domingo, 12 de abril de 2020

La Divina Voluntad debe ser el sepulcro del alma.


11-25
Julio 4, 1912



La Divina Voluntad debe ser el sepulcro del alma.



(1) Esta mañana, después de la comunión estaba diciendo a mi siempre amable Jesús: “¡A que estado me he reducido, parece que todo me huye, sufrimientos, virtudes, todo!”

(2) Entonces Jesús: “Hija mía, ¿qué tienes? ¿Quieres perder el tiempo? ¿Quieres salir de tu nada? Ponte en tu puesto, en tu nada, a fin de que el Todo pueda tener su lugar en ti. Has de saber que toda tú debes morir en mi Voluntad, el sufrir, las virtudes, todo; mi Querer debe ser la tumba del alma y así como en la tumba la naturaleza se consume hasta en realidad desaparecer, y de esa misma consumación resurgirá a vida más bella y nueva, así el alma sepultada en mi Voluntad como dentro de una tumba, morirá al sufrir, a sus virtudes, a sus bienes espirituales y resurgirá en todo a la Vida Divina.

(3) ¡Ah! hija mía, parece que quieres imitar a los mundanos que son llevados a lo que está en el tiempo y termina, y a lo que es eterno no lo toman en cuenta. Amada mía, ¿por qué no quieres aprender a vivir sólo de mi Querer? ¿Por qué no quieres vivir sólo de la vida del Cielo aun estando en la tierra? Mi Querer es el Amor, lo que no muere jamás, así que para ti el sepulcro debe ser mi Voluntad, la lápida que te debe encerrar, lapidar, sin darte la esperanza de salir es el amor. Y además, cada pensamiento que se refiere a sí mismo, aun sobre las mismas virtudes, es siempre un ganar para sí mismo y huir de la Vida Divina; en cambio, si el alma piensa sólo en Mí, me ve sólo a Mí, toma en ella la Vida Divina, y tomando la Vida Divina huye la humana y toma todos los bienes posibles. ¿Nos hemos entendido?”

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