miércoles, 1 de mayo de 2013

...SE ALZARÁ EL HIJO DE LAS TINIEBLAS

 Escribe, 
la que el mundo ya casi no es mundo sino la antesala del
infierno...
 Cuando estalle la cólera divina y el imperio de las bestias haya
hecho posible la depravación final, se alzará ese hijo de las
tinieblas. Su insolencia, su astucia, su potencia llena de vigor,
puesta en obra, conseguirá, por el maléfico poder que se le ha
dado, destruir y aniquilar a los poderosos y con ellos a los fieles
que en Mí creen y en Mí esperan.
 Con el engaño, su ingenio hará que la mentira parezca
verdad, consiguiendo cuanto se proponga. Este hijo de la
iniquidad, engendro de Satanás, tiene toda su inteligencia
diabólica en acción. Sus palabras resuenan en el mundo,
especialmente su doctrina sobre la tierra. Son el sonido sutil que
va llenando todos los espacios, haciendo en los corazones el
advenimiento de esa era de terror y de maldad.
 Ese ser es, como un oculto instrumento de astucias y
engaños, una poderosa máquina que mueve a los hombres,
desquiciándolos y llevándolos al error y la confusión.

Vive oculto, es como si todo fuera sólo ojos que miran al
mundo; boca que habla palabras que aturden y seducen las
mentes humanas, haciendo que se precipiten en su perdición.
 Será peor que todos. Acaudillará el ejército más cruel y
bárbaro de la tierra. Hollará naciones. Aniquilará a las mismas
naciones que escucharon su voz y siguieron sus palabras.
 Crecerá su poder hasta el mediodía; llegará hasta el país
donde se apacientan Mis rebaños. Mi ejército de paz será en
parte destruido y derribado el Santuario. Llegará a Roma. El y
su ejército profanarán el lugar Santo y se abolirá el sacrificio. En
su soberbia, lleno el corazón de odio, llevará a cabo la acción
más monstruosa, lanzándose hacia donde está el Papa, tratando
de alzarse.
 Entonces, sin que venga mano de hombre, será destruido,
porque se le quitará todo poder para siempre. Esto sucederá y
luego, el advenimiento de Mi Reino que será un imperio
eterno... Todos los pueblos de la tierra serán regidos por Mi
ley...
 Esa expiación y penitencia que pido, es necesaria para
aminorar el camino que amenaza a la humanidad, esta
humanidad que no quiere deponer su soberbia, acatar las leyes
divinas...
 (En mi mente veo un reloj redondo blanco con números romanos en
negro. Las agujas marcan como las 11:50-51.)
 Estos mensajes deben ser enseñados con la mayor discreción
por su carácter apocalíptico porque no todos tienen la
preparación suficiente, la que han ido adquiriendo en estos
años...

hijita, no omitiremos nada en esta hora agonizante en

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