Ser ignorante no es pecado, pero se puede volver, pues si uno puede salir de ello en lo que concierne al bien eterno y no lo hace, la persona puede morir eternamente. Pues hoy dia la gente se preocupa por no ser ignorante al mundo pero si a las cosas de Dios, y esta ignorancia no la va a justificar Dios el día de su juicio, por eso los Apóstoles decían que era mejor hacerse necios ante las cosas del mundo que pasan, para ser agradable a Dios.
domingo, 28 de agosto de 2022
El amor es la cuna del hombre.
14-4
Febrero 17, 1922
El amor es la cuna del hombre.
(1) Me sentía oprimida por la privación de mi dulce Jesús y no hacía otra cosa que llamarlo,
desearlo, pero en vano. Entonces, después de haber esperado mucho, cuando ya no podía
más, ha venido, y yo quién sabe cuántas cosas quería decirle, pero Él se elevó en alto sin
darme tiempo, yo lo miraba y lo llamaba: “Jesús, Jesús, ven”. También Él me miraba y hacía
llover de su persona un rocío sobre mí que me embellecía toda, y este rocío lo atraía hacia mí,
de manera que se ha abajado hacia mí y me ha dicho:
(2) “Hija mía, el deseo de quererme ver rompe el velo que existe entre el tiempo y la
eternidad, y el repetido deseo le da el vuelo para acercarse a Mí. Mi amor está casi inquieto
cuando veo que el alma me anhela y Yo no me hago ver, y solamente se calma cuando no
sólo me hago ver, sino que le doy nuevos carismas y nuevas prendas de amor. Mi amor está
siempre en acto de querer dar nuevas prendas de amor a la criatura, y en cuanto veo que mi
Voluntad toma la parte obrante, dirigente de darse a la criatura, mi amor hace fiesta, corre,
vuela hacia ella, se hace cuna del hombre, y si ve que no reposa en su cuna, lo mece, le canta
para hacerlo reposar y dormir en su seno, y mientras duerme él le da su aliento en la boca
para darle nueva vida de amor. Si ve, por su respiro entrecortado, que su corazón no es feliz,
con el aliento que le da, mi amor le forma la cuna en el corazón para quitarle las amarguras,
los estorbos, las molestias y hacerlo feliz de amor. Y cuando se despierta, oh, cómo se alegra
mi amor al verla renacida, feliz y llena de vida y le dice: “Mira, te he arrullado en mi seno para
darte reposo, he vigilado a tu lado en tu sueño para hacer que te despertaras fuerte, feliz y
toda diferente de la que eras, ahora quiero ser cuna a tus pasos, a tus obras, a tus palabras, a
todo, piensa que estás mecido por mí, y en la cuna de mi amor pon tu amor, a fin de que
fundiéndonos nos hagamos felices recíprocamente, pero ten cuidado de poner alguna otra
cosa, porque entonces me entristecería y me harías llorar amargamente”.
(3) Es mi amor lo que más se acerca al hombre, más bien es la cuna donde él ha nacido, si
bien en mi Divinidad todo es armonía, como están en plena armonía los miembros al cuerpo.
Así como en el hombre la inteligencia toma la parte dirigente, pues es donde reside la voluntad
del hombre, y si ella no quiere se puede decir que el ojo no ve, la mano no obra, el pie no
camina; en cambio si quiere, el ojo ve, la mano obra, el pie corre, todos los miembros se
ponen de acuerdo; así mi Divinidad, mi Voluntad toma la parte dirigente y todos los otros
atributos se ponen en plena armonía para seguir lo que mi Querer quiere, así que concurre la
sabiduría, la potencia, la ciencia, la bondad, etc., pero como todos mis atributos, si bien
distintos ente ellos, viven en la fuente del amor, desbordan de amor, he aquí el por qué
mientras es el amor el que corre, que obra, que se dona, todos mis otros atributos concurren
junto.
7Volumen 14
(4) Además, lo que al hombre le es más necesario es el amor, el amor es como el pan a la
vida natural, así que puede prescindir de la ciencia, de la potencia, de la sabiduría, porque a lo
más son cosas que se necesitan en algún tiempo o circunstancia, ¿pero qué se diría si Yo
hubiera creado al hombre y no lo amara? Y además, ¿para qué crearlo si no debiera amarlo?
Esto me serviría para deshonor y sería una obra no digna de Mí, que no sé hacer otra cosa
que amar; ¿y qué sería del hombre si no tuviera un principio de amor y no pudiera amar?
Sería un bruto y no sería digno ni de ser mirado, por eso en todo debe correr el amor, el amor
debería correr en todas las acciones humanas como corre la imagen del rey en la moneda del
reino; y si en la moneda no está impresa la imagen del rey, no es reconocida por moneda; así,
si no corre el amor, no es reconocida por obra mía”.
+ + + +
14-5
Febrero 21, 1922
El amor hace morir y vivir continuamente.
(1) Continuando mi habitual estado, mi siempre adorable Jesús al venir me ha dicho:
(2) “Hija mía, mi amor por la criatura me hacía morir a cada instante. La naturaleza del
verdadero amor es morir y vivir continuamente por la persona amada; el amor de quererla
consigo le hace sentir la muerte, le procura un martirio, tal vez de los más dolorosos y
prolongados, pero el mismo amor, más fuerte que la misma muerte, en el mismo instante que
muere le da la vida, pero ¿para hacer qué cosa? Para dar vida a la persona amada y formar
con ella una sola vida, aquellas llamas tienen virtud de consumir una vida para fundirla en la
otra. Es propiamente esta la virtud de mi amor, hacerme morir, y de mi consumación formar
tantas semillas para ponerlas en los corazones de todas las criaturas, para hacerme resurgir
de nuevo y formar con ellas una sola vida Conmigo.
(3) Ahora, también tú puedes morir quién sabe cuántas veces por amor mío, y tal vez a cada
instante, cada vez que me quieres ver y no me ves, tu voluntad siente la muerte de mi
privación, pero en realidad, porque no viéndome, tu voluntad muere porque no encuentra la
vida que busca, pero después de que en ese acto se ha consumado, Yo renazco en ti y tú en
Mí y reencuentras así la vida querida por ti, pero para volver de nuevo a morir para vivir en Mí;
así también si me deseas, tu deseo no satisfecho siente la muerte, pero haciéndome ver
encuentra nuevamente su vida, y así tu amor, tu inteligencia, tu corazón, pueden estar en
continuo acto de morir y vivir por Mí. Si lo he hecho Yo por ti, es justo que tú lo hagas por Mí”.
+ + + +
Llamado a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios.
El verdadero amor quiere hacerse conocer
2º Cor.3, 18 Todos llevamos los reflejos de la gloria del Señor sobre nuestro rostro descubierto, cada día con mayor resplandor, y nos vamos transformando en imagen suya, pues Él es el Señor del Espíritu.
“Hija mía buena, amar y no hacerse conocer es contra la naturaleza del verdadero amor, porque el verdadero amor por sí mismo se expande y corre, vuela en busca de quien ama, y sólo se detiene cuando encontrándola la encierra, la esconde en su amor, y transformándola en sus mismas llamas quiere encontrar su mismo amor en ella, sus mismas obras hechas por quien ama por amor suyo. (...)
(...)Por esto creamos tantas cosas, porque esperábamos a la criatura para hacer conocer cuánto la amamos, y para dar a ella en cada cosa creada el potencial de nuestro amor para hacernos amar; el amor cuando no es conocido se vuelve infeliz, y cuando no es amado por quien ama siente perder la vida, impedido, romper los pasos, y poner en el olvido sus obras más bellas.
En cambio cuando es conocido y amado, su vida se multiplica, y he aquí nuestro acto creante sobre la criatura para ser amado como Nosotros la amamos, nuestros pasos son libres, más bien vuelan para tomar a la amada criatura, estrecharla a nuestro seno para amarla y hacernos amar, nuestro amor siente la felicidad del amor que ella le lleva.
Por eso no hay honor más grande que pueda darnos que venir en nuestra Divina Voluntad, Nosotros en cuanto la vemos venir ponemos a su disposición toda la Creación, porque es suya, para ella fue hecha, y conforme gira en cada cosa creada encuentra nuestra potencia creadora, que invistiéndola comunica nuestro amor que cada una posee, y nos pueda amar con nuestra fuerza creadora, que es fuente, y nos pueda amar como quiera y cuanto quiera, y así el amor del Creador y de la criatura se dan el beso, uno se reposa en el otro y ambos sienten el contento de amarse verdaderamente.
¡Oh! cómo es bella la compañía de quien nos ama, es tanto nuestro contento, que nuestro amor surge e inventa otras obras más bellas, otras industrias amorosas para amar y hacernos amar”.
VOL. 34 Diciembre 15, 1935
Fuente; Libro de Cielo, escrito por la secretaria de Jesucristo en la Tierra,Luisa Picarreta la Pequeña hija de Su Divina voluntad Obrante en la tierra como en el Cielo, es la santidad de las santidades.
el titulo del libro es; Llamado a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios.
sábado, 27 de agosto de 2022
MEDITEN ESTE TEXTO, Y SEPAN PORQUE OCURRE LO QUE OCURRE EN EL MUNDO.
HOMBRE MEDITA TU CORTA VIDA QUE ES NADA, Y PIENSA EN TU ETERNIDAD.
29 de octubre
Dice Jesús:
«Cuando hago decir a Sofonías que me llevaré cuanto hay en la tierra, le hago profetizar lo que sucederá en la antevigilia de los últimos tiempos, lo que Yo mismo anuncié después hablando, encubierto bajo la descripción de la ruina del Templo y de Jerusalén, de la destrucción del mundo, y cuanto profetizó el Predilecto en su Apocalipsis.
Las voces se suceden. Más aún, puedo decir que, como en un edificio sagrado elevado para dar testimonio de la gloria del Señor, las voces suben de pináculo en pináculo, de profeta a profeta antecediendo a Cristo, hasta la culminación mayor en la que habla el Verbo durante su vivir de hombre, y después, bajando de pináculo a pináculo a través de los siglos, por boca de los profetas que siguieron a Cristo.
Es como un concierto que canta las alabanzas, los deseos, las glorias del Señor, y que durará hasta el momento en que las trombas angélicas reunirán a los muertos de los sepulcros y a los muertos del espíritu, a los vivientes de la tierra y a los vivientes del Cielo para que se postren ante la gloria visible del Señor y oigan la palabra de la Palabra de Dios, esa Palabra que muchísimos han rechazado o descuidado, desobedecido, escarnecido, despreciado, esa Palabra que vino: Luz en el mundo, y que el mundo no quiso acoger prefiriendo las tinieblas.
Yo soy la cúspide del edificio de Dios. No puede existir palabra más alta y verdadera que la mía. Pero mi Espíritu está en la boca de las "palabras" menores, porque todo cuanto habla de lo que es de Dios es palabra inspirada por Dios.
La carestía y la mortandad de las epidemias serán uno de los signos precursores de mi segunda venida. Los castigos creados para corregiros y volver a llamaros a Dios obrarán, con dolorosa potencia, una de las selecciones entre los hijos de Dios y de Satanás.
Él hambre producido por los robos y las malditas guerras, queridas sin justificación de independencias nacionales sino sólo por la ambición del poder y la soberbia de los demonios con apariencia de hombres, producido por el detenerse de las leyes cósmicas, por voluntad de Dios, por lo que el hielo será áspero y prolongado, por lo que el calor quemará y no será mitigado por las lluvias, por lo que las estaciones serán invertidas y tendréis sequedad en las estaciones de las lluvias y lluvias en el tiempo de la maduración de las mieses, así que engañadas por la templanza repentina o por el frescor insólito, las plantas florecerán fuera de
estación y los árboles se recubrirán, después de haber generado, de nuevas flores inútiles, que aprisionan sin fruto la planta -porque todo desorden es nocivo y conduce a la muerte, recordadlo, hombres- el hambre atormentará cruelmente esta raza perversa y enemiga de Dios.
Los animales, privados de forraje y pienso, de grano y semilla, morirán de hambre y, por el hambre del hombre, serán destruidos sin darles tiempo de procrear. Los pájaros del cielo y los peces de las aguas, piaras y rebaños, serán asaltados por todas partes para dar a vuestros vientres el alimento que la tierra sólo producirá escasamente. .
La mortandad, creada por las guerras y las pestes, los terremotos y los naufragios,
precipitará en el más allá a los buenos y a los malos. Los primeros para vuestro castigo - porque privados de los mejores empeoraréis cada vez más- los segundos para su castigo, porque tendrán el infierno por morada antes de la hora prevista.
Vosotros seréis la víctima preparada por el Señor para purificar el altar de la Tierra, profanado por lo pecados de idolatría, de lujuria, de odio, de soberbia, hombres que perecéis a miles y a decenas de miles bajo la aguda guadaña de los fulgores divinos. Caeréis unos sobre otros como la hierba segada sobre un prado en abril: las flores santas mezcladas con las venenosas, los delicados tallos con los punzantes espinos. La mano de mis ángeles escogerá y separará a los benditos de los malditos, llevando a los primeros al Cielo y dejando a los segundos a los tridentes de los demonios para pasto del Infierno. Ser reyes o
mendigos, sabios o ignorantes, jóvenes o viejos, guerreros o sacerdotes no constituirá diferencia ni baluarte contra la muerte. Habrá un castigo y será tremendo.
El ojo de Dios escogerá a los destinados quitando las "luces" para que no tengan que sufrir más la neblina creada por los hombres unidos a Satanás, quitando las "tinieblas" generadoras de tinieblas porque están poseídas por el padre de las tinieblas: Satanás.
El ojo de Dios, que penetra en los palacios, en las iglesias, en las conciencias -y no hay barreras ni hipocresía que le impida ver- escudriñará en el seno de la Iglesia: la Jerusalén de ahora, escudriñará en el seno de las almas y escribirá el decreto personal para los dolientes, los indiferente, los tibios, los rebeldes, los traidores, los homicidas del espíritu, los deicidas.
No, no creáis que Dios no os hará ni bien ni mal por vuestras obras. Yo os lo juro, lo juro a Mí mismo, lo juro por mi Justicia, lo juro con triple juramento, os haré bien por el bien que hagáis y mal por el mal que hayáis realizado.
Si las impurezas de la carne y de vuestra vida de animales ponen una costra en vuestros ojos para impediros ver a Dios, a Dios nada le empaña. Dejaré caer mi mano sobre los que se complacen de estar en el barro y allí quieren quedarse a pesar de las invitaciones y los medios que les doy para salir. Serán barro en el barro, porque hacen del barro del pecado el alimento preferido para su hambre impura.
El día se acerca, hijos que habéis renegado del Padre. El tiempo de la Tierra es largo y breve al mismo tiempo.
¿Acaso no era ayer cuando gozabais de un honesto bienestar fruto de la paz y de las obras pacíficas que dan el pan y el trabajo? ¿Acaso no era ayer, vosotros que vivís en esta hora tremenda, cuando gozabais de la alegría 9.e la familia no desmembrada ni destruida, la alegría de los hijos alrededor de la mesa del padre, del tálamo: el esposo junto a la esposa, del padre inclinado sobre la cabeza de los niños como maestro y amigo? ¿Y ahora? ¿Dónde está todo eso? Ese tiempo pasó veloz como el pájaro que vuela a playas lejanas. Era ayer... ahora os volvéis y veis que un número de días, que el horror multiplica con su sangrienta intensidad, os separa de ellos. Os refugiáis en el recuerdo, pero el cúmulo de escombros y la
extensión de tumbas os destruyen la dulzura del recuerdo con la realidad del presente.
¡Oh! hombres, hombres que insultáis a Dios con las voces de la boca y del corazón
creyendo que os sea lícito hacerlo, oíd, hombres, la voz de Dios, desgarrada y desgarrante, que ya retumba en el mundo porque no le sirve hablaros por la boca de sus siervos y amigos, que os anuncia su ira, y que todavía os llama porque sufre al castigaros. .
Antes de que la ceguera de vuestros espíritus sea total, venid al Médico y a la Luz. Antes de que la sangre sea tanta de constituir un lago de muerte, venid a la fuente de la Vida.
Reunid vuestras miserables capacidades de amor y volvedlas a Dios. El amor os perdonará por esas migajas de amor que le ofreceréis, resto de las rapiñas de la carne y de Satanás. Deben ofrecerse a Dios las primicias y la. totalidad de los bienes. Pero dado que no habéis sabido hacer esto, hijos que me habéis costado la vida, dad al Señor grande, piadoso,
poderoso, lo que aún os queda. En vuestra pobreza de espíritu, pobreza no evangélica sino humana, arrancaos del corazón la última punta, negad a la carne ese resto y dádmelo a Mí.
Sé que a uno de mis dilectos le cuesta menos el sacrificio de la vida, porque el amor le embarga, de lo que a vosotros os cuesta el sacrificio de un beso. Y por vuestro esfuerzo,
desproporcionado con la oferta, os daré un premio desproporcionado con el don. Os lo daré, con tal de que vengáis.
Quien trabajó bien en la última hora será admitido en el Reino como quien rigió el arado, hasta caer sobre él, desde la aurora hasta su tarde anticipada. No os lamentaréis de tener una morada distinta en el Cielo; allí no existen las mezquindades de las envidias humanas.
Pero conquistad este Cielo que he creado para vosotros y que os he abierto con mi muerte de Cruz. Venid al Señor antes de que el Señor venga sobre vosotros con su majestad de Juez.
Respecto a vosotros, mis dilectos, permaneced en el camino que habéis escogido. Los vendavales y las tempestades no lograrán haceros perder la meta que soy Yo, que tengo el Corazón abierto para recibiros con el más vivo beso de amor. Dejad que caigan los reinos y los pueblos, y que lo que ahora se cree potente se convierta en cenizas y escombros, y que lo que ahora se cree con el derecho de dictar deseos y doctrinas se convierta en polvo triturado por la Voluntad y la Ley de Dios.
En mi breve reinado sobre el mundo seré Yo quien reine, Yo y el resto de mi pueblo, esto es, los fieles verdaderos, los que no han renegado de Cristo y recubierto el signo de Cristo con la tiara de Satanás. Entonces caerán las falsas deidades de los superpoderes, las doctrinas obscenas que reniegan de Dios, Señor omnipotente.
Mi Iglesia, antes de que se acabe la hora del mundo, tendrá su triunfo resplandeciente. No hay nada distinto en la vida del Cuerpo Místico de cuanto hubo en la vida de Cristo. Se dará el hosanna de la vigilia de la Pasión, el hosanna cuando los pueblos, fascinados por la Divinidad, plegarán sus rodillas ante el Señor. Después vendrá la Pasión de mi Iglesia militante, y al final la gloria de la Resurrección eterna en el Cielo.
¡Oh bienaventuranza la de aquel día en el que habrán acabado para siempre las insidias, las venganzas, las luchas de esta tierra, de Satanás, de la carne! Mi Iglesia estará compuesta entonces por los verdaderos cristianos. Entonces, en el penúltimo día. Pocos como al inicio, pero santos como al inicio. Acabará en santidad como en santidad comenzó.
Se quedarán fuera los mentirosos, los traidores, los idólatras. Los que en el último día
imitarán a Judas y venderán su alma a Satanás dañando al Cuerpo místico de Cristo. La Bestia tendrá en ellos sus lugartenientes para su última guerra.
Y ¡ay de quien en Jerusalén, en los últimos tiempos, se haga culpable de tal pecado! ¡Ay de quienes en ella se aprovechen de su apariencia para provecho humano! ¡Ay de quienes dejen perecer a los hermanos y dejen de hacer de la Palabra que les he confiado el pan de las almas hambrientas de Dios! ¡Ay! No haré diferencia entre quien reniegue abiertamente a Dios y quien le reniegue con las obras. Y en verdad os digo, con el dolor del Fundador por excelencia, que tres cuartos de mi Iglesia me renegará en la última hora, y tendré que amputarles del tronco como ramas muertas y corrompidas por una lepra inmunda.
Pero vosotros que permanecéis en Mí, oíd la promesa de Cristo. Esperadme con fidelidad y amor y Yo vendré a vosotros con todos mis dones. Con el don de los dones: Yo mismo.
Vendré para redimir y curar. Vendré para iluminar las tinieblas, vencerlas y hacerlas huir. Vendré para enseñar a los hombres a amar y adorar al Dios eterno, el Señor altísimo, el Cristo santo, el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. Vendré para traeros, no la paz de este mundo, eterno destructor de la Paz, sino la Paz del Reino que no muere.
Regocijaos, mis siervos fieles. Os dice esto la boca que no miente. Ya no tendréis que temer ningún mal porque pondré fin al tiempo del mal, anticiparé este final por piedad hacia mis benditos.
Regocijaos sobre todo vosotros, mis amados de entonces. Para vosotros será todavía más
solícito el adviento de Cristo y su abrazo de gloria. Ya se abren para vosotros las puertas de la Ciudad de Dios y sale vuestro Salvador para venir a vuestro encuentro a daros la Vida verdadera.
Todavía un poco y después vendré. Como para Lázaro, mi amigo, os llamaré uno a uno: "¡Sal fuera!". Fuera de esta tierra que es tumba para el espíritu encarcelado en la carne.
Fuera. En la Vida y en la libertad del Cielo.
Llamadme con vuestro amor fiel. Que él sea la llama que funde las cadenas de la carne y da al espíritu la libertad de venir pronto a Mí. Pronunciad el grito más bello escrito por hombre: "Ven, Señor Jesús"».
Fuente: El Evangelio como me ha sido revelado por Maria Valtorta 1943
EXORTACIÒN A LOS SACERDOTES DE LA ÚNICA IGLESIA DE CRISTO Y A LOS PODEROSOS
¡Ay, ay, ay de vosotros poderosos! Pero siete veces ¡ay! a vosotros sacerdotes. Porque, silos primeros llevan la muerte más a los cuerpos que a las almas, vosotros sois responsables de la muerte de las almas, comenzando por las de los poderosos que no sabéis contener, o,por lo menos, no tratáis de contener con un firme "Non licet", sino que les dejáis obrar su mala cambio de un falso obsequio que es traición a Cristo.Os lo he dicho: "El buen pastor da la vida por la de sus ovejas". Vosotros os preocupáis de conservar la vuestra; y las ovejas, grandes y pequeñas, se han dispersado, presa de las fieras, y han muerto por haberse alimentado con pastos malsanos. Hay que saber poner la hoz a la raíz de la gran planta dañina. Y no sopesar el peligro deque ésta o sus ramificaciones se vuelvan contra vosotros con la hoz para quitaros la vida,sino actuar para preservar la Vida más alta. Esto lo hacéis cada vez menos, y la destrucción devasta la tierra, y la destrucción devasta los espíritus.
Demasiado "ilícito" se ha cometido en "licito" solo porque es cometido por los poderosos. Pero pensad, poderosos de un momento, que el único Poderoso tiene yà el rayo en la mano para incendiar, primero, en vuestras manos los frutos que habéis robado, y después, si aún no os arrepentís, para abrazaros a vosotros.
viernes, 26 de agosto de 2022
5 | QUINTA PARTE | RETIRO DIVINA VOLUNTAD l "CÓMO VIVIR EL CIELO EN LA ...
Capítulo 298. La ayuda prestada a los huerfanos Marìa y Matìas y las enseñanzas que de ellla se deducen.
lunes, 15 de agosto de 2022
Santa Misa y Consagración a La Divina Voluntad
Consagración a la Divina Voluntad
In Voluntate Dei! Deo gratias!
Oh Voluntad Divina y adorable, héme aquí ante la inmensidad de tu luz, para que tu eterna bondad me abra las puertas y me haga entrar en ella para formar toda mi vida en tí, Voluntad Divina. Por eso, postrado ante tu luz, yo, el más pequeño entre todas las criaturas, vengo, oh adorable Voluntad, en el pequeño grupo de los hijos de tu Fiat Supremo.
Postrado en mi nada, suplico e imploro que tu luz quiera inundarme y eclipsar todo lo que no te pertenece, de modo que no haga más que mirar, comprender y vivir en tí, Voluntad Divina. Ella será mi vida, el centro de mi inteligencia, la raptora de mi corazón y de todo mi ser. En este corazón no quiero que vuelva a tener vida el querer humano; lo expulsaré de él y formaré el nuevo paraíso de paz, de felicidad y de amor. Con ella seré siempre felíz; tendré una fuerza única y una santidad que todo santifica y todo lleva a Dios.
Aquí postrado invoco la ayuda de la Trinidad Sacrosanta, que me admita a vivir en el recinto de la Divina Voluntad, para que regrese en mí el orden primordial de la creación, el orden en que fue creada la criatura.
Madre Celestial, Reina Soberana del Fiat Divino, tómame de la mano y sumérgeme en la luz del Querer Divino. Tú serás mi guía, mi tierna Madre, y me enseñarás a vivir y a mantenerme en el orden y en el recinto de la Divina Voluntad. Soberana Celestial, a tu Corazón entrego todo mi ser. Tú me darás lecciones de Voluntad Divina y yo estaré atento a escucharte. Extenderás tu manto sobre mí, para que la serpiente infernal no se atreva a penetrar en este sacro edén para seducirme y y hacerme caer en el laberinto del querer humano.
Corazón de mi sumo Bien, Jesús, Tú me darás tus llamas para que me quemen, me consuman y me alimenten, para formar en mí la vida del Supremo Querer.
San José, tú serás mi protector, el custodio de mi corazón, y tendrás las llaves de mi querer en tus manos. Custodiarás mi corazón celosamente y no me lo darás nunca más, para que yo esté seguro de no hacer ninguna salida de la Voluntad de Dios.
Angel mío de la mira, guárdame, defiéndeme, ayúdame en todo, para que mi paraíso crezca florecido y sea el reclamo de todo el mundo a la Voluntad de Dios. Corte Celestial, ven en mi ayuda y yo viviré siempre en la Divina Voluntad.
domingo, 14 de agosto de 2022
Con su respiro Jesús da movimiento y vida a todas las criaturas.
miércoles, 10 de agosto de 2022
EL LADO TONTO DE LAS MASCARILLAS DR. WILFREDO STOKES DAÑO A LA SALUD GR...
domingo, 7 de agosto de 2022
miércoles, 3 de agosto de 2022
"OH, HOMBRE A QUIEN QUIERO A PESAR DE SUS ERRORES"
Esta ebseñanza llena de Verdad, son para aquellos (maria Dominguez y que sostienen lo que creen por creer en engaños y mentiras que les ha infundido el gran seductor durante siglos a varios supuestos ilumniados, del oriente y fueron llevados a occidente por ciegos que dieron su voluntad humana a criaturas sin fundamentos ni verdadera Fe ).
7 de enero de 1944
Dice Jesús:
“¡Oh, hombre a quien quiero a pesar de tus errores, oveja descarriada por la que caminé y por la que vertí
mi Sangre para enseñarte la senda de la Verdad!, lo que voy a dictar es para ti. Es una enseñanza para ti. Es
una luz para ti. No rechaces mi don. No cometas el sacrilegio de pensar que hay otra palabra más justa que
ésta. Ésta es la mía. Es mi voz, que es siempre la misma a través de los siglos, que no cambia, que no se
contradice, que no se renueva a lo largo de los siglos porque es perfecta y el progreso no la toca. Vosotros
podéis renovaros. Yo, no; Yo soy como el primer día en mi doctrina y así es mi naturaleza desde siempre y
para siempre. Yo soy la Palabra de Dios, la Sabiduría del Padre.
En mi verdadero y único Evangelio está escrito: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios
de Jacob. No soy el Dios de los muertos; soy el Dios de los vivos” 1 Abraham vivió sólo una vez. Isaac vivió
sólo una vez. Jacob vivió sólo una vez. Tú vivirás una sola vez, Yo, que soy Dios, me encarné una sola vez y
no volveré a hacerlo, porque también Dios respeta el orden. Y el orden de la vida humana es éste:
Que a la carne se funda el espíritu para hacer que el hombre se asemeje a Dios, que no es carne sino
espíritu, que no es animal sino sobrenatural.
Que cuando para la carne llega la noche y se eclipsa, caiga como un despojo, como una simple
envoltura, en la nada de donde proviene y que el espíritu vuelva a su vida: una vida bienaventurada, si vivió
de verdad; una vida maldita, si pereció porque permitió que le dominara la carne en lugar de hacer que
Dios dominara su espíritu.
Que desde ese más allá, del que inútilmente queréis conocer los límites sin contentaros de creer en su
existencia, el espíritu aguarde temblando de miedo o palpitando de regocijo que la carne resurja y le
recubra en el día postrero de la Tierra para precipitar con ella en el abismo o para penetrar con ella en el
Cielo, donde también la materia será glorificada, porque con ella habéis triunfado al convertirla de enemigo
natural en aliada sobrenatural.
Mas, llegado el momento de mi excelsa reseña, ¿cómo podríais revestiros con una carne para ser
condenados o glorificados con ella, si cada espíritu hubiera poseído muchas carnes? ¿Cuál habría elegido
entre ellas?, ¿la primera o la última?
Si según vuestras teorías, la primera le permitió ascender a la segunda, era ya una carne merecedora del
Cielo, aún más merecedora que las otras, pues la que más cuesta es la primera victoria. Luego cobra impulso
la escalada. Mas, si en el Cielo han de entrar sólo los perfectos ¿cómo podrá entrar la primera? Sería injusto
excluir la primera carne, como lo sería creer que se excluirá la última de esas carnes que vosotros, con
abominable teoría, creéis que puedan cubrir en series ascendentes, vuestro espíritu, que se encarna y se
desencarna para volverse a encarnar como si fuera una prenda que se quita de noche y se pone otra vez por la
mañana.
¿Cómo podríais llamar a los beatos, si éstos ya estuvieran reencarnados? Y a vuestros difuntos, ¿cómo
podríais considerarles vuestros; si en ese momento ya son hijos de otros?
No. El espíritu vive. Una vez creado, ya no se destruye. Vive en la Vida, si en la Tierra vivió la única
vida que se os concede, como un hijo de Dios; vive en la Muerte si vivió su vida terrena como un hijo de
Satanás. Lo que es de Dios, vuelve a Dios por la eternidad. Lo que es de Satanás, vuelve a Satanás por la
eternidad.
No digas: “Esto está mal”. Yo, que soy la Verdad, te digo que es un bien supremo. Aunque vivierais mil
veces os convertiríais en títeres de Satanás y no siempre seríais capaces de salir vivos, aunque heridos, de
tales situaciones. Dado que vivís sólo una vez y que sabéis que en esa vez se juega vuestro destino, si no sois
malditos adoradores de la bestia, obrad al menos con la mínima voluntad que me basta para salvaros.
Quienes, en lugar de esa mínima parte, lo dan todo de sí y viven en mi Ley, son bienaventurados. El Dios
de los vivos les mira desde el Cielo con infinito amor y todo el bien del que aún gozáis en la Tierra lo debéis
a esos santos que a veces despreciáis, pero a quienes los Santos llaman “hermanos”, a quienes los ángeles
acarician y a quienes el Dios Uno y Trino bendice”.
Fuente; Cuaderno de 1943 de Marìa Valtorta