domingo, 26 de octubre de 2014

La criminalización de la conducta cristiana ya está aquí


Escalada de los poderes del ‘mundo’ y apatía de los cristianos.
Durante años, los partidarios del matrimonio entre personas del mismo sexo han argumentado que todos deberían tener libertad para vivir como quieran. Y sin embargo el gobierno estadounidense, en un ensayo general de lo que se viene en el resto de occidente, ha coaccionado por debajo a los que simplemente desean tener la libertad de vivir de acuerdo con su creencia cristiana.

Donald y Evelyn Knapp

Dos ministros cristianos que declinan casar a una pareja gay se enfrentan a una pena de cárcel de 180 días y multa de 1.000 dólares por cada día que se niegan a celebrar una boda entre personas del mismo sexo en Idaho. Una semana de honrar su fe y negarse a realizar la ceremonia podría costarle – a la pareja de ministros que declinó -, tres años y medio de cárcel y 7.000 dólares en multas.
La izquierda demócrata y el movimiento gay militante son cada vez más audaces, y muchos cristianos están durmiendo el sueño de su apatía. Parece que con cada mes que pasa, esta tiranía avanza en EE.UU., en una suerte de ensayo general de lo que sucederá en breve en el resto de occidente. No es una profecía que vino del cielo, sino una extrapolación de la tendencia actual.

EL CASO

La última es que dos ministros cristianos en Idaho, Donald y Evelyn Knapp, han recibido la orden de realizar ceremonias de boda del mismo sexo en su capilla o enfrentar multas o penas de cárcel.
Esta pesadilla comenzó el 7 de octubre, cuando la novena Corte de Circuito de Apelaciones invalidó las leyes de matrimonio de Idaho y legalizó el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo en ese estado, lo que permitió a empleados del condado de Idaho comenzar la emisión de licencias de matrimonios del mismo sexo una semana más tarde.
El 17 de octubre, los Knapp rechazaron cortésmente una solicitud para realizar una ceremonia de boda entre personas del mismo sexo. Y obtuvieron una demanda.
De acuerdo a los Knapp, la demanda de la ciudad de Coeur d’Alene es “inconstitucional al obligar” a realizar estas bodas en su capilla en violación de sus creencias religiosas, sus votos de ordenación y sus conciencias.
La Ordenanza de la Ciudad Sección 9.56 condena la discriminación por orientación sexual en lugares públicos, lo que obliga a los Knapp a elegir entre traicionar sus convicciones religiosas y hacer frente a 180 días en la cárcel y multas de U$S 1.000 diarios hasta que no cumplan realizando la boda.
Según su denuncia, podría decirse que cometen un delito menor separado y distinto cada día que se niegan a realizar este tipo de ceremonias, con las posibles sanciones penales acumulándose una arriba de otra.

ES UN CONFLICTO RELIGIOSO

Es claro que su creencia en el matrimonio como entre un hombre y una mujer está profundamente enraizada en la fe bíblica – y no sólo en el Antiguo Testamento, como algunos argumentan.
Cuando los fariseos le preguntaron a Jesús si es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa, respondió: “¿No han leído que el Creador al principio los hizo hombre y mujer y dijo: El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne?” (Mateo 19: 4-5). Jesús estaba citando Génesis 1:27, por lo que no existe un conflicto entre los testamentos.
Por lo tanto la de los Knapp se trata de una decisión de base religiosa.
El punto no es si usted o yo creemos en esto. Se trata de lo que los Knapps creen y confiesan. Sus abogados afirman claramente que
“son ministros cristianos ordenados que creen que el matrimonio bíblico es bueno para la sociedad. No sólo han estado felizmente casados ??durante 47 años, han casado aproximadamente 35.000 parejas y visto innumerables vidas bendecidas a través del matrimonio. Como ministros ordenados, los Knapps creen que Dios los llamó a promover el bienestar de su comunidad mediante la unión de otras personas en matrimonio… Debido a que sus creencias religiosas afectan todo lo que hacen, los Knapp sólo realizan las ceremonias de boda en consonancia con sus creencias religiosas”.

EL DOBLE DISCURSO DEL PODER POLÍTICO Y LA APATÍA DE LOS CRISTIANOS

En teoría la constitución y los políticos dicen que las creencias sagradas y no tan sagradas de todo el mundo están protegidas, que los cristianos están protegidos, mientras que en los hechos, los cristianos son considerados parias intolerantes que deben ser obligados a ajustarse a conductas que consideran repugnantes a sus creencias.
Observe quienes están siendo intolerantes.
¿Por qué las parejas del mismo sexo que quieren casarse no lo hacen con ministros que no tienen ninguna objeción al procedimiento? ¿Están buscando la reivindicación de sus derechos o tratando de imponer sus creencias a otras personas hasta el punto de obligarlos a negar la suya propia?
Cuando comenzó la escalada del movimiento gay agresivo en el mundo occidental advertimos que sería inevitablemente una injerencia en las libertades religiosas de los cristianos y otros que no están de acuerdo con la primacía de los derechos de los homosexuales sobre las demás personas.
También advertimos que esto implicaría no sólo presión social, sino que implicaría el poder de coerción del Estado, y ya estamos aquí en EE.UU. Es un ensayo general de lo que sucederá poco a poco en el resto de occidente.
La administración Obama dijo a voz en cuello siempre que el ‘matrimonio’ homosexual y el sistema de salud Obamacare no violaría los derechos de conciencia de los grupos religiosos; pero aquí estamos con empresas e instituciones religiosas que están obligadas a pagar a sus empleados cobertura para la anticoncepción y el aborto, con ministros cristianos que están obligados a celebrar bodas homosexuales, con alcaldes que exigen ver las homilías de los pastores para controlar que no disientan con el movimiento homosexual.
La aceleración de la militancia de la izquierda demócrata estadounidense y los medios de comunicación del sistema sobre este tema debería hacer tomar nota al resto de occidente. Apenas la semana pasada, estas acciones parecían una amenaza real pero distante, pero hoy en día ya están sucediendo.
Y todo esto sucede ante la apatía de los cristianos, que ni siquiera son capaces de defender a los medios de comunicación cristianos, como nosotros, ante la amenaza de cierre por problemas económicos.

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