lunes, 3 de diciembre de 2012

LOS RECIÉN NACIDOS POR LA VIDA






MARÍA VALTORTA   CUADERNOS DEL 1943

1 de mayo
Sábado 11 horas
Dice Jesús:
«¿Te entristeces? Yo también. ¡Pobres niños! ¡Los pequeñuelos que Yo amaba tanto y
que deben morir así! ¡Y Yo que les acariciaba con una ternura de Padre y de Dios que
ve en el niño la obra de arte, aún no profanada, de su creación! Los niños que mueren,
matados por el odio y entre un coro de odio.
¡Oh¡ ¡que los padres y las madres no profanen, con sus imprecaciones, el holocausto
inocente de sus flores truncadas! Que sepan los padres y las madres que ni una
lágrima de sus pequeños, ni un gemido de estos inocentes inmolados queda sin eco en
mi Corazón. A ellos se abre el Cielo, porque no se diferencian en nada de sus lejanos
hermanos, matados por Herodes por odio hacia Mí. También éstos han sido matados
por los malvados Herodes, custodios de un poder que Yo les he dado para que lo
usaran para el bien y del cual me deberán rendir cuentas.
Yo vendría por todos. Pero especialmente por éstos, recién nacidos a la vida, don de
Dios, y ya arrancados a la vida por la crueldad, don del demonio. Pero sabed que para
lavar la sangre contaminada que ensucia la tierra, que es derramada con hastío y
maldición en hastío y maldición hacia Mí que soy el Amor, es necesario este rocío de
sangre inocente, el único que aún sabe brotar sin maldecir, sin odiar, así como Yo, el
Cordero, derramé mi sangre por vosotros. Los inocentes son los pequeños corderos de
la nueva era, los únicos cuyo sacrificio, recogido por los ángeles, es completamente
agradable a mi Padre.
Después vienen los penitentes. Pero después. Porque incluso el más perfecto entre
ellos arrastra en su sacrificio escorias de imperfecciones humanas, de odios, de
egoísmos. Los primeros en la hilera de los nuevos redentores son los niños cuyos ojos
se cierran en un horror para reabrirse sobre mi Corazón en el Cielo.»

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