JESÚS:
Anuncia a los hombres, hija amada, gozo y paz. Se prepara
un mundo nuevo, renovado en el amor y en Mi gran
Misericordia.
¡Cuánta fe necesitó Mi Madre para reconocer en aquel copo
rosado de niño apenas nacido, a Su verdadero Dios y a Su
verdadero Hijo.
¡En vano se esforzarán los Teólogos por comprender ciertos
fenómenos místicos! ¿Quién Me impide tratar íntimamente con
las criaturas que Yo He creado, desde el momento en que ellas
han aceptado Mi intimidad? Soberbios, hipócritas, se están
muriendo por ver y escuchar también ellos y, sin embargo, lo
niegan en nombre de una prohibición que no es Mía...
¡Calla cuando te habla el Espíritu! Como el susurro que hace
el viento entre los abetos, así sopla esta brisa suave que lleva la
palabra de Dios a los hombres. Sopla dulcemente para
reanimar, caldear, inflamar el corazón del hombre. Es el
Espíritu que anima y vivifica y da la vida a todo ser viviente.
¡Escucha siempre este soplo!
Hagan reparación por todos los sacrilegios que cometen con
Mi cuerpo; cada día recorro el camino de Mi Pasión y pueden
darse cuenta cómo está Mi sagrado cuerpo. No vuelvan a
recibir Mi sagrado cuerpo en sus manos.
Repitan siempre esta oración: “Soy feliz porque soy amado de
Jesús, Mi Salvador. El convierte en miel la amargura de mis lágrimas,
las penas en alegrías y los sufrimientos en deleites y todo dolor en
amor hacia mi Rey y Salvador”.
Me siiento tan complacido con las oraciones de los viernes...
¡Si todos Mis Sacerdotes hicieran esto, el mundo sería
distinto. Muchos pecados de ellos mismos son olvidados por
aquella hora santa... Procuren culminar siempre con una Misa.
Completen así su encuentro Eucarístico.
Hija Mía, no descuiden el libro, no descuiden la entrega de
esos papeles. ¿Por qué cobran ánimo y luego decaen? ¿Qué será
el momento en que cesen los mensajes y no tenga que
recordárselos a cada momento? Hay prisa de solucionar las
cosas personales suyas, apúrense con el libro, lo quiero
perfecto...
Ser ignorante no es pecado, pero se puede volver, pues si uno puede salir de ello en lo que concierne al bien eterno y no lo hace, la persona puede morir eternamente. Pues hoy dia la gente se preocupa por no ser ignorante al mundo pero si a las cosas de Dios, y esta ignorancia no la va a justificar Dios el día de su juicio, por eso los Apóstoles decían que era mejor hacerse necios ante las cosas del mundo que pasan, para ser agradable a Dios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario