El cristianismo ofrece esperanza"El budismo no tenía esperanza para mí. Los cristianos sí tienen esperanza. Así que quise ser capaz de llegar a ser cristiano. Volví a examinar las cosas que había rechazado en mi juventud. Me di cuenta que es racional creer en Dios, tan racional -hoy pienso que más racional- que creer, con los budistas, que no hay Dios".
Examinó la clave de la propuesta cristiana: que Jesús había resucitado. "Me asombró descubrir que la resurrección literal de Cristo de entre los muertos tras su crucifixión es la explicación más racional de lo sucedido. Eso hacía del cristianismo la opción más racional de las religiones teístas, y como cristiano consideré que debía dar prioridad a la Iglesia Católica. En mi libro analizo varios argumentos que me dieron para no hacerme católico y explico cómo no consiguieron disuadirme".
"El cristianismo es la religión del valor infinito de cada persona. Cada persona es una creación individual de Dios, y como tal Dios la ama y valora infinitamente. En esto se basa toda la moral cristiana, desde el valor de la familia al altruismo y el sacrificio de los santos. Por ser infinitamente valiosos es por lo que Jesús murió por nosotros, para salvarnos a cada uno. Y somos las personas que somos, con nuestras historias, amigos y parientes.Nuestra fe es que en Dios nuestras muertes tendrán significado para cada uno de nosotros, de formas que exceden nuestra imaginación pero que incluso ahora ya excitan nuestra esperanza y alimentan nuestras vidas".
Hoy Paul Williams es laico dominico y un gran admirador de Santo Tomás de Aquino. Lamenta que a veces, en encuentros ecuménicos o análisis de religión comparada, se haga el contraste entre los místicos cristianos de lenguaje sencillo (como San Juan de la Cruz) con teóricos budistas muy elaborados, con un discurso muy intelectualizado que hacen parecer al místico cristiano una versión simple de una filosofía compleja. Williams considera que esos autores budistas deben contrastarse más bien con autores sistemáticos como Santo Tomás. Sigue siendo, en todos los sentidos, profesor y especialista en budismo.
Ser ignorante no es pecado, pero se puede volver, pues si uno puede salir de ello en lo que concierne al bien eterno y no lo hace, la persona puede morir eternamente. Pues hoy dia la gente se preocupa por no ser ignorante al mundo pero si a las cosas de Dios, y esta ignorancia no la va a justificar Dios el día de su juicio, por eso los Apóstoles decían que era mejor hacerse necios ante las cosas del mundo que pasan, para ser agradable a Dios.
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