sábado, 19 de febrero de 2011

MONSEÑOR OTTAVIO MICHELINI

NO ESTOY PASIVO

Escribe, hijo mío:
La Fe se debe traducir en la vida dia­ria.
Hay muchos que creen en abstracto, pero no obran en conformidad de su vida cotidiana.
La Fe debe empapar vuestra acción, todas vuestras acciones: entonces llega a ser práctica.
La Fe sin las obras es vana y las obras sin la Fe sirven.
Sin la Fe no valen no sólo las obras, sino tampoco las palabras que continuamente pronunciáis.
Hijo, ¿quieres ser un instrumento válido en mis manos?
Yo quiero que tú seas un instrumento en mis manos, por esto así te debes sentir y como tal debes obrar y ha­blar.
Debes creer que estoy en ti; estoy en ti no pasivo, sino muy activo.
La Fe llega a hacerse límpida y cristalina, si eres coherente siempre.
- Jesús, pero ¿no hay peligro que me equivoque?
- No, si tú firmemente crees que Yo estoy en ti en el vivir y pensar, en el hablar y obrar, en el amar y esperar...
Te bendigo, hijo mío.

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