domingo, 17 de abril de 2011

No Te Alejes de la Puerta de Mi Corazón


Mensajes de Jesús a Catalina Rivas.
PC-1 (CA-134)
Quiero que estés en paz, que tengas confianza plena. ¿Acaso Yo no estoy aquí contigo? Yo soy quien te guía, quien te conduce. ¿Crees que tú, por ti sola, resolverías los problemas que se te presentan? Yo quiero servirme siempre de ti, hasta en aquellos oscuros momentos en que crees que eres inútil para todo.
Amor de Mis dolores, niña Mía tan amada, ¿por qué te preocupas tanto de lo que no está en tus manos el solucionarlo? Confía en tu Dios… Amame y ora, repara…
Es tanta la ofensa al Cielo que no existe un segundo del día que no se ofenda a la Santísima Trinidad… ¿Por qué Me hacen daño? ¿Acaso no les He entregado hasta Mi último aliento? ¿Cuál de ustedes haría por su hermano la milésima parte de lo que Mi amor por ustedes hizo? ¿Lo que hace hoy?
No te alejes jamás de la puerta de Mi Corazón; no pares en la lucha por Mi mayor gloria. ¡Tu nada unida a mi grandeza debe llenarte de fuerzas!
¿Sabes tú por qué combaten Mis obras? Por mezquindad, por desconfianza susceptible, por comodidad… ¡Contestaré con la humildad de un Dios mofado e incomprendido pero, el arco no puede estar siempre tensado!
Me gusta reconocer en ti lo que el mundo llama locura. ¿Desde cuando te has preocupado tú por el qué dirán? ¿Por qué vas a empezar a hacerlo ahora?
No pierdas la paz a causa de las trampas del demonio. Conozco por su nombre a aquellos que ignoran Mi nombre verdadero: Amor. Viven su vida, su pobre vida y ninguno carga con sus responsabilidades hacia Mí. Cada día se pierden más y, con ellos, a quienes Yo les He confiado. Ni siquiera pueden salvarse a sí mismos.
No desvíes ni un centímetro tus pies del camino que para ti He creado: el retorno del amor a Mi Corazón Eucarístico. Sé que eres demasiado débil, que tengo que sostenerte a cada instante, pero… ¡Me agrada tanto hacerlo!
Atiende pequeña. No es tu momento, mantengan reserva con tus insignias. No quiero que nadie toque Mi sello, no ahora que es el inicio de Mi unión contigo. No des explicaciones, que piensen lo que quieran, si al final se hará lo que Yo disponga… Desaparece los días señalados, ora mucho; Yo deseo que más que por curiosidad te visiten para orar juntos.
¡Cuánto consuelas a Mi Corazón! ¡Cómo amo a quienes así Me consuelan! ¿Quieres consolarme aun más? Ora, repara el dolor que van a causarme. Pobres hijos Míos, Mis pequeños, los que tendrán que inmolarse… La corrupción de los grandes ya ha colmado la medida de los desamparados…

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