lunes, 29 de abril de 2013

PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU

Mejor
sería perderlo todo que olvidar un deseo Mío.
 Lo que hice constantemente en la tierra, deseo que lo repitas
a quienes llamo Mis predilectos, fue sólo una cosa: La Voluntad
de Mi Padre. Todo lo que He hecho fue porque El lo quería. Por
eso dio testimonio de Mí, diciendo: Este es Mi Hijo amado, en
quien tengo Mis complacencias.
 La meta, por tanto, debe ser clara a fin de que sean claras las
premisas: obren en unión Conmigo para darme el gusto de
expandirme, difundirme como Yo quiero y porque quiero. Será
difícil a veces el cumplimiento de este Mi deseo, pero la
dificultad la pongo Yo para afirmar el amor y para poder
glorificarlos en el Cielo.
 Cuando dije: Padre Mío, en Tus manos encomiendo Mi
Espíritu, lo hice porque así quería Mi Padre, pero quien posee la
luz, sabe que Mi Espíritu estaba totalmente en Sus manos desde
el instante en el cual Gabriel dio a Mi amadísima Madre, el
anuncio de Mi Encarnación. Quiero que aprendan de Mí, porque se debe poblar el Cielo de una multitud de Bienaventurados que serán imágenes Mías
y este es Mi deseo vivo porque es la misma Voluntad del Padre
y del Amor, ya que realizándose así Mi Humanidad será
honrada. Mi Padre Quiere reproducir las imágenes de Su Hijo
por el cual su infinita maestría y su infinito amor están a
disposición del hombre.
 El quiere esto y ustedes serán Mi alegría si se dejan modelar a
Mi imagen. Háganlo, si Me aman; háganlo si quieren de verdad
parecerse a Mí.

Del Libro LA GRAN CRUZADA DEL AMOR, transmitido por Nuestro Señor Jesucristo a Catalina Rivas.

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