¿Responden con fe?
Don O.: ¿cuántos son los sacerdotes que, animados de santo ardor y coherentes con la vocación recibida, responden con fe a las fuertes llamadas del divino Maestro y de la Madre común, de la Madre de la Iglesia?
Don O., ¿qué visión tienen la mayoría de los sacerdotes, de Cristo Hijo de Dios, presente en el Misterio del Amor y de la fe en un prodigio infinito de humildad?
Don O.: ¿no caen en la cuenta de que caminan por el borde de un pavoroso precipicio, con el Maligno al lado que, astuto e insidioso, los sigue para perderlos eternamente?
Don O.: ¿cómo es posible tanta oscuridad en los mismos Pastores de la Iglesia, muchos de los cuales tienen como problema de su pastoral la salvaguarda de su prestigio personal?
¿Y cómo es posible que no adviertan la esterilidad de su actuación, terrible confirmación de un fracaso cuya evidencia no puede escapar a nadie?
¿Cómo es posible persistir en una postura presuntuosa que ofende a Dios, ofusca a la Iglesia y desfigura en ella la fisonomía impresa por su divino Fundador? ¿Puede todavía el Señor Dios permitir tanta abominación que envilece y desfigura a la Iglesia, salida de su Corazón misericordioso?
Don O., La Iglesia no tiene necesidad de diplomáticos astutos, la Iglesia no tiene necesidad de gobernadores orgullosos, la Iglesia tiene necesidad de Pastores santos que sepan unir a la paternidad una sabia firmeza, para poner fin al estado de anarquía que todavía envilece a la Iglesia.
No deben ignorar que Satanás, el Príncipe de las tinieblas, el promotor de escándalos, de herejías y de cismas no se detiene jamás. Satanás tiene fuertes y poderosos aliados en las logias masónicas, en los partidos políticos, ateos y hasta no ateos.
Sepan los Pastores de almas que, mientras pierden el tiempo en ribetes, celosos de su prestigio, Satanás descepa, devasta y destruye la viña del Señor, precipita almas al Infierno, y se ríe de la necedad de sus adversarios porque nada hacen de eficaz para contrarrestarlo
Ser ignorante no es pecado, pero se puede volver, pues si uno puede salir de ello en lo que concierne al bien eterno y no lo hace, la persona puede morir eternamente. Pues hoy dia la gente se preocupa por no ser ignorante al mundo pero si a las cosas de Dios, y esta ignorancia no la va a justificar Dios el día de su juicio, por eso los Apóstoles decían que era mejor hacerse necios ante las cosas del mundo que pasan, para ser agradable a Dios.
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