui distanciando más.
Caminaba por las calles pidiendo ayuda a Dios. No tenía quien más me ayudase. No sabía ni siquiera si me iba a ayudar. Me sentía muy por debajo de ser tan siquiera una criatura de Dios. Pero también en aquella época creía que Dios perdonaba cualquier cosa y que al fin y al cabo amar no podía ser pecado, aunque fuera amar a otra mujer. Yo sólo sabía que no tenía a quién más pedirle ayuda. Yo estaba aterrorizada. Todos los días vivía sin saber si viviría al otro dia. Me alimentaba de miedo y lágrimas. Era una tortura en todos los ámbitos: física, emocional, espiritual…

Con 17 años y sin ganas de vivir…

»De pronto, a los 17 años, me sentía envejecida, sin ganas de vivir, enamorada pero con intensas ganas de separarme. Estaba cansada de tener marcas de golpes, de ocultarlos cuando iba a visitar a mis padres. También crecía en mí una rabia intensa por todo lo que me pasaba.
»Dos años y medio habían pasado y un día tuvimos una pelea bastante fuerte. Nos fuimos a las manos y luego ya fue con cuchillos el asunto. En un momento dado logré abatirla y en el ínterin escapé. Nunca volví a verla. Me fui con lo que llevaba encima.

Mucho sexo y sólo sexo, nada de amor…

»Volví con mis padres por un tiempo. Ya estaba emancipadísima para entonces. Luego nos mudamos a otra ciudad. Ya en aquel tiempo yo estaba bien rebelde con Dios, por todo lo que me había pasado, a pesar de que había logrado salir ilesa. Me prometí ser cínica con las mujeres y que mi vida sería sólo sexo.
»Muy pronto me descarrilé en gran desenfreno, saltando de mujer en mujer. Entre el alcohol y las drogas. Además me gustaba el “ambiente gay-lésbico”. Me habitué a los shows que se realizaban, de travestis y transformistas, del sexo casual en el mismo local bailable, de ese grupo de gente que te metía otra cultura en la cabeza: “Algún día habrá casamientos entre hombres y entre mujeres”; “Ya sentirán los heteros lo que es sentirse discriminados”; “¿Y por qué no podemos tener un hijo, con lo avanzada que está la ciencia, o cobrar una pensión o tener asignaciones familiares? ¿Es que ellos –los heterosexuales- se creen más que nosotros?”; “Hoy se burlan de nosotros. Mañana nos burlaremos de sus hijos”.
»“¿Por qué tenemos que estar sufriendo en nuestra adolescencia como si fuéramos una degeneración de la naturaleza?; ¿Por qué no hay psicólogos para nosotros que nos asesoren y nos alienten en lugar de que alcancemos un grado de depresión tal que nos queramos suicidar por el sólo hecho de ser gay?; ¿Por qué no salimos del armario ya en la misma escuela y poder ser libres sin sentirnos discriminados ni que nos golpeen por el hecho de ser gays?”.
»Y así, con todo lo que nos decían, veíamos a una pareja normal caminando con sus hijos por la calle y era rabia y envidia pura lo que se sentía. Algunos, a la salida de la disco, al ver alguna pareja de enamorados normales se exhibían aún más en modales, tirando besos y provocando; sobre todo al varón.
»Y así, sin bombo ni platillos, sin libros y sin protestas, te llenaban el corazón de una revolución con los colores del arcoiris; música electrónica y festivales rave.

“Volvía a casa con el corazón vacío…”

»A pesar de todo esto, no corrí tras ninguna manifestación, ni participé de ninguna marcha. Me gustaba ser solitaria. No tenía muchos amigos tampoco. Y por cada vez que salía sólo para arrancar a la noche algún cuerpo sediento, volvía a mi casa con el corazón vacio. En ese tiempo me dio por empezar a vestirme de negro.

“Me sentía sola”

»Yo vivía sola para entonces (aunque hubo un tiempo que viví con una amiga, casi una hermana para mí). Y de camino a mi casa pasaba por una iglesia antigua. A veces me sentaba en el umbral, delante de las rejas…con más preguntas en mi corazón… que mi alma no se atrevía a formular. ¿Por qué no era feliz? ¿Por qué sentía que todo estaba mal si me decían que todo iba a cambiar, que seríamos libres al fin? Me sentía profundamente sola. Tenía 19 años.

Una boda con otra mujer

»Entonces conocí a Erika. Y Erika tenía una niña llamada Julieta. A mí me resultó como raro, diferente, conocerlas. Fue, no sé, encontrar la calidez de un hogar luego de tanto frío y cinismo. Pronto nos pusimos de novias y a los meses celebramos una pequeña boda entre amigos. Tras sendos anillos y promesas mutuas, nos fuimos a vivir juntas, las tres.

Niñera y sirvienta de la casa

»Todo fue de maravilla los primeros 12 meses. Pero comenzó a suceder algo. Yo, además de nuestros amigos en común, homosexuales también, no era nada para el resto de sus amigos y conocidos normales. A través de los niños supe que para algunas mamás de las compañeritas de escuela de Julieta, que a la sazón tenía 8 años, era la sirvienta de la casa, en el mejor de los caso, la niñera cama adentro. Eso me fastidió bastante. Yo necesitaba que se me reconociera abiertamente, en sociedad… Lo peor es que Erika se tomó al pie de la letra el mote y pronto me vi siendo un ama de casa completa, niñera incluida. Pero yo amaba muchísimo a la niña. Pero sentía en mí la necesidad de ser madre. Y no sabía cómo resolver ese asunto sin serle infiel a mi pareja. Y no entendía mucho eso de la fertilización asistida.

“Mi alma me pedía un cambio”

»Yo sentía que en mi relación con Erika comenzaba a haber grietas. Ella tenía 30 años y una niña de soltera. Y yo tenía 20 años y ni siquiera sabía qué iba a ser de mi futuro. Quería continuar estudiando. Mi vida no tenía que ser sólo lesbiana y de tener que oír hablar de revolucionar el mundo, de tener que escuchar siempre la misma conversación, casi cíclica, sobre cosas inmanentes, de chismerío barato y pellejería de farándula. Mi intelecto me pedía a gritos un cambio de tema. Y mi alma, ni hablar.

Amor trivial en el mundo homosexual

»Para el año siguiente decidí cortar la relación. Para ser sirvienta y niñera, mejor que me pagaran. Pero no podía irme. Me faltaba un año para terminar algunos cursos que había hecho. Y no tenía a dónde ir. Fue un tormento vivir bajo el mismo techo, sentir todo el desamor de quien fue mi pareja. No podía creer que el amor fuera tan trivial en el mundo homosexual. Sentía una desilusión enorme. Podía sentir que todo lo que yo pensaba se destruía a mí alrededor, llenándome de terribles preguntas.

La falta de un padre para la niña

»Julieta no conocía a su papá. Y yo, que además no interpretaba un papel muy masculino que digamos en la relación, no llegaba ni cerca a serlo. Pero cuando no estaba su madre, cada tanto le agarraba una tristeza enorme, que sólo yo sabía: ella extrañaba terriblemente a su padre. A un padre que no conocía. Y una tarde, esa tristeza fue tanta, que su cuerpito se convulsionaba de pena, sollozaba como para partir mil corazones, llamando a su padre. Y se durmió así en mis brazos.

Los niños necesitan de un papá y de una mamá

»Entonces, una frase se apoderó de mi cabeza, como si un elefante enorme entrara a una habitación, aplastándome contra las paredes: ESTO ESTÁ MAL. Los niños necesitan un papá y una mamá. Y esto es así, le guste a quien le guste. TODO ESTÁ MAL. La homosexualidad está mal.

Separación y salida de casa

»Ya me quedaban un par de meses para terminar los cursos. Con Erika comencé a discutir muchísimo. Y al final terminó echándome de su casa. Tuvimos un conflicto de bienes. Fue una separación muy problemática, que tardó en resolverse. Y yo la lloré por 5 largos años, a pesar de ser yo misma la que había cortado la relación.

La atracción sexual

»Volví a cambiarme de ciudad. Me fui a un pueblo tranquilo. Mis padres ya vivían allí hace muchos años. Me sentía cansada de la vida. Todo me parecía vano, sin sentido. Sentí que había perdido mis años en algo que evidentemente no podía terminar bien. Me refugié en el hogar de mis padres, esperando encontrar el sosiego que necesitaba. Pero también tiraba con fuerza en mí la necesidad sexual. Aún amaba a Erika, pero no podía deshacerme de la necesidad sexual… Y volví a ir a una disco gay. Pero ya no era igual. Algo había muerto en mí. Y sentí que ya no debía volver a frecuentar ese ambiente.

Una vuelta al espíritu

»Comencé a leer la Biblia (mi madre tenía una). La leí y repasé varias veces. Y sentía que ahí había algo… en las palabras que leía, mi alma quedaba saciada. Vi orden en todo lo que se decía, nada era al azar. Todo estaba bajo la Divina Providencia. Y me pareció perfecto.
Comencé entonces a ir a la Iglesia. Me confesé y de ahí en más fui todos los domingos a Misa y participaba de las actividades parroquiales. La gracia actuaba sobre mí. Ingresé en la universidad y comencé una carrera.

Vuelta a la vida anterior

»Pero cometí un error. Continué mi relación, en amistad, con Erika, epistolarmente. Y un día fui a visitarla. Y caí en los brazos de la lujuria.
»Para entonces tenía 25 años. Y para mí fue un golpe muy bajo. Sentí que no había remedio para mi lesbianismo. Tiré todo por la borda. Apostaté alevosamente. Volví a descarriarme terriblemente, en un desenfreno peor que el anterior. Ya no involucraba sólo a mujeres, sino hombres también. Crucé límites que nunca soñé. Mi alma se volvió una gran sombra oscura, junto con mi indumentaria.

Un abuso…

»Entonces pasó algo terrible. Me traicionaron. Abusaron de mí. Esa noche sentí que había muerto. Tardé mucho tiempo en sobreponerme. Al final del año, mi alma era una sola lágrima. Definitivamente no podía volver. Ese mundo no era para mí. Me sentía devastada. También sabía que el fantasma lésbico estaba muy vivo en mí. ¿Cómo podría hacer frente a eso?

… y una gracia especial

»Supongo que recibí una gracia especial, que me hizo tener una enorme fe en Dios, de que yo podría cambiar. Le pedí a Dios que me curara, que me ayudara a ser una mujer de verdad. Que si Él hizo el Universo, ¿por qué no podía volver a hacerme de nuevo? Tomé una decisión y me determiné a cambiar.
»Me alejé de todos, corté todo tipo de contacto con el ambiente homosexual. Me dediqué al estudio de la vida de los santos, de la doctrina y la teología. Continúe mi carrera como pude, hasta que, por razones de salud, tuve que abandonarla.

Comienza la terapia reparativa

»Dos años más tarde, poco más, me metí dentro de un grupo de terapia reparativa para sanar la homosexualidad.
»Fui dando pequeños pasos, lentos, pero seguros… A los 30 años logré ponerme de novia por primera vez con un hombre, Horacio. Las cosas, desgraciadamente no funcionaron y al cabo de año y medio tuvimos que cortar. Luego conocí a otro muchacho, Demián, que vivía en una ciudad distante. Ese noviazgo fue corto. Él resolvió que no congeniábamos. Y me rompió el corazón.
Hasta tuve una crisis de fe por eso. Y estuve casi dos años muy triste. Continué rezando dolorosamente, a pesar de que no veía que las cosas mejoraran… Ese dolor sirvió para que se alejara de mí una enorme proporción del lesbianismo, quedando en mí residuos del vicio. Ya no tengo ningún interés de tener una relación lésbica ni afectiva ni mucho menos sexual con una mujer.

En paz con Dios y en capilla

»Actualmente mi salud ya no es lo que era. Estoy mucho más calmada y sosegada. Ya no me siento vacía. Me siento en paz con Dios. Estoy de novia con alguien que me quiere mucho y, si Dios quiere, pensamos casarnos. Sé que perdí muchos años de mi vida, pero aún no es tarde… Dios va delante… Siempre adelante, nunca perdiendo la esperanza…».

LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD, MÁS BIEN ES COMO UN ESPEJO ROTO QUE NECESITA SER REPARADO

He aquí una entrevista a Doreena Paz sobre su opinión ante varios aspectos de la homosexualidad y el colectivo gay.
- ¿Es la homosexualidad una enfermedad?
- La homosexualidad no es una enfermedad. Es el fruto de un escándalo, moral, emocional, físico, sexual sufrido en la infancia, la adolescencia y hasta la edad adulta.
Son varias las causas que hacen que esta se adquiera, desde el abandono emocional por parte de los padres de un niño, la confusión en la escala de valores y roles, hasta el abuso sexual en la infancia.
Decir que es una enfermedad, implicaría un desligue de la responsabilidad de “ser homosexual”. Por tanto no habría culpabilidad. Pero no es tal el caso, ya que siempre existe la libertad de elegir. No es una enfermedad, es un trauma. Es por eso que parece que uno ha nacido con eso y que no se puede elegir, que nunca podrá sentir atracción por el sexo opuesto, etc.
No entraré en detalles de psicología (no soy psicóloga), pero básicamente la homosexualidad es como ver un espejo roto. El espejo no “nació” así. Algo lo rompió…Y lo que vemos es un espejo roto, que necesita ser reparado. No es normal que un espejo continúe roto. La homosexualidad es un mal moral. Por eso es que debería poder ser tratado tanto por psicólogos especializados en el tema, como por sacerdotes.
- ¿Qué puedes decir acerca de la veracidad de tu relato autobiográfico?
- En cuanto al relato de mi vida ¿por qué no ha de ser cierto? Mi vida no es algo singular, desgraciadamente. Es bastante común en el ambiente gay. Y quien diga que en el ambiente gay se está mucho mejor, que reina un ambiente de sana moral e impecable civismo, que me disculpe, pero está ciego como un topo o no conoce el mundo gay.
No es de recibo decir que los “heterosexuales” dejan mucho que desear con sus conductas o que algunos no deberían ser padres, poniendo de ejemplo que una pareja homosexual es más fiel a su pareja y que son más dignos de tener hijos que un matrimonio de un hombre y una mujer.
Convengamos que la sociedad está enteramente en decadencia y esto afecta a todos los órdenes, incluyendo el matrimonio. Es un problema de orden, no de naturaleza. Hacer educar a un niño por un par de padres homosexuales no ayudará a la sociedad, porque va contra la naturaleza misma de las cosas.
- ¿Hay violencia en las parejas homosexuales?
- Sí, yo sufrí violencia con una de mis parejas… no es tampoco nada raro. Pasa que es algo que se oculta bastante bien, pero hay violencia entre las parejas homosexuales, entre lesbianas; que no por ser mujeres son menos violentas.
Es un tema candente que el lobby gay trata de ocultar, pero que existe. Por eso digo que no tiene nada de raro mi relato autobiográfico. Es bastante más común de lo que parece.
- ¿Los homosexuales nacen homosexuales?
- La sociedad actual nos ha hecho creer que los homosexuales nacen así y que la gente debe ser buena y tolerante. Y yo misma me creí eso. Fue una verdadera gracia que yo pudiera ver que no podía ser que la homosexualidad fuera buena. Fue difícil ver lo intrínsecamente malo que hay en ella.
Reconozco que en la antigüedad posiblemente me habrían encarcelado y me habrían ofrecido la conversión a Cristo y no estoy segura de que en esa época lo hubiera comprendido totalmente. Mucho peso tuvo la tremenda vista de la decadencia actual y el propio desorden y vacuidad de mi vida en mi conversión, que quizás no hubiera visto en aquellas épocas. Tampoco me habrían ofrecido una terapia reparativa. Pero tampoco los doctores de épocas pretéritas hubieran podido dislumbrar la confusión de roles en algunos padres o en el entorno.
En ese tiempo, las mujeres eran bien mujeres y los hombres bien hombres. Y no se discutía eso. Porque simplemente no había nada que discutir, la naturaleza hablaba por sí sola. Y los roles estaban bien asignados. Y eso no era para nada algo represivo o estructurado. Era un simple orden.
Agradezco haber nacido en una época en que la Misericordia y Paciencia de Dios se muestra sobreabundantemente. Lo que es decir mucho para nuestra época.

- ¿Cuál es tu propósito al contarnos este testimonio?

- Mi propósito es decir que no se dejen engañar por las prerrogativas que se imponen desde la moda, la sociedad actual, la televisión, el internet y aún las leyes y los gobiernos de turno sobre lo bueno del mundo gay.
En varios países incluso ofrecen facilidades burocráticas, sociales y económicas a quienes digan que son homosexuales. Y también leyes que sancionen a todo aquel que hable en contra de la homosexualidad.
- Pero, ¿una persona con sentimientos homosexuales puede cambiar?
- Sí, la homosexualidad se puede cambiar. Yo soy católica. No puedo decir que Dios no es indispensable para lograr ese cambio, porque no es así. Pero también es necesaria una voluntad dispuesta a todo, sin medias tintas, lista a quemar las naves. Es un acto de fe. Aún sabiendo que habrá caídas y momentos de total desolación, pero que hay que seguir luchando, sin descanso. Un vicio se adquiere en un día, una virtud puede llevar años adquirirla. No hay que bajar los brazos. Aquellos que ya son de una edad madura y piensan que ya están en la vía, que ya están en medio del baile y que ya no pueden cambiar, les digo que sí pueden. Ninguna edad es tarde para cambiar. Hay que confiar en Dios, que dispuso todo ordenadamente. Y que nos ama.
- ¿La homosexualidad era aceptada en la antigüedad y sólo desde la cristiandad fue condenada?
- Hay quienes dicen que la homosexualidad viene de antiguo. ¿Y con eso qué? El asesinato también viene de antiguo y no por eso lo ponemos por norma. La añejez de una conducta no la avala para decir que es algo inherente al ser humano. Una conducta se convierte en norma cuando forma parte de un orden. Y antiguamente, el ser fecundos, el tener muchos hijos, era algo bien visto en la sociedad (debería serlo hoy también), por el contrario, ser estériles era considerado un mal signo.
Por tanto, la homosexualidad no podría haber tenido nunca cabida dentro de la sociedad antigua. También hay quien dice que los griegos eran bastantes homosexuales y bisexuales. Obviamente seguro que  habría varios, pero la homosexualidad tampoco estaba bien vista en la Grecia Antigua. 

Tampoco voy a entrar en detalles acerca de esto, pero cualquiera que quiera indagar sobre el tema, leyendo de forma profunda sobre la vida de los griegos antiguos, constatará que lo que digo es cierto. La Iglesia se basó en la Revelación, las Antiguas leyes, la Naturaleza y las viejas costumbres para condenar la homosexualidad. No impuso nada nuevo con respecto a este tema, sólo terminó por sentenciar lo que a todas luces era malo.
- ¿Realmente el número de personas homosexuales ronda el 15% o más de la población total?
- Acerca del famoso 15%… es un número que se le transmite a uno cuando ingresa en un ambiente gay. Y uno ve el pequeño grupo que tiene delante y cualquiera que sepa matemática básica sabe que es imposible que los homosexuales sean el 15 % de la población. Y aún cambiando de ciudad, ese pequeño número inferior al 15% no se sostiene.
En las famosas marchas de orgullo gay, hay que reconocer que muchos de los que se suman no son gays, sino que muchos son “simpatizantes” o simplemente les gusta lo exuberante de “la fiesta”.
Frecuentemente asisten a esas marchas personas de otras ciudades, para “hacer número”. Y en las fotos es fácil hacer parecer que son el gran gentío cuando en realidad no son tantos. También hay que decir que no son las mismas marchas de los años 80 que las de ahora. Ahora hay países que incluso facilitan esas marchas, que son gay friendlyEl tema homosexual ha pasado a ser un tema político. Por tanto ese famoso “15%” puede estar contenido por muchos varios heterosexuales.
- ¿Qué más se oculta detrás de la política pro lobby gay?
- De hecho sobre el tema del SIDA, hay mucho de política detrás del uso de la “victimización” del homosexual con HIV (y digo bien, con HIV y no con SIDA) para dar la imagen del gay abandonado y discriminado por la sociedad.
Lo que nadie sabe, lo que se oculta, es que los mismos que militan “defendiendo” a sus compañeros con HIV; son los mismos que los abandonan cuando se les declara el SIDA. Sé de buena fuente que muchos de ellos son abandonados como perros en los hospitales y ni la familia los va a ver. Ni “sus amigos”. Sólo los usan como propaganda más para “para hacer una sociedad más tolerante y comprensiva”. Pura hipocresía.
Fuentes: Religión Digital, Signos de estos Tiempos

Joseph Vitolo fue testigo de la Virgen flotando

El milagro del Bronx, la aparición de Nuestra Señora del Universo [2012-09-26]


El 29 de octubre 1945 a las 9, Joseph Vitolo fue testigo de la Virgen flotando sobre el lugar de lo que es el santuario ahora. La visión catapultó al Sr. Vitolo, un hijo de inmigrantes italianos, a los medios de comunicación. Estimulado por la cobertura de prensa, más de 30.000 personas llenaron el lugar, al sur de Van Cortlandt Park, con la esperanza de ser tocadas por la presencia celestial que, según se decía, se había sido comunicado con el niño.
Este es el relato y un reportaje que hizo el New York Times en el 2002.
La visión llegó apenas unos meses después del final de la Segunda Guerra Mundial. Botes llenos de soldados estaban felices de regresar a la ciudad desde el extranjero. Nueva York era innegablemente segura. ”Todas las señales eran que sería la ciudad suprema del mundo occidental, o incluso del mundo como un todo”, escribió Jan Morris en su libro “Manhattan ’45″. Los neoyorquinos, agregó, usando una frase de un folleto comercial optimista de la época, se consideraban un pueblo “para quien nada es imposible.”
Esta particular imposibilidad, la visión, pronto desapareció de los titulares. La Arquidiócesis de Nueva York se negó a hacer una declaración sobre su validez; en la medida que los días, meses y años pasaron, los católicos locales se olvidaron del “Milagro del Bronx”, como la revista Life lo llamó. Pero el joven Joseph Vitolo nunca olvidó, ni durante Navidad ni en ninguna otra estación del año. Visitó el lugar cada noche, una práctica que le separó de amigos en su barrio Bedford Park, que estaban más interesados ??en ir al Yankee Stadium o a Orchard Beach. Muchos en el área de clase obrera, incluso algunos adultos, se burlaban de él por su piedad, despectivamente llamándolo “San José”.
A través de años de pobreza, el Sr. Vitolo, un hombre modesto que trabaja como conserje en el Jacobi Medical Center y rezaba para que sus dos hijas mayores encontraran buenos maridos, ha mantenido esta devoción. Cada vez que intentaba iniciar una vida lejos del lugar de las apariciones – en dos ocasiones trató de convertirse en sacerdote – se sintió atraído al viejo vecindario. Sentado en su chirriante casa de tres pisos, el Sr. Vitolo dijo que el momento cambió su vida, la hizo mejor. Él tiene un libro gordo de recuerdos, atesorado de recortes sobre el evento. Su vida hizo pico a una tierna edad, pero hay un cansancio, un recelo, sobre él, derivada quizá de sus luchas terrenales y de la carga de ser el chico que vio a la Virgen.
¿Alguna vez cuestiona lo que sus ojos vieron? “Nunca tuve dudas”, dijo. “Otras personas lo hicieron, pero yo no lo hice. Sé lo que vi.” El cuento increíble comenzó dos noches antes de Halloween. Los periódicos estaban llenos de historias sobre la destrucción causada por la guerra en Europa y Asia. William O’Dwyer, de origen irlandés un ex abogado del distrito, estaba a días de ser elegido alcalde. Los fans de los Yankees se lamentaban del cuarto puesto de su equipo, su mejor bateador fue el segunda base Snuffy Stirnweiss, no exactamente Ruth o Mantle.
Joseph Vitolo, el niño de su familia, pequeño para su edad, jugaba con sus amigos cuando de repente tres chicas dijeron que vieron algo por encima de una colina rocosa detrás de la casa de Joseph, en Villa Avenue, a una manzana del Grand Concourse. Joseph dijo que no notó nada. Una de las chicas le sugirió que orara.
Le susurró un Padre Nuestro. No pasó nada. Luego, con mayor sentimiento, recitó un Ave María. Al instante, dijo, vio una figura flotante, una mujer joven de color rosa que se parecía a la Virgen María. La visión le hizo señas a él llamándolo por su nombre.
“Yo estaba petrificado”, recordó. “Pero su voz me tranquilizó”.
Él se acercó con cautela y escuchó como la visión habló. Ella le pidió que durante 16 noches consecutivas rezara el rosario. Ella le dijo que quería que el mundo orara por la paz. Sin que la vieran los demás niños, la visión desapareció.
Joseph corrió a su casa para decirlo a sus padres, pero ellos ya habían escuchado la noticia. Su padre, un recolector de basura que era alcohólico, se indignó. Golpeó al niño por decir mentiras. ”Mi padre era muy difícil”, dijo el Sr. Vitolo. “Él le pegaba a mi madre. Esa fue la primera vez que me pegó a mí.” La señora Vitolo, una mujer religiosa que había tenido 18 hijos, sólo 11 de los cuales sobrevivieron a la infancia, se mostró más comprensiva con historia de Joseph. La noche siguiente, acompañó a su hijo al sitio.
La noticia se propagó. Esa noche, 200 personas se reunieron. El chico se arrodilló en el suelo, se puso a rezar e informó de que otra visión de la Virgen María había aparecido, esta vez solicitando que todos los asistentes cantaran himnos. ”Como la multitud adoró al aire libre la noche anterior con velas encendidas en forma de cruz, … por lo menos 50 automovilistas detuvieron sus autos cerca de la escena”, escribió George F. O’Brien, periodista de The News Home, el principal diario de Bronx. ”Algunos se arrodillaron cerca de la acera cuando se enteraron de la ocasión del encuentro.”
El Sr. O’Brien recuerda a sus lectores que la historia de Joseph fue similar a la de Bernadette Soubirous, la pobre chica pastora que afirmó haber visto a la Virgen María en Lourdes, Francia, en 1858. La Iglesia Católica Romana reconoció sus visiones como auténticas y, finalmente, fue declarada santa, una la película de 1943 que cuenta su experiencia, “Song of Bernadette”, ganó cuatro premios de la Academia. Joseph le dijo al reportero que no había visto la película.
En los próximos días, la historia saltó de lleno al centro de la atención. Los periódicos publicaron fotografías de la escena José arrodillado devotamente en la colina. Reporteros de los periódicos italianos y los servicios internacionales de noticias aparecieron, cientos de artículos circularon por todo el mundo, y la gente ávida de milagros llegaba a la casa Vitolo a todas horas. ”No podía ir a dormir por la noche porque la gente estaba constantemente en la casa” dijo el Sr. Vitolo. Lou Costello, de Abbott y Costello envió una pequeña estatua encerrada en cristal. Frank Sinatra llevó una gran estatua de María que todavía se encuentra en la sala de estar de Vitolo. El Cardenal Francis Spellman, arzobispo de Nueva York, irrumpió en la casa Vitolo con un séquito de sacerdotes y habló brevemente con el niño.
Incluso padre borracho de Joseph miró a su hijo más pequeño de otra manera. ”Él me dijo: ‘¿Por qué no curas mi espalda? El Sr. Vitolo recordó. “Y puse mi mano en su espalda y le dijo: ‘Papá, tú estás mejor’. El volvió a trabajar al día siguiente. “Pero el niño estaba abrumado por toda la atención. “Yo no entendía de qué se trataba todo esto”, dijo el Sr. Vitolo. “Las personas me estaban buscando por ayuda, buscando para curaciones. Yo era joven y estaba confundido”.
En la séptima noche de las visiones, más de 5.000 personas estaban en la zona. El público incluía mujeres de cara triste con chales recitando el rosario, un contingente de sacerdotes y monjas a quienes se les administró un área especial para orar, y parejas bien vestidas que habían llegado de Manhattan en limusinas. Joseph fue llevado hacia la colina por un vecino voluminoso, que lo protegía de adoradores demasiado ansiosos, algunos de los cuales ya habían arrancado los botones de la chaqueta del chico.
Después de los servicios, lo colocaron sobre una mesa en su sala de estar, una lenta procesión de necesitados desfilaron ante él. Sin saber qué hacer, él puso sus manos sobre la cabeza y recitó una oración. Vio a todos: los veteranos heridos en el campo de batalla, las ancianas que tenían problemas para caminar, los niños con lesiones del patio de la escuela. Era como si una mini-Lourdes hubiera surgido en el Bronx.
Como era de esperar, las historias de milagros rápidamente aparecieron. El Sr. O’Brien informó sobre el caso de un niño cuya mano paralizada fue curada después de tocar la arena del sitio. El 13 de noviembre, la penúltima noche de la aparición profetizada, más de 20.000 personas se hicieron presentes, muchos a través de autobuses fletados desde Filadelfia y otras ciudades.
La última noche prometía ser la más espectacular. Los periódicos informaban que la Virgen María le había dicho a Joseph que un pozo milagroso aparecería. La anticipación se encontraba en un punto álgido. Una suave lluvia cayó, y entre 25.000 y 30.000 personas se prepararon para el servicio. La policía cerró un tramo de Grand Concourse. Alfombras estaban colocados en el camino que conducía a la colina para evitar que los peregrinos cayeran en el barro. Entonces Joseph fue puesto en la colina y entre un mar de 200 velas encendidas.
Usando un suéter azul sin forma, comenzó a orar. Entonces alguien en la multitud gritó: “¡Una visión!”. Una oleada de emoción cundió en la reunión, hasta que se descubrió que el hombre había capturado una visión de una mujer espectadora vestida de blanco. Ese fue el momento más apasionante. La sesión de oración procedió como de costumbre. Cuando terminó, Joseph fue llevado a su casa.
“Recuerdo oír a la gente gritando cuando me llevaban de vuelta”, dijo el Sr. Vitolo. ”Estaban gritando: ‘¡Mira Mira Mira!’. Recuerdo que miré hacia atrás y el cielo se había abierto. Algunas personas dijeron que vieron a Nuestra Señora de blanco ascendiendo hacia el cielo. Pero yo sólo vi que el cielo se abría”.
Los acontecimientos gloriosos del otoño de 1945 marcaron el fin de la infancia de Joseph Vitolo. Ya no era un niño ordinario, tenía que cumplir con la responsabilidad de una persona que había sido agraciada con un espíritu piadoso. Así que cada noche a las 7, obedientemente iba a la colina para rezar el rosario para una multitud cada vez más pequeña que estaba visitando un lugar que se estaba convirtiendo en un santuario. Su fe era fuerte, pero sus devociones religiosas constantes le hicieron perder amigos y le va mal en la escuela. Él se convirtió en un niño triste y solitario.
El otro día, el Sr. Vitolo sentado en su sala de estar recordó ese pasado. En una esquina está la estatua que Sinatra le llevó, una de sus manos está dañada por un pedazo de techo caído. En la pared hay un cuadro de colores brillantes de María, pintado por el artista de acuerdo con las instrucciones del señor de Vitolo.
“La gente se burlaba de mí”, dijo el Sr. Vitolo sobre su juventud. “Caminaba por la calle y los hombres adultos gritanan:” ¡Ahí va, St. Joseph¡!. Dejé de caminar por esa calle. No era un momento fácil. He sufrido”. Cuando su querida madre murió en 1951, trató de dar otra dirección en su vida estudiando para ser sacerdote. Dejó Samuel Gompers High School Profesional y Técnica, en el sur del Bronx y se matriculó en un seminario benedictino en Illinois. Pero rápidamente se hartó de la experiencia. Sus superiores esperaban mucho de él – él era, después de todo, un vidente – y él se cansó de sus expectativas. ”Eran gente buena, pero me asustaban”, dijo.
Sin método, se matriculó en otro seminario, pero el plan fracasó también. Luego encontró un trabajo en el Bronx como aprendiz de imprenta y reanudó sus devociones nocturnas en el santuario. Pero con el tiempo le molestó la responsabilidad, harto de los chiflados, y a veces resentidos. “La gente me pedía que orara por ellos, y yo estaba buscando de ayudarme a mí mismo”, dijo Vitolo. ”La gente me pedía: ‘Ora para que mi hijo se meta en el cuerpo de bomberos. Y yo pensaba, ¿Por qué nadie me daba un trabajo en el Departamento de Bomberos?”
Las cosas comenzaron a mejorar en la década de 1960. Un nuevo grupo de fieles se interesó en sus visiones, e inspirado por su piedad, el señor Vitolo volvió su dedicación a su encuentro con lo divino. Él se relacionó con una de las peregrinas, Grace Vacca, de Boston, y se casaron en 1963. Otro devoto, Salvatore Mazzela, un trabajador de autos, compró la casa al lado del lugar de las apariciones, lo que garantizó la seguridad de los desarrolladores. El Sr. Mazzela se convirtió en guardián del santuario, plantando flores, construyendo caminos e instalando estatuas. Él mismo había visitado el santuario durante las apariciones de 1945.
“Una mujer de la multitud me dijo: ‘¿Por qué has venido aquí?’”, Recordó el Sr. Mazzela. ”Yo no sabía qué responder. Ella dijo: ‘Has venido aquí para salvar tu alma’. Yo no sabía quién era, pero ella me hizo ver. Dios me hizo ver”.
Aunque durante los años 1970 y 80, la mayor parte del Bronx fue superado por la decadencia urbana y la delincuencia, el pequeño santuario siguió siendo un oasis de paz. Nunca fue objeto de vandalismo. Durante estos años, la mayoría de los irlandeses y los italianos que habían frecuentado el santuario se trasladaron a los suburbios y fueron reemplazados por los puertorriqueños, dominicanos y otros católicos recién llegados. Hoy en día, la mayoría de los transeúntes no saben nada de los miles de personas que se habían reunido una vez allí.
“Siempre me he preguntado de qué se trató”, dijo Sheri Warren, un residente de seis años del barrio, que regresaba de la tienda de comestibles en una tarde reciente. ”Tal vez ocurrió hace mucho tiempo. Es un misterio para mí.”
Hoy, una estatua acristalada de María es pieza central del templo, elevada sobre una plataforma de piedra y establecida exactamente en el lugar donde el señor Vitolo dijo que la visión apareció. Muy cerca se encuentran bancos de madera para los fieles, las estatuas de San Miguel Arcángel y el Niño Jesús de Praga y una señal en forma de tableta con los Diez Mandamientos.
Pero si el santuario siguió siendo vital a través de las décadas, fue porque el Sr. Vitolo luchó. Vivió con su esposa y sus dos hijas en la casa destartalada, una chirriante estructura de tres pisos a sólo unas cuadras de la Iglesia de San Felipe Neri, donde la familia siempre ha concurrido. Trabajó en varios puestos de baja categoría manteniendo a la familia en la pobreza. En la década de mediados de los 70, trabajó en Aqueduct, Belmont y otros circuitos locales, en la recolección de muestras de orina y sangre de los caballos. En 1985 se unió al personal de Jacobi Medical Center, en el Bronx del norte, donde sigue trabajando, lava y encera los pisos, y rara vez revela su pasado a sus compañeros de trabajo. ”Tuve bastante ridículo cuando era un niño”, explicó.
Su esposa murió hace unos años, y el Sr. Vitolo ha pasado la última década preocupándose más por las cuentas de la calefacción de la casa, que ahora comparte con una hija, Marie, que sobre el aumento de la asistencia del santuario. Cerca de la puerta de su casa hay un patio abandonado, lleno de basura, a través de la calle está Jerry Steakhouse, que fue un negocio espectacular en el otoño de 1945, pero que ahora se encuentra vacante, señalado por un letrero de neón oxidado de 1940. La dedicación del Sr. Vitolo a su santuario persiste, no obstante. ”Yo digo a Joseph que la autenticidad de la capilla es la pobreza”, dijo Geraldine Piva, una creyente devota. “Él nunca ha hecho ningún dinero del santuario”.
Por su parte, el Sr. Vitolo dice que un compromiso inquebrantable con las visiones da sentido a su vida y le protege de su padre, que murió en el 1960. Él es energizado cada año, dice, por el aniversario de las apariciones de la Virgen, que está marcado con una misa y celebraciones. Los devotos del santuario, que ahora suman alrededor de 70 personas, viajan de varios estados para asistir.
El envejecido vidente ha coqueteado con la idea de mudarse – tal vez a Florida, donde su hija Ann vive -, pero no puede abandonar su lugar sagrado. Sus huesos crujen al hacer la caminata hasta el sitio, pero planea hacer la escalada durante todo el tiempo que pueda. Para un hombre que luchado durante mucho tiempo para encontrar una carrera, las visiones de hace 57 años han resultado ser una vocación.
“Tal vez si pudiera llevar el santuario conmigo, me volvería a mudar”, dijo. “Pero recuerdo que, en la última noche de las visiones en 1945, la Virgen María no dijo adiós. Ella solo se fue. Entonces, quién sabe, algún día podría estar de regreso. Si lo hace, voy a estar aquí esperándola”.
La dirección del santuario es 3191 Grand Concourse, Bronx, NY 10468
Fuentes: New York Times, Signos de estos Tiempos

MARIA DE LA DIVINA MISERICORDIA

Los falsos profetas están listos ahora y se abalanzarán sobre esta misión

Lunes, 24 de setiembre del 2012, a las 15:30 hrs.

Mi muy querida y amada hija, debo advertirte acerca de los falsos profetas que tratan de interferir con esta misión. Muchas almas engañadas, que creen que ellas están recibiendo mensajes divinos, están siendo extraviadas por el maligno.

El lo hace aprovechándose de su amor por Mí y apunta, especialmente, a las santas almas devotas.

Cualquier persona que te diga que tiene un mensaje del Cielo, que te instruirá para cambiar o corregir un mensaje Mío, es un mentiroso.

Esta no es la manera en que Yo autorizo las comunicaciones del Cielo. Los únicos mensajes que Yo permito que sean comunicados de un visionario a otro, son los de apoyo y amor, pero solo cuando es necesario.

Los mensajes recibidos por profetas genuinos o alamas elegidas son también verdaderos o falsos. No hay ninguno en medio. El Cielo nunca enviará un mensaje, para contradecir otro mensaje recibido por un alma elegida por el Cielo.

¡Cuidado con los falsos profetas! Aquellos que no se dan cuenta que ellos son falsos, pueden causar un daño terrible, cuando interfieren con Mi Sagrada Palabra. Tu, hija Mía, no debes comprometerte con aquellos que dicen que vienen en Mi Nombre, a menos que Yo te instruya de otra manera.

Los falsos profetas están listos ahora y se abalanzarán sobre esta misión. No debes comprometerte con ellos.

Está alerta a estos peligros, porque el más peligroso de todos, será el hombre que vendrá y dirá que soy Yo.

Déjense, Mis discípulos, ser atraídos a los falsos profetas, y serán presa fácil del Anticristo y su Falso Profeta.

Confíen en Mi Sagrada Palabra. Muchos de ustedes no pueden, todavía, aceptar la Verdad y discutirán Conmigo, pero no servirá de nada. Porque la mayor crítica que tienen ustedes de Mí, es que Yo amo a todos los hijos de Dios, especialmente a los pecadores.

Yo los amo a todos por igual. Aquellos de ustedes que Me acusan de favorecer a los pecadores, sepan esto:
Nunca traten de confundir a otros diciendo que Jesús tolera el pecado. Ustedes saben que esto es una mentira. Yo detesto el pecado pero amo al pecador.

Su Jesús

MARIA DE LA DIVINA MISERICORDIA

Virgen Maria: Ha sido predicho, que en estos tiempos en que vives ahora, el corazón de la Humanidad se endurecerá

Viernes, 21 de setiembre del 2012, a las 15:05 hrs.
 
Mi niña, cuán rápida es la Humanidad para idolatrar falsos reyes,  falsos dioses.

Muchas personas en el mundo de hoy,  no piensan nada de abrazar falsos ídolos, y entonces, no tienen culpabilidad en sus corazones cuando rechazan al único y verdadero Dios.
 
Ha sido predicho, Mi niña, que en estos tiempos en que vives ahora, el corazón de la Humanidad se endurecerá.

Ellos rechazarán incluso a su propia familia en búsqueda del placer.

Rechazarán a aquellos en pobreza y a aquellos que se mueren de hambre, mientras ellos practican todo tipo de egoísmo y cometen el pecado de la glotonería.

Estos días están sobre ustedes, hijos. Mientras la raza humana deambula impotente, en confusión, en donde nada le satisface, se agarrará de cualquier cosa que cree llenará el vacío. El vacío existe, porque ellos no siguen la Vedad o rinden lealtad a Mmi amado Hijo.

No solo idolatran a falsos dioses, ellos rinden lealtad a aquellas pobres almas, que promueven el pecado como si no tuviera consecuencias.

Entonces, cuando les presentan las mentiras acerca de Mi Hijo en el mundo de hoy, son rápidos en aceptarlas.

Es aceptado ridiculizar a Mi Hijo, sin embargo, cuando otras doctrinas que no contienen la Verdad son criticadas, la gente se acobarda del miedo. Ellos no le temen a Mi Hijo.

No le temen al Unico y Verdadero Dios, porque no Le aman. Sus corazones están cerrados.

Ellos continúan siguiendo el camino que no les trae consuelo. En su lugar, este camino les deja insatisfechos y vacíos.

Cómo lloro cuando veo su confusión. Cómo lloro por Mi Hijo a quien ellos hieren muchísimo con su desprecio. El, que sufre muchísimo por ellos y que muere de la más agonizante manera. Sin embargo, todavía no entienden el significado de Su Muerte en la Cruz.

Es solo cuando una persona acepta a Jesús, el Cristo, el verdadero Mesías que encontrará paz.

Pronto Mi Hijo les presentará a ellos la prueba que demandan. Cuando les sea mostrada la prueba, tendrán que hacer la elección final.

Ellos también escogerán a Mi Hijo y la Verdad o aceptarán las mentiras con que son alimentados por el engañador.

Recen, hijos, para que los corazones sean abiertos y que el amor de Mi Hijo, permita a todos los hijos de Dios aceptar su Mano Misericordiosa.

Su amada Madre, La Madre de la Salvación

MARIA DE LA DIVINA MISERICORDIA

Ellos dirán que Yo fui casado. Ellos dirán que Yo fui simplemente un profeta.

Jueves, 20 de setiembre del 2012, a las 15:16 hrs.

Yo soy tu esposo místico y como tal, tú continuarás sufriendo para salvar almas.

Mi querida y amada hija, el momento para que las mentiras acerca de Mí sean difundidas por todo el mundo, ha comenzado.

Como te lo dije antes, ellos inventarán mentiras y crearán falsedades acerca de Mí, Jesucristo, para que puedan negar Mi Divinidad.

Mi Divinidad es Todo-poderosa.

Vine en la carne y Me humillé de una manera en la que la gente no esperaba.

No vine vestido como un rey.

No vociferé o Me jacté como un rey para que los otros cayeran a Mis Pies.

Yo no vine para ser servido.

En cambio, Yo vine a servir.

Vine a suplicar por su salvación. Para hacer esto tuve que humillarme haciéndome hombre, un hombre pobre, de origen humilde.

Mientras que vine como un hombre, no fue Mi intención que Mi Divinidad fuera comprometida de ninguna manera. Yo nací sin pecado. Era imposible para Mí pecar. Pude haber tenido los mismos deseos de la carne como un hombre, pero Yo nunca cometí pecado, porque esto no puede ser. Yo fui puro de mente, cuerpo y espíritu.

Yo fui como un hombre en muchas maneras, pero Me levanté de los muertos.

Las mentiras, que emergerán, en donde ellos negarán la Verdad de Mi Existencia a través de una serie de falsedades, empezarán a inundar la Tierra.

Ellos dirán que Mi Cuerpo todavía puede ser encontrado. Dirán que Yo fui casado. Dirán que Yo fui simplemente un profeta. Entonces tratarán de probar, una vez más, que Yo fui un hereje, que Yo blasfemé en contra de Dios. Ellos ridiculizarán Mis Palabras, mientras son dadas al mundo ahora y luego Me rechazarán.

Ellos hacen esto por dos razones: La primera es para profanar Mi Divinidad y para presentarme como un simple hombre. La segunda es, para crear duda en cuanto Mi papel como Mesías.

Cómo insultan Mi Nombre.

Cómo confunden a Mis seguidores.

¡No escuchen las mentiras!

¡No escuchen cuando traten de convencerles de que Dios no creó el universo!

Porque todas estas distracciones están diseñadas para debilitar su fe y robar sus almas.

¡Bloqueen sus oídos a esas perversidades! ¡Cierren sus ojos a las falsedades, mientras todo esfuerzo será hecho para convencerles de que Yo no fui el Mesías, el Salvador y Redentor de la Humanidad!

Cuán ciegos están ellos.

Cuán poco han aprendido. 

Su Jesús