miércoles, 28 de diciembre de 2022

SIGAMOS CONOCIENDO LO QUE HACIA LA DIVINIDAD EN LA HUMANIDAD DE JESUS

».

6 de diciembre 204

Zacarías 8, 7-12-13-16-22.

Dice Jesús:

«Salvador de las gentes, no puedo no ser Salvador de mi pueblo. Mío por la ley antigua,

mío por la ley nueva.

Humanamente he salido de esa raza, y si ella se ha burlado de Mí, no me ha conocido, me

ha traicionado, matado, si ella ha hecho esto teniendo el alma cargada y enmarañada con el

magma de la culpa que no lava mi Sangre -siendo esta raza una rama que no quiere

insertarse en el cepa de la vid divina- no es menos cierto 6 dic. que he muerto también por

ella, que sobre ella tengo derechos de Rey y amor de Creador.

Con dureza y fiereza los padres de los padres de este momento han rechazado el don del

Eterno y han pedido mi Sangre para saciar el hambre de su odio hacia la Verdad. Con

paciencia, con inteligencia, con fuerza y con bondad les atraeré a Mí.

Las obras buenas o inicuas del hombre sirven siempre para un fin sobrenatural, porque la

maldad humana es recogida por Dios y al contacto con sus manos se transforma en

instrumento de bien. Dios no deja ningún intento en su previdente obrar para alcanzar la

finalidad que es reunir en un único núcleo a los humanos para el último día, como desde un

único núcleo se desparramaron por la Tierra dividiéndose como arroyuelos que se desbordan

de la copa de una fuente.

La obra ha iniciado ya y los perseguidores que dañan y ofenden lo que es humano no

saben que están creando con su iniquidad el gran día del Señor, en el que como ovejas

dispersas reuniré mi inmenso rebaño a los pies de la Cruz y bautizaré de nuevo con el nom-

bre de "corderos" a los enrudecidos hijos del rebaño que fue mío, expeliendo a quienes bajo

mi signo son las víboras y los lobos de la sociedad humana.

Cuando sepáis reconocerme y llorar con corazón contrito, Yo mutaré vuestra secular

condena, deicidas, en perdón y bendición, porque no pudo olvidar el bien cumplido por

vuestros Padres, quienes desde el Reino oran por vosotros errantes. Despojaos, pues,

también vosotros, que fuisteis los primeros en recibir el don de la Ley, de cuanto es ingrato a

Dios.

Los mismos mandamientos que doy a mis nacidos del místico alumbramiento de la Cruz,

lo digo también a vosotros que habéis convertido la cruz en un sacrílego patíbulo y en una

fuente de condena.

Decid la verdad y servid a la Verdad. Venid a Ella. Golpearos el pecho por quienes la han

menospreciado y han esperado matarla. Sólo se han matado a sí mismos porque la Verdad

es inmortal en su naturaleza divina. No os arropéis con sus insignias para fines humanos.

Sino que, una vez que os acerquéis a ella, amadla como esposa recién conocida. Ella es

quien debe generaros para la Vida eterna. Pero no se puede generar si de dos no se hace

una cosa sola persiguiendo no el placer de los sentidos, sino la santidad del fin. Sed

honestos y sinceros con todos y especialmente con Dios, cuyo ojo penetra en los corazones

y los traspasa de lado a lado y los ve mejor de cuanto pueda hacerlo el científico y el

204

Pero escrito, de hecho, en el mismo día (5 de diciembre) del dictado precedente y de los siguientes

333 bacteriólogo cuando ven en vuestros cuerpos las enfermedades que os consumen y los

gérmenes que os corroen.

Aplicad el amor a la verdad en las relaciones con Dios y con el hombre. No traicionéis.

Hace ya veinte siglos traicionó uno de vuestra raza, instigado y seguido por falsos y

malvados. Quitad esa injuria que os aplasta desde hace siglos, con vuestro actuar justo y

leal.

Para ser amados hay que hacerse amar. Lo habéis olvidado muchas, demasiadas veces.

Amad la paz. Es el signo de Cristo, que vuestros padres han matado atrayendo sobre

vosotros la guerra que no tiene fin, y con pausas de tregua explota y resurge como una en-

fermedad insanable en el cuerpo de la Tierra y no os da seguridad y descanso. Ahora debéis

aprender a amar esta paz para poder ser de Cristo y finalizar así el eterno éxodo de vuestra

raza.

Cada parcela del mundo tiembla bajo vuestro pie y os aplasta. También las parcelas

antiguas. Pero si Yo, Señor del mundo, extiendo mi mano y abro mi boca para decir: "¡Basta!

Éstos son míos de nuevo", la Tierra no podrá perseguiros más. Las sobrenaturales tiendas

del Cielo estarán sobre vosotros como protección.

Recordad cuando, por vosotros, he perseguido a los poderosos, he abierto el mar, he

hecho brotar fuentes en la aridez de los desiertos y llover alimento del cielo, cuando he

puesto a mis ángeles a abriros un pasaje entre los enemigos para conduciros a la Tierra que

había prometido a los primeros santos de la Tierra. Siempre soy ese Dios potente y piadoso.

Lo soy dos veces más ahora que no soy sólo el Padre Creador sino el Hijo Salvador, ahora

que la Tercera Persona ha generado el milagro de la Encarnación de un Dios para hacerle la

Víctima expiatoria de toda la humanidad.

Yo os espero para poder decir: "Paz" a la Tierra, y decir al Cielo: "¡Ábrete para acoger a

los vivientes. El tiempo ha terminado!". Venid. No tengo un corazón distinto, ahora que estoy

en el Cielo, del que tenía en el Gólgota cuando oraba por vuestros padres y perdonaba a

Dimas».

Me dice Jesús a mí:

«He dictado este texto hoy que puedes escribirlo, en vez de mañana que no podrías

hacerlo. Pon la fecha de mañana 205 . La colección de los dictados debe ser regular como el

movimiento de un péndulo. Un día se entenderá mejor el porqué digo que se haga así. Ahora

descansa sobre mi Corazón».

Más tarde, a las 8 horas

Dice Jesús:

«Ten paciencia, alma mía. No puedo estar sin hablarte, porque hablar a quien me ama

constituye mi delicia, mi deseo, la necesidad de mi Corazón amante vuestro.

¿Has visto alguna vez cómo hacen dos esposos que se aman realmente? La esposa,

mientras que está en casa, mira el reloj a cada momento, corre a la ventana, para ver si pasa

el tiempo, para ver si el esposo vuelve de su oficina. El esposo, en cuanto puede, escapa

para decir una palabra de amor a su esposa. Apenas le ha dejado y se le ocurre que podía

decirle también esto otro para hacerla feliz, y en cuanto puede corre a decírselo. Es el amor

que les apremia.

También Yo, apenas callo, siento que tengo más que decirte. Quisiera hablarte noche y

205

Efectivamente, la fecha del 6-12, puesta al inicio del dictado, está escrita fuera de las rayas del cuaderno, resultando así dispuesta en un

segundo momento

334 día, tenerte toda para Mí, quisiera que tú te pudieras dedicar completamente a Mí. ¡Si

supieras cómo te amo!

Ahora escucha. Hace años, leyendo los escritos de mi siervo Contardo Ferrini, te

preguntaste varias veces -porque eras una analfabeta en la mística- en qué consistía "la

conversación en los Cielos".

Helo aquí: cuando tú me escuchas y Yo te hablo, cuando en lugar del murmullo de

oraciones superficiales Yo te rapto en el fuego de las revelaciones y te ocupo de Mí, cuando

tú me dices: "Ven, Jesús, a hablar a tu sierva", cuando gustas el sabor de mi Palabra que

deposito en ti como en un cofre, en un ánfora, para que tú la des a los pobres y a los

sedientos de la Tierra, entonces nosotros mantenemos una conversación en los Cielos.

Estabas demasiado atada a las fórmulas, como casi todos los católicos fervientes. Yo te

he desligado. He lanzado tu alma fuera del océano de las circunscripciones formularias, de

las pequeñeces de los preceptos, a los espacios ilimitados del místico mar de la oración. Te

he envuelto, aspirado, raptado, divinizado en el fuego de la oración.

Eras un pequeño pájaro trabado. Ahora eres un águila que esparce el vuelo, domina y

sube hacia el Sol y lo mira y es fortalecida. Sube cada vez más, como el águila en vuelos

concéntricos. En lo alto estoy Yo, Águila eterna, que te espero para llevarte, más allá de los

sentidos, al conocimiento del amor.

Obedece siempre a la llamada, con prontitud y confianza. Abandónate al viento del amor.

Éste te sostiene, no te obstaculiza. Él espira para traerte a Mí de quien viene. Piérdete, gota

de agua en mi infinito océano, piérdete, chispa de luz en mi inmenso resplandor. Entra a

formar parte de tu Dios y Señor, de tu Esposo. Te abro todas las puertas de mis tesoros para

que los poseas.

¡Te amo!».

10 horas

Dice María:

«Hablando de la Presentación en el Templo, Lucas dice que "el padre y la madre se

quedaron maravillados de las cosas que se decían del Niño".

Distinta maravilla la de los dos cónyuges. Yo, a quien el Espíritu Santo había revelado

todo futuro, me maravillaba sobrenaturalmente admirando la Voluntad del Señor que se

vestía de carne para querer redimir al hombre y que se revelaba a los vivientes del espíritu.

Me maravillaba una vez más de que Dios me hubiese elegido a mí, su humilde esclava, para

ser la Madre de la Voluntad encarnada. José se maravillaba también humanamente porque

no sabía más que lo que las Escrituras le habían dicho y el ángel revelado. Yo callaba.

Los secretos del Altísimo estaban como depuestos en el arca cerrada en el Santo de los

Santos y sólo yo, Sacerdotisa suprema, los conocía, y la Gloria de Dios los velaba ante los

ojos de los hombres con su resplandor insostenible. Eran abismos de fulgor y sólo el ojo

virginal besado por el Espíritu Santo podía mirarlos. Por esto estábamos, tanto José como

yo, maravillados. De manera distinta, pero igualmente maravillados.

Del mismo modo debe interpretarse así el otro pasaje de Lucas: "Pero ellos no

comprendieron lo que les había dicho", cap. 22, v. 50.

Yo comprendí. Ya antes lo sabía y, aunque el Padre permitió mi angustia de madre, no me

veló el significado excelso de las palabra de mi Hijo. Pero callé para no humillar a José a

quien no le era concedida la plenitud de la gracia.

Era la Madre de Dios, pero eso no me eximía de ser esposa respetuosa hacia el Bueno

que era mi amoroso compañero y vigilante hermano. Nuestra Familia no conoció tacha, en

335 ningún motivo ni campo. Nos amamos santamente preocupados de una sola cosa: del Hijo.

jOh! Jesús restituyó en la hora de la muerte todo consuelo, como sólo Él podía hacer, a mi

José, en recuerdo de todo cuanto había recibido de ese Justo. Jesús es el modelo de los

hijos, como José lo es de los maridos. He tenido mucho dolor por el mundo y del mundo.

Pero mi santo Hijo y mi justo Consorte no trajeron más lágrimas a mis ojos que las de su

dolor.

Cuando ya José no estuvo a mi lado, y yo fui la primera autoridad terrenal sobre mi Hijo,

ya no mostré que no entendía callando. Nadie más se habría humillado al verse superado en

comprensión, y en Caná hablé: "Haced lo que Él os diga" dije, porque sabía que Jesús no me

niega nada y que tras sus palabras sostenidas ya estaba el primer milagro suscitado por mí y

ofrecido a mí por mi Hijo, como una cándida rosa, la primera nacida sobre un rosal en

primavera.

Hay que saber leer el Evangelio, María. Los hombres no lo saben leer. Yo te guiaré la

mano y te lo explicaré allí donde mi Jesús no te lo explica. Soy la Madre de los dos. Quiero

que mi niña conozca a su dulcísimo Jesús, nuestro Jesús, como pocos le conocen.

Cuanto más le conozcas, más le amarás. Cuanto más le ames, más feliz me harás».


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

Sois dioses siendo hijos de Dios. Pero Dios siempre es el Mayor, el Perfecto, Aquel que se genera pos Sí mismo. Vosotros sois los menores

5 de diciembre

2 horas

Zacarías 7, 4-14.

331   Dice Jesús:

«Yo no he venido a negar la Ley y los Profetas sino a confirmarla y a perfeccionarla

modificando las imprecisiones y sobreestructuras que el hombre les había puesto, parte por

la propia imperfección y parte por lo humano superior al alma.

El hombre está inclinado a entender mal. No es perfecto ni en sus sentidos místicos ni en

sus sentidos naturales. Sólo viviendo en Mí perfecciona los primeros, siendo entonces Yo

quien obro en él. El hombre está también inclinado a complicar las cosas porque, en su tenaz

e indestructible soberbia, siempre es atraído por la seducción de retocar también la obra de

Dios.

Sois dioses siendo hijos de Dios. Pero Dios siempre es el Mayor, el Perfecto, Aquel que se

genera pos Sí mismo. Vosotros sois los menores, los que os hacéis perfectos si vivís en Dios

y que sois generados por Dios. Entonces, por tanto, ¿por qué queréis modificar con vuestras

complicaciones lo que Dios en su Simplicidad, que es uno de los signos de su naturaleza, da

perfecto en su simplicidad?

Cuando me he convertido en Maestro he encontrado la Ley, tan clara y lineal en su origen,

convertida en una maraña de imposiciones y un montón de fórmulas que la volvían

impracticable para los fieles. Naturalmente los pesos y las fórmulas eran para los humildes.

Los potentes habían creado esas fórmulas yesos pesos, pero no los llevaban.

El sacerdocio, los escribas y fariseos, me produjeron repugnancia e indignación. Y si vi

entre ellos algún alma leal, que amé divinamente, vi también la multitud de los demás, más

numerosa que rebaños de chivos salvajes que con su hedor apestaban con sus mercados,

con sus falsedades, impiedades, durezas, la Casa del Señor, y hacían del Señor algo terrible

para los pobres de la Tierra.

¿Ayunaban y se sacrificaban por Mí esos sepulcros de pestilencia? No. Para recibir

beneficio humano y alabanza. Era cómodo ser Doctores de la Ley y cómodo ser del pueblo

elegido en Israel. Pero no había verdad de deseo y de ofrenda para atraer al Mesías y sus

bendiciones.

Y el Mesías se fue a otra parte, a la región despreciada, pero donde una Toda Santa y un

Justo merecían acoger y tutelar el Germen de Dios.

Y ahora, hijos, ¿ayunáis y rezáis por las cosas de Dios? No. Vuestras privaciones

naturales, que podrían ocupar el lugar del ayuno, no las soportáis con resignación, sino las

convertís en fuente de odio y maldición continua, necia y sacrílega. Vuestros rezos están

sucios y dañados por vuestros sentimientos interiores y son mirados por Dios como cosas

inmundas puestas sobre la piedra del altar. Dios las reduce en cenizas dispersando el humo

por la tierra.

Una vez más Yo vengo a repetir la forma que debéis utilizar para presentar a Dios

sacrificios y oraciones, cuyo perfume puro suba desde el altar hasta el trono de Dios como

holocausto de víctima perfecta.

“Juzgad según verdad, sed misericordiosos y compasivos con los hermanos, sean quienes

sean, no oprimáis a las viudas y los huérfanos, a los pobres forasteros, a los humildes y

débiles de la Tierra, no tengáis en el corazón pensamiento de rencor, venganza y malas

obras hacia vuestros semejantes. Amad, en suma, porque el amor es el compendio de la Ley

y quien ama todo lo hace, y el amor es el incienso que vuelve perfumadas las hostias de

propiciación y el agua lustral que lava las piedras de vuestro altar".

No endurezcáis el corazón y el oído más de cuanto lo tengáis ya. No cerréis el corazón y

el oído a la Voz de Dios que habla a través de sus "portavoces", como antaño lo

endurecieron los antiguos a la Voz de Dios que hablaba a través de los Profetas.

Si no me escucháis a Mí, por justicia Yo no os escucharé a vosotros, y dejaréis de

332 tenerme por Dios, por Padre y Salvador. Entonces conoceréis la ira del Señor, plena e

inexorable y, habiendo rechazado el Pan de la Palabra de Dios, morderéis el polvo, y como

fieras sin alimento os despedazaréis el uno al otro muriendo en el horror por conocer un

horror aún más tremendo y eterno».

Fuente: Cuadernos de Maria Valtorta del año 1943

Nota; Estos evangelios como le han sido revelados a Marìa valtorta, según le dijo Jesús al sensor de estos escritos, a Monseñor Michellini, "Serán para la Iglesia regenerada después del Basta de Dios".
 

5 | RETIRO DIVINA VOLUNTAD l "CÓMO VIVIR LA TIERRA CÓMO EN EL CIELO"

lunes, 26 de diciembre de 2022

TODO ES PROVIDENCIA DIVINA INCLUSO LA INJUSTICIA

 4-166

                                              Diciembre 26, 1902

              Las calumnias, las persecuciones, las oposiciones, sirven para justificar al hombre.

(1) Encontrándome en mi habitual estado, me sentía toda oprimida y con temor de recibir

persecuciones, oposiciones, calumnias, no sólo yo, pues de mí no me preocupo porque soy una

pobre criatura que valgo nada, sino por el confesor con otros sacerdotes. Así que sentía el

corazón aplastado por este peso, sin poder encontrar calma. En este momento ha venido mi

adorable Jesús diciéndome:

(2) “ Hija mía, ¿por qué estarte turbada e inquieta perdiendo el tiempo? Por tus cosas no hay

nada, y además todo es providencia divina que permite las calumnias, las persecuciones, las

oposiciones, para justificar al hombre y hacerlo regresar a la unión con el Creador, a solas, sin

apoyo humano, como salió al ser creado. Y he aquí cómo el hombre, por cuan bueno y santo

fuese, siempre le queda alguna cosa de espíritu humano en su interior, como también en su

exterior no es perfectamente libre, siempre tiene alguna cosa de humano en la que espera, confía

y se apoya, y por la cual quiere obtener estima y respeto, así que la providencia divina hace que

sople un poco el viento de las calumnias, persecuciones y oposiciones, ¡oh!, qué destructora

granizada recibe el espíritu humano, porque el hombre viéndose combatido, mal visto,

despreciado por las criaturas, no encuentra más satisfacción entre ellas; más bien le viene a faltar

todo junto: Ayudas, apoyos, confianza y estima, y si antes iba en busca de ellas, después él

mismo les huye, porque adonde se vuelve no encuentra más que amarguras y espinas. Así que,

reducido a este estado permanece solo, y el hombre no puede estar, ni está hecho para estarse

solo, ¿qué hará el pobrecito? Se volverá todo, sin el mínimo estorbo a su centro Dios, y Dios se

dará todo a él, y el hombre se dará todo a Dios, aplicando su inteligencia en conocerlo, su

memoria en recordarse de Dios y de sus beneficios, la voluntad a amarlo. Y he aquí hija mía,

justificado, santificado y rehecha en su alma la finalidad para la cual fue creado. Y aunque

después le convendrá tratar con las criaturas, si ve que se le ofrecen ayudas, apoyos, estima, los

recibe con indiferencia, conociendo por experiencia quiénes son, y si se sirve de ellas lo hace sólo

cuando ve en ello el honor y la gloria de Dios, quedándose siempre sólo Dios y él”.


Nota; 

Perdemos el tiempo en pensar en nosotros mismos, incluso en las cosas buenas, . todo es providencia Divina, esto es algo que no mucho entendemos, a veces cuesta mucho trabajo en entender lo que nosotros consideramos injusticia que es providencia Divina.


sábado, 24 de diciembre de 2022

Jesus se la lleva al cielo y la suspende como victima, a fin de que los pueblos hagan lo que quieran”.

 4-154

Noviembre 22, 1902

Corre peligro de morir, la obediencia se opone.


(1) El día 22 de noviembre continuaba sintiéndome mal, y de nuevo el bendito Jesús ha venido y

me ha dicho:

(2) “ Amada mía, ¿te quieres venir?”

(3) Y yo: “Sí, no me dejes más sobre esta tierra”.(4) Y Él: “Sí, te quiero contentar esta vez”.

(5) Y mientras esto decía me he sentido cerrar el estómago y la garganta, de modo que ya no

entraba nada, apenas podía respirar, sintiéndome sofocar. Después he visto que Jesús bendito

llamaba a los ángeles y les decía: “Ahora que la víctima se viene, suspendan las fuerzas, a fin de

que los pueblos hagan lo que quieran”.

(6) Y yo: “Señor, ¿quiénes son ellos?”

(7) Y Él: “Son los ángeles que custodian las ciudades, hasta en tanto que las ciudades son

asistidas por la fuerza de la protección divina comunicada a los ángeles, no pueden hacer nada,

cuando esta protección les es quitada por las graves culpas que cometen, dejándolas en poder de

ellos mismos, pueden hacer revoluciones y cualquier tipo de mal”.

(8) Entonces yo me sentía plácida y viéndome sola con mi amado Jesús y abandonada por todas

las criaturas, de corazón le agradecía al Señor y le pedía que se dignara no dejar que viniera

nadie a darme molestia. Mientras estaba en esta situación, ha venido mi hermana y viéndome mal

ha mandado a llamar al confesor, el cual por camino de obediencia ha logrado hacerme abrir un

poco la garganta y se fue dándome la obediencia de no morir. Pobre quien tiene que vérselas con

las criaturas, porque no conociendo a fondo todas las penas y desgarros de una pobre alma,

agregan a las penas mayores dolores, y es más fácil obtener compasión de Dios, ayuda y

consuelo, que de las criaturas, es más, parece que atizan mayormente. Pero sea siempre bendito

el Señor que todo dispone para su gloria y para el bien de las almas.

+ + + +

Nota y reflexiòn;

Dios al quitar la protección de los ángeles que están en las ciudades, los hombres pueden hacer lo que quieran. Y eso se traduce en leyes contra vida, el aborto, la adopción de hijos a homosexuales, leyes de eutanasia, decretar plandemias, disponer que los poderosos a través de los gobiernos y los medios de comunicación , coaccionando a los pueblos les impongan su voluntad nefasta con su ciencia nefasta, y perseguir a los que dicen o piensan lo contrario, censurando y persiguiendo. 

Y así se arman las revoluciones y las guerras, que siempre han existido por su soberbia, que son los castigos de Dios, osea una corrección divina por eligir lo que se quiere y se han situado en Su Justicia; y su negación de conocer la Verdad que es una sola, no dos y ocho mil millones. y la Verdad Soy Yo dijo Jesucristo, y si quieren conocer la Verdad, deben de leerme a Mi y serán libres y vivirán eternamente felices, desde aquí en la tierra, aprendiendo a conocer Mi voluntad y Mi Querer. Al cielo nada entra de de humano, porque en el cielo solo entra lo Divino.


lunes, 12 de diciembre de 2022

NO CONOCEMOS A JESUCRISTO NI A NUESTRA MADRE ESPIRITUAL, MARIA LA REINA DE LA DIVINA VOLUNTAD

                                                      3 de diciembre

Zacarías 3.

Dice Jesús:

«Yo soy Quien ha vencido a Satanás.

Me ha producido molestias infinitas desde que llegué al mundo, desencadenando contra

mí el odio del poder ciego y ávido que siempre teme que alguien le quite sus bienes de

usura, arremetiendo contra mí a la clase dirigente que carecía de méritos y que se sentía

reprochada por los míos. También mi palabra era reproche. Pero cuando aún no hablaba ya

hería, porque la santidad es censura para los indignos. Me suscitó enemigos y traidores y

empujó a la duda a mis discípulos y amigos. Me circundó en el desierto, me aplastó con sus

terrores en el Getsemaní. Y no satisfecho, todavía me roba continuamente seduciendo el

corazón de los hombres.

La batalla entre él y Yo no finalizará hasta que el Hombre sea juzgado en todos sus

congéneres. Y la victoria final será mía y eterna. Entonces la Bestia infernal, siempre vencida

y cada vez más feroz por ser vencida, me odia con odio infinito y revuelve la Tierra para herir

mi Corazón. Pero Yo soy el Vencedor de Satanás. Allí donde él ensucia, Yo paso con el

fuego del amor para limpiar. Y si no hubiese continuado mi obra de Maestro y Redentor con

mi paciencia inagotable, ya seríais todos demonios.

He obedecido al deseo del Padre para limpiaros del mayor pecado. El mayor pecado era

desobediencia al mandato de Dios. De ahí había venido la sed de poder, soberbia y

concupiscencia. Las tres Furias que os tienen siempre en su poder cuando no las sabéis

aniquilar con una vida vivida en Dios. Yo he reparado con mi obediencia la desobediencia

inicial.

Para limpiaros de los demás pecados he tomado sobre Mí las miserables vestiduras de

328iniquidad que eran vuestras vestiduras y, para quitarles la iniquidad de toda la estirpe del

hombre, las he empapado con mi Sangre y las he limpiado con ella.

Después ha venido la gloria. Pero antes fue el dolor. Después ha venido el derecho a

juzgar. Pero antes fue el deber de expiar. Después fui hecho fundador del nuevo Templo en

el que está la fuente santísima del Espíritu de siete formas. Pero antes tuve que ser Yo la

Víctima inmolada para purificar la casa de Dios.

Y ¿qué pensáis, vosotros sacerdotes a quienes pesa el leve yugo de la observancia de

vuestro deber? ¿Que me resultó fácil ser Sacerdote? ¿Y quien de entre vosotros, por mucho

que le opriman los afanes, es oprimido por tormentos semejantes a los míos? Pero estas

almas que os confío ¿sabéis que son la parte que me he procurado con mi morir? No hagáis

que se pierdan. Arrancadlas a Satanás a costa de vuestra vida como Yo las arranqué con el

precio de la mía.

Para aprender sólo tenéis que estudiarme a Mí. No es necesario ser eruditos. Sed sólo

buscadores de Dios, y Dios, Yo, os iluminaré»


Fuente; Cuaderno del año 1943, de los Evangelios segun me han sido revelados por Marìa Valtorta.

domingo, 11 de diciembre de 2022

La Segunda Venida de Jesucristo, vendrà en corazones dispuestos a vivir Su Vida dàndole la suya. Intercambio de vidas. La Cruz monedas para el Cielo

                                                            2 de diciembre

Ageo 1 Y 2.

Dice Jesús:

«Siempre, cuando el hombre se ha separado de Dios y de lo sobrenatural para dedicarse

a su yo y a las cosas naturales, ha disminuido para sí mismo la felicidad de poseer también

lo natural.

El primero que muere es el gozo sobrenatural, esa seguridad y esa paz que nos hace

fuertes en las vicisitudes de la vida, porque el hombre no se siente solo, aunque esté en un

desierto, aunque sobreviva en un país destruido, porque siente sobre sí y a su alrededor el

amor de un Padre y la presencia de fuerzas inmateriales pero sensibles para sus sentidos

espirituales. ¡Bienaventurados quienes están en este gozo! Ésos poseen las riquezas

eternas.

El segundo que perece es el bienestar natural. No miréis con ojos de envidia a quien,

aunque viviente en oprobio a Dios, os parezca que tenga su plato lleno. No sabéis cuales y

cuantas otras cosas falten en su casa, ni cuanto le durará lleno ese plato.

En todo caso sabed que, cuanto más crece el bienestar actual

para el rebelde ante Dios, tanto más aumenta el rigor de su más allá. Los Epulones no

estarán en el seno de Abraham, sino los Lázaros que tienen el corazón rico de obras santas

y de obediencia a la santa Voluntad.

Los rebeldes, y también los que no se acuerdan del Señor, viven afanándose en aumentar

bolsa y granero, casas y poderes, cargos y honores. ¡Oh ilusos infelices, que cuanto más se

fatigan para saciarse más les roe el germen del pecado, como hace un roedor en un saco de

trigo que va siempre menguando aunque vuelva a llenarse, porque el castigo de Dios está

sobre su obra!

¿ Qué tenéis hoy que habéis convertido el presente, que muere, en finalidad de vuestro

vivir y ya no tenéis los ojos del espíritu para ver a Dios ni el latido del espíritu para pensar en

Dios? ¿Han triunfado vuestras empresas? ¿Han aumentado vuestras riquezas? ¿Ha crecido

vuestra felicidad? No. Éstas, como la llamarada de un henil, han tenido un rápido flamear que

sedujo a los simples (no de espíritu) pero que duró lo que dura un fuego de paja y pereció

dejando un poco de ceniza que el viento dispersaba y volvía amarga para el paladar y hostil

a la vista. Vuestro aparente triunfo se os deshace en derrota y dolor y os ha envuelto a

vosotros y a quienes habéis seducido.

Volved a Dios. Lo digo una vez más. Sobre los intereses particulares, e incluso nacionales,

hay un interés más elevado: el de Dios. y éste debería tener preferencia siempre. Si ocurriera

así, no caeríais en los errores y en los delitos, sean individuales o nacionales, en los que

caéis, porque el interés de Dios no está hecho de cosas malvadas sino santas. Y donde está

324 la santidad no hay error y delito.

Y no sólo esto, sino que obrando así como hacéis, empujáis a Dios a castigaros en

vuestros campos, en vuestros rebaños, dándoos hambre y sequía, e impedís que desde los

Cielos se efunda un rocío mucho más vivificador que el rocío de la noche que cubre de

perlas los brotes de los campos y hace crecer las mieses y el heno. Vosotros impedís que se

os dé el rocío de la gracia en los corazones. Cristo no puede obrar en vosotros.

Es inútil decir: "Que los cielos envíen al Justo a la tierra". Él ya descendió una vez, pero

vosotros habéis permanecido, y os habéis vuelto cada vez más, tierras estériles y áridos

adoquines. Estáis cerrados en vuestros espíritus ceñidos por carne y sangre, matados por la

carne y la sangre, y el Salvador no puede entrar para salvaros.

Y sin embargo vendré. Vendré incansablemente a tocar, individualmente, a las puertas de

los corazones, y donde encuentre quien me abre entraré para convertirlo en morada de paz.

Vendré, porque aún soy el Deseado por los justos de la Tierra y por los santos de la Tierra,

vendré para asumir mi Reino para mi segunda venida y para mi triunfo final.

Atraeré hacia Mí al mundo de los vivientes en el espíritu y en Mí convergerán razas y

naciones para ver mi gloria que se corona con una cruz. Fluirá la Paz, porque soy el Señor

de la paz, fluirá como un río de leche sobre el mundo para volverlo virgen con el candor tras

tanta sangre que, desde todos los continentes, grita a Dios su dolor de haber sido extraída de

las venas por mano de los hermanos.

He lavado con mi Sangre la sangre de esta Tierra, desde Abel hasta el día de mi muerte.

Pero después, el delito del odio humano, que es furor satánico, ha ensuciado de nuevo la

Tierra, y no hay terrón de vuestro planeta que no haya conocido el sabor de la sangre. Desde

estos terrones empapados de sangre humana sube una miasma que os hace cada vez más

feroces. Sólo mi poder puede purificar lo que os rodea y cuanto tenéis en vuestro interior. Y

cuando llegue la hora vendré para limpiaros del odio humano a vosotros y a la Tierra, para

que con sus vivientes sea presentable a Dios.

La última lucha será de odio puramente satánico y entonces sólo odiarán Satanás y sus

hijos. Ahora odiáis todos. Incluso los santos de entre vosotros odian, más o menos, al

enemigo y al vecino. Y esto agiliza las obras de Satanás y obstaculiza las obras de Dios en

los individuos o en las naciones.

No tengáis movimiento de rencor o de desprecio, vosotros que sois los más queridos para

Mí, al menos vosotros. He muerto por todos, recordadlo. Italianos, franceses, ingleses,

españoles, alemanes o rumanos, están igualmente teñidos por mi Sangre. Con mi Sangre os

he unido a todos al cepo de la Vid divina. Entonces ¿por qué odiaros? Ni las divisiones de

raza, ni las divisiones de cultos justifican vuestro rencor.

Sólo Yo soy el juez. Quien se enfurece con un semejante en nombre de la Fe o de la

Patria es contrario a la Caridad y por ello a Dios. No maldeciré a los enviados a combatir

porque he enseñado la obediencia a la autoridad. Pero mi anatema ya está pronunciado, y

colmará de estruendo el firmamento en el día del Juicio, por aquellos que, bajo un fingido

manto de patriotismo y de defensa de la Fe, se arrogan el derecho de saquear y asesinar

para servirse a sí mismos.

No agitéis un estandarte en el que no creéis. No pronunciéis defensa de lo que

despreciáis en el corazón. No digáis: "Soy el defensor de Dios y de la Patria, de la causa de

Dios y de la Patria". Mentís. Vosotros sois los primeros que atentáis a ésta ya Aquél y que

perjudicáis no a Dios, superior a vuestros atentados, sino a la Patria. Comenzad a defender a

Dios en vosotros y a la Patria en vosotros, y no cambiéis la Fe y la Patria por un plato de

lentejas o por treinta malditas monedas.

Destructores y mentirosos. Adúlteros de la Fe y de la Patria. Escarnecedores de la

325 doctrina y de vuestra mente, porque decís una cosa y hacéis otra, porque sabéis que lo que

hacéis está mal, y de todas formas lo hacéis, porque adherís a una idea o a la Fe y después

la traicionáis por un amor bajo, porque os mentís a vosotros y a los demás, porque destruís

lo que otros han cultivado para dároslo en herencia.

¡Oh crueles, que también destruís la obra de Dios y matáis el templo de vuestro cuerpo,

en el que hay un alma muerta, y el templo de Dios, porque en las iglesias son muy escasos

los fieles y los ministros "vivos"!

¿Para qué sirven vuestros ritos hechos con el alma muerta? ¿No recordáis que a Dios se

le ofrendan hostias vivas, perfectas y primeras? ¿Y vosotros le ofrendáis los restos, los

estropeados, los muertos? Muertos porque matáis lo que tocáis con el alma muerta,

estropeados porque deformáis lo que dais a Dios con el alma enferma, restos porque le

reserváis a Él lo que os queda después de haberos enriquecido para vuestro gozar.

Volved a Dios. Volved a Cristo. Sacerdotes, volved para convertiros en "sacerdotes".

Necesitáis su consagración, el óleo que destila del Sacerdote eterno. Sois demasiados los

que habéis quedado reducidos a lámparas carentes de aceite, y los fieles se pierden porque

no tienen luz en las tinieblas. Llevadle a ellos la Luz. Yo soy la Luz del mundo. Pero no

podéis llevarme si no me tenéis en vosotros.

Y no maltratéis a mi portavoz si os dice esto. Bendecidlo en cambio, porque os hace

conocer la verdad y os da la manera de miraros entre las llagas del alma y quitaros tanto

polvo que os la ensucia. Si la verdad es amarga y os disgusta, pensad que si se os dice es

por vuestra culpa. Esta verdad no había que merecerla. Era mejor. Pero dado que la habéis

merecido, no os soliviantéis con mi portavoz que os la dice con lágrimas. Que si Yo le he

elegido para hacer esto, es porque le amo y veo en su espíritu una morada en la que soy

siempre bien recibido con el respeto del súbdito al Rey y con la sencillez del niño hacia el

padre.

Yo lo he dicho: "Quien me ama hace las mismas obras que Yo hago". Porque Yo vivo en

mis amantes, víctimas que se aniquilan en el amor hasta morir, y en ellos obro las maravillas

de mi poder».

Inmediatamente después a mí. Dice Jesús:

«Te he tomado como a un niño pequeño y te he puesto en medio de ellos porque Dios

tiene preferencia en hablar a los niños. Niños de años o niños de espíritu, porque en ellos

hay sencillez y pureza para acoger las revelaciones de Dios.

Pero el día en que tú quisieras hacerte "grande" y semejante a ellos, Yo dejaría de llevarte

de la mano e instruirte. Los adultos no necesitan ser conducidos, a no ser que sean ciegos,

ni instruidos, porque "saben" y se jactan de ello.

¿Qué saben? Dice el Predilecto que amo y que te ama como tú le amas, su pequeña

hermana, que si se escribieran todos los prodigios realizados por Cristo la tierra no bastaría

para contener los volúmenes. Si es grande la hipérbole, no es menos cierto que si, desde

que vine al mundo hasta ahora y desde ahora hasta el fin del mundo, se tuvieran que escribir

los prodigios que realizo, los libros serían tan numerosos como las estrellas en el cielo, y

también es cierto que lo que saben quienes creen saberlo todo es un puño de arena

comparado con la arena de la orilla.

Las luces de Dios no están agotadas y son inagotables, y no hay ni una inútil o inexacta.

Por eso quienes "saben" son semianalfabetos, de los que no puedo ser Maestro, porque en

su necia soberbia creen que no necesitan un maestro y se permiten juzgar la obra de Dios

que toma a un niño para instruir a los sabios.

Si te fastidian con sus farisaicas críticas y reprobaciones, responde con mi respuesta:

326"¿No sabéis que debo ocuparme de los intereses de mi Padre?" y no te turbes.

Antes estabas en mis brazos. Ahora te tienen también el Padre y la Madre. Estás más

segura que un niño en el seno de la madre y que un pajarillo bajo el ala materna. Pero

permanece "pequeña". Siempre tendrás nuestra leche para tu nutrición.

Y los ciegos de buena voluntad, poniendo su mano en tu manita, lo que no humilla porque

la ayuda de un niño nunca humilla, podrán tener guía en el camino de la Vida.

Ve en paz, descansa. Te bendigo».

He escrito este primer fragmento desde la 1 hasta las 2 de la mañana. Después me había

recostado para descansar. Pero pasados pocos minutos Jesús ha vuelto a hablar. Le

confieso que me resistía a salir de entre las mantas ahora que comenzaba a calentarme.

Pero fue talla insistencia que me decidí y, helándome de nuevo, he escrito el segundo

dictado, dedicado a mí.

Ahora son las 10 de la mañana y abriendo el periódico veo el decreto sobre los hebreos.

¿No le parece que tenga que ver con la página 6! y 7! del dictado del 2? (He puesto una

señal roja en el texto que me parece que sea la respuesta divina a este decreto humano) 200 .

Habrá notado que ayer era feliz... La voz de María me cantaba en el corazón y me

colmaba de beatitud. Habría querido comunicarle inmediatamente esta alegría. Pero no

podía. Sin embargo creo que mirándome usted ha debido entender que me encontraba in-

mersa en un gozo nuevo.

¡Verdaderamente el Señor es demasiado bueno conmigo!

Dice María:

«No debes entristecerte demasiado pensando en cuando me amabas poco. No eres la

única. Pero yo soy la Madre y entiendo y perdono. Son las lagunas de los que aún son

imperfectos. No les amo menos aunque sea poco amada. Me basta con que al menos améis

a mi Hijo, y tú le amabas mucho cuando todavía me amabas poco.

En mi vida de Madre de Dios te hago observar un hecho que pasa desapercibido para

muchos y que también es un índice seguro de las futuras relaciones de los redimidos de mi

Jesús conmigo.

Cuando los pastores vinieron a la gruta, sólo tuvieron ojos y expresiones de amor para mi

Niño. José y yo éramos figuras secundarias para ellos. Depusieron sus dones y sus ternuras

a los pies del humilde lecho donde Él dormía, cuando no lo hacía sobre mi seno. Ni tampoco

yo me lamentaba de que no se me alabara como a la planta que había dado al mundo la Flor

del Cielo. Me bastaba con que amasen a mi Criatura y que la amasen tanto. ¡Habrían sido

tantos los que después la odiarían!

De los presentes en el rito siempre nuevo de una presentación en el Templo, ninguno tuvo

un gesto hacia mí. Miraban a mi Tesoro y le alababan por su belleza sobrehumana. Pero a

su Madre no le daban más que alabanzas humanas. Sólo los santos reconocieron lo que era,

e Isabel, Simeón y Ana vieron en mí a la Madre del Salvador, dándome con este

reconocimiento la alabanza más sublime. Los primeros eran "buenos", éstos tres "santos".

El Espíritu Santo obra en el corazón de los redimidos y les da luces de conocimiento

sobrenatural. El Espíritu Santo ilumina el corazón de los santos para hacerles verme. Verme

en la luz de Dios quiere decir amarme en verdad. Mi Hijo santísimo obra por su parte para

atraeros a su amor. Yo os amo y espero orando por vosotros.

Soy la Virgen de la espera. Desde la más tierna edad he esperado al Esperado de las

200

En el cuaderno autógrafo no encontramos alguna «señal roja», por eso la escritora podría haberla hecho sobre una de las copias

mecanografiadas

327 gentes. Soy la Corredentora que espera la hora de morir al pie de la Cruz para daros la Vida.

Soy la Madre que espera vuestro verdadero amor, no el culto superficial que se limita a

muchas palabras. Orar no significa decir muchas oraciones. Quiere decir amar. Quiere decir

hacer hablar al propio corazón.

Yo soy la Silenciosa. Nueva Eva, os enseño el silencio. Con el hablar entró en Eva la

Seducción. Con mi callar entró en el mundo la Redención. Aprended de mí la virtud del

silencio, porque en el silencio interior el corazón habla a Dios y Dios al corazón. Mi silencio

no era el silencio inerte de un alma muerta. Al contrario, era obrar activísimo en lo espiritual.

Cuando mi Niño estuvo en mis brazos, yo, por El que no sabía hablar porque no era más

que un pequeño que sólo sabía dar vagidos -mi Hijo Dios, la Voz del Padre, la Palabra del

Padre habiéndose, por amor, anientado en un niño que vage con voz de corderito- yo he

pronunciado por Él la ofrenda al Padre. El primer "Pater noster" lo he dicho yo en la fría gruta

de Belén manteniendo alzado entre los brazos a mi Cordero venido al mundo para ser

matado y para dar vida a los muertos en el alma. El "Fiat voluntas tua" lo he dicho yo,

llorando; la primera. ¿Y sabes qué quiere decir para la Madre estas palabras al Eterno?

Ahora, cuando veo que por amor a mi Hijo una criatura cumple la Voluntad divina, que

sobre todo es voluntad de amor, anulo su deuda hacia mí y aumento mi amor por ella.

Después Jesús me la trae. Dejo a mi Jesús el cuidado de hacerme amar. Donde está Él está

también el Espíritu de Dios. Y donde está el Espíritu hay Ciencia y Luz. Por tanto es

inevitable que os instruyáis también en el amor hacia mí.

Cuando después llegáis a amarme, en verdad, entonces yo vengo. y mi venida siempre es

alegría y salvación».


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

Jesucristo le dijo al padre Michellini; Estos Evangelios seràn para Mi Iglesia regenerada.....

martes, 29 de noviembre de 2022

NO CONOCEMOS A JESUS- SU NACIMIENTO ES UNIVERSAL-



31-21
Diciembre 25, 1932
El nacimiento del Niñito Jesús fue universal, nació en todo y en
cada uno. Para tenernos seguros vino a cubrirnos con la
vestidura de su Humanidad. Ejemplo del sol.

(1) Mi abandono en el Fiat continúa, y siendo hoy el día de la Santa Navidad he pasado toda la noche
sin ver a mi celestial niño, y sentía un quebranto en el corazón sin Aquél que forma mi vida y mi todo.
¡Ah! vivir sin Él es vivir como si no se tuviese vida, torturada, sin fuerza, sin apoyos, lo que forma la más
terrible de las muertes para la pobre y pequeña alma mía, y entre las ansias y el temor, rogaba al
Querer Supremo que me develara a Aquél que me amaba y que formaba mi duro martirio. Mientras tanto, mi mente ha quedado como raptada por una luz inmensa que llenaba Cielos y tierra, y ¡oh!
maravilla, veía al pequeño niño divino renacido en cada cosa creada, en cada corazón, en todo, el
pequeño niñito Jesús multiplicado, bilocado, renacido en modo infinito, en todo y en cada uno, así que
todos tenían el bien de sentir nacido en ellos al celestial niño. ¡Oh! cómo era bello verlo pequeño,
pequeño en el sol, en las estrellas, en todos los elementos, en todas las criaturas, que todos alababan y
tenían el gran honor, el bien inmenso de tenerlo renacido en cada uno, y de poseer como propia la
dulce prenda del niñito Jesús. Ahora, entre la maravilla y el estupor veía que también en mí había
nacido Aquél que con tantos suspiros y ansias buscaba, y me lo estrechaba fuertemente entre mis
brazos, y Él me dejaba hacer, es más, gozaba de que hiciera eso, y todo ternura me ha dicho:
(2) “ Hija mía, ámame, ámame, he nacido para amar y para ser amado, y para obrar como Dios mi
nacimiento es universal, no habría obrado como Dios si no hubiese renacido en modo universal, de
modo que todos pueden decir con los hechos: ‘El Celestial niño ha nacido para mí, es mío, y es tan
verdadero que ya lo poseo’. Mi amor quedaría obstaculizado si no hubiese podido renacer en todos, mi
potencia limitada, mi inmensidad restringida si no fuese universal mi nacimiento, y no es maravilla,
conforme mi Divinidad llenaba Cielos y tierra, así incorporándose en mi pequeña Humanidad, la
multiplicaba y bilocaba de modo que me hacía renacer en todos y en cada uno. Son nuestros modos
divinos e infinitos que tenemos, que todos deben tomar el bien que hacemos, y ser preñados de
nuestras obras. Mucho más, que Yo bajado del Cielo a la tierra quise tomar carne humana para
glorificar completamente la gloria del Padre Celestial, para suplir a todo lo que el hombre no había
hecho, he aquí por qué quiso renacer mi pequeña Humanidad aun en las cosas creadas, porque el
hombre no nos había dado la gloria, la correspondencia del amor por el que habíamos creado un cielo,
un sol y tantas otras cosas, y mi Humanidad renaciendo en ellas glorificaba a mi Padre Celestial
completamente por toda la obra de la Creación. El hombre con rechazar mi Divina Voluntad se había
vuelto impotente para todo, y Yo venía para ser su salvador, reparador, glorificador, defensor, y lo
cubría dentro de la vestidura de mi Humanidad, para tenerlo seguro, y en cada cosa responder Yo por él
a mi Padre Celestial. Era tanto mi amor, que mi Divinidad para dar un desahogo a mi amor, me llevaba
a nacer en cada corazón y en todas las cosas, tan es verdad, que los primeros en reconocerme y en
alabarme fueron las cosas creadas, porque sintiendo mi nacimiento en ellas exultaron de alegría y me
hicieron fiesta, ¿pero sabes tú quiénes son aquellos que me hacen fiesta al nacer en sus corazones?
Aquellos que poseen mi Divina Voluntad, éstos advierten pronto que Yo he nacido en sus corazones, y
me hacen fiesta perenne, en cambio los demás me hacen llorar, me causan dolor, y con el pecado me
preparan el cuchillo para herirme o para matarme”.
(3) Después de esto he quedado toda sumergida en su amor, la escena conmovedora del nacimiento
del celestial niño, tanto universal como en cada uno, me hacía comprender quién sabe cuántas cosas,
pero creo que sea mejor pasarlas en silencio, porque no sabiéndolas decir bien podría decir disparates.
Ahora, a fin de hacer la fiesta al celestial niño me abandonaba toda en la Divina Voluntad, y Él,
regresando de nuevo, era tan gracioso, con una belleza tan especial, que no se encuentra otra
semejante, y todo amor, encerrándose en mi corazón como lugar de su nacimiento, repetía en mí sus
llantos infantiles, los gemidos amorosos, sus repetidos sollozos. ¡Oh! cómo era conmovedor el verlo
ahora llorar, ahora sollozar, ahora gemir, y hacía el primer ingreso de renacimiento en cada uno y en
todo, con las armas de sus lágrimas, con las estratagemas de sus sollozos, con las oraciones de sus
gemidos, con esto se hacía raptor y a base de raptar con la fuerza de un Dios que poseía, entraba en
los corazones para formar su nuevo renacimiento. ¡Oh Cielos! inclínense y junto conmigo amen y
adoren al celestial niño. Pero mientras mi mente se perdía en un misterio tan grande, el dulce niñito
entre las lágrimas y los sollozos mezclados con una celestial actitud de sonrisa ha agregado:
(4) “ Hija bendita, mi nacimiento no sólo fue universal, porque como Dios no podía obrar de otro modo,
me encontré en las condiciones del sol, que, quieran o no quieran, todas las cosas creadas, la Creación
toda y todas las criaturas deben recibir su luz, su calor; desde lo alto de donde desciende con su
imperio de luz y con su supremacía que posee sobre todos y sobre todo, parece que el sol dice en su
mutismo, pero más fuerte que si hablase: ‘O me recibes con amor, o te invisto con los derechos que
poseo de darte luz, y si no me quieres recibir te circundaré por todos lados, de modo que no podrás huir
de mi luz y tendré la gran gloria de haber dado mi luz a todos’. Símbolo de mi nacimiento, el sol, porque también él renace en todos los días, para todo y para cada uno, y Yo no sólo renazco en modo
universal, sino que mientras renazco hago una invasión, no sólo renazco en el corazón, sino que invado
la mente con mis pensamientos, los ojos con mis lágrimas, la voz con mis gemidos, de modo que hago
la invasión universal de todas las criaturas, la tomo por todos lados, a fin de que no me pueda escapar;
si me reciben con amor, mi Vida no sólo nace en ellas, sino que crece en modo sorprendente, si
después no me reciben con amor, renazco en ellos con mis derechos de Dios que poseo, pero no
crezco en ellos, permanezco pequeño y solo, y me quedo a reserva, esperando, quién sabe si con mis
gemidos y lágrimas se muevan a amarme, y si esto no logro, mi Vida se cambia para ellos en justicia. Y
¡oh! cómo me destroza mi corazoncito el ver mi nacimiento todo amor cambiado en justicia para la
pobre criatura. Por eso, ya que he nacido en ti, dame el bien de hacerme crecer, así me cambiaras en
alegrías mis lágrimas y mis gemidos”.
+ + + +


 

viernes, 14 de octubre de 2022

Ser hijo de Dios no lo es todo.. la salvaciòn no es la finalidad de Dios.

Ser hijo de Dios lo no es todo.

 Primera Espìstola de San Juan  (Biblia de Jerusalem)

3-Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.

  Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a èl, porque le veremos tal cual es.

La salvación no es la finalidad de Dios.

La Redenciòn no es la finalidad es la salvaciòn que Jesucristo se las dejò a sus Apòstoles. La finalidad es el Reino de Su Voluntad, dar como don la naturaleza divina a las criaturas.

Catecismo de la Iglesia Católica:

 #260

-El fin ultimo de toda la economía divina es el acceso de las criaturas a la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad. Pero desde ahora somos llamados a ser habitados por la Santísima Trinidad; "Si alguno me ama- dice el Señor-guardara mi Palabra, y mi Padre le amara, y vendremos a él, y haremos morada en èl. (Jn 14,23)

#460

-El Verbo se encarno para hacernos "participes de la naturaleza divina" (2P 1,4); "Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre, al entrar en comunión con el Verbo y al recibir asì la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios". --"Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios". "Unigénito Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam naturam assumpsit, ut homines deos faceret factus homo" ("El Hijo Unigènito de Dios, queriendo hacernos participes de su divinidad, asumìò nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombre").

El Padre Nuestro (antes del año 1960, segùn Biblia de Jerusalem)

San Mateo 6;9

Padre nuestro

Padre nuestro que estàs en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hàgase tu voluntad asì en la tierra como en el cielo,  Nuestro pan cotidiano dànosle hoy; y perdònanos nuestras DEUDAS, asì como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.; y no nos deje caer en tentaciòn , màs libranos del malo.

Nota: Son DEUDAS de vidas Divinas.

El Padre nuestro no es una peticiòn es una promesa, y El Verbo Encarnado diò otra promesa como señal antes de ir al cielo, y es el Reino de Su voluntad.

Comentario;

En la ultima cena Jesús dijo; San Juan 16,7..Pero yo os digo la verdad; Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paràclito; pero si me voy, os lo enviare y cuando èl venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio;  en lo referente al pecado, porque no creen en mi; en lo referente a la justicia, porque me voy al Padre, y ya no me vereìs; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo esta juzgado.

Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podeìs con ello.

Cuando venga èl, el Espiritu de la verdad, os guiarà hasta la verdad completa; pues no hablarà por su cuenta, sino que hablarà lo que oiga, y os anunciarà lo que va a venir.

El me darà gloria, porque recibirà de lo mìo y os lo anunciarà a vosotros.

Todo lo que tiene el Padre es mìo, por eso he dicho; recibirà de lo mìo y os lo anunciarà a vosotros.

-El  Espìritu Santo harà desahogo completo.

El Còmo del Padre Nuestro, Jesùs lo enseña y explica en los escritos de los libros de cielo, escritos por Jesucristo en el alma de Luisa Picarreta y nos enseña el "Còmo se vive y se hace la Voluntad de Dios en el cielo, y hacerlo en la tierra. 

El titulo de los escritos de los 36 volunenes de los libros de cielo, dice; "Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios."Es la tercera Obra de Dios, la Santificaciòn y Divinizaciòn de las criaturas. Luisa es la primera en vivir en el Querer Divino por medio de la Voluntad de Dios obrante.


En el libro de cielo en el volumen 11-12

Marzo 15, 1912

Quien hace la Voluntad de Dios obra a lo Divino. La Divina Voluntad es la Santidad de las santidades.

(1) Continuando mi habitual estado, me sentía un gran deseo de hacer la Voluntad Santísima de Jesús bendito, y Él al venir me ha dicho: (2) “ Hija mía, mi Voluntad es la Santidad de las santidades, así que el alma que hace mi Voluntad, por cuanto fuera pequeña, ignorante, ignorada, deja atrás a todos los demás santos, a pesar de los portentos, de las conversiones estrepitosas, de los milagros que hayan hecho, es más, confrontándolos, las almas que hacen mi Voluntad son reinas, y todas las demás están como a su servicio. El alma que hace mi Voluntad parece que no hace nada, pero hace todo, porque estando en mi Voluntad obran a lo divino, ocultamente y en modo sorprendente, así que son luz que ilumina, son vientos que purifican, son fuego que quema, son milagros que hacen hacer los milagros, y quienes los hacen son sólo los canales, porque en ellas es donde reside la potencia para hacerlos, así que son el pie del misionero, la lengua de los predicadores, la fuerza de los débiles, la paciencia de los enfermos, el régimen de los superiores, la obediencia de los súbditos, la tolerancia de los calumniados, la firmeza en los peligros, el heroísmo de los héroes, el valor de los mártires, la santidad de los santos, y así de todo lo demás, porque estando en mi Voluntad concurren a todo el bien que puede haber en el Cielo y en la tierra. He aquí porqué puedo decir que son mis verdaderas hostias, pero hostias vivas, no muertas, porque los accidentes que forman la hostia no están llenos de vida ni fluyen a mi Vida, en cambio el alma está llena de vida, y haciendo mi Voluntad fluye y concurre a todo lo que hago Yo, he aquí por qué me son más queridas estas hostias consagradas por mi Voluntad que las mismas hostias sacramentales, y si tengo alguna razón de existir en éstas, es para formar las hostias sacramentales de mi Voluntad. Hija mía, es tanto el placer que como de mi Voluntad, que al sólo oír hablar de Ella me estremezco de alegría y llamo a todo el Cielo a hacer fiesta; imagínate tú misma qué será de aquellas almas que la hacen. Yo encuentro todos los contentos en ellas y doy todos los contentos a ellas, su vida es la vida de los bienaventurados, solamente dos cosas les interesan, desean, añoran: Mi Voluntad y el Amor. Poco tienen que hacer, mientras hacen todo, las misma virtudes quedan absorbidas en mi Voluntad y en el Amor, así que no tienen más qué hacer con ellas, porque mi Voluntad contiene, posee, absorbe todo, pero en modo divino, inmenso e interminable; esta es la vida de los bienaventurados”.

+ + + +

Nota;

 Es conveniente leer los evangelios como me ha sido revelado por Marìa Valtorta; Jesùs le dice al padre Michelini; ( Estos evangelios ampliados seràn para la Iglesia regenerada despuès de la gran tribulaciòn). Es lo que hacia la Divinidad de Jesùs osea El Verbo Encarnado Eterno, en la Humanidad de Nuestro Señor Jesucristo hace màs de 2000 años.

Paginas recomendadas:

Tercer Fiat

Cenàculo de Reparaciòn universal a nuestro Señor Jesucristo.

Mundo Catòlico.

Radioteatro de Marìa Valtorta

domingo, 9 de octubre de 2022

¿QUE PAZ?

                                                            9 de noviembre 1943

4 Reyes 9,22 177 .

Dice Jesús:

«"¿Qué paz? Aún duran las fornicaciones de tu madre Jezabel y sus muchas hechicerías"

.

Ya había dicho 178 que para obtener la paz verdadera, y no una tregua en la guerra, había

que quitar de vosotros cuanto constituye fornicación con Satanás. Lo he dicho por boca de

mis santos y lo he hecho decir a mi Madre. Hace decenios que repito esto y hace decenios

que vosotros insistís en aquello. Os lo he 'dicho con palabra apremiante en estos últimos

tiempos. Pero no habéis cambiado. Al contrario, de la fornicación con Satanás habéis hecho

vuestra forma de vida cada vez más.

Lo habéis antepuesto todo a Dios. Y este Dios que invocáis en la hora de temor para

vosotros es un Ente tan lejano, desconocido, que si fuerais coherentes no deberíais ni

siquiera invocarlo ni blasfemar contra Él, tanto os habéis alejado. Incluso vuestras

4 Reyes está citado según la Vulgata y corresponde, en la neo-Vulgata vigente, a 2 R, porque los dos primeros libros han tomado el

nombre de Libro primero de Samuel (1 S) Y Libro segundo de Samuel (2 S), Y los dos sucesivos han tomado el número de orden Libro

primero de los Reyes (1 R) Y Libro segundo de los Reyes (2 R)

También en el dictado del 15 de agosto

invocaciones se hacen blasfemias, porque le llamáis con los labios manchados de suciedad,

porque le invocáis mientras que permanecéis aún unidos con Satanás, porque osáis mezclar

su Nombre santo con vuestros planes de delito.

La Paz fue prometida a los hombres de buena voluntad. Cristo ha venido para traer la Paz.

Pero si echáis a Cristo y vuestra voluntad no es buena ¿cómo podéis tener la paz? Tenéis

treguas. Pero éstas sólo serán pausas entre una y otra matanza, a fin de dar tiempo para que

vuestros espíritus vendidos a Satanás aprendan de él nuevas doctrinas de muerte y nuevas

instrumentos de destrucción.

Muerte para las almas y muerte para las carnes. Destrucciones de los espíritus y

destrucciones de las cosas. Vuestro crecimiento en Satanás es impresionante. Dentro de

poco habréis alcanzado la plenitud de edad en la que no tendrá ya más que enseñaros, y

entonces el Infierno podrá alumbrar a su hijo: el Anticristo, porque los tiempos estarán

maduros y los hombres habrán merecido conocer el horror que precede al fin».


Fuente; Evangelio como me ha sido revelado por Marìa Valtorta, año 1943

sábado, 8 de octubre de 2022

LA IGLESIA CATÒLICA ACTUAL ES INFILTRADA POR LA MASONERIA ECLECIASTICA QUE LA LLEVARÀ AL ANTICRISTO.


Nota; Leer y meditar poco a poco y estudiar para tener conciencia de lo que se vive hoy demás días y años.
Recomiendo, la Biblia de Jerusalem antes del año 1960, los evangelios según como me ha sido revelado y el hombre Dios por Marìa Valtorta, y como superior a todos lo anterior, los libros de Cielo por Luisa Picarreta, que son 36 volúmenes donde Jesucristo, El Verbo Eterno y segunda Persona de la Santísima Trinidad explica el Padre Nuestro y realiza en Luisa la tercera Obra de Dios osea la Santificación y Divinización de las criaturas. Llamada a las criaturas al orden a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios.
Les aconsejo ir a la pagina, Tercer Fiat, a cargo del Dr. Salvador Tomassyni frias.



MARIA REVELA EL APOCALIPSIS al P. Gobbi (Completo)

El dragón rojo representa al comunismo.
La Bestia negra semejante a un cordero, representa a la masonería que impera en todo el mundo, para que las alma se pierdan eternamente.

En el año 666 DC, periodo de la historia del fenómeno del islam, con su fuerza militar, destruyendo todo lo que sea cristiano.
El número 666 por 2 da el año 1332, en este periodo histórico, el anticristo se manifiesta en ataque a la Palabra de Dios a través de los filósofos que han comenzado a dar exclusivo valor a la ciencia y a la razón y la única y solida inteligencia y razón humanas.
Nacen los grandes errores filosóficos que se prolongan a través de los siglos hasta nuestros días. (El racionalismo)
La reforma protestante que rechaza la Verdad revelada y ésto lleva a la división de la Iglesia.
El número 666 por 3 da el año 1998, la masonería ayudada por la masonería eclesiástica, lograr su gran objetivo, constituir un ídolo para ponerlo en lugar de Cristo y de Su Iglesia. Un falso Cristo y una falsa Iglesia, la estatua construida en honor a la primera bestia, para ser adorada por todos los habitantes de la tierra yu que enmascara con su sello a todos aquellos a quien quiera comprar o vender es la del anticristo.
La gran tribulación y la gran apostasía que ser generalizada, casi todos seguirán al falso Cristo y la falsa Iglesia.

Nota; El catòlico sin formarse se deforma y forma su propio dios que de nada le servirá en su hora final cuando tenga por delante, antes que su alma deje su cuerpo; Jesucristo se le aparece y lo rodea de Su Amor y le muestra lo que El quiso que fuera y lo que hizo la criatura sin Su voluntad Divina obrante, y luego lo dota con razòn divina, y le pregunta, si quiere o no quiere ir con El. Si responde Si, ese Si fuè hecho divinamente delante de la Divinidad, y al no tener actos en Su Divina Voluntad va a expiar al purgatorio, osea a sacarse  todo lo de humano que son sus afectos, obras, aqueres, porque nada de humano entra al Cielo. Y si le responde No, ya no hay nada que pueda hacer la Divinidad porque la criatura le respondió delante de la Divinidad y esa respuesta es un acto Divino y se condena eternamente al infierno eternamente.
Por esto, aquí en la tierra es la oportunidad que se tiene de vivir en la Divina voluntad de Dios y asì aprender a reparar lo que Jesucristo pagó y rehízo a toda la humanidad desde la primera alma hasta la última que creara, al Padre Eterno Celestial y El Padre tiene por méritos de Su Hijo todas las vidas Divinas rehechas por nuestro Señor durante sus casi 34 años desde el viente Materno de Su Madre, Hija y Esposa del Espíritu Santo. Marìa es también cooredentora y Madre de todas las criaturas y único eslabón con Jesucristo Su Hijo que nada le niega.
Solo Dios pide que le demos nuestra voluntad humana osea no hacer nuestra voluntad que es el sacrificio de los sacrificios, es dejar correr a la Divina Voluntad en nuestros actos, sean cual fuese hasta los actos mas simples como el barrer, limpiar, alimentarse, trabajar, ya no con un fin materialista o egoísta, sino que dar la vida la Divina Voluntad en esos actos y asì reparar a Jesús. El hará todo lo demás, desapego de todo y abanarse en los brazos de nuestro Señor y Único Maestro en cada alma. no existen intermediarios, ya no las virtudes de santidad humana, ni tampoco las devociones, porque en definitiva todo lo ha dado El a través de sus religiosos que eran pasos para llegar a ser dios con Dios, catecismo de la Iglesia.

algunos items del catecismo para leer y estudiar y meditar;

#  51,52,53,54,66,78
#257,260,269,295,269
#375,376,377,386,387,381
#404,405,460
#521
#704,705,759
#1381,1832
#2003
#2794

lunes, 3 de octubre de 2022

JESUS QUIERE HABLAR DE AMOR

                                                         22 de noviembre

Dice Jesús:

«Amémonos, oh dilecta, y hablemos de amor, porque no hay nada más dulce que esto

para quien ama.

La redimida del Evangelio, como los tres Magos que adoraron mi Divinidad encarnada,

humilló tres dones a mis pies: el corazón a través del llanto, la carne a través de los cabellos,

la mente a través del perfume. Tú debes darlo todo del mismo modo, sin quedarte nada para

ti, ni siquiera el soplo vital.

"Las potentes aguas no sirven para apagar el amor -y los aluviones no lo arrollan. Si

alguno diese toda sustancia en cambio de amor, caería en gran desprecio".

Las aguas dirigidas a apagar el amor son todas las cosas de la vida, los cuidados y

también las necesidades. Los aluviones, los quereres ajenos que intentan impedir que el

espíritu se dé completamente a Dios.

Pero el verdadero amante no tiene en cuenta las primeras y no se asusta por las

segundas. Él pone su necesidad vital sobre todo lo que para los demás constituye las

preocupaciones de la vida: amar a su Dios. Espíritu absorto, y podría decir, "elevado" en

Dios, vive ya proyectado fuera de lo que constituye para los demás la llamada "vida". Él,

santo inversor de los valores humanos, sólo ve una finalidad para alcanzar: no su interés

propio, sino el de Dios; sólo se preocupa de una cosa: conquistar la Vida sin tener en cuenta

la pobre vida terrena que es flor que dura muy poco sobre su tallo. Manso, porque ya es uno

con su Dios, se convierte en un león cuando debe defender su tesoro, y las persecuciones

familiares y sociales no logran derribar este espíritu deificado, más bien al contrario, como las

olas de un mar encrespado, le transportan velozmente hacia la orilla, al corazón de Dios.

jOh! bienaventurados los tormentos de mis amantes, de estos conocedores y gustadores

de la Verdad, quienes, como el autor del Cantar, dicen -y no con palabras vanas sino con las

palabras verdaderas de una vida vivida y consumida para este fin- que aún cuando uno diese

todas sus posesiones para conquistar al Amor, aún daría poco, porque hasta el regalo del día

terreno es moneda insignificante si se compara con la posesión del Amor que es infinito.

Por tanto, dámelo todo de ti, sin reservas. El hierro que se funde en el crisol sale más

hermoso. El alma que funde y consuma el amor renace como flor de eternidad en los

vergeles celestiales.

Te quiero allí. Pero antes debes padecer aún el quehacer de nuestros dos amores: el tuyo

de criatura hacia Mí, y el mío de Dios por ti. Cuando estas dos fuerzas hayan arrebatado de ti

todo tu "yo", entonces vendré para conducirte a la Paz».

miércoles, 28 de septiembre de 2022

LO QUE ENTRA POR LA BOCA NO CONTAMINA AL HOMBRE, SINO LO QUE SALE DE SU CORAZÒN LO QUE LO CONTAMINA.

                                                                                 301

Parábola de las frentes destronadas y explicación de la parábola sobre lo no puro.

Jesús regresa solamente a Endor. Se detiene en la primera casa del pueblo, que es más un aprisco que una casa; pero, precisamente por serlo, con establos bajos, cerrados, colmados de heno, puede alojar a los trece peregrinos. El dueño, un hombre rudo pero bueno, se apresura a llevar una lámpara y un pequeño cubo de leche espumosa, y unos panes muy oscuros.

Luego se retira, con la bendición de Jesús, que se queda sólo con los doce apóstoles. Jesús ofrece el pan y lo distribuye. A falta de escudillas o tazas, cada uno moja sus rebanadas de pan en el cubo y, cuando tiene sed, bebe directamente de él. Jesús sólo bebe un poco de leche. Está serio, silencioso... Tanto que, acabada la comida, saciada el hambre que en los apóstoles nunca falta, terminan por darse cuenta de su mutismo.

Andrés es el primero que pregunta:

-¿Qué te sucede, Maestro? Te veo triste o cansado...

-No niego que lo esté.

-¿Por qué? ¿Por esos fariseos? Pues si ya deberías estar acostumbrado a ellos... ¡Casi, casi que me he acostumbrado yo que...! Ya sabes cómo era yo las primeras veces con ellos. ¡Cantan siempre la misma canción!... La verdad es que las serpientes  sólo pueden silbar; jamás ninguna logrará imitar el canto del ruiseñor. Se termina por no hacer caso - dice Pedro, parte convencido, parte queriendo liberar de preocupaciones a Jesús.

-Así es como se pierde el control y se cae en sus roscas. Os ruego que no os habituéis nunca a las voces del Mal como si fueran voces inocuas.

-¡Ah, sí! Pero no deberías estar triste, si es sólo por eso. Ya ves cómo te ama el mundo - dice Mateo.

-¿Pero es sólo por eso por lo que estás triste de esa forma? Dímelo, Maestro bueno. ¿O es que te han referido mentiras, o te han insinuado calumnias, o sospechas, o qué sé yo... respecto a nosotros, que te queremos? - pregunta presuroso y lisonjero el Iscariote, pasando un brazo por detrás de Jesús, que está sentado en el heno a su lado. Jesús vuelve la cara en la dirección de Judas. Sus ojos emanan un relámpago fosfórico a la luz trémula de la lámpara colocada en el suelo, en medio del círculo de los que están sentados en el heno dispuesto como bajo asiento en redondel. Jesús mira muy fijamente a Judas de Keriot, y mirándolo, le pregunta:

-¿Y me crees tan necio como para recibir como verdaderas las insinuaciones de cualquiera, hasta el punto de preocuparme por ellas? Son las realidades, Judas de Simón, las que me preocupan - y su mirada no deja ni un momento de hincarse, derecha como un calador, en la pupila oscura de Judas.

-¿Qué realidades te turban, entonces? - pregunta seguro el Iscariote.

-Las que veo en el fondo de los corazones y leo en las frentes destronadas.

Jesús marca mucho esta palabra.

Todos se agitan:

-¿Destronadas? ¿Por qué? ¿Qué quieres decir?

-Un rey pierde el trono cuando es indigno de permanecer en él. Lo primero que se le quita es la corona que tiene en su frente como en el lugar más noble del hombre, único animal que - siendo animal como materia, pero sobrenatural como ser dotado de alma - tiene la frente erguida hacia el cielo. Pero no es necesario ser rey con un trono terreno para poder ser destronados. Todo hombre es rey por el alma y su trono está en el Cielo. Pero cuando un hombre prostituye su alma y viene a ser un animal, y viene a ser un demonio, entonces pierde el trono. El mundo está lleno de frentes destronadas, que ya no están erguidas hacia el Cielo, sino agachadas hacia el Abismo, gravadas con la palabra que en ellas ha esculpido Satanás. ¿Queréis saber qué palabra es? Es la que leo en las frentes. Está escrito en ellas: "¡Vendido!". Y, para que no tengáis dudas acerca de quién es el comprador, os digo que es Satanás, en sí mismo y en los siervos que tiene en el mundo».

-¡Comprendo! Esos fariseos, por ejemplo, son siervos de un siervo que está por encima de ellos y que a su vez es siervo de Satanás -dice convencido Pedro.

Jesús no rebate.

-Pero, ¿sabes, Maestro, que esos fariseos, cuando han oído tus palabras, se han marchado escandalizados? A1 salir se han chocado conmigo y lo decían... Has estado muy tajante - observa Bartolomé.

Y Jesús replica:

-Pero muy verdadero. Si se tienen que decir estas cosas, es culpa de ellos, no mía. Es más, decirlas es un acto de caridad por mi parte. Toda planta que no haya plantado mi Padre celeste debe ser arrancada; y plantas no plantadas por Él es el improductivo brezal de parásitas hierbas, sofocantes, espinosas, que ahogan la semilla de la Verdad santa. Caridad es extirpar las tradiciones y preceptos que ahogan el Decálogo, lo enmascaran, hacen de él una cosa ineficaz e imposible de ser observado.

Para las almas honestas, es caridad hacerlo. Respecto a ésos, a los alteros obstinados, cerrados a toda acción y consejo del Amor, dejadlos; que los sigan los que por corazón y por tendencias son semejantes a ellos. Son ciegos, guías de ciegos. Si un ciego guía a otro ciego, por fuerza caerán los dos en la fosa. Dejadlos que se nutran de esas cosas contaminadas a las que dan el nombre "pureza"; ya no pueden contaminarlos más, porque lo único que hacen es colocarse bien en la matriz de que provienen.

-Esto que dices ahora empalma con cuanto dijiste en casa de Daniel, ¿no es verdad? Que no es lo que entra en el hombre lo que contamina, sino lo que sale del hombre» pregunta, pensativo, Simón e1 Zelote.

-Sí - dice escuetamente Jesús.

Pedro, después de un silencio, porque la seriedad de Jesús congela hasta el carácter más exuberante, solicita:

-Maestro, yo - y no sólo yo - no he comprendido bien la parábola. Explícanosla un poco. ¿Cómo es que lo que entra no contamina y lo que sale contamina? Yo, si tomo un ánfora limpia y meto en ella agua sucia, la ensucio. Por tanto, lo que entra en el ánfora la ensucia. Pero si de un ánfora llena de agua pura arrojo agua al suelo, no ensucio el ánfora, porque del ánfora sale agua pura. ¿Y entonces?

Y Jesús:

-Nosotros no somos ánforas, Simón. No somos ánforas, amigos. ¡Y en el hombre no todo es puro! ¿Entonces también  vosotros estáis sin inteligencia? Reflexionad sobre el caso que esgrimían contra vosotros los fariseos. Vosotros, decían, os contaminabais porque llevabais alimento a vuestra boca con manos polvorientas, sudadas... bueno, sin lavar. Pero, ¿esa comida a dónde iba? De la boca al estómago, de éste al vientre, del vientre a la cloaca. ¿Podrá, pues, portar impureza a todo el cuerpo, y a lo que en él está contenido, pasando sólo por el canal a ello destinado, cumpliendo su oficio de nutrir a la carne, sólo a ella, para terminar, como conviene, en una cloaca? ¡No es esto lo que contamina al hombre! Lo que contamina al hombre es lo que es suyo, únicamente suyo, aquello que suyo ha engendrado y dado a la luz. O sea, aquello que tiene en el corazón y del corazón sube a los labios y a la cabeza y corrompe el pensamiento y la palabra y contamina a todo el hombre. Del corazón vienen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios y las blasfemias. Del corazón vienen avaricias, lujurias, soberbias, envidias, iras, apetitos intemperados, ocios pecaminosos. Del corazón viene el fómite de las distintas acciones; si el corazón es malo, malas serán éstas como el corazón. Todas las acciones: desde los actos de idolatría a las murmuraciones insinceras... Todas estas cosas malas que van del interior hacia afuera contaminan al hombre, no el comer sin lavarse las manos. La ciencia de Dios no es cosa del suelo, lodo para ser pisado por todo pie; es algo sublime, que habita en las regiones de las estrellas, de donde desciende con rayos de luz para informar de sí a los justos. No queráis, vosotros al menos, arrancarla de los cielos para envilecerla en el fango... Id a descansar ahora. Yo salgo para orar.


Fuente; Cuadernos de Marìa Valtorta, segundo año publico de nuestro Señor Jesucristo

jueves, 22 de septiembre de 2022

DICE JESUS A: LOS PADRES, MUJERES, HIJOS, JUECES-

                                                              21 de octubre

Dice Jesús:

«Vuelvo a reanudar el tema 149 de las almas acogidas en el Purgatorio. Si has aferrado

todo el sentido de mis palabras, no importa. Estas páginas son para todos, porque todos

tienen seres queridos en el Purgatorio y así todos, por la vida que llevan, están destinados a

detenerse en esa morada. Sigo por tanto para los unos y para los otros.

He dicho que las almas purgantes sólo sufren por amor y expían con amor. Éstas son las

razones de este modo de expiación.

Si vosotros, hombres inconscientes, consideráis atentamente mi Ley en sus consejos y en

sus mandamientos, veis que gira totalmente alrededor del amor. Amor hacia Dios, amor

hacia el prójimo.

En el primer mandamiento Yo, Dios, me impongo a vuestro amor reverencial con toda la

solemnidad digna de mi Naturaleza respecto de vuestra nada: "Yo soy el Señor tu Dios".

Os olvidáis de ello demasiadas veces, hombres que os creéis dioses y, si no tuvierais en

vosotros un espíritu vivificado por la gracia, sólo seríais polvo y podredumbre, animales que

unís a la animalidad la astucia de la inteligencia poseída por la Bestia, que os hace cometer

obras de animales, peor que de animales: de demonios.

Decíoslo mañana y noche, decíoslo a mediodía y a media noche, decíoslo cuando coméis,

cuando bebéis, cuando vais a dormir, cuando os despertáis, cuando trabajáis, cuando

descansáis, decíoslo cuando amáis, decíoslo cuando contraéis amistades, decíoslo cuando

mandáis y cuando obedecéis, decíoslo siempre: "Yo no soy Dios. La comida, la bebida, el

sueño no son Dios. Él trabajo, el descanso, las ocupaciones, las obras del genio, no son

Dios. La mujer, o peor: las mujeres, no son Dios. Las amistades no son Dios. Los superiores

no son Dios. Uno sólo es Dios: es mi Señor que me ha dado esta vida para que con ella

merezca la Vida que no muere, que me ha dado vestidos, alimentos, moradas, que me ha

dado el trabajo para que me gane la vida, la genialidad para que dé muestra de ser el rey de

la tierra, que me ha dado capacidad de amar y criaturas para amar "con santidad" y no con

concupiscencia, que me ha dado el poder, la autoridad para que los convierta en medios de

santidad, no de condenación. Yo puedo hacerme semejante a Él porque Él lo ha dicho:

'Dioses sois', pero sólo si vivo su Vida, esto es su Ley, pero sólo si vivo su Vida, esto es su

149

Ya tratado en el dictado del 17 de octubre

250Amor. Uno sólo es Dios: ÉL Yo soy su hijo Y súbdito, el heredero de su reino. Pero si deserto

y traiciono, si me creo un reino mío en el que quiero ser rey y dios humanamente, entonces

pierdo el verdadero Reino y mi condición de hijo de Dios decae y se degrada a la de hijo de

Satanás, porque no se puede servir a la vez al egoísmo y al amor, y quien sirve al primero

sirve al enemigo de Dios y pierde el Amor, o sea, pierde a Dios".

Quitad de vuestra mente y de vuestro corazón todos los falsos dioses que os habéis

colocado, comenzando por el dios de barro que sois vosotros mismos cuando no vivís en Mí.

Acordaos de cuanto me debéis por cuanto os he dado -y más os habría dado si no hubierais

atado las manos a vuestro Dios con vuestra forma de vida- lo que os he dado para la vida de

cada día y para la vida eterna. Por ésta, Dios os ha dado a su Hijo, para que fuera inmolado

como cordero sin mancha y lavase vuestras deudas con su Sangre y no hiciera así, como en

los tiempos mosaicos, recaer la iniquidad de los- padres sobre los hijos hasta la cuarta

generación de los pecadores, que son "quienes me odian" porque el pecado es ofensa a

Dios y quien ofende odia.

No alcéis otros altares a dioses no verdaderos. Tened sólo y exclusivamente al Señor Dios

vuestro, y no en altares de piedra, sino sobre el altar vivo de vuestro corazón. Servidle a Él y

ofrecedle verdadero culto de amor, de amor, de amor, hijos que no sabéis amar, que decís,

decís, decís palabras de oración, sólo palabras, pero que no hacéis del amor vuestra oración,

la única que agrada a Dios.

Recordad que un verdadero latido de amor, que suba como una nube de incienso de las

llamas de vuestro corazón enamorado de Mí, tiene para Mí un valor infinitas veces mayor

que miles y miles de oraciones y ceremonias realizadas con el corazón tibio o frío. Atraed mi

Misericordia con vuestro amor. ¡Si supierais qué activa y grande es mi Misericordia hacia

quien me ama! Es una ola que pasa y lava cuanto constituye mancha en vosotros. Os da una

estola cándida para entrar en la Ciudad santa del Cielo, en la que la Caridad del Cordero que

se ha dejado inmolar por vosotros resplandece como el sol.

No utilicéis el Nombre santo por costumbre o para reforzar vuestra ira, para desahogar

vuestra impaciencia, para corroborar vuestras maldiciones. Y sobre todo no apliquéis el

término "dios" a la criatura humana que amáis por hambre de los sentidos o por culto de la

mente. Este nombre debe decirse sólo a Uno. A Mí. Y a Mí se me debe decir con amor, con

fe, con esperanza. Entonces ese Nombre será vuestra fuerza y vuestra defensa. El culto a

este Nombre os justificará, porque quien obra poniendo mi Nombre como sello de sus

acciones no puede cometer acciones malvadas. Hablo de quien actúa con sinceridad, no de

los mentirosos que tratan de cubrirse a sí mismos y sus obras con el resplandor de mi

Nombre tres veces santo. ¿Y a quien tratan de engañar? Yo no estoy sujeto a engaño, y los

hombres mismos, a no ser que sean enfermos mentales, al comparar las obras de los

mentirosos con su decir comprobarán que son unos falsos y sentirán desprecio y asco de

ellos.

Vosotros que no sabéis amar más que a vosotros mismos y a vuestro dinero, y os parece

perdido cualquier momento que no esté dedicado a satisfacer la carne o henchir el bolsillo,

que sepáis, en vuestro gozar o trabajar como glotones y rudos, hacer un inciso que os

permita pensar en Dios, en su bondad, en su paciencia, en su amor. Deberíais, lo repito,

tenerme siempre presente hagáis lo' que hagáis; pero como no sabéis obrar manteniendo el

espíritu fijo en Dios, una vez a la semana cesad de obrar para pensar sólo en Dios.

Ésta, que puede pareceros una ley servil, es en cambio prueba de cómo Dios os ama.

Vuestro buen Padre sabe que sois máquinas frágiles que se desgastan por el uso continuo, y

ha provisto a vuestra carne, también a ella porque igualmente es obra suya, ordenándoos

que la hagáis descansar un día de cada siete para darle su justo reposo. Dios no quiere

251vuestras enfermedades. Si hubierais permanecido hijos suyos, realmente suyos, desde Adán

en adelante, no habríais conocido las enfermedades. Éstas son fruto de vuestras deso-

bediencias a Dios, junto con el dolor y la muerte; han nacido y nacen como setas sobre las

raíces de la primera desobediencia: la de Adán y brotan unas de las otras, trágica cadena,

del germen que os quedó en el corazón, del veneno de la Serpiente maldita que. os produce

fiebres de lujuria, de avaricia, de gula, de desidia, de imprudencias culpables.

Y es imprudencia culpable el querer forzar vuestro ser a un trabajo continuo para ganancia,

como lo es el querer excederse en el gozo de la gula o del sentido al no querer contentaros

con el alimento necesario para la vida y con la compañera necesaria para la continuidad de

la especie, sino saciándoos desmesuradamente como animales de un cenagal extenuándoos

y envileciéndoos como -no como bestias, que no son semejantes sino superiores a vosotros

en el connubio al que van obedeciendo las leyes del orden- sino envileciéndoos más que las

bestias: como demonios que desobedecen a las santas leyes del recto instinto, de la razón y

de Dios.

Habéis corrompido vuestro instinto y ahora éste os lleva a preferir alimentos corrompidos,

formados por lujurias en las que profanáis vuestro cuerpo: mi obra; vuestra alma: mi obra de

arte; y matáis embriones de vida negándoles la vida porque los suprimís antes de tiempo

voluntariamente o mediante vuestras lepras que son veneno mortal para las vidas

incipientes.

¿A cuántas almas vuestro apetito sensual llama del Cielo para cerrarles después las

puertas de la vida? ¿Cuántas las que apenas alcanzan el confín y ven la luz ya moribundas o

muertas, y le impedís el Cielo? ¿Cuántas aquéllas a las que imponéis un peso de dolor, que

no siempre pueden soportar, con una existencia enferma, marcada por dolencias dolorosas y

vergonzosas? ¿Cuántas las que no pueden resistir esta clase de martirio no deseado, sino

impuesto por vosotros como una marca de fuego sobre la carne, que habéis generado sin

pensar que, cuando se está corrompidos como sepulcros llenos de podredumbre, ya no es

lícito generar hijos para condenarles al dolor y al desprecio de la sociedad? ¿Cuántas las

que, no pudiendo resistir esta suerte, se suicidan?

¿Pero qué os creéis? ¿Qué las condenaré por este delito contra Dios y contra sí mismas?

No. Antes que ellas, que pecan contra dos, estáis vosotros que pecáis contra tres: contra

Dios, contra vosotros mismos y contra los inocentes que generáis para llevarles a la deses-

peración. Pensadlo. Pensadlo bien. Dios es justo, y si pesa la culpa, pesa también la causa

de la culpa. Y en este caso el peso de la culpa aligera la condena del suicida, pero carga

vuestra condena, verdaderos homicidas de vuestras criaturas desesperadas.

En ese día de descanso que Dios ha puesto en la semana, y os ha dado su ejemplo de

reposo -pensad, Él: el Agente infinito, el Generante que por Sí mismo se genera

continuamente, Él ha mostrado la necesidad de descanso, lo ha hecho por vosotros, para

seros Maestro en la vida. Y vosotros, insignificantes potencias, ¡no lo queréis tener en cuenta

como si fuerais más poderosos que Dios!-. En ese día de reposo para vuestra carne que se

quiebra por el excesivo cansancio, sabed ocuparos de los derechos y de los deberes del

alma. Derechos: a la verdadera Vida. El alma muere si se la mantiene separada de Dios.

Dadle el domingo a vuestra alma -dado que no sabéis hacerlo todos los días y a todas las

horas- para que en el domingo se nutra de la Palabra de Dios, se colme de Dios, para tener

vitalidad durante los demás días de trabajo. ¡Qué dulce es el descanso en la casa del padre

para un hijo al que el trabajo ha mantenido alejado durante toda la semana! ¿Por qué no dais

a vuestra alma esta dulzura? ¿Por qué ensuciáis este día con embriagueces y

concupiscencias en vez de transformarlo en brillante luz para vuestra bienaventuranza de

ahora y de después?

252Y; tras el amor hacia quien os ha creado, el amor a quien os ha generado y a quien es

vuestro hermano. Si Dios es Caridad ¿cómo podéis decir de estar en Dios si no tratáis de

pareceros a Él en la caridad? ¿Y podéis decir que os parecéis si sólo le amáis a Él y no a los

demás creados por Él? Sí, debe amarse a Dios más que a nadie, pero no puede decir que

ama a Dios el que menosprecia amar a quienes Dios ama.

Por tanto amad en primer lugar a quienes, por haberos generado, son los segundos

creadores de vuestro ser en la tierra. El Creador supremo es el Señor Dios, que forma

vuestras almas y, dueño como es de la Vida y de la Muerte, permite vuestro nacer a la vida.

Pero los creadores segundos son los que de dos carnes y de dos sangres hacen una nueva

carne, un nuevo hijo de Dios, un nuevo futuro 21 oct. habitante de los Cielos. Porque estáis

creados para los Cielos, y para los Cielos debéis vivir sobre la tierra.

¡Oh! ¡Qué sublime dignidad la del padre y la de la madre! Episcopado santo -lo digo con

una palabra osada pero verdadera- que consagra un nuevo siervo a Dios con el crisma de un

amor conyugal, le lava con el llanto de la madre, le viste con el trabajo del padre, le hace

portador de la Luz infundiendo el conocimiento de Dios en las mentes infantiles y el amor de

Dios en los corazones inocentes. En verdad os digo que los padres son poco inferiores a

Dios sólo por el hecho de crear un nuevo Adán. Pero luego, cuando los padres saben hacer

del nuevo Adán un nuevo pequeño Cristo, entonces su dignidad es apenas un grado inferior

a la del Eterno.

Amad, pues, con un amor sólo inferior al que debéis tener por el Señor Dios vuestro, a

vuestro padre y vuestra madre, esta doble manifestación de Dios que el amor conyugal hace

ser una "unidad". Amadla porque su dignidad y sus obras son las más semejantes a las de

Dios hacia vosotros: los padres son vuestros creadores terrenos, y todo en vosotros debe

venerarles como tales.

Y amad a vuestra prole, padres. Recordad que a cada deber le corresponde un derecho, y

si los hijos tienen el deber de ver en vosotros la mayor dignidad después de Dios y de daros

el mayor amor después del amor total que debe darse a Dios, vosotros tenéis el deber de ser

perfectos para no disminuir el concepto y el amor de los hijos hacia vosotros.

Acordaos de que generar una carne es mucho y nada al mismo tiempo. También los

animales generan una carne y muchas veces la cuidan mejor que vosotros. Pero vosotros

generáis un ciudadano de los Cielos. De esto debéis preocuparos. No apaguéis la luz en el

alma de los hijos, no permitáis que la perla del alma de vuestros hijos se acostumbre al fango

para que esa costumbre no la empuje a sumergirse en el fango. Dad amor, amor santo a

vuestros hijos, y no necios cuidados a la belleza física, a la cultura humana. No. La que

debéis cuidar es la belleza de su alma, la educación de su espíritu.

La vida de los padres es sacrificio como la de los sacerdotes y los maestros convencidos

de su misión. Las tres categorías son "formadores" de lo que no muere: el espíritu, o la

psique, si os gusta más. y dado que el espíritu es a la carne en la proporción de 1000 a 1,

pensad qué perfección deberían alcanzar padres, maestros y sacerdotes para ser

verdaderamente como debieran. Digo ''perfección''. No basta "formación". Deben formar a los

demás, pero para formarles no deformes deben modelarles sobre un modelo perfecto. ¿Y

cómo pueden pretenderlo si ellos mismos son imperfectos? ¿Y cómo pueden llegar a ser

perfectos ellos mismos si no se modelan sobre el Perfecto que es Dios? ¿Y qué puede hacer

al hombre capaz de modelarse según Dios? El amor. Siempre el amor. Sois hierro basto e in-

forme. El amor es el horno que os purifica y derrite y os vuelve líquidos para colaros,

mediante las venas sobrenaturales, en la forma de Dios. Entonces seréis los "formadores" de

los demás: cuando os hayáis formado sobre la perfección de Dios.

Muchas veces los hijos representan el fracaso espiritual de los padres. A través de los hijos

253se ve lo que valían los padres. Porque, si bien es verdad que a veces nacen hijos

depravados de padres santos, ésta es la excepción. Generalmente al menos uno de los

padres no es santo y, dado que os resulta más fácil copiar el mal que el bien, el hijo copia al

menos bueno. Y también es verdad que a veces de padres depravados nace un hijo santo.

Pero también aquí es difícil que ambos padres sean depravados. Por ley de compensación el

más bueno de los dos es bueno por los dos, y con oraciones, lágrimas y palabras, cumple la

obra de los dos formando al hijo para el Cielo.

De todas formas, hijos, sean cuales sean vuestros padres, Yo os digo: "No juzguéis, sólo

amad, sólo perdonad, sólo obedeced, salvo en las cosas que son contrarias a la Ley.

Vosotros tenéis el mérito de la obediencia, del amor y del perdón, de vuestro perdón de hijos,

María, que acelera el perdón de Dios para los padres, y lo acelera más cuanto más sea

perdón total; a los padres la responsabilidad y el justo juicio, sea relativo a vosotros, sea por

cuanto corresponde a Dios, de Dios, único Juez".

Es superfluo explicar que matar es faltar al amor. Amor hacia Dios a quien quitáis el

derecho de vida y de muerte hacia su criatura y el derecho de Juez. Sólo Dios es Juez, y

Juez santo, y si ha permitido al hombre el crearse tribunales de justicia para poner un freno

tanto al delito como al castigo, ¡ay de vosotros si, como faltáis a la justicia de Dios, faltáis a la

justicia del hombre erigiéndoos en jueces de un semejante que ha faltado o creéis que haya

faltado contra vosotros!

Pensad, pobres hijos, que la ofensa, el dolor, trastornan la mente y el corazón, y que la ira

y el mismo dolor ponen un velo a vuestra visión intelectual, velo que os impide la visión. de la

auténtica verdad y de la caridad como Dios os la presenta, para que sepáis regular con ella

vuestra indignación, aunque sea justa, y no cometáis una injusticia con una condena

demasiado despiadada. Sed santos también mientras os quema la ofensa. Acordaos de Dios

sobre todo entonces.

y también sed santos vosotros, jueces de la tierra. Pasan por vuestras manos los horrores

más vivos de la humanidad. Examinadlos con mente y con ojos llenos de Dios. Mirad el

"porqué" verdadero de algunas "miserias". Pensad que aunque sean verdaderas "miserias"

de la humanidad que se degrada, muchas son. las causas que las producen. Buscad en la

mano que mata la fuerza que la movió a matar y recordad que también vosotros sois

hombres. Preguntaos si vosotros: traicionados, abandonados, provocados, hubierais sido

mejores que ése o ésa que está delante vuestra en espera de sentencia. Haciendo un

examen severo sobre vosotros, pensad si no hay alguna mujer que pueda acusaros de ser

los verdaderos asesinos del hijo que le suprimió, porque tras el momento de alborozo os

habéis sustraído a vuestro compromiso de honor. Y; si lo podéis hacer, sed también severos.

Pero si, tras haber pecado contra la criatura nacida de vuestra insidia y vuestra lujuria, aún

queréis obtener perdón de Aquél a quien no se engaña y que no olvida, aún a pesar de años

y años de vida correcta, esa incorrección que no habéis querido reparar, o ese delito que

habéis provocado, afanaos por lo menos en prevenir el mal, especialmente allí donde la

frivolidad femenina y la miseria del ambiente predisponen a las caídas en el vicio y en el

infanticidio.

Recordad, hombres, que Yo, el Puro, no he rehusado redimir a las mujeres sin honor. Y

por el honor que ya no tenían, he hecho surgir de su ánimo, como flor de un suelo profanado,

la flor viva del arrepentimiento que redime. He dado mi piadoso amor a esas pobres

desgraciadas que un así llamado "amor" había postrado en el fango. Mi verdadero amor las

ha salvado de la lujuria que el así llamado amor les había inyectado. Si las hubiera maldecido

y huido de ellas, las habrías perdido para siempre. Las he amado también por el mundo, que

tras haber gozado de ellas las recubre de burla hipócrita y falso desprecio. En lugar de las

254caricias de pecado las he acariciado con la pureza de mi mirada; en lugar de palabras de

delirio, he tenido palabras de amor por ellas; en vez de la moneda, vergonzoso precio de su

beso, les he dado las riquezas de mi Verdad.

Así se hace, hombres, para sacar del fango a quien se está hundiendo en él, no se agarra

uno al cuello para que sean dos los que perezcan, ni se tiran piedras para hundirle todavía

más. Es el amor, siempre el amor el que salva. .

Ya os he hablado 150 de cuanto sea el adulterio un pecado contra el amor, y no lo repito, al

menos por ahora. Hay mucho que decir acerca de esta regurgitación de animalidad -tanto

que ni siquiera entenderíais, porque os vanagloriáis de ser traidores del hogar- pero callo por

piedad hacia mi pequeña discípula. No quiero agotar las fuerzas de la criatura exhausta y

turbar su ánimo con crudezas humanas porque, cercano de la meta, sólo piensa en el Cielo.

Es obvio que quien roba peque contra el amor. Si se acordase de no hacer a los demás lo

que no quisiera que se le hiciera a él, y amase a los demás como a sí mismo, no quitaría con

violencia y estafa lo que es de su prójimo. Entonces no faltaría al amor, como en cambio

hace cometiendo rapiñas que tanto puede ser de mercancía o de dinero como de empleo.

¡Cuántos robos se cometen hurtando un puesto al amigo, una ocurrencia al compañero! Sois

ladrones, tres veces ladrones, haciendo esto. Lo sois más que si robarais una cartera o una

piedra preciosa, porque sin éstos aún se puede vivir, pero sin un trabajo remunerado se

muere, y con ése a quien le robaron el puesto muere de hambre su familia.

Os he dado la palabra como signo de superioridad sobre todos los demás animales de la

tierra. Por tanto deberíais amarme por la palabra, mi don. Pero ¿puedo decir que me amáis

por la ,palabra cuando de este don del Cielo os hacéis un arma para hundir al prójimo con el

falso juramento? No, no me amáis ni a Mí ni al prójimo cuando afirmáis la mentira, al

contrario, nos odiáis. ¿N o pensáis que la palabra no sólo mata la carne sino la reputación

del hombre? Quien mata odia, quien odia no ama.

La envidia no es caridad: es anticaridad. Quien desea descomedidamente las cosas de los

demás es envidioso y no ama. Contentaos con lo que tenéis. Pensad que bajo la apariencia

de alegría a menudo se encuentran dolores que Dios ve y que se os ahorran a vosotros,

aparentemente menos felices de quienes envidiáis. Qué si, por otra parte, el objeto de

vuestro deseo es la mujer o el marido del prójimo, sabed entonces que unís al pecado de

envidia los de lujuria y adulterio. Con eso cometéis una triple ofensa a la Caridad contra Dios

y contra el prójimo.

Como veis, si transgredís el decálogo transgredís el amor. Así es para los consejos que os

he dado que son las flores de la planta de la Caridad. Entonces, si transgrediendo la Ley

transgredís el amor, es evidente que el pecado es falta contra el amor. Y por eso debe ex-

piarse con amor.

El amor que no habéis sabido profesarme en la tierra me lo tenéis que dar en el Purgatorio.

Por eso os digo que el Purgatorio sólo es sufrimiento de amor.

Durante toda la vida habéis amado poco a Dios en su Ley. Os habéis echado a la espalda

la idea de Él, habéis vivido amando a todos y amándole poco a Él. Es justo que, no habiendo

merecido el Infierno y no habiendo merecido el Paraíso, os lo merezcáis ahora, encen-

diéndoos de caridad, ardiendo por cuanto habéis sido tibios en la tierra. Es justo que

suspiréis durante miles y miles de horas de expiación de amor lo que no habéis suspirado

miles y miles de veces en la tierra: por Dios, finalidad suprema de las inteligencias creadas. A

cada vez que habéis vuelto la espalda al amor corresponden años y siglos de nostalgia

amorosa. Años o siglos según la gravedad de vuestra culpa.

150

En el dictado del 25 de septiembre

255Estando ya seguros de Dios, conocedores de su suprema belleza por el fugaz encuentro

del primer juicio, cuyo recuerdo tenéis con vosotros para haceros aún más viva el ansia de

amor, suspiráis por Él, lloráis su lejanía, os lamentáis y arrepentís de haber sido vosotros la

causa de tal lejanía y os hacéis cada vez más permeables a ese fuego encendido de la

Caridad hacia vuestro supremo bien.

Cuando, por las oraciones de los vivientes que os aman, los méritos de Cristo son

lanzados como esencia de ardor en el fuego santo del Purgatorio, la incandescencia de amor

os penetra más fuerte y más adentro, y entre el resplandor de las llamas, cada vez se hace

más lúcido en vosotros el recuerdo de Dios visto en aquel instante.

Así como en la vida de la tierra cuanto más crece el amor más sutil se hace el velo que

cela al viviente la Divinidad, del mismo modo en el segundo reino cuanto más crece la

purificación, y por ello el amor, más cercano y visible se hace el rostro de Dios. Ya trasluce y

sonríe entre el centelleo del santo fuego. Es como un Sol que cada vez se acerca más, cuya

luz y calor anulan cada vez más la luz y el calor del fuego purificante, hasta que, pasando del

merecido y bendito tormento del fuego al conquistado y bienaventurado alivio de la posesión,

pasáis de llama a Llama, de luz a Luz, salís para ser luz y llama en El, Sol eterno, como

chispa absorbida por una hoguera y como candelero arrojado en un incendio,

¡Oh! gozo de los gozos cuando os encontréis elevados a mi Gloria, pasados de ese reino

de espera al Reino de Triunfo. jOh! ¡conocimiento perfecto del Perfecto Amor!

Este conocimiento, María, es misterio que la mente puede conocer por voluntad de Dios,

pero que no puede describir con palabra humana. Cree que merece la pena sufrir toda una

vida por poseerla desde el momento de la muerte. Cree que no hay caridad mayor que

procurarla con las oraciones a quienes amaste en la tierra y que ahora comienzan su

purificación en el amor, a quienes en vida tantas y tantas veces cerraron las puertas del

corazón.

Animo, bendita a la que son desveladas las verdades escondidas. Actúa, obra y sube. Por

ti misma y por quienes amas en el más allá.

Deja consumar en el Amor el estambre de tu vida. Vierte tu amor sobre el Purgatorio para

abrir las puertas del Cielo a quienes amas.

Serás bienaventurada si sabes amar hasta la incineración de cuanto es débil y pecó. Los

Serafines salen al encuentro del espíritu purificado con la inmolación de amor y le enseñan el

"Sanctus" eterno para cantar al pie de mi trono».


Fuente; Cuaderno del año 1943 del Evanagelio como me ha sido revelado por Marìa Valtorta