2-54
Agosto 7, 1899
Sobre la nada de nosotros mismos
(1) Esta mañana mi amable Jesús no venía, y despuésde tanto esperar y esperar, finalmente ha venido;
era tanta mi confusión y mi aniquilamiento, que no sabía decirle nada y Jesús me ha dicho:
(2) “ Por cuanto más te aniquiles y conozcas tu nada, tanto más mi Humanidad, mandando rayos de luz,
te comunicará mis virtudes”.
(3) Yo le he dicho: “Señor, soy tan mala y fea que me doy horror a mí misma, ¿qué será ante Ti?”
(4) Y Jesús: “Si tú eres fea, soy Yo quien te puede volver bella”.
(5) Y en el mismo momento de decir esto ha mandado una luz salida de Él a mi alma, y parecía que le
comunicaba su belleza, y después, abrazándome ha comenzado a decir:
(6) “ Cómo eres bella, pero bella de mi misma belleza, por eso soy atraído a amarte”.
(7) ¿Quién puede decir cómo he quedado confundida? Pero todo sea para su gloria.
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