20-60
Febrero
16, 1927
Cómo donde
reina el Fiat pone todo en comunicación; ejemplo de los
esposos. El obrar en la Divina Voluntad es la
plenitud de
los actos
y el triunfo del acto divino en el humano.
(1)
Estaba girando en toda la Creación para llevar junto conmigo todas las cosas
creadas delante de la Majestad Suprema como homenajes, alabanzas, adoraciones,
porque son obras de sus manos creadoras, dignas sólo de Aquél que las ha
creado, porque están animadas por su Voluntad Divina; pero mientras esto hacía
pensaba entre mí: “Las cosas creadas no
se mueven, están en su lugar, no vienen junto conmigo, por tanto es inútil
decir que las llevo junto conmigo, porque ellas no vienen”. Mientras esto pensaba mi dulce Jesús ha
salido de dentro de mi interior, y al mismo tiempo me hacía ver mi pequeña
alma, que tenía concentrados en ella tantos rayos, los cuales tenían la
comunicación a cada cosa creada, de modo que ellas estaban en comunicación
conmigo y yo con ellas, pero el punto principal de partida, de donde salían
estos rayos, era Dios, que tenía las comunicaciones con todos y con todo, y mi
amable Jesús me ha dicho:
(2)
“Hija mía, donde reina mi Voluntad, con su luz a la cual ninguno puede resistir
porque es inmensa y penetrante, pone todo en comunicación, cada rayo parte del
centro divino en el cual mi Voluntad tiene su sede principal, los rayos no son
otra cosa que los actos que hace salir de Sí el Fiat Divino, los cuales
invistiendo cada cosa creada, forman su vida y otras tantas sedes secundarias
en cada una de ellas. Ahora la cosa es
natural, que en el alma donde Ella reina, conforme forma sus actos en mi
Querer, así todas las cosas creadas en virtud de la luz que las une reciben la
comunicación de aquel acto y sobre el vuelo de la misma luz se unen junto para
seguir el acto que hace el alma donde reina mi Querer, porque una es la
Voluntad que poseen, una es la fuerza, por eso uno es el acto que quieren
hacer, es mi misma Voluntad que mueve todo y vuelve de todos el acto de
uno. Por tanto está segura de que a
pesar de que las cosas creadas están en su puesto, todas te siguen, mi misma
Voluntad te las pone en camino a fin de que no estés sola, sino que te
acompañen todas. Sucede como en una
boda, que la pareja de los esposos va sola adelante, pero atrás va su séquito
en gran número de los invitados. Tú
eres la esposa con la cual mi Voluntad ha querido formar su real desposorio, ha
querido abatir las divisiones, los obstáculos que existían entre tú y Ella para
formar la pareja más feliz que jamás haya existido; así que para ti y para Ella
son días de fiesta, tus actos animados por el Fiat Divino son invitaciones
continuas que haces a todas las cosas salidas de nuestras manos creadoras. Por tanto tu invitación es extensísima, no
hay quién pueda hacer menos que aceptar, porque es una Voluntad Divina que
llama a todas sus obras a su convite, no excluida ni siquiera mi Mamá Celestial
y todos se sienten honrados y triunfantes por asistir a las bodas y de
participar en el convite de las bodas de mi Suprema Voluntad, por eso con
ansias esperan tus actos, tus invitaciones, tus llamadas, para venir a sentarse
al banquete y festejar a la pareja de los esposos. Entonces tú vas delante junto con mi Voluntad ante la Majestad
Suprema, mis obras te siguen detrás; y esto es con justicia, porque al crear
todas las cosas, fue a la criatura a quien dimos la supremacía sobre todas
nuestras obras, esto es, a la criatura en quien debía reinar plenamente nuestro
Fiat Divino, no a la criatura degradada por su voluntad, ésta es la última de
todas, no tiene ni derecho ni comunicación.
En cambio donde reina mi Querer tiene el derecho de ser la primera y
llamar a todos para hacerse seguir por todos.
Por eso el obrar en Él es el milagro más grande y la plenitud de todos
los actos unidos juntos y el triunfo del acto divino en el acto humano, porque
mi Voluntad era como estéril en medio de las criaturas, pero ahora ya es feliz
por su primera hija, en la cual ve sus tantos partos que vendrán a la luz, así
que no más como madre estéril vivirá en medio de las gentes, sino como madre
fecunda de muchos hijos. Era viuda,
porque al crear al primer hombre se desposó con la naturaleza humana dotándola
con las riquezas inmensas de su Voluntad, sello del desposorio que formaba con
el hombre, pero en cuanto se sustrajo de Ella, quedó viuda durante tantos
siglos, y ahora ha quitado el luto de su viudez y desposándose de nuevo volvió
a ponerse sus vestidos de esposa y ha hecho salir de nuevo en campo sus dotes,
y el sello de estas dotes son sus conocimientos en los cuales hace don de las
riquezas que Ella posee. Por eso hija
mía sé atenta a conservar tus vestiduras de esposa y a gozar los dominios que
mi Voluntad te ha dado en dote”.
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