Más cruel que el mayor de los tiranos es el demonio que
procura subyugar el mayor número posible de almas, con
astucia y engaños. El quiere tener un reino en el cual, sin ser
visto, sea escuchado de buena gana y no por la fuerza, como
sucede en su reinado de odio, de furor y de discordia.
Quiere vanamente arrebatarme el poder que Me Ha dado Mi
Padre y del cual Soy muy celoso. Se complace en la aquiescencia
humana y se gloría de ella entre los suyos.
Es necesario que conozcan mejor la finalidad del sembrador
de discordias para poder hacerle frente y abatirlo; es necesario
ver en el tentador el procedimiento que lo distingue entre todos
los pecadores, para darle las lecciones que se merece. Y Yo te
escucho de buen grado cuando pides refugio y fuerza para
combatir al inmundo, al mentiroso denigrador de Mi poder.
Sepan, hijos, que al guiarlos, se necesitan algunas tomas de
contacto con el enemigo porque quiero unirlos a Mí en el
combate con él, para luego glorificarlos como vencedores del
que Me odia. Si no se dieran estas luchas, no sería completa Mi
obra de amor y, por lo tanto, no es necesario tener temor.
Confianza en Mí y temor, no de Satanás, sino de sí mismos: esto
basta para obtener la victoria.
Sepan que no existe mayor oprobio para él, peste y vituperio
del Cielo, que el verse vencido por cualquier persona que,
habiendo experimentado tales derrotas, siempre vuelve para su
satánico placer de hacer la guerra, destruir lo que Yo He dado a
los hombres con tanta generosidad.
Si él no pusiese obstáculos, se podría durar más en el estado
de Gracia, pero dándole Yo el permiso, el rebelde quisiera
resquebrajar Mis edificios, sin tomar en cuenta que Yo, muchas
veces, Me sirvo de su obra para llevar a un alma a lo opuesto de
lo que él ha maquinado.
Aquel que se lamenta de la obra del maligno, debe tener en
cuenta estos aspectos:
El no sería mejor que Satanás si Yo lo dejase abandonado a
sí mismo.
Y que es una razón muy grande para que se acepten, como
queridos por Dios, los fastidios de Lucifer o de sus
pérfidos compañeros de desgracia, el hecho de que Yo
hiciera experiencia humana..
No tengan terror, temor o incertidumbre, sino firme
confianza en Mi poder y Yo los haré partícipes de Mi Sabiduría
para derrotar a nuestro común enemigo. No lo ven pero está
presente y como astuto intenta dárselas, pero Yo domino y lo
derroto y una sola mirada Mía lo hace huir lejos
Se los digo hoy y cuando suceda, toda palabra Mía les
confirmará lo mucho que los amo y cómo busco protegerlos en
todas las cosas...
Ser ignorante no es pecado, pero se puede volver, pues si uno puede salir de ello en lo que concierne al bien eterno y no lo hace, la persona puede morir eternamente. Pues hoy dia la gente se preocupa por no ser ignorante al mundo pero si a las cosas de Dios, y esta ignorancia no la va a justificar Dios el día de su juicio, por eso los Apóstoles decían que era mejor hacerse necios ante las cosas del mundo que pasan, para ser agradable a Dios.
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