viernes, 3 de abril de 2020

La humildad da la seguridad de los favores celestiales.

2-24
Mayo 19, 1899

La humildad da la seguridad de los favores celestiales.



(1) Esta mañana sentía temor que no fuera Jesús sino el demonio que me quería engañar. Entonces Jesús ha venido y viéndome con este temor me ha dicho:

(2) “La humildad es la seguridad de los favores celestiales. La humildad viste al alma de tal seguridad, que las astucias del enemigo no penetran dentro. La humildad pone a salvo todas las gracias celestiales, tanto, que donde veo la humildad hago correr abundantemente cualquier clase de favores celestiales. Por eso no quieras inquietarte por esto, sino con ojo simple mira siempre en tu interior si estás investida por la bella humildad, y de todo lo demás no te preocupes”.

(3) Después me ha hecho ver muchas personas religiosas, y entre ellas, sacerdotes, también de santa vida, pero por cuan buenos fueran, no había en ellos ese espíritu de simplicidad para creer en las tantas gracias y en los tantos diversos modos que el Señor tiene con las almas. Y Jesús me ha dicho:

(4) “Yo me comunico a los humildes y a los sencillos porque pronto creen en mis gracias y las tienen en gran estima, aunque sean ignorantes y pobres; pero con estos otros que tú ves Yo soy muy reacio, porque el primer paso que acerca el alma a Mí es el creer; entonces sucede que estos, con toda su ciencia, doctrina y hasta santidad, no prueban nunca un rayo de luz celestial, esto es, caminan por el camino natural y jamás llegan a tocar ni siquiera por un momento lo que es sobrenatural. Ésta es también la causa de por qué en el curso de mi vida mortal no hubo ni siquiera un docto, un sacerdote, un poderoso en mi seguimiento, sino todos ignorantes y de baja condición, porque mientras más humildes y simples, son también más fáciles a hacer grandes sacrificios por Mí”.

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