jueves, 9 de abril de 2020

Importancia del orden en estos escritos. Dios es orden. La belleza del alma que obra en el Querer Supremo.


17-2
Junio 14, 1924



Importancia del orden en estos escritos.  Dios es orden.

La belleza del alma que obra en el Querer Supremo.



(1) Esta mañana mientras me encontraba en mi habitual estado, no sé si fue sueño, veía a mi confesor difunto y me parecía que tomaba alguna cosa torcida de dentro de mi mente, y la reparaba y la enderezaba.  Yo le he preguntado por qué hacía eso, y él me ha dicho:

(2) “He venido para decirte que seas atenta al orden, porque Dios es orden, y basta una frase, una palabra de lo que te dice el Señor que no esté en el orden, y podrá suscitar dudas y dificultades en quien pueda leer lo que escribes sobre su adorable Voluntad”.

(3) Yo al oír esto he dicho:  “¿Acaso sabe usted que he escrito cosas desordenadas hasta ahora?”

(4) Y el confesor:  “No, no, pero sé atenta para el futuro, haz que las cosas que escribes sean claras y simples como te las dice Jesús, y nada omitas, porque basta una pequeña frase, una palabra que falte de las que te dice Jesús, o que la escribas diversamente, para que falte el orden; porque esas palabras servirán para dar luz, para hacer comprender con más claridad, y para ligar el orden de las verdades que el buen Jesús te manifiesta.  Tú eres fácil a omitir algunas pequeñas cosas, mientras que las cosas pequeñas unen a las grandes, y las grandes a las pequeñas, por eso sé atenta en el futuro para que todo esté ordenado”.

(5) Dicho esto ha desaparecido y yo he quedado un poco pensativa.  Después estaba abandonándome toda en el santo Querer Divino, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

(6) “Hija mía, cómo es bello ver a un alma obrar en mi Voluntad, ella sumerge su acción, su pensamiento, su palabra en mi Voluntad, es como una esponja que impregnándose de todos los bienes que el Querer Supremo contiene, se ven en el alma tantos actos divinos que irradian luz, y casi no se sabe distinguir si son actos del Creador o de la criatura, y como se han impregnado de esta Voluntad eterna, han absorbido en ellos la potencia, la luz y el modo del obrar de la Majestad Eterna.  Mírate cuán bella te ha hecho mi Querer; y no sólo esto, sino que en cada acto tuyo me encierro a Mí mismo, porque encerrando a mi Querer, todo encierras”.

(7) Yo me he mirado, y ¡oh! cuánta luz salía, pero lo que más me ha impresionado y dado gusto ha sido ver a mi Jesús encerrado en cada acto mío, su Voluntad lo aprisionaba en mí.



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