miércoles, 28 de diciembre de 2022

SIGAMOS CONOCIENDO LO QUE HACIA LA DIVINIDAD EN LA HUMANIDAD DE JESUS

».

6 de diciembre 204

Zacarías 8, 7-12-13-16-22.

Dice Jesús:

«Salvador de las gentes, no puedo no ser Salvador de mi pueblo. Mío por la ley antigua,

mío por la ley nueva.

Humanamente he salido de esa raza, y si ella se ha burlado de Mí, no me ha conocido, me

ha traicionado, matado, si ella ha hecho esto teniendo el alma cargada y enmarañada con el

magma de la culpa que no lava mi Sangre -siendo esta raza una rama que no quiere

insertarse en el cepa de la vid divina- no es menos cierto 6 dic. que he muerto también por

ella, que sobre ella tengo derechos de Rey y amor de Creador.

Con dureza y fiereza los padres de los padres de este momento han rechazado el don del

Eterno y han pedido mi Sangre para saciar el hambre de su odio hacia la Verdad. Con

paciencia, con inteligencia, con fuerza y con bondad les atraeré a Mí.

Las obras buenas o inicuas del hombre sirven siempre para un fin sobrenatural, porque la

maldad humana es recogida por Dios y al contacto con sus manos se transforma en

instrumento de bien. Dios no deja ningún intento en su previdente obrar para alcanzar la

finalidad que es reunir en un único núcleo a los humanos para el último día, como desde un

único núcleo se desparramaron por la Tierra dividiéndose como arroyuelos que se desbordan

de la copa de una fuente.

La obra ha iniciado ya y los perseguidores que dañan y ofenden lo que es humano no

saben que están creando con su iniquidad el gran día del Señor, en el que como ovejas

dispersas reuniré mi inmenso rebaño a los pies de la Cruz y bautizaré de nuevo con el nom-

bre de "corderos" a los enrudecidos hijos del rebaño que fue mío, expeliendo a quienes bajo

mi signo son las víboras y los lobos de la sociedad humana.

Cuando sepáis reconocerme y llorar con corazón contrito, Yo mutaré vuestra secular

condena, deicidas, en perdón y bendición, porque no pudo olvidar el bien cumplido por

vuestros Padres, quienes desde el Reino oran por vosotros errantes. Despojaos, pues,

también vosotros, que fuisteis los primeros en recibir el don de la Ley, de cuanto es ingrato a

Dios.

Los mismos mandamientos que doy a mis nacidos del místico alumbramiento de la Cruz,

lo digo también a vosotros que habéis convertido la cruz en un sacrílego patíbulo y en una

fuente de condena.

Decid la verdad y servid a la Verdad. Venid a Ella. Golpearos el pecho por quienes la han

menospreciado y han esperado matarla. Sólo se han matado a sí mismos porque la Verdad

es inmortal en su naturaleza divina. No os arropéis con sus insignias para fines humanos.

Sino que, una vez que os acerquéis a ella, amadla como esposa recién conocida. Ella es

quien debe generaros para la Vida eterna. Pero no se puede generar si de dos no se hace

una cosa sola persiguiendo no el placer de los sentidos, sino la santidad del fin. Sed

honestos y sinceros con todos y especialmente con Dios, cuyo ojo penetra en los corazones

y los traspasa de lado a lado y los ve mejor de cuanto pueda hacerlo el científico y el

204

Pero escrito, de hecho, en el mismo día (5 de diciembre) del dictado precedente y de los siguientes

333 bacteriólogo cuando ven en vuestros cuerpos las enfermedades que os consumen y los

gérmenes que os corroen.

Aplicad el amor a la verdad en las relaciones con Dios y con el hombre. No traicionéis.

Hace ya veinte siglos traicionó uno de vuestra raza, instigado y seguido por falsos y

malvados. Quitad esa injuria que os aplasta desde hace siglos, con vuestro actuar justo y

leal.

Para ser amados hay que hacerse amar. Lo habéis olvidado muchas, demasiadas veces.

Amad la paz. Es el signo de Cristo, que vuestros padres han matado atrayendo sobre

vosotros la guerra que no tiene fin, y con pausas de tregua explota y resurge como una en-

fermedad insanable en el cuerpo de la Tierra y no os da seguridad y descanso. Ahora debéis

aprender a amar esta paz para poder ser de Cristo y finalizar así el eterno éxodo de vuestra

raza.

Cada parcela del mundo tiembla bajo vuestro pie y os aplasta. También las parcelas

antiguas. Pero si Yo, Señor del mundo, extiendo mi mano y abro mi boca para decir: "¡Basta!

Éstos son míos de nuevo", la Tierra no podrá perseguiros más. Las sobrenaturales tiendas

del Cielo estarán sobre vosotros como protección.

Recordad cuando, por vosotros, he perseguido a los poderosos, he abierto el mar, he

hecho brotar fuentes en la aridez de los desiertos y llover alimento del cielo, cuando he

puesto a mis ángeles a abriros un pasaje entre los enemigos para conduciros a la Tierra que

había prometido a los primeros santos de la Tierra. Siempre soy ese Dios potente y piadoso.

Lo soy dos veces más ahora que no soy sólo el Padre Creador sino el Hijo Salvador, ahora

que la Tercera Persona ha generado el milagro de la Encarnación de un Dios para hacerle la

Víctima expiatoria de toda la humanidad.

Yo os espero para poder decir: "Paz" a la Tierra, y decir al Cielo: "¡Ábrete para acoger a

los vivientes. El tiempo ha terminado!". Venid. No tengo un corazón distinto, ahora que estoy

en el Cielo, del que tenía en el Gólgota cuando oraba por vuestros padres y perdonaba a

Dimas».

Me dice Jesús a mí:

«He dictado este texto hoy que puedes escribirlo, en vez de mañana que no podrías

hacerlo. Pon la fecha de mañana 205 . La colección de los dictados debe ser regular como el

movimiento de un péndulo. Un día se entenderá mejor el porqué digo que se haga así. Ahora

descansa sobre mi Corazón».

Más tarde, a las 8 horas

Dice Jesús:

«Ten paciencia, alma mía. No puedo estar sin hablarte, porque hablar a quien me ama

constituye mi delicia, mi deseo, la necesidad de mi Corazón amante vuestro.

¿Has visto alguna vez cómo hacen dos esposos que se aman realmente? La esposa,

mientras que está en casa, mira el reloj a cada momento, corre a la ventana, para ver si pasa

el tiempo, para ver si el esposo vuelve de su oficina. El esposo, en cuanto puede, escapa

para decir una palabra de amor a su esposa. Apenas le ha dejado y se le ocurre que podía

decirle también esto otro para hacerla feliz, y en cuanto puede corre a decírselo. Es el amor

que les apremia.

También Yo, apenas callo, siento que tengo más que decirte. Quisiera hablarte noche y

205

Efectivamente, la fecha del 6-12, puesta al inicio del dictado, está escrita fuera de las rayas del cuaderno, resultando así dispuesta en un

segundo momento

334 día, tenerte toda para Mí, quisiera que tú te pudieras dedicar completamente a Mí. ¡Si

supieras cómo te amo!

Ahora escucha. Hace años, leyendo los escritos de mi siervo Contardo Ferrini, te

preguntaste varias veces -porque eras una analfabeta en la mística- en qué consistía "la

conversación en los Cielos".

Helo aquí: cuando tú me escuchas y Yo te hablo, cuando en lugar del murmullo de

oraciones superficiales Yo te rapto en el fuego de las revelaciones y te ocupo de Mí, cuando

tú me dices: "Ven, Jesús, a hablar a tu sierva", cuando gustas el sabor de mi Palabra que

deposito en ti como en un cofre, en un ánfora, para que tú la des a los pobres y a los

sedientos de la Tierra, entonces nosotros mantenemos una conversación en los Cielos.

Estabas demasiado atada a las fórmulas, como casi todos los católicos fervientes. Yo te

he desligado. He lanzado tu alma fuera del océano de las circunscripciones formularias, de

las pequeñeces de los preceptos, a los espacios ilimitados del místico mar de la oración. Te

he envuelto, aspirado, raptado, divinizado en el fuego de la oración.

Eras un pequeño pájaro trabado. Ahora eres un águila que esparce el vuelo, domina y

sube hacia el Sol y lo mira y es fortalecida. Sube cada vez más, como el águila en vuelos

concéntricos. En lo alto estoy Yo, Águila eterna, que te espero para llevarte, más allá de los

sentidos, al conocimiento del amor.

Obedece siempre a la llamada, con prontitud y confianza. Abandónate al viento del amor.

Éste te sostiene, no te obstaculiza. Él espira para traerte a Mí de quien viene. Piérdete, gota

de agua en mi infinito océano, piérdete, chispa de luz en mi inmenso resplandor. Entra a

formar parte de tu Dios y Señor, de tu Esposo. Te abro todas las puertas de mis tesoros para

que los poseas.

¡Te amo!».

10 horas

Dice María:

«Hablando de la Presentación en el Templo, Lucas dice que "el padre y la madre se

quedaron maravillados de las cosas que se decían del Niño".

Distinta maravilla la de los dos cónyuges. Yo, a quien el Espíritu Santo había revelado

todo futuro, me maravillaba sobrenaturalmente admirando la Voluntad del Señor que se

vestía de carne para querer redimir al hombre y que se revelaba a los vivientes del espíritu.

Me maravillaba una vez más de que Dios me hubiese elegido a mí, su humilde esclava, para

ser la Madre de la Voluntad encarnada. José se maravillaba también humanamente porque

no sabía más que lo que las Escrituras le habían dicho y el ángel revelado. Yo callaba.

Los secretos del Altísimo estaban como depuestos en el arca cerrada en el Santo de los

Santos y sólo yo, Sacerdotisa suprema, los conocía, y la Gloria de Dios los velaba ante los

ojos de los hombres con su resplandor insostenible. Eran abismos de fulgor y sólo el ojo

virginal besado por el Espíritu Santo podía mirarlos. Por esto estábamos, tanto José como

yo, maravillados. De manera distinta, pero igualmente maravillados.

Del mismo modo debe interpretarse así el otro pasaje de Lucas: "Pero ellos no

comprendieron lo que les había dicho", cap. 22, v. 50.

Yo comprendí. Ya antes lo sabía y, aunque el Padre permitió mi angustia de madre, no me

veló el significado excelso de las palabra de mi Hijo. Pero callé para no humillar a José a

quien no le era concedida la plenitud de la gracia.

Era la Madre de Dios, pero eso no me eximía de ser esposa respetuosa hacia el Bueno

que era mi amoroso compañero y vigilante hermano. Nuestra Familia no conoció tacha, en

335 ningún motivo ni campo. Nos amamos santamente preocupados de una sola cosa: del Hijo.

jOh! Jesús restituyó en la hora de la muerte todo consuelo, como sólo Él podía hacer, a mi

José, en recuerdo de todo cuanto había recibido de ese Justo. Jesús es el modelo de los

hijos, como José lo es de los maridos. He tenido mucho dolor por el mundo y del mundo.

Pero mi santo Hijo y mi justo Consorte no trajeron más lágrimas a mis ojos que las de su

dolor.

Cuando ya José no estuvo a mi lado, y yo fui la primera autoridad terrenal sobre mi Hijo,

ya no mostré que no entendía callando. Nadie más se habría humillado al verse superado en

comprensión, y en Caná hablé: "Haced lo que Él os diga" dije, porque sabía que Jesús no me

niega nada y que tras sus palabras sostenidas ya estaba el primer milagro suscitado por mí y

ofrecido a mí por mi Hijo, como una cándida rosa, la primera nacida sobre un rosal en

primavera.

Hay que saber leer el Evangelio, María. Los hombres no lo saben leer. Yo te guiaré la

mano y te lo explicaré allí donde mi Jesús no te lo explica. Soy la Madre de los dos. Quiero

que mi niña conozca a su dulcísimo Jesús, nuestro Jesús, como pocos le conocen.

Cuanto más le conozcas, más le amarás. Cuanto más le ames, más feliz me harás».


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

Sois dioses siendo hijos de Dios. Pero Dios siempre es el Mayor, el Perfecto, Aquel que se genera pos Sí mismo. Vosotros sois los menores

5 de diciembre

2 horas

Zacarías 7, 4-14.

331   Dice Jesús:

«Yo no he venido a negar la Ley y los Profetas sino a confirmarla y a perfeccionarla

modificando las imprecisiones y sobreestructuras que el hombre les había puesto, parte por

la propia imperfección y parte por lo humano superior al alma.

El hombre está inclinado a entender mal. No es perfecto ni en sus sentidos místicos ni en

sus sentidos naturales. Sólo viviendo en Mí perfecciona los primeros, siendo entonces Yo

quien obro en él. El hombre está también inclinado a complicar las cosas porque, en su tenaz

e indestructible soberbia, siempre es atraído por la seducción de retocar también la obra de

Dios.

Sois dioses siendo hijos de Dios. Pero Dios siempre es el Mayor, el Perfecto, Aquel que se

genera pos Sí mismo. Vosotros sois los menores, los que os hacéis perfectos si vivís en Dios

y que sois generados por Dios. Entonces, por tanto, ¿por qué queréis modificar con vuestras

complicaciones lo que Dios en su Simplicidad, que es uno de los signos de su naturaleza, da

perfecto en su simplicidad?

Cuando me he convertido en Maestro he encontrado la Ley, tan clara y lineal en su origen,

convertida en una maraña de imposiciones y un montón de fórmulas que la volvían

impracticable para los fieles. Naturalmente los pesos y las fórmulas eran para los humildes.

Los potentes habían creado esas fórmulas yesos pesos, pero no los llevaban.

El sacerdocio, los escribas y fariseos, me produjeron repugnancia e indignación. Y si vi

entre ellos algún alma leal, que amé divinamente, vi también la multitud de los demás, más

numerosa que rebaños de chivos salvajes que con su hedor apestaban con sus mercados,

con sus falsedades, impiedades, durezas, la Casa del Señor, y hacían del Señor algo terrible

para los pobres de la Tierra.

¿Ayunaban y se sacrificaban por Mí esos sepulcros de pestilencia? No. Para recibir

beneficio humano y alabanza. Era cómodo ser Doctores de la Ley y cómodo ser del pueblo

elegido en Israel. Pero no había verdad de deseo y de ofrenda para atraer al Mesías y sus

bendiciones.

Y el Mesías se fue a otra parte, a la región despreciada, pero donde una Toda Santa y un

Justo merecían acoger y tutelar el Germen de Dios.

Y ahora, hijos, ¿ayunáis y rezáis por las cosas de Dios? No. Vuestras privaciones

naturales, que podrían ocupar el lugar del ayuno, no las soportáis con resignación, sino las

convertís en fuente de odio y maldición continua, necia y sacrílega. Vuestros rezos están

sucios y dañados por vuestros sentimientos interiores y son mirados por Dios como cosas

inmundas puestas sobre la piedra del altar. Dios las reduce en cenizas dispersando el humo

por la tierra.

Una vez más Yo vengo a repetir la forma que debéis utilizar para presentar a Dios

sacrificios y oraciones, cuyo perfume puro suba desde el altar hasta el trono de Dios como

holocausto de víctima perfecta.

“Juzgad según verdad, sed misericordiosos y compasivos con los hermanos, sean quienes

sean, no oprimáis a las viudas y los huérfanos, a los pobres forasteros, a los humildes y

débiles de la Tierra, no tengáis en el corazón pensamiento de rencor, venganza y malas

obras hacia vuestros semejantes. Amad, en suma, porque el amor es el compendio de la Ley

y quien ama todo lo hace, y el amor es el incienso que vuelve perfumadas las hostias de

propiciación y el agua lustral que lava las piedras de vuestro altar".

No endurezcáis el corazón y el oído más de cuanto lo tengáis ya. No cerréis el corazón y

el oído a la Voz de Dios que habla a través de sus "portavoces", como antaño lo

endurecieron los antiguos a la Voz de Dios que hablaba a través de los Profetas.

Si no me escucháis a Mí, por justicia Yo no os escucharé a vosotros, y dejaréis de

332 tenerme por Dios, por Padre y Salvador. Entonces conoceréis la ira del Señor, plena e

inexorable y, habiendo rechazado el Pan de la Palabra de Dios, morderéis el polvo, y como

fieras sin alimento os despedazaréis el uno al otro muriendo en el horror por conocer un

horror aún más tremendo y eterno».

Fuente: Cuadernos de Maria Valtorta del año 1943

Nota; Estos evangelios como le han sido revelados a Marìa valtorta, según le dijo Jesús al sensor de estos escritos, a Monseñor Michellini, "Serán para la Iglesia regenerada después del Basta de Dios".
 

5 | RETIRO DIVINA VOLUNTAD l "CÓMO VIVIR LA TIERRA CÓMO EN EL CIELO"

lunes, 26 de diciembre de 2022

TODO ES PROVIDENCIA DIVINA INCLUSO LA INJUSTICIA

 4-166

                                              Diciembre 26, 1902

              Las calumnias, las persecuciones, las oposiciones, sirven para justificar al hombre.

(1) Encontrándome en mi habitual estado, me sentía toda oprimida y con temor de recibir

persecuciones, oposiciones, calumnias, no sólo yo, pues de mí no me preocupo porque soy una

pobre criatura que valgo nada, sino por el confesor con otros sacerdotes. Así que sentía el

corazón aplastado por este peso, sin poder encontrar calma. En este momento ha venido mi

adorable Jesús diciéndome:

(2) “ Hija mía, ¿por qué estarte turbada e inquieta perdiendo el tiempo? Por tus cosas no hay

nada, y además todo es providencia divina que permite las calumnias, las persecuciones, las

oposiciones, para justificar al hombre y hacerlo regresar a la unión con el Creador, a solas, sin

apoyo humano, como salió al ser creado. Y he aquí cómo el hombre, por cuan bueno y santo

fuese, siempre le queda alguna cosa de espíritu humano en su interior, como también en su

exterior no es perfectamente libre, siempre tiene alguna cosa de humano en la que espera, confía

y se apoya, y por la cual quiere obtener estima y respeto, así que la providencia divina hace que

sople un poco el viento de las calumnias, persecuciones y oposiciones, ¡oh!, qué destructora

granizada recibe el espíritu humano, porque el hombre viéndose combatido, mal visto,

despreciado por las criaturas, no encuentra más satisfacción entre ellas; más bien le viene a faltar

todo junto: Ayudas, apoyos, confianza y estima, y si antes iba en busca de ellas, después él

mismo les huye, porque adonde se vuelve no encuentra más que amarguras y espinas. Así que,

reducido a este estado permanece solo, y el hombre no puede estar, ni está hecho para estarse

solo, ¿qué hará el pobrecito? Se volverá todo, sin el mínimo estorbo a su centro Dios, y Dios se

dará todo a él, y el hombre se dará todo a Dios, aplicando su inteligencia en conocerlo, su

memoria en recordarse de Dios y de sus beneficios, la voluntad a amarlo. Y he aquí hija mía,

justificado, santificado y rehecha en su alma la finalidad para la cual fue creado. Y aunque

después le convendrá tratar con las criaturas, si ve que se le ofrecen ayudas, apoyos, estima, los

recibe con indiferencia, conociendo por experiencia quiénes son, y si se sirve de ellas lo hace sólo

cuando ve en ello el honor y la gloria de Dios, quedándose siempre sólo Dios y él”.


Nota; 

Perdemos el tiempo en pensar en nosotros mismos, incluso en las cosas buenas, . todo es providencia Divina, esto es algo que no mucho entendemos, a veces cuesta mucho trabajo en entender lo que nosotros consideramos injusticia que es providencia Divina.


sábado, 24 de diciembre de 2022

Jesus se la lleva al cielo y la suspende como victima, a fin de que los pueblos hagan lo que quieran”.

 4-154

Noviembre 22, 1902

Corre peligro de morir, la obediencia se opone.


(1) El día 22 de noviembre continuaba sintiéndome mal, y de nuevo el bendito Jesús ha venido y

me ha dicho:

(2) “ Amada mía, ¿te quieres venir?”

(3) Y yo: “Sí, no me dejes más sobre esta tierra”.(4) Y Él: “Sí, te quiero contentar esta vez”.

(5) Y mientras esto decía me he sentido cerrar el estómago y la garganta, de modo que ya no

entraba nada, apenas podía respirar, sintiéndome sofocar. Después he visto que Jesús bendito

llamaba a los ángeles y les decía: “Ahora que la víctima se viene, suspendan las fuerzas, a fin de

que los pueblos hagan lo que quieran”.

(6) Y yo: “Señor, ¿quiénes son ellos?”

(7) Y Él: “Son los ángeles que custodian las ciudades, hasta en tanto que las ciudades son

asistidas por la fuerza de la protección divina comunicada a los ángeles, no pueden hacer nada,

cuando esta protección les es quitada por las graves culpas que cometen, dejándolas en poder de

ellos mismos, pueden hacer revoluciones y cualquier tipo de mal”.

(8) Entonces yo me sentía plácida y viéndome sola con mi amado Jesús y abandonada por todas

las criaturas, de corazón le agradecía al Señor y le pedía que se dignara no dejar que viniera

nadie a darme molestia. Mientras estaba en esta situación, ha venido mi hermana y viéndome mal

ha mandado a llamar al confesor, el cual por camino de obediencia ha logrado hacerme abrir un

poco la garganta y se fue dándome la obediencia de no morir. Pobre quien tiene que vérselas con

las criaturas, porque no conociendo a fondo todas las penas y desgarros de una pobre alma,

agregan a las penas mayores dolores, y es más fácil obtener compasión de Dios, ayuda y

consuelo, que de las criaturas, es más, parece que atizan mayormente. Pero sea siempre bendito

el Señor que todo dispone para su gloria y para el bien de las almas.

+ + + +

Nota y reflexiòn;

Dios al quitar la protección de los ángeles que están en las ciudades, los hombres pueden hacer lo que quieran. Y eso se traduce en leyes contra vida, el aborto, la adopción de hijos a homosexuales, leyes de eutanasia, decretar plandemias, disponer que los poderosos a través de los gobiernos y los medios de comunicación , coaccionando a los pueblos les impongan su voluntad nefasta con su ciencia nefasta, y perseguir a los que dicen o piensan lo contrario, censurando y persiguiendo. 

Y así se arman las revoluciones y las guerras, que siempre han existido por su soberbia, que son los castigos de Dios, osea una corrección divina por eligir lo que se quiere y se han situado en Su Justicia; y su negación de conocer la Verdad que es una sola, no dos y ocho mil millones. y la Verdad Soy Yo dijo Jesucristo, y si quieren conocer la Verdad, deben de leerme a Mi y serán libres y vivirán eternamente felices, desde aquí en la tierra, aprendiendo a conocer Mi voluntad y Mi Querer. Al cielo nada entra de de humano, porque en el cielo solo entra lo Divino.


lunes, 12 de diciembre de 2022

NO CONOCEMOS A JESUCRISTO NI A NUESTRA MADRE ESPIRITUAL, MARIA LA REINA DE LA DIVINA VOLUNTAD

                                                      3 de diciembre

Zacarías 3.

Dice Jesús:

«Yo soy Quien ha vencido a Satanás.

Me ha producido molestias infinitas desde que llegué al mundo, desencadenando contra

mí el odio del poder ciego y ávido que siempre teme que alguien le quite sus bienes de

usura, arremetiendo contra mí a la clase dirigente que carecía de méritos y que se sentía

reprochada por los míos. También mi palabra era reproche. Pero cuando aún no hablaba ya

hería, porque la santidad es censura para los indignos. Me suscitó enemigos y traidores y

empujó a la duda a mis discípulos y amigos. Me circundó en el desierto, me aplastó con sus

terrores en el Getsemaní. Y no satisfecho, todavía me roba continuamente seduciendo el

corazón de los hombres.

La batalla entre él y Yo no finalizará hasta que el Hombre sea juzgado en todos sus

congéneres. Y la victoria final será mía y eterna. Entonces la Bestia infernal, siempre vencida

y cada vez más feroz por ser vencida, me odia con odio infinito y revuelve la Tierra para herir

mi Corazón. Pero Yo soy el Vencedor de Satanás. Allí donde él ensucia, Yo paso con el

fuego del amor para limpiar. Y si no hubiese continuado mi obra de Maestro y Redentor con

mi paciencia inagotable, ya seríais todos demonios.

He obedecido al deseo del Padre para limpiaros del mayor pecado. El mayor pecado era

desobediencia al mandato de Dios. De ahí había venido la sed de poder, soberbia y

concupiscencia. Las tres Furias que os tienen siempre en su poder cuando no las sabéis

aniquilar con una vida vivida en Dios. Yo he reparado con mi obediencia la desobediencia

inicial.

Para limpiaros de los demás pecados he tomado sobre Mí las miserables vestiduras de

328iniquidad que eran vuestras vestiduras y, para quitarles la iniquidad de toda la estirpe del

hombre, las he empapado con mi Sangre y las he limpiado con ella.

Después ha venido la gloria. Pero antes fue el dolor. Después ha venido el derecho a

juzgar. Pero antes fue el deber de expiar. Después fui hecho fundador del nuevo Templo en

el que está la fuente santísima del Espíritu de siete formas. Pero antes tuve que ser Yo la

Víctima inmolada para purificar la casa de Dios.

Y ¿qué pensáis, vosotros sacerdotes a quienes pesa el leve yugo de la observancia de

vuestro deber? ¿Que me resultó fácil ser Sacerdote? ¿Y quien de entre vosotros, por mucho

que le opriman los afanes, es oprimido por tormentos semejantes a los míos? Pero estas

almas que os confío ¿sabéis que son la parte que me he procurado con mi morir? No hagáis

que se pierdan. Arrancadlas a Satanás a costa de vuestra vida como Yo las arranqué con el

precio de la mía.

Para aprender sólo tenéis que estudiarme a Mí. No es necesario ser eruditos. Sed sólo

buscadores de Dios, y Dios, Yo, os iluminaré»


Fuente; Cuaderno del año 1943, de los Evangelios segun me han sido revelados por Marìa Valtorta.

domingo, 11 de diciembre de 2022

La Segunda Venida de Jesucristo, vendrà en corazones dispuestos a vivir Su Vida dàndole la suya. Intercambio de vidas. La Cruz monedas para el Cielo

                                                            2 de diciembre

Ageo 1 Y 2.

Dice Jesús:

«Siempre, cuando el hombre se ha separado de Dios y de lo sobrenatural para dedicarse

a su yo y a las cosas naturales, ha disminuido para sí mismo la felicidad de poseer también

lo natural.

El primero que muere es el gozo sobrenatural, esa seguridad y esa paz que nos hace

fuertes en las vicisitudes de la vida, porque el hombre no se siente solo, aunque esté en un

desierto, aunque sobreviva en un país destruido, porque siente sobre sí y a su alrededor el

amor de un Padre y la presencia de fuerzas inmateriales pero sensibles para sus sentidos

espirituales. ¡Bienaventurados quienes están en este gozo! Ésos poseen las riquezas

eternas.

El segundo que perece es el bienestar natural. No miréis con ojos de envidia a quien,

aunque viviente en oprobio a Dios, os parezca que tenga su plato lleno. No sabéis cuales y

cuantas otras cosas falten en su casa, ni cuanto le durará lleno ese plato.

En todo caso sabed que, cuanto más crece el bienestar actual

para el rebelde ante Dios, tanto más aumenta el rigor de su más allá. Los Epulones no

estarán en el seno de Abraham, sino los Lázaros que tienen el corazón rico de obras santas

y de obediencia a la santa Voluntad.

Los rebeldes, y también los que no se acuerdan del Señor, viven afanándose en aumentar

bolsa y granero, casas y poderes, cargos y honores. ¡Oh ilusos infelices, que cuanto más se

fatigan para saciarse más les roe el germen del pecado, como hace un roedor en un saco de

trigo que va siempre menguando aunque vuelva a llenarse, porque el castigo de Dios está

sobre su obra!

¿ Qué tenéis hoy que habéis convertido el presente, que muere, en finalidad de vuestro

vivir y ya no tenéis los ojos del espíritu para ver a Dios ni el latido del espíritu para pensar en

Dios? ¿Han triunfado vuestras empresas? ¿Han aumentado vuestras riquezas? ¿Ha crecido

vuestra felicidad? No. Éstas, como la llamarada de un henil, han tenido un rápido flamear que

sedujo a los simples (no de espíritu) pero que duró lo que dura un fuego de paja y pereció

dejando un poco de ceniza que el viento dispersaba y volvía amarga para el paladar y hostil

a la vista. Vuestro aparente triunfo se os deshace en derrota y dolor y os ha envuelto a

vosotros y a quienes habéis seducido.

Volved a Dios. Lo digo una vez más. Sobre los intereses particulares, e incluso nacionales,

hay un interés más elevado: el de Dios. y éste debería tener preferencia siempre. Si ocurriera

así, no caeríais en los errores y en los delitos, sean individuales o nacionales, en los que

caéis, porque el interés de Dios no está hecho de cosas malvadas sino santas. Y donde está

324 la santidad no hay error y delito.

Y no sólo esto, sino que obrando así como hacéis, empujáis a Dios a castigaros en

vuestros campos, en vuestros rebaños, dándoos hambre y sequía, e impedís que desde los

Cielos se efunda un rocío mucho más vivificador que el rocío de la noche que cubre de

perlas los brotes de los campos y hace crecer las mieses y el heno. Vosotros impedís que se

os dé el rocío de la gracia en los corazones. Cristo no puede obrar en vosotros.

Es inútil decir: "Que los cielos envíen al Justo a la tierra". Él ya descendió una vez, pero

vosotros habéis permanecido, y os habéis vuelto cada vez más, tierras estériles y áridos

adoquines. Estáis cerrados en vuestros espíritus ceñidos por carne y sangre, matados por la

carne y la sangre, y el Salvador no puede entrar para salvaros.

Y sin embargo vendré. Vendré incansablemente a tocar, individualmente, a las puertas de

los corazones, y donde encuentre quien me abre entraré para convertirlo en morada de paz.

Vendré, porque aún soy el Deseado por los justos de la Tierra y por los santos de la Tierra,

vendré para asumir mi Reino para mi segunda venida y para mi triunfo final.

Atraeré hacia Mí al mundo de los vivientes en el espíritu y en Mí convergerán razas y

naciones para ver mi gloria que se corona con una cruz. Fluirá la Paz, porque soy el Señor

de la paz, fluirá como un río de leche sobre el mundo para volverlo virgen con el candor tras

tanta sangre que, desde todos los continentes, grita a Dios su dolor de haber sido extraída de

las venas por mano de los hermanos.

He lavado con mi Sangre la sangre de esta Tierra, desde Abel hasta el día de mi muerte.

Pero después, el delito del odio humano, que es furor satánico, ha ensuciado de nuevo la

Tierra, y no hay terrón de vuestro planeta que no haya conocido el sabor de la sangre. Desde

estos terrones empapados de sangre humana sube una miasma que os hace cada vez más

feroces. Sólo mi poder puede purificar lo que os rodea y cuanto tenéis en vuestro interior. Y

cuando llegue la hora vendré para limpiaros del odio humano a vosotros y a la Tierra, para

que con sus vivientes sea presentable a Dios.

La última lucha será de odio puramente satánico y entonces sólo odiarán Satanás y sus

hijos. Ahora odiáis todos. Incluso los santos de entre vosotros odian, más o menos, al

enemigo y al vecino. Y esto agiliza las obras de Satanás y obstaculiza las obras de Dios en

los individuos o en las naciones.

No tengáis movimiento de rencor o de desprecio, vosotros que sois los más queridos para

Mí, al menos vosotros. He muerto por todos, recordadlo. Italianos, franceses, ingleses,

españoles, alemanes o rumanos, están igualmente teñidos por mi Sangre. Con mi Sangre os

he unido a todos al cepo de la Vid divina. Entonces ¿por qué odiaros? Ni las divisiones de

raza, ni las divisiones de cultos justifican vuestro rencor.

Sólo Yo soy el juez. Quien se enfurece con un semejante en nombre de la Fe o de la

Patria es contrario a la Caridad y por ello a Dios. No maldeciré a los enviados a combatir

porque he enseñado la obediencia a la autoridad. Pero mi anatema ya está pronunciado, y

colmará de estruendo el firmamento en el día del Juicio, por aquellos que, bajo un fingido

manto de patriotismo y de defensa de la Fe, se arrogan el derecho de saquear y asesinar

para servirse a sí mismos.

No agitéis un estandarte en el que no creéis. No pronunciéis defensa de lo que

despreciáis en el corazón. No digáis: "Soy el defensor de Dios y de la Patria, de la causa de

Dios y de la Patria". Mentís. Vosotros sois los primeros que atentáis a ésta ya Aquél y que

perjudicáis no a Dios, superior a vuestros atentados, sino a la Patria. Comenzad a defender a

Dios en vosotros y a la Patria en vosotros, y no cambiéis la Fe y la Patria por un plato de

lentejas o por treinta malditas monedas.

Destructores y mentirosos. Adúlteros de la Fe y de la Patria. Escarnecedores de la

325 doctrina y de vuestra mente, porque decís una cosa y hacéis otra, porque sabéis que lo que

hacéis está mal, y de todas formas lo hacéis, porque adherís a una idea o a la Fe y después

la traicionáis por un amor bajo, porque os mentís a vosotros y a los demás, porque destruís

lo que otros han cultivado para dároslo en herencia.

¡Oh crueles, que también destruís la obra de Dios y matáis el templo de vuestro cuerpo,

en el que hay un alma muerta, y el templo de Dios, porque en las iglesias son muy escasos

los fieles y los ministros "vivos"!

¿Para qué sirven vuestros ritos hechos con el alma muerta? ¿No recordáis que a Dios se

le ofrendan hostias vivas, perfectas y primeras? ¿Y vosotros le ofrendáis los restos, los

estropeados, los muertos? Muertos porque matáis lo que tocáis con el alma muerta,

estropeados porque deformáis lo que dais a Dios con el alma enferma, restos porque le

reserváis a Él lo que os queda después de haberos enriquecido para vuestro gozar.

Volved a Dios. Volved a Cristo. Sacerdotes, volved para convertiros en "sacerdotes".

Necesitáis su consagración, el óleo que destila del Sacerdote eterno. Sois demasiados los

que habéis quedado reducidos a lámparas carentes de aceite, y los fieles se pierden porque

no tienen luz en las tinieblas. Llevadle a ellos la Luz. Yo soy la Luz del mundo. Pero no

podéis llevarme si no me tenéis en vosotros.

Y no maltratéis a mi portavoz si os dice esto. Bendecidlo en cambio, porque os hace

conocer la verdad y os da la manera de miraros entre las llagas del alma y quitaros tanto

polvo que os la ensucia. Si la verdad es amarga y os disgusta, pensad que si se os dice es

por vuestra culpa. Esta verdad no había que merecerla. Era mejor. Pero dado que la habéis

merecido, no os soliviantéis con mi portavoz que os la dice con lágrimas. Que si Yo le he

elegido para hacer esto, es porque le amo y veo en su espíritu una morada en la que soy

siempre bien recibido con el respeto del súbdito al Rey y con la sencillez del niño hacia el

padre.

Yo lo he dicho: "Quien me ama hace las mismas obras que Yo hago". Porque Yo vivo en

mis amantes, víctimas que se aniquilan en el amor hasta morir, y en ellos obro las maravillas

de mi poder».

Inmediatamente después a mí. Dice Jesús:

«Te he tomado como a un niño pequeño y te he puesto en medio de ellos porque Dios

tiene preferencia en hablar a los niños. Niños de años o niños de espíritu, porque en ellos

hay sencillez y pureza para acoger las revelaciones de Dios.

Pero el día en que tú quisieras hacerte "grande" y semejante a ellos, Yo dejaría de llevarte

de la mano e instruirte. Los adultos no necesitan ser conducidos, a no ser que sean ciegos,

ni instruidos, porque "saben" y se jactan de ello.

¿Qué saben? Dice el Predilecto que amo y que te ama como tú le amas, su pequeña

hermana, que si se escribieran todos los prodigios realizados por Cristo la tierra no bastaría

para contener los volúmenes. Si es grande la hipérbole, no es menos cierto que si, desde

que vine al mundo hasta ahora y desde ahora hasta el fin del mundo, se tuvieran que escribir

los prodigios que realizo, los libros serían tan numerosos como las estrellas en el cielo, y

también es cierto que lo que saben quienes creen saberlo todo es un puño de arena

comparado con la arena de la orilla.

Las luces de Dios no están agotadas y son inagotables, y no hay ni una inútil o inexacta.

Por eso quienes "saben" son semianalfabetos, de los que no puedo ser Maestro, porque en

su necia soberbia creen que no necesitan un maestro y se permiten juzgar la obra de Dios

que toma a un niño para instruir a los sabios.

Si te fastidian con sus farisaicas críticas y reprobaciones, responde con mi respuesta:

326"¿No sabéis que debo ocuparme de los intereses de mi Padre?" y no te turbes.

Antes estabas en mis brazos. Ahora te tienen también el Padre y la Madre. Estás más

segura que un niño en el seno de la madre y que un pajarillo bajo el ala materna. Pero

permanece "pequeña". Siempre tendrás nuestra leche para tu nutrición.

Y los ciegos de buena voluntad, poniendo su mano en tu manita, lo que no humilla porque

la ayuda de un niño nunca humilla, podrán tener guía en el camino de la Vida.

Ve en paz, descansa. Te bendigo».

He escrito este primer fragmento desde la 1 hasta las 2 de la mañana. Después me había

recostado para descansar. Pero pasados pocos minutos Jesús ha vuelto a hablar. Le

confieso que me resistía a salir de entre las mantas ahora que comenzaba a calentarme.

Pero fue talla insistencia que me decidí y, helándome de nuevo, he escrito el segundo

dictado, dedicado a mí.

Ahora son las 10 de la mañana y abriendo el periódico veo el decreto sobre los hebreos.

¿No le parece que tenga que ver con la página 6! y 7! del dictado del 2? (He puesto una

señal roja en el texto que me parece que sea la respuesta divina a este decreto humano) 200 .

Habrá notado que ayer era feliz... La voz de María me cantaba en el corazón y me

colmaba de beatitud. Habría querido comunicarle inmediatamente esta alegría. Pero no

podía. Sin embargo creo que mirándome usted ha debido entender que me encontraba in-

mersa en un gozo nuevo.

¡Verdaderamente el Señor es demasiado bueno conmigo!

Dice María:

«No debes entristecerte demasiado pensando en cuando me amabas poco. No eres la

única. Pero yo soy la Madre y entiendo y perdono. Son las lagunas de los que aún son

imperfectos. No les amo menos aunque sea poco amada. Me basta con que al menos améis

a mi Hijo, y tú le amabas mucho cuando todavía me amabas poco.

En mi vida de Madre de Dios te hago observar un hecho que pasa desapercibido para

muchos y que también es un índice seguro de las futuras relaciones de los redimidos de mi

Jesús conmigo.

Cuando los pastores vinieron a la gruta, sólo tuvieron ojos y expresiones de amor para mi

Niño. José y yo éramos figuras secundarias para ellos. Depusieron sus dones y sus ternuras

a los pies del humilde lecho donde Él dormía, cuando no lo hacía sobre mi seno. Ni tampoco

yo me lamentaba de que no se me alabara como a la planta que había dado al mundo la Flor

del Cielo. Me bastaba con que amasen a mi Criatura y que la amasen tanto. ¡Habrían sido

tantos los que después la odiarían!

De los presentes en el rito siempre nuevo de una presentación en el Templo, ninguno tuvo

un gesto hacia mí. Miraban a mi Tesoro y le alababan por su belleza sobrehumana. Pero a

su Madre no le daban más que alabanzas humanas. Sólo los santos reconocieron lo que era,

e Isabel, Simeón y Ana vieron en mí a la Madre del Salvador, dándome con este

reconocimiento la alabanza más sublime. Los primeros eran "buenos", éstos tres "santos".

El Espíritu Santo obra en el corazón de los redimidos y les da luces de conocimiento

sobrenatural. El Espíritu Santo ilumina el corazón de los santos para hacerles verme. Verme

en la luz de Dios quiere decir amarme en verdad. Mi Hijo santísimo obra por su parte para

atraeros a su amor. Yo os amo y espero orando por vosotros.

Soy la Virgen de la espera. Desde la más tierna edad he esperado al Esperado de las

200

En el cuaderno autógrafo no encontramos alguna «señal roja», por eso la escritora podría haberla hecho sobre una de las copias

mecanografiadas

327 gentes. Soy la Corredentora que espera la hora de morir al pie de la Cruz para daros la Vida.

Soy la Madre que espera vuestro verdadero amor, no el culto superficial que se limita a

muchas palabras. Orar no significa decir muchas oraciones. Quiere decir amar. Quiere decir

hacer hablar al propio corazón.

Yo soy la Silenciosa. Nueva Eva, os enseño el silencio. Con el hablar entró en Eva la

Seducción. Con mi callar entró en el mundo la Redención. Aprended de mí la virtud del

silencio, porque en el silencio interior el corazón habla a Dios y Dios al corazón. Mi silencio

no era el silencio inerte de un alma muerta. Al contrario, era obrar activísimo en lo espiritual.

Cuando mi Niño estuvo en mis brazos, yo, por El que no sabía hablar porque no era más

que un pequeño que sólo sabía dar vagidos -mi Hijo Dios, la Voz del Padre, la Palabra del

Padre habiéndose, por amor, anientado en un niño que vage con voz de corderito- yo he

pronunciado por Él la ofrenda al Padre. El primer "Pater noster" lo he dicho yo en la fría gruta

de Belén manteniendo alzado entre los brazos a mi Cordero venido al mundo para ser

matado y para dar vida a los muertos en el alma. El "Fiat voluntas tua" lo he dicho yo,

llorando; la primera. ¿Y sabes qué quiere decir para la Madre estas palabras al Eterno?

Ahora, cuando veo que por amor a mi Hijo una criatura cumple la Voluntad divina, que

sobre todo es voluntad de amor, anulo su deuda hacia mí y aumento mi amor por ella.

Después Jesús me la trae. Dejo a mi Jesús el cuidado de hacerme amar. Donde está Él está

también el Espíritu de Dios. Y donde está el Espíritu hay Ciencia y Luz. Por tanto es

inevitable que os instruyáis también en el amor hacia mí.

Cuando después llegáis a amarme, en verdad, entonces yo vengo. y mi venida siempre es

alegría y salvación».


Fuente: Cuaderno del año 1943 de Marìa Valtorta.

Jesucristo le dijo al padre Michellini; Estos Evangelios seràn para Mi Iglesia regenerada.....