20-61
Febrero
19, 1927
Jesús la
invita a luchar. Cómo Jesús lucha con
sus conocimientos, con
los
ejemplos, con las enseñanzas; el alma lucha con recibirlos, con
seguir los
actos de su Voluntad en la Creación y Redención.
(1)
Estaba siguiendo mi vuelo en el Fiat Divino y mi dulce Jesús se hacía ver que
salía de dentro de mi interior, y entrelazaba sus manos con las mías
invitándome a luchar con Él, yo era pequeña, pequeña, y no me sentía hábil y
fuerte para luchar con Él, mucho más porque salió una voz de dentro de una luz
que decía: “Es demasiado pequeñita,
¿cómo puede vencer en esta lucha?”. Y
Jesús ha respondido:
(2)
“Más bien porque es pequeña puede vencer, porque toda la fuerza está en la
pequeñez”.
(3)
Yo estaba desconsolada, no me atrevía a luchar con Jesús, y Él incitándome a la
lucha me ha dicho:
(4)
“Hija mía, ánimo, inténtalo, si tú vences vencerás el Reino de mi Voluntad, no
te debes detener porque eres pequeña, porque he puesto a tu disposición toda la
fuerza de las cosas creadas, así que junto contigo lucha toda la fuerza que
contiene el cielo, el sol, el agua, el viento, el mar, todos me dan batalla, la
hacen junto Conmigo para hacerme ceder el Reino del Fiat Divino, la hacen a las
criaturas con las armas que cada cosa creada tiene en su propio puño, para
rendirlas a reconocer mi Voluntad, a fin de que la hagan reinar como la hacen
ellas reinar y queriendo vencer, todas se han puesto como en orden de batalla,
y viendo que las criaturas resisten, queriendo vencer por fuerza porque tienen
con ellas la fuerza de aquella Voluntad que las anima y domina, con las armas
que poseen derriban gentes y ciudades con tal imperio, que ninguno las puede
resistir; tú no puedes comprender toda la fuerza y potencia que contienen todos
los elementos, que si mi Querer no los tuviera como frenados, sería tan
encarnizada la batalla, que de la tierra harían ruinas. Ahora, la fuerza de ellas es también tuya, y
por eso tú gira en medio de ellas para ponerlas en orden de batalla, tus actos,
tu pedir continuo el Reino del Fiat Supremo llama para poner atenta a toda la
Creación, y mi Voluntad moviéndose en ella pone todos sus actos en oficio regio
para dar y hacer vencer su Reino en medio de las criaturas. Por lo tanto es mi mismo Querer el que
lucha, que da batalla con mi misma Voluntad para el triunfo de su Reino. Así que tu lucha está animada por Ella, la
cual tiene fuerza suficiente e irresistible para vencer. Por eso lucha, porque vencerás, y además,
luchar para vencer el Reino del Fiat Supremo es la lucha más santa que puede
existir, es la batalla más justa y más de derecho que se puede hacer, tan es
verdad, que mi mismo Querer desde que formó la Creación empezó esta batalla y
esta lucha, y se detendrá sólo cuando venza completamente. ¿Pero quieres sabes cuándo luchas Conmigo y
Yo contigo? Yo lucho cuando te
manifiesto los conocimientos sobre mi Eterno Fiat, así que cada dicho, cada
conocimiento, cada semejanza que se refiere a Él, es una lucha y una batalla
que hago contigo para vencer tu voluntad, ponerla en su puesto creado por
Nosotros, llamarla casi por vía de lucha al orden del reino de mi Divino
Querer, y mientras lucho contigo para subyugar tu voluntad, la inicio en medio
de las criaturas. Lucho contigo cuando
te enseño el camino que debes hacer y lo que debes hacer para vivir en mi
Reino, las felicidades, las alegrías que debes poseer, en suma, lucho por vía
de luz que contienen mis conocimientos, lucho por vía de amor y con los ejemplos
más tiernos en modo de no poder resistir a mi lucha, lucho por medio de las
promesas de felicidad y de alegrías sin fin; mi lucha es persistente y no me
canso jamás, ¿pero para vencer qué cosa?
Tu voluntad, y en la tuya a aquellos que reconocerán la mía para vivir
en mi Reino. Y tú luchas Conmigo cuando
recibes mis conocimientos y poniéndolos en orden en tu alma formas el Reino de
mi Fiat Supremo en ti, y haciéndome lucha buscas vencer mi Reino. Cada acto tuyo hecho en mi Voluntad es una
lucha que me haces; cada giro que haces por todas las cosas creadas para unirte
a todos los actos que Ella hace en toda la Creación, llamas a toda la Creación
a la batalla para vencer mi Reino, moviendo a mi misma Voluntad dominante en
todas las cosas creadas para dar batalla a mi misma Voluntad para establecer su
Reino. Y por eso en estos tiempos, el
viento, el agua, el mar, la tierra, el cielo, están más que nunca todos en
movimiento, haciendo batalla contra las criaturas, sucediendo fenómenos nuevos,
y cuántos más sucederán, destruyendo gentes y ciudades, porque en las batallas
es necesario disponerse a sufrir pérdidas y muchas veces aun por parte de quien
vence; sin batalla no ha habido jamás conquistas de reinos, y si esto ha
habido, no han sido duraderas. Luchas Conmigo
cuando invistiendo todo lo que Yo hice y sufrí en mi Humanidad, esto es, en mis
lágrimas, en mis penas más íntimas, en mis oraciones, en mis pasos, en mis
palabras y hasta en las gotas de mi sangre, imprimes tu te amo y por cada uno
de mis actos me pides que venga el Reino de mi Fiat Supremo, ¿quién puede
decirte la lucha que me haces? Mueves a
mis mismos actos para hacerme batalla para vencerme a cederte mi Reino. Por eso Yo lucho contigo y tú luchas
Conmigo, es necesaria esta lucha, tú para vencer mi Reino, y Yo para vencer tu
voluntad y para iniciar la batalla en medio de las criaturas, para establecer
el Reino de mi Supremo Querer. Yo tengo
mi misma Voluntad, toda su potencia, fuerza e inmensidad para vencer, tú tienes
mi misma Voluntad y a tu disposición toda la Creación y todo lo que Yo hice de
bien en la Redención, para adiestrar un ejército formidable para hacer batalla
y vencer el Reino del Fiat Supremo.
Mira, también cada palabra que escribes es una lucha que me haces y un
soldado de más que colocas en el ejército que debe vencer el Reino de mi
Voluntad. Por eso sé atenta hija mía,
que son tiempos de lucha y es necesario usar todos los medios para vencer”.
+ +
+ +
No hay comentarios:
Publicar un comentario